Malec ¿otra vez?

By scar02

337K 23.2K 10.3K

Alec ama a Magnus y Magnus ama a Alec, eso todos lo saben. También saben que su relación tuvo algunos altibaj... More

Prólogo: Deseo
Dorado
Bebés
Cuidados
Tiempo
Juntos
Turnos
Partenidad
Inquisidor
Tratos
Mami
Papi
Prioridades
Heline
Confusión
Decisión
Pesadillas
Cumpleaños
Prohibido
Verdad 1/2
Verdad 2/2
Mentiroso
Sí y no
Paloma
Clarividencia
Apoyo
Novio
Reunión
Me gustas
Lorina
Cachetada
Engaño
Llamas
Despedidas
Paz
Trivialidades
Lágrimas
Otra vez
Inestable
Escucha
Impuntual
Brindemos
Perú 1/3
Perú 2/3
Perú 3/3
Celos
Malec
Cambios
Seguro
Perdido
Lightwood Bane
Fiesta
Matrimonio
Epílogo: Recuerdos
~Extra~

Clace y Sizzy

7.3K 451 306
By scar02

Este capítulo es quizás el más largo que escriba... Quizás.

~Nueva York (Instituto)~

Isabelle ''

Entreno con Jace y Clary mientras Simon duerme en el cuarto. Mi madre se quedó con los bebés junto a Rigna porque Catarina anunció que regresaría a trabajar al hospital.

–Vamos, Isabelle –se queja Jace haciendo chocar nuestras espadas–. Me haré viejo antes que puedas vencerme.

–Estoy calentando.

–Pues será mejor que yo también comience a calentar ¿no crees? –Jace siempre ha sido un idiota arrogante.

Doy un paso atrás y nuevamente adelante, al chocar las espadas doy un fuerte pisotón para que Jace pierda tiempo afirmando sus propios pies mientras yo enredo su espada con la mía y en un movimiento logro que vuele en el aire y la atrapo con una mano. Apunto una al techo y otra a su cuello. Jace sonríe complacido, toma la espada de la cuchilla y con un golpe de su codo hace que la suelte, él la toma y de un solo movimiento, tan rápido que no puedo verlo, queda a mi lado de tal forma que sostiene mi brazo en el aire y con la otra mano mantiene la espada contra mi cuello.

–No, aún no caliento –puede ser un idiota arrogante, pero tiene buenas razones para serlo.

–Estoy exhausta –Clary baja de una viga de equilibrio.

–¿Descansamos? –propone Jace– Bueno, ustedes, señoritas, yo no he sudado una gota.

–La próxima vez te derrotaré –le prometo.

–Y yo la próxima vez vendré con los ojos tapados por parches y una pata de palo mientras lucho con un pez. Así será más justo ¿no?

–Preferiría luchar con el pez –declaro indignada y salgo hacia mi cuarto.

¿Pero quién se ha creído? Yo soy Isabelle Lightwood, soy una, si no es que la mejor guerrera de nuestra generación. Hábil, inteligente y talentosa ¿cómo puede insinuar que sólo ganaría contra un pez? >Ash, ese idiota.< Pero supongo que así son todos los rubios, sin importar su sexo. Antes de entrar al cuarto veo una nota pegada en la puerta, la abro y noto la chueca letra de Simon.

"Te espero en la estatua de la libertad exactamente a las 11:30pm. Simon."

Clary --

Recuerdo al Alec con el ceño fruncido y su postura de mayor, su desconfianza ante los nuevos y su odio primerizo por mí; y nada de eso se ve en este Alec, un dulce bebé que gatea persiguiendo un juguete de robot. Ríe cuando lo alcanza y llora porque se detiene, vuelve a reír cuando lo enciendo y llora cuando se queda sin cuerda.

–A ver –me agacho y tomo al robot para girar su manija–. ¡Listo!

Lo dejo en el suelo y Alec lo persigue feliz, sin importarle que esté formando un gran círculo en la alfombra. Rigna baña a Magnus y yo distraigo a Alec para que no note su ausencia.
Siempre pensé que la primer criatura en llamarme mami sería mi hijo, no el mejor amigo de mi novio, parece increíble que esto haya pasado, este destino tan cruel y de algún modo especial.

–Mami, ¿onde Mag? –Alec ya ha perdido todo interés en el robot y me mira desde el suelo.

–Mag estar en el baño.

–¿Tada?

–Unos minutos, Alec –pongo un dedo en su nariz.

Alec la arruga y después se ríe. Es increíble lo fácil que puede reír cuando de adulto eso parecía un milagro.

–Ya estás limpio –Rigna sale del baño con Magnus en brazos.

Viste un mameluco de Mikey Mouse, con orejas y todo.

–Aww, se ve adorable –recojo a Alec del suelo y lo acerco a Magnus–. ¿Verdad que se ve bien?

–Mag, lido –Alec toma una de las orejas redondas.

–Y ahora, tú serás lindo –me acerco al baño y antes de cerrar escucho a Magnus decir.

–Ale ma lido.

~City pier A[*]~

Jace ^^

>Muy bien, tú tranquilo, es sólo una pregunta. Una pregunta fácil y directa, sin dar tantas vueltas, sin dar tantos tropezones... ah por el ángel, concéntrate.< Bien, ya descubrí lo nervioso que estoy. Mis manos tiemblan y mis pies golpean una y otra vez la madera que promete romperse.

–¿Jace?

Aquí está, tan hermosa como siempre.

–Hola, Clary –intento parecer neutral–. Te ves bien.

–Gracias, tú también estás guapo.

Me acerco para tomar su mano y entrelazar nuestros dedos.

–¿Qué hacemos aquí? –pregunta mirando alrededor.

–Quería darte un obsequio –me retiro para que vea el modesto bote que me consiguieron.

–¿Rentaste un bote? –pregunta sorprendida.

–Sí, sólo para nosotros –no es precisamente cierto, pero ella no tiene que saberlo–. Ven, sube.

Con cuidado sube al bote y una vez que estoy dentro quito la cuerda y comienzo a remar. En todo momento la miro, pero ella no se da cuenta ya que está distraída con el agua, el cielo y la vista en general de la ciudad. Son alrededor de las once y media de la noche, la luna está llena dándonos una noche fresca y despejada, una noche perfecta. Una vez termino de remar quedamos en un punto donde sólo hay agua alrededor, la ciudad a una distancia prudente y la estatua de la libertad iluminada desde abajo justo al frente.

–Clary –atraigo su atención–. Quería darte esto porque...

–No debe haber razón –me interrumpe comprensiva–. Es sólo un lindo gesto, del chico más lindo que conozco.

–Pero sí hay una razón –insisto y me inclino provocando que el bote se tambalee un poco–. Clary, para mí tú eres la persona más valiente, segura, hermosa y un poco caprichosa que conozco...

–Yo no soy caprichosa.

–No, y por eso haces siempre lo que te dicen ¿verdad?

–Si las cosas que dicen tienen sentido.

–No, sólo si lo que dicen te parece importante.

–Eso...

–Clary –quiero acabar con esto pronto o vomitaré en sus pies de lo nervioso que estoy–. Quiero decirte esto desde hace un tiempo y creo que este momento es perfecto. Si tú supieras cuánto significas para mí. Eres hermosa, valiente, rebelde y, como dije, un poco caprichosa. Todas esas cosas para mí no son otra cosa que parte de tu perfección. Dicen que la persona perfecta no existe, no estoy de acuerdo, creo que todos encontramos a la persona perfecta para nosotros y tú eres eso para mí. Eres perfección, Clary. Y quiero pasar todos los días de mi vida en todas las formas posibles contigo. Sé que no soy perfecto, pero contigo seré lo mejor que pueda ser. Clarissa Adele Fairchild –busco en mi chamarra de cuero y saco una flor que justo en ese momento se abre. Ya es media noche–. ¿Te casarías conmigo?

Clary mira el interior de la flor donde descansa un anillo de oro con una esmeralda.

–Claro que acepto, Jace –Clary se acerca y toma la flor–. Eso fue muy dulce.

¡Dijo que sí! Me acerco tan brusco para darle un beso que el bote se vuelca y caemos al agua. La tomo por la cintura y ella enreda sus piernas en mi cadera.

–Esto me trae recuerdos.

En ese momento el cielo se ilumina con fuegos artificiales.

–Esto no lo recuerdo –Clary mira el cielo.

–Te aseguro que el cielo muerto tapó los fuegos artificiales, pero eso no significa que no hubo.

Clary ríe y vuelve a besarme. Todo es perfecto.

~Estatua de la libertad~

Simon ~~

–Izzy –la saludo cuando se acerca.

–Simon, ¿qué sucede?

–Paciencia –pido con una sonrisa–. Vamos.

Le extiendo mi mano y ella la toma un poco insegura. Una vez que mis dedos entrelazan los suyos la guió por la estatua de la libertad hasta llegar a la antorcha.

–¿Cómo sabías el camino? –pregunta Izzy impresionada.

–Ver X-Men es ilustrativo –Isabelle ríe y estoy orgullo que entendiera a qué me refería–. Izzy. Te traje aquí para...

–¿Simon?

Tomo aire, aunque no lo necesite es algo que me tranquiliza.

–Siempre fuiste la chica que creía ser mejor que todos. Recuerdo cuando te conocí y me obligué a tomar de tu raro estofado del demonio para poder hablarte. Sé que tuvimos altibajos, pero siento que ahora estoy más que seguro de lo que quiero y eso que quiero eres tú. Tú, con todos tus perfectos defectos –saco de mi chamarra una cajita de cuero roja–. Isabelle Sophia Lightwood, ¿te casarías conmigo?

Abro la cajita mostrando un anillo de oro con un rubí en forma cuadrada. El cielo es iluminado con fuegos artificiales, tal y como lo prometió Jace.

–Pero claro que acepto.

Saco el anillo y se lo coloco en el dedo. Izzy me rodea con los brazos mientras me besa y yo le regreso el beso al mismo tiempo que todo pensamiento racional se va por la ventana. Esto es perfecto.

.

~Nueva York (Instituto)~

Jace y Clary suben las escaleras y dejan un camino de agua tras ellos. Sé que Jace le hizo la misma pregunta que yo y por lo que parece también le fue bien, Clary ahora tiene un anillo con una piedra verde en la mano derecha.

–¡Oigan, tórtolos! –los llama Isabelle– ¡Será mejor que bajen, Simon me propuso matrimonio!

Clary chilla y baja corriendo las escaleras. Está empapada de pies a cabeza, pero eso no le impide abrazarme y después a Izzy.

–Felicidades. ¡Miren! –alza su mano presumiendo el nuevo adorno– ¡Jace también me lo propuso!

Cuando Jace baja, Izzy lo abraza y yo le doy unas palmadita en el hombro. Al ver que las chicas comienzan a hablar sobre sus propuestas decido concentrarme en Jace.

–¿Qué les pasó?

Jace me mira confundido y yo lo señalo.

–El bote que conseguiste no soportó una sacudida.

–¿Sólo una? Pensé que con lo feliz que estaban tendrían más de una.

–No me refiero a "sacudida", una sacudida. Intenté acercarme, pero se volteó y terminamos en el agua.

–Entonces, ¿no hubo sacudida?

–Yo no dije eso –sonríe y sé que detrás de esa sonrisa hay un mundo de perversión y lujuria en el que no me quiero meter.

Las chicas siguen hablando y en un momento llegan a la fecha de la boda y los planes para el pastel y los invitados. Me encantaría invitar a mi madre, pero para ella soy el monstruo que mató a su hijo, espero que mi hermana venga sin que se intimide por los demás. Una palabra suelta me golpea fuerte: futuro. Izzy en un momento morirá y yo me quedaré solo. No le he hablado de la oferta de Raphael, no quiero preocuparla y no es algo que importe mucho, porque ya he tomado mi decisión y Raphael la conoce: Cuando Iz muera yo viviré en el Dumort. Después de todo, una eternidad solo no es algo que me guste.
Pero mejor no pensar en eso ahora, ahora mismo todo es perfecto.

~Alacante (salón de los acuerdos)~

DOS MESES DESPUÉS

Isabelle ''

–¡Dije que hortensias azules! –grito al teléfono– ¡Inútiles descerebrados!

–Pero, señorita, yo tengo apuntada su orden de veinte docenas de rosas rojas –el hombre se escucha un poco nervioso y no es para menos.

–Escúcheme y muy bien, mi nombre es Isabelle S. Lightwood, ¿qué nombre tiene en esa orden? –quiero mantenerme tranquila y respirar... pero veo el montón rojo y necesito gritarle a alguien.

–Lo lamento –lo sabía, no es mi nombre–. Ya envié a unos hombres con la orden correcta y recogerán todas la rosas rojas. Realmente lo siento, señorita...

–La próxima vez hágase un examen de la vista o anote con una letra más grande –digo antes de colgar.

Doy pisotones hasta salir del cuarto lleno de rojo. Intento contar para tranquilizarme, uno, dos, tres, cuatro... rojo.

–¡Estúpidos floristas! –grito irritada y pateo la puerta.

–¿Isabelle?

Jace usa un traje negro decorado con runas doradas.

–Hola –saludo moderando mi voz.

–¿Tan mal me veo?

–No –me acerco y acomodo su corbata dorada–. No, te ves muy guapo.

–Entonces ¿por qué estás molesta?

–Porque los floristas de Idris son unos ineptos que no saben diferenciar entre Lightwood y Lightorm.

Jace ríe y me toma por los hombros.

–Suerte que los floristas no se encargan de los huérfanos, o yo sería Jace Lightorm.

–Pero eres Herondale –le recuerdo.

–Y ya se te olvido el enojo, denle las gracias a Jace Lightorm.

Me río por sus idioteces, pero es cierto, ya estoy más tranquila.

–Isabelle, vine porque Clary me lo pidió. Quiere verte en el cuarto de la novia, necesita ayuda con su vestido.

–Perfecto –me alejo para tomar unas escaleras que dan al cuarto de la novia–. ¿Y cómo está Simon?

–Ya que me viste, él será una gran decepción.

Ruedo los ojos y sigo mi camino. Una vez enfrente de la puerta toco dos veces.

–Clary, soy yo, Isabelle.

Escucho pasos y la puerta se abre mostrando a Jocelyn con un elegante vestido verde.

–Isabelle, pasa.

Una vez dentro, veo a Maia con un vestido corto de falda verde y corpiño azul, y mi madre con uno totalmente azul marino. Ambas están paradas frente a una puerta.

–¿Qué pasa?

–Clary está dentro –responde Maia preocupada–. Y no nos abre, dice que sólo lo hará si eres tú.

Me acerco a la puerta y toco con urgencia.

–Clary soy Izzy, ¿puedes abrirme?

La puerta se abre y veo el baño vacío.

–¿Clary? –pregunto no muy segura.

–Entra, Izzy –está detrás de la puerta.

Con dos pasos quedo dentro y ella cierra la puerta. Doy media vuelta... y está perfecta, nada fuera de lugar.

–¿Clary, qué pasó?

Esperaba que su vestido dorado se hubiese roto o que su peinado estuviera deshecho.

–Lo que pasa es que estamos a una hora de empezar y tú no tienes tu vestido.

–Eres... ¡Creí que algo malo te pasaba!

–Y me pasa. ¡No estás lista!

Ruedo los ojos y me acerco para darle un zape en la cabeza.

–¡Mi peinado! –se queja corriendo al espejo.

Salgo digna y veo que afuera las tres damas cargan un perchero con mi vestido. >Malditas confabuladoras.<

Clary --

Me miro en el espejo por centésima vez. Mi vestido dorado es corto en el frente y largo con cola por detrás, con runas de matrimonio bordadas en blanco. Realmente me gusta, realmente me siento como una novia.

–Clary –llama mi madre–. Te aseguro que te ves hermosa.

–Gracias –dejo mi reflejo y veo como Maryse le arregla la falda a su hija.

–Oh, Isabelle –se queja Maryse intentando acomodar el tul–. ¿No pudiste pedir un vestido más complicado?

–Pero es hermoso –Isabelle pasa sus manos por la parte alta intentando alisar el corpiño dorado y corsé.

–Y muy problemático –asegura Maia detrás de ella.

Lleva más de veinte minutos apretando las cuerdas azules del corsé.
Golpes en la puerta se escuchan.

–Voy yo –se ofrece mi madre.

Mientras tanto, yo le acomodo los tacones dorados a Isabelle.

–Cónsul –saluda mi madre y entra junto a Jia.

La Cónsul viste una capa con runas doradas y en sus muñecas lleva listones azules. El azul es el color tradicional de las bodas de subterráneos.

–Wow. Se ven hermosas.

–Gracias –respondemos Isabelle y yo.

–Bien, la ceremonia comenzará en unos minutos.  Ya deben bajar.

Maryse se aleja de la falda y Maia por fin termina con el corsé. Abajo, Catarina, que usa un vestido como el de Maia, nos espera con ramos de hortensias en fundas doradas. Yo acepto el mío e Isabelle el suyo con una rosa roja en medio del mar azul.

–Pensé que...

–Me pareció que se vería más bonito así –interrumpe Catarina a Isabelle.

–Pues tienes razón, se ve muy bonito –con una sonrisa sigo por el pasillo hasta un pasillo con una alfombra dorada que lleva a una puerta cerrada.

–Esperen mi señal –Jia se coloca frente a nosotras–. Catarina, entras primero, después Jocelyn con Clary, seguida de Maia y finalmente Maryse e Isabelle. ¿Entendido?

Todas asentimos y Jia entra. Mis nervios están en el aire y me obligo a respirar, tengo que respirar... no es nada del otro mundo, sólo una boda, mi boda con Jace Herondale. Pronto seré la señora Herondale. >Clarissa Herondale... no, aún suena mal.<

Simon ~~

Jia entra y se coloca detrás de nosotros. Yo estoy junto a Jace en el altar, ambos con el mismo traje, sólo que el mío tiene la estrella de los hijos de la noche bordada en los puños con hilo azul. Aún recuerdo cuánto me sorprendí por la decisión de las chicas de tener una boda doble, pero más fue mi sorpresa cuando la noticia se hizo pública. Todos querían ver a los semi ángeles casárse y al vampiro diurno con la mayor de los Lightwood. Eso técnicamente no es cierto, pero considerando la edad de Alec...

–Simon –me habla Becky desde su asiento–. ¿Todo bien?

–Perfecto –aseguro con una mueca que pretendía ser una sonrisa–. Perfecto, perfecto.

–Eh, diurno –me reprende Jace-. No quiero que vomites en mi boda.

–También es mi boda –le recuerdo y miro a mi hermana–. Estoy bien, Becky, sólo nervioso.

Fue difícil que viniera. Primero le comenté que me iba a casar y ella se emocionó y me golpeó por ni siquiera saber quién era la novia; lo que nos llevó a una muy larga charla sobre este mundo y mi prometida. Después tuve una larga reclamada por parte de la Cónsul y el nuevo Inquisidor Carstairs, de que no tenía que hablar del mundo de las sombras con un mundano, que fui irresponsable, que esta sería mi única advertencia, y bla, bla, bla. Mi hermana está sentada en medio de Raphael y Helen, quien intentaba sostener a Alec mientras Aline se encarga de Magnus. Alec usa un trajecito negro y Magnus uno azul claro, elección de las chicas desde luego.

–¿Listos muchachos? –Jem se ve extraño con su túnica de Inquisidor.

No lo habíamos visto desde la guerra, porque él y Tessa decidieron ir a Los Ángeles para vigilar a los Blackthorn.

–Nerviosos –miro a mi hermana que me sonríe para tranquilizarme.

–Habla por ti, yo estoy fresco como una lechuga.

–Los nervios son normales, incluso en un Herondale –Jem se coloca al lado de Jia y más tarde sube Nightshade, el representante de los vampiros.

–Muy bien –Jia alza una mano y la marcha nupcial comienza.

Las puertas se abren y todos se ponen de pie. Primero entra Catarina sonriente, después Clary con su madre tomándola del brazo, seguidas por Maia y finalmente la veo, envuelta en un vestido con tul y corsé. El dorado sin duda le va bien, se ve hermosa.

–Sentados –ordena Jia cuando las chicas terminan su caminata–. Nos hemos reunido aquí para celebrar dos bodas, dos uniones de almas que se aman con todo su corazón. La primera, entre Jonathan Christopher Herondale y Clarissa Adele Fairchild, y la segunda, entre Simon Lewis e Isabelle Sophia Lightwood.

Jia y Jem se colocan detrás de Jace y Clary. Su boda será primero.

Jace ^^

–Jonathan Christopher...

–Jace –corrijo a Jem–. Mi nombre es Jace.

–Jace –suspira derrotado–. Jace Herondale. ¿Has encontrado aquel que tu alma ama?

–La he encontrado. Y no la dejaré ir.

–¿Serás quien la guíe en la oscuridad y llevará a la luz, quien la protegerá de toda adversidad y amará hasta que su corazón deje de latir?

–Seré –respondo a Jia.

–Clarissa Adele Faichild –comienza Jem–. ¿Has...?

No escucho el resto porque estoy muy ocupado levantando la manga del saco y después la camisa para dejar mi brazo al descubierto. Sólo escucho la última respuesta de Clary.

–Siempre lo he sido.

Jem da una señal y Jocelyn se acerca con una cajita plateada. La abre y veo dentro nuestras dos estelas. >Por el ángel, mi mano tiembla.<

–Primero el hombre –indica Jia al ver que me toma un momento reaccionar.

Siguiendo la tradición, me acerco y coloco la punta de la estala en la piel de Clary para comenzar a trazar la runa de matrimonio. Una vez listo, ella traza la misma runa en en mi brazo. Se siente... raro, como si tuviera una nueva cuerda que me ata a otra persona, pero esta cuerda es más suave, más estable y de algún modo más fuerte que la parabatai.

–Y ahora, Simon Lewis e Isabelle Sophia Lightwood.

Más tarde me marcará la runa en el pecho, pero es oficial, estoy casado con la mujer de mis sueños.

Isabelle ''

–Simon Lewis –comienza la Cónsul–. ¿Has encontrado aquel que tu alma ama?

–La he encontrado –responde sin vacilación–. Y no la dejaré ir.

–¿Juras cuidar de ella, hasta que el sol deje de resplandecer en lo alto y los mares se sequen? —continúa el vampiro.

–Lo juro.

–Isabelle Sophia Lightwood –repite Jia–. ¿Has encontrado aquel que tu alma ama?

–Lo he encontrado. Y no lo dejaré ir.

–¿Juras cuidar de él, hasta que el sol deje de resplandecer en lo alto y los mares se sequen?

–Lo juro.

>Jamás pensé que el voto de los subterráneos fuera más cursis que el nefilim.<
Nightshade hace un gesto y mi madre se acerca con una caja de cristal que guarda una pequeña daga, ella la abre y yo tomo el arma. Simon extiende su brazo y yo le hago un pequeño corte en la muñeca, cuando su sangre sale me inclino para succionarla. Después que me retiro y la herida está cerrada, (dejando una cicatriz permanente) le ofrezco mi brazo y él me muerde, fuerte, pero sin dejar de ser delicado. Cuando se aleja deja dos puntos en mi brazo, puntos que también son permanentes.

–Ahora los declaro marido y mujer –Jia coloca un pedazo de tela que envuelve una copa de vidrio en el suelo y Simon la pisa.

–¡Mazal tov![**] –grita la hermana de Simon.

Todos se levantan y yo me inclino para besar a Simon, y sé que Clary y Jace hacen lo mismo.

Sí, todo es perfecto.

....

[*] City Pier A es un muelle histórico que se encuentra en Battery Park, Nueva York. Está inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos desde el 27 de junio de 1975.

[**]Mazal tov: Del hebreo [מזל טוב] / Yidis [מזל טוב] significa literalmente "buena suerte". Es utilizada en hebreo moderno, y en otros idiomas occidentales. Frecuentemente se la asocia a "felicidades".

Recordemos la religión judía de Simon.

Continue Reading

You'll Also Like

687K 89K 63
"Y si no eres el amor de mi vida diré que me equivoque de vida y no de amor" Cuando Izuku observó como Kacchan le decía que sería padre, supo que en...
526K 78K 200
[TERMINADA] Magnus Bane, el gran brujo de Brooklyn, se encuentra caminando, como cualquier día normal, en una calle cualquiera, cuando ve a un joven...
14.3K 1.4K 6
Louis va a Love On Tour Amsterdam y lleva un letrero sobre su novio que lo engañó, lo que llama la atención del famoso cantante Harry Styles. Surge l...
1.6K 95 6
Vitíligo. Enfermedad que causa la pérdida de color de la piel en manchas. Las áreas descoloridas generalmente se agrandan con el tiempo. Puede afect...