Externo:
Es lindo enamorarse, o al menos eso dicen, pero hay que recordar que el amor tiene dos caras. La de la felicidad y la de la decepción. Felicidad, bueno. La felicidad en el amor se basa en que la persona amada y la que ama se corresponden mutuamente, son pareja y tienen la libertad de celarse, besarse y abrazarse. Decepción, la decepción en este caso llega ―tal vez― a un nivel enorme de dolor, no físico, pero sí psicológico. La persona en este caso solo observa, como el amor de su vida ―como tacha en ese momento a la persona― es feliz con otro que no es él o ella. Ve cómo se celan, besan y abrazan, pero esta solo se contiene mirando sin decir nada, tragándose el nudo en la garganta formado por la escena vivida.
Veamos, Rubén. Él en este caso es el decepcionado de las dos caras del amor, solo observa la felicidad de la chica cual ama. Aunque él niegue que ya no la ama, él mismo sabe que el mentira.
«Un clavo saca a otro clavo» Que falsedad más barata, sí se quiere a alguien hay que agotar las últimas esperanzas en intentar para no llegar a la necesidad de buscar a otro y que llene ese vacío que dejó al que le llamabas amor de mi vida.
«Sí amas algo, déjalo ir» Típica frase ocupada por cobardes, ¿Si tanto lo amas, en serio lo dejarías ir? Cobardía absoluta.
«No eres tú, soy yo» Cuatro puñaladas por la espalda. Sin embargo la persona piensa que al que se lo dice es con la intención de suavizar el balde de agua fría que le está echando encima. Cuando en realidad le quiere decir: No te amo, ya no lo hago.
«Cuatro vodkas y un tequila» Cuando se acaban las esperanzas y recurres al alcohol para olvidar a como dé lugar a la persona amada.
«Solo son nuevas experiencias» Mujeriego empedernido. Destruido por un amor no correspondido.
«Hola, ¿Sabes? Lo he pensado bien y creo que fui un(a) completo(a) imbécil, sí aún me amas creo está bien intentarlo» Él o la se le va el plan a la mierda, porque a pesar de todo la o lo sigue amando.
«Te amo» Cayó de nuevo, se volvió a enamorar de la misma persona que luchó por olvidar.
Rubén:
― ¡No! ¡Ese no! ¡No gusta Rubén! ―frunció el ceño, Anna.
― ¡Me has hecho probarme más de cuatro! ―le recuerdo a mí hermanita. Ella infló sus mejillas con una cantidad de aire acumulado allí dentro.
―Por mí anda de vago sí quieres, yo no quero' a Valerie, ¡Pero no! Al tonto que tengo de hemano' le gusta una largurucha, flaca y sin gracia, ¡Agh!
―Anna... ―observé a través del espejo de la tienda, no había sido cien por ciento sincero con ella.
―Quero' a "____", y lo sabes.
Callé, acomodé la corbata que caía en mi pecho y rodeaba mi cuello.
― ¿Me acompañarás a comprar las flores o no?
La niña movió sus pies que no llegaban a tocar el suelo, los miró unos segundos y alzó la vista para mirarme.
―Las de los jardines del parque están bien. ―sugiere inocente.
―Ni de broma, eh.
Anna abrió sus ojos como platos y salió corriendo de la tienda, me alerté al ver su reacción, salí tras ella, pero el guardia de seguridad se interpuso.
― ¿Va a comprar eso? ―señala mi traje, habla serio y con voz ronca, mierda. Da miedo con esos brazos.
―Eh... Eh... Cla-claro. ―tartamudeo al momento de tenerlo en frente, él me sonríe y ejerce una presión en sus brazos, causando que se marcaran aún más. Paso saliva nervioso, seré alto, pero no me serviría de nada la altura con tremendos brazos en contra.
―Muy bien, lo acompaño a la caja. ―carcajeó sin gracia, cogió mi brazo bruscamente y me llevo a donde se encontraba la cajera.
― ¿Qué pasó ahora, Charlie? ¿Otro chico intentando robar? ―intuye erróneamente una chica de cabello castaño claro.
"Charlie, Charlie: ¿Me
saldré con la mía?"
En mi mente imagino como el lápiz voltea, dios. Con los nervios que te traigo me imagino puras idioteces.
"Sí/Sí"
―Lo pensaba llevar al corral para investigarlo. ―acota cruzado de brazos; regalándome una mirada asesina.
¿Corral? ¡¿Qué corral?! No tengo tiempo para estar ahí rodeado por bebés con... Baba... Pañales y sus sonajeros...
― ¡No! ¡Al corral no! ―ruego afligido. El señor me mira ahora confuso y la chica con una sonrisa.
―Pero míralo Charlie, tiene una cara de buen sujeto. No creo que haya querido robar. ―rueda los ojos... Maia. Eso aparece en un pequeño recuadro de presentación: "Hola, soy Maia".
―Solo iba a salir puesto que mi hermana corrió fuera de la tienda, la quería alcanzar ya que la última vez que hizo eso se extravío en el centro comercial.
Hago memoria ya un tanto exhausto por la situación actual, el hombre resopla y saca un walkie talkie, para luego decir de mala manera:
― ¿Cómo se llama tú hermana?
―Anna.
― ¿Y tú? ―alzó el mentón de forma desafiante. Suspiro, y contesto:
―Rubén...
―De acuerdo, ―activó el aparato presionando un botón y habló por el― Anna, si estás escuchando esto te queremos informar que tú hermano Rubén está muy preocupado ya que saliste del local de la nada, te pedimos regresar a la tienda ubicada en el segundo piso frente las escaleras mecánicas, gracias.
―Bien.
"Charlie" alejó el aparato de su boca y se giró a hablarme, asiento tímidamente.
―Está listo, ya le he avisado de cierto modo a tu hermanita.
―Woah, tu obra de caridad del día, eh. ―se mofó la chica riéndose del hombre, él solo se sonrojo como respuesta a la burla de ella.
―Mejor vuelvo a trabajar... ¡Hey, tú! ―llama mi atención gritándome, veo hacia él y me dijo:
―Sí tú hermana no ha de llegar en diez minutos le dices a Maia que me avise para ir por ella, ¿Entendido?
―Como usted diga. ―musito para mí en general, pero fui escuchado por Maia, la cual solo me respondió con una cálida sonrisa.
― ¿Vas a llevar eso? ―señala mi traje Maia, sonriéndole asentí.
― ¿Te vistes así para impresionar a alguien en especial?
―Es más bien una ocasión especial. ―le corrijo, solo quería verme bien para esta noche. Solo eso.
―Muy bien, iré por ese traje en tú talla y color, ¿Vale?
Se acerca a mí para ver la etiqueta del traje, asiente y sale de su puesto de trabajo para ir a la parte trasera de la tienda.
Iba a ir a los probadores para deshacerme del traje, pero al sentir unas pequeñas manos tomarme de los pantalones, decido girarme y detenerme.
― ¡Rubén!
Exclama mi nombre Anna, elevó sus brazos hacia mi dirección para que la tomase en brazos. Cedí hacerlo y la cargué.
― ¿Me extrañaste, cierto? ―recargó su cabeza en mi hombro luego de plantear su pregunta tan bien formulada.
Externo:
La chica terminó de dar sus últimos toques de perfume. Tomó un brillo labial, pero la mano de su amiga la interrumpió de manera instantánea.
―Usarás este.
Sentencia enseñándole a la muchacha un color rojo, un rojo rubí, realmente precioso.
―Ven aquí. ―le dice ella mientras observa que su amiga se aleja con lentitud y a paso seguro del espejo de su cuarto.
Mientras que esta caminaba, llegó al lado de la otra mujer que ocupaba el cuarto aparte de ella. Se puso en frente y su amiga con el labial en mano, solo se dignó a sonreír de manera macabra.
Lo liberó de su tapa y lo acercó a los labios de la joven. Los pasó en una forma de vaivén y procuró no manchar más allá de los labios de la chica. De manera magistral logró terminar de maquillar la boca de ella. Sonrió triunfadora.
―Sólo te pido que recuerdes que al momento de besarle de manera salvaje y verle los labios con un tono más rojizo de lo normal, fui yo.
Flashback, ella
Miré por novena vez el móvil que estaba sobre la mesa de cristal del living. Llevé mis manos a la altura de mí boca un tanto preocupada, con un sosiego increíble.
Los nervios aumentan y me levanto de golpe del sofá en el cual estaba sentada. Paso mis manos por mi cabello revolviéndolo. Me ofusco y grito de la desesperación.
Tomó el móvil de mala manera y cae al suelo.
«Mierda»
Agaché mi cuerpo para recogerlo del piso. Lo palmeo contra mi mano con cierta angustia de algún modo.
"WhatsApp"
Susy:
Visto hoy a las 14:45 p.m.
Susy: ¿Ya le has avisado, verdad?
14:30 p.m
Yo: Jeje...
21:24 p.m
Cinco minutos más tarde respondió la pelinegra.
Susy: DILE YA, AHORA O TE PUEDES OLVIDAR DE TU VIAJE A LOS ÁNGELES.
Yo: NO ME LO PUEDES IMPEDIR JAJAJAJAJA.
Susy: ¿Eso crees? JÁ.
Susy: Tengo tú pasaporte guapa😌.
Yo: Golpe bajo.
Susy: Me amas, lo sabes.
Yo: SUSANA...
Yo: No quiero😩.
Susy: Lo harás, porque en el fondo sabes que quieres decírselo.
Yo: Agh.
Retrocedí para salirme de la conversación que tenía con Susana, bajé unos cuantos contactos hasta que llegué al de él.
Rubén:
Visto hoy a las 17:08 p.m
Los debates que hacía en mi cabeza me estaban causando una gran jaqueca.
No puede ser tan difícil...
«Eso no te lo crees ni tú»
Ya, es verdad. Tal vez no sea fácil. Me queda claro, pero tampoco puede ser tan difícil.
Yo: ¿Estás?
21:40 p.m.
Dos tickets aparecieron a la par del mensaje. Nerviosa, estaba muy nerviosa.
Bloqueé la pantalla del móvil, lo dejé sobre la mesa y comencé analizar mi departamento, hace ya un tiempo había vuelto a mí hogar. Mi padre me venía a ver los fines de semana y almorzábamos juntos, era normal, al menos para mí. Por un lado me alegraba, ya no debía ocupar los vestidos que me obligaba a usar cada vez que salíamos a cenar y el hecho de que almorzábamos juntos me hacía anhelar todas las comidas, que no pudimos compartir juntos.
Travis viene cuando quiere y no le niego la entrada, pero aun así siento que él confunde las cosas. Lo quiero, vale, pero no lo amo. Tal vez este mal hacerle creer que lo hago cuando no lo es, aunque bueno. Las mentiras piadosas tal vez no dañen a nadie... Que idiota. Eso es una gran mentira, esto es una gran mentira.
Mi madre viene una vez a la semana y me cuenta siempre lo mismo: Que se ha encontrado con Anna y esta quiere verme, yo igual deseo verle, pero como están las cosas con su hermano... Simplemente no se puede hacer mucho. "Magdalena te ha mandado saludos, cariño", me alegra saber eso, después de la escena vivida con Travis no se ha enfadado conmigo.
Me deprime saber que cuando le pregunto por Rubén ella solo me responde que lo ha visto con una chica muy bonita. Que se le ve feliz y lleno de vida. Es inevitable que se me forme un nudo en el estómago con esas palabras tan textuales por parte de mí madre.
Soy una completa egoísta. No debí haberle escrito.
Me arrepiento, pero ya no le puedo hacer nada.
No me percato del rato que ha pasado desde que le envíe el mensaje a Rubén.
Miré la hora, en el reloj marcaban ya las diez en punto.
Abrí la aplicación de WhatsApp para ver sí este había respondido, pero para... No sé si considerarla buena o mala suerte, pero él ya me había contestado.
Rubén: Estoy.
21:55 p.m.
Rubén: ¿Qué quieres?
21:55 p.m.
Siento la frialdad de sus palabras, realmente no sé el porqué de su enfado. Creo no haber hecho nada malo, simplemente de un día para otro me dejó de hablar, así, sin ninguna excusa, ni argumento de su parte.
Yo: Hace un tiempo me habías pedido ser tú novia y yo como respuesta simplemente te dije que si gustabas luego de tú rehabilitación podríamos hablar del tema... Y ahora quiero hacerlo.
Veinte minutos después el hombre me responde nuevamente:
Rubén: ¿Qué quieres hacer?
Luego de unos instantes le contesto.
Yo: Hablar de ese tema.
Yo: Te quería proponer algo.
Rubén: ¿Eso sería?
Yo: Cenar, mañana. Salir a cenar sin que nadie se entere.
Rubén: ¿Por qué tanto anonimato?
Rubén: ¿Acaso te avergüenza que la gente te vea con un ex drogadicto?
Yo: No metas palabras en mi boca.
Yo: Sabes que me importa exactamente una mierda lo que piensen los demás de ti y de mí.
Yo: Me da igual si te tachan de drogadicto, sé que ya no lo eres.
Yo: Solo quiero que nadie nos interrumpa.
Rubén: ¿Cuándo?
Yo: ¿Mañana te parece bien?
Rubén: Saldré con Valerie al cine.
Me sorprendí. Solo esa palabra me definía en ese momento: Sorprendida, diría que me siento ofendida, pero no. Es su vida y él puede hacer lo que se le plazca con ella, pero aun así... Debo admitir que me dolió.
«Te dolerá cuando sonría y no sea por ti, ¿Entiendes eso, verdad?»
Una frase del sermón que me había atribuido Susana horas antes de que me animara a enviarle el susodicho mensaje. Dios, no sabes cuánto me arrepiento de ello.
«No te dolerá a ti directamente, si no que a tú orgullo indirectamente, sin que te des cuenta de eso»
Fragmentos pequeños de las palabras de Susana retumban en mi cabeza. Siento que en cualquier momento va a explotar.
― ¡Joder...! ¡Para de una puta vez! ―grite completamente atormentada.
«Y el día en el cual ya no te ame, te darás cuenta que lo perdiste por completo»
Trato de dejar la tortura psicológica de lado por unos cuantos minutos. Cierro los ojos y los abro de golpe. Aquí vamos de nuevo...
«Te dolerá cuando sonría y no sea por ti, ¿Entiendes eso, verdad?»
«Lo entiendo perfectamente, pero he de saber que sí puedo hacer algo para cambiarlo lo haré»
Mente 0 - 1 Yo.
«No te dolerá a ti directamente, si no que a tú orgullo indirectamente, sin que te des cuenta de eso»
«Mi orgullo deberá ser lo suficientemente maduro para asumir que perdió»
Mente 0 - 2 Yo.
«Y el día en el cual ya no te ame, te darás cuenta que lo perdiste por completo»
«Cuando llegue ese día no podré hacer nada, solo hacerme a un lado de su vida»
Mente 1 - 2 Yo.
Fue una respuesta muy vaga. Muy débil a comparación de las otras que di.
Vuelvo la vista hacia el móvil, la pantalla se había bloqueado ya que el tiempo de duración había expirado.
Desbloqueo y le contesto al chico:
Yo: Siendo sincera me da igual el día, solo quiero que hablemos de ese tema.
Pasa el rato, en un lapso que se me hizo corto a diferencia de los otros vividos anteriormente.
Rubén: Como gustes, nos vemos en tres días.
Fin flashback, Ella
Externo:
La joven de cabello castaño resopló.
―Lo de besarle de manera salvaje como dices lo veo casi imposible. ―reconoce la chica ya terminada de arreglar― Nunca creí volver a usar estos tacones, que madre mía sí que me joden los pies.
―Ya no quedaras tan pequeña al lado del. ―se burla Susana soltando una pequeña risilla que nacía en su garganta y salía de su boca.
―Sé sincera, Susy. Medio mundo queda pequeño a lado de Rubén. ―rodó los ojos, ____.
―Oye...
― ¿Qué pasa? ―acomodó su cabello hacia un lado y se giró hacia Susana.
― ¿Estás segura qué lo quieres hacer?
La duda se reprodujo rápidamente en la castaña, quedando así nula y petrificada por unos segundos.
Ella iba doblando la esquina de la calle, optó por caminar ya que para su suerte el restaurante no quedaba tan lejos de donde se encontraba su edificio.
Las luces de los postes caían sobre esta, sin embargo no le molestó en lo absoluto, para la joven fue de hecho mejor. Así no caminaba entre la oscuridad de la noche.
Está con los nervios a flor de piel y no lo puede disimular ante la vista de otros.
Chiflidos por parte de chicos que se hallaban cerca de una plaza. La muchacha no hizo más que sonrojarse y apresurar un poco más su paso.
Cuando vio las luces del restaurante su corazón se comenzó acelerar, sonrió de costado al ver a Rubén de traje y corbata. En las manos del chico destacaban unas rosas rojas. Podría jurar que eran igual o más preciosas que las que le había regalado o iban con la intención de regalárselas.
Algo tenía claro ella, y eso era que en esta noche no la iba a joder de ninguna manera posible.
Observó como el hombre de traje veía su reloj nervioso y miraba a todas direcciones, ella avanzó más rápido, pero la mano de un hombre en su boca la tomó por sorpresa. Respiraba en su cuello y un escalofrío recorrió el cuerpo de esta.
― ¿Adónde te diriges tan guapa si no es a mí cama, eh muñeca? ―murmuran sobre su cuello, los ojos de la joven se abren del impacto, no podía gritar y eso la comenzaba a desesperar.
―Te he hecho una pregunta. ―cambio radicalmente su tono de voz el hombre, ella no responde y mantiene silencio de manera constante ante él.
―Suéltame... ―logró musitar ____ aun teniendo la mano de él sobre su boca.
―Rubén se metió en terreno peligroso, cariño. Al igual que tú. ―avisa y besa el hombro descubierto de la chica.
―Él por meterse con mi mujer ―la apegó a su cuerpo haciendo que ella chocara contra él― y tú por hacerme infiel. ―pasó su lengua lentamente por el cuello de ella.
La muchacha liberó un sollozo ahogado al sentir su tacto, el miedo la invadía y no podía hacer nada para contrarrestarlo.
Miró hacia donde se ubicaba Rubén y este solo marcaba rítmicamente su pie al estar nervioso.
―Lástima que deberás dejar al pobre de Rubius plantado... ―fingió estar conmovido― Pero tú te vas conmigo.
Sacó un paño con cloroformo de su bolsillo; lo poso en la zona de la boca y nariz de la joven. Sus ojos comenzaron a pesar y hasta que finalmente se rindió y cayó dormida por el efecto del sedante.
El hombre la tomo por las piernas y con un hábil movimiento la dejo en su hombro, los brazos de esta caían por la espalda del, camino unos cuantos pasos de carácter firme.
― ¿Qué te hice, Nick...? ―balbuceó bajo los efectos del anestésico.
Nick la ignoró y se trasladó junto con ella a su camioneta negra, donde uno de sus empleados lo esperaba en el asiento del conductor.
Abrió una de las puertas traseras e introdujo el cuerpo inmóvil de su ex novia. Cerró seguido de eso y dio paso para pasarse al lugar del copiloto.
―Puedes poner el seguro. ―ordena Nick.
―Pobre del chico, grata sorpresa se llevará cuando vea que ____ nunca llegara.
De la garganta de Nick brotó una risa burlona.
―Quiero quedarme a ver eso.
―Como ordene, señor. ―sonrió su aliado.
El mundo le daba vueltas y unas posibles ganas de vomitar se aproximaban. Se removió en el asiento ____. Apoyo ambas manos a sus costados para darse una leve ayuda para levantarse.
Cuando vio a Rubén sentado en el borde de la acera se le encogió el corazón, el ramo de rosas que traía ya estaba marchitado.
― ¡Déjame bajar!
Desesperada intentó abrir la puerta del automóvil. Fue en vano, no pudo.
―Jefe, el chico se está levantando. ―señaló su acompañante, Nick solo sonrió victorioso.
―Duró veinte minutos esperándote... Que desperdicio de tiempo, macho. Vámonos, Mark.
Este acató la orden y puso el auto en marcha, el vehículo comenzó a andar. El auto avanzó lentamente en una dirección. En la de Rubén.
Él no se percató y ella solo azotaba la ventana del carro con sus manos con la mínima esperanza de que la viera. Los ojos de la muchacha amenazaban con desbordar en lágrimas, pero aun así no se detuvo en golpear la ventana.
― ¡Rubén! ―exclamó a la hora de ver al castaño levantarse del suelo. Él solo, con la dignidad que le quedaba, caminó cabizbajo hasta un tacho de basura donde botó las rosas marchitadas por el tiempo.
―Rubén... ―se derrumbó al ver que el mencionado emprendía viaje a su hogar en dirección contraria a la de ella.
Él... Él solo se marchó.
¿Y ella?
Solo dejó que su cuerpo se recostara en los asientos traseros mientras rompía en llanto.
Weeeeeeeeeeep, admito que me dio pena la última parte, ah.
⚡3555 palabras de capítulo, ES UN PUTO RECORD, mi manera de recompensarlas por la espera, de verdad lo siento mucho, en sí las he dejado dos viernes sin capítulo, je⚡
💮Para que vean que soy de retraso mental severo, hoy me he sentado sobre mi dedo y JURO haberlo escuchado como crujió, yo solo pensaba: Mierda. Mi dedo. CÓMO MIERDA TERMINO EL CAPÍTULO. Me van a matar. Okay fue el izquierdo. Relájate. POR LA CHUCHA ME DUELE EL DEDO. En esa parte fue donde me entro el pánico y me salió lo chilena, jeje💮
🍃Ahora tengo frío y... Pos me abrigo🙊🍃
🌿Ojalá y la próxima semana pueda subir Barwoman puesto que me la han pedido, pero no es muy seguro ya que estoy en temporadas de pruebas y tal. AHORA QUE ME ACUERDO... Una chica rubenftmiteta, que sus comentarios siempre me hacen reír, LO DEBO RECONOCER. Me sugirió la idea de un grupo en WhatsApp, pero no sé, SOY TÍMIDA. AH CASI, la verdad de algún modo necesito su opinión respecto a esa idea🌿
⬆Gif de Rubén en la multimedia⬆
⏪Nos leemos el viernes⏩
A no seeeeeeer...
~Alee^^