Pov Narrador omnisciente.
Las grandes y pesadas puertas de la mansión de los Kingston se abrieron, una camioneta negra lujosa y brillante iba ingresando a la morada de los líderes de Akela luego de que aquel auto haya pasado por los guardias que custodiaban la entrada.
El sol poco a poco se iba ocultando cuando uno de los vehículos blindados de Akela llamó la atención de muchos dentro del pueblo, así que nadie se abstuvo de cuestionar sobre aquellas personas que ingresaban a la manada, ya que infiriendo, se sabía que no eran sus reyes.
⎯Bienvenido, príncipe Félix ⎯ uno de los guardias le dio un cordial saludo al mellizo menor de los Kingston-Herbert, haciendo una reverencia luego de que aquel alfa haya bajado la ventana del auto para confirmar que era él quien estaba esperando a que le abrieran.
⎯Díganle a mi hermano que estoy aquí, por favor⎯ Félix pidió quitándose sus lentes, mirando de reojo la parte trasera del auto⎯ tengo...un pequeño recado para él.
⎯Enseguida⎯el guardia no tardó en acatar su orden, llamando a uno de sus compañeros para que realizara la petición del Kingston.
Felix tarareó tranquilamente, toqueteando con sus dedos el volante de su camioneta, unas grandes ganas de fumarse un cigarrillo le habían llegado de repente, así que esperaba salir de esto rápido y así darse su pequeño gusto.
Además, tenía que ir a buscar su amada y preciosa motocicleta, tuvo que dejarla en Polonia para que pudiera ser transportada aparte dado que no podía traerla con él.
⎯El Alfa Kingston lo espera en su oficina ⎯ El mismo guardia le habló luego de que le dieran respuesta por su intercomunicador.
Félix asintió sin mirarlo, preparándose para el futuro mierdero que estaría a punto de suceder.
Los pasos rápidos de Bastián lograban acaparar miradas curiosas por parte de los trabajadores, no solo era por su tan intimidante caminar, sino también por el rostro tan serio y gélido que mantenía, al igual que el fuerte olor que destilaba.
No era tan sorprendente como la actitud de su otro líder, ya que ver a su luna en ese mismo estado era algo que no se veía todos los días.
⎯¿No que él diría que llegaría con días de anticipación?⎯Ian casi soltó un gruñido caminando a la par de su marido. En ese instante agradeció que su Eli estuviera tomando su siesta luego de ser acorralado por aquella noticia ⎯ mi cachorro está aquí, esa gente es un peligro para él. ¡NO los quiero en mi casa, Ryu!
⎯Los trasladaré a los calabozos, Ian⎯Bastián hablo casi con neutralidad aun sin mirarlo, solo concentrándose en caminar hacia la entrada del castillo⎯ no tienes porque preocuparte.
⎯No entiendo cómo eres capaz de decirme esto⎯Ian rió sin gracia, sin terminar de digerir el tremendo giro que le dieron a su bonita tarde de domingo.
⎯Solo te pido que guardes la calma⎯Bastián le pidió, su rostro suavizándose por un instante al momento de dirigirse a su omega⎯ por favor Ian, esto es serio.
⎯Primero que nada, fuiste tú el de esta estúpida idea ⎯Ian lo señalo, abriendo la puerta de la oficina de su esposo con fuerza⎯ ¡tuya y de tu jodida fotocopia!.
Félix casi pego un brinco del susto sentado en la silla de oficina de Bastián, el alfa habia entrado al castillo y se habia quedado ahí en espera de la pareja fumándose un cigarrillo, sin esperar aquella entrada triunfal de su cuñado.
⎯¿Qué culpa tenía la maldita puerta?⎯Félix preguntó con burla, sin inmutarse ante la fulminante mirada del castaño.
⎯No estoy para tus tontos comentarios Dominic. ¿Dónde carajos están?⎯ Ian preguntó abruptamente, mirando con fiereza toda la habitación.
Bastián solo se cruzó de brazos, manteniéndose en silencio mientras miraba de reojo a su mate, aunque aquel estado de alerta y de rabia no solo se cruzaba en su rostro, sino también en su olor.
Pero por supuesto, Bastián no lo demostró tanto como Ian.
Félix soltó un bufido luciendo indignado, el mellizo menor solo le dio una calada a su cigarrillo, botando aquel humo mientras dejaba descansar sus pies en el pulcro y limpio escritorio de su hermano.
⎯Llevo fuera de Londres dos jodidas semanas para hacerles un jodido favor ¿y así es como me reciben?⎯Felix rodó los ojos apagando el cigarrillo⎯malditos, si son asi ahora, no me quiero imaginar el día en que me muera, bailaran sobre mi tumba desgraciados.
Ian solo bufó irritado, dispuesto a salir de la habitación para calmarse sino fuera porque su esposo, que estaba recostado en el marco de la puerta, lo tomó del brazo y lo volteo sin darle la oportunidad de que saliera del cuarto.
⎯Arreglemos esto de una vez⎯ Bastián habló con fuerza, viendo a su esposo sentarse en el sofá y a Félix acomodarse en su silla, sacando de sus jeans una bolsa negra, tirándola casi sin fuerza al escritorio.
La mirada curiosa de Ian lo observó, frunciendo su ceño de repente luego de que Félix le hiciera el ademán de que tomaran la bolsa.
⎯Son sus celulares⎯Felix respondió calmadamente luego de que el omega sacará aquellos dos teléfonos de la bolsa
Como si hubiera sido una peste, Ian los soltó casi de inmediato, haciendo una mueca de asco mirándolos.
⎯Dentro de ellos, se encuentra informacion valiosa⎯Felix comenzó a explicar luego de que, a diferencia de Ian, su hermano tomara uno de los celulares con curiosidad.
⎯¿De qué hablas?
Félix rodó los ojos chasqueando la lengua ante la pregunta del omega, mirando con aburrimiento a la pareja se encogió de hombros, la flojera se habia apoderado de su cuerpo, y solo esperaba terminar con esto para regresar a su departamento y tal vez a darse un buen y merecido polvo.
⎯Olvidenlo⎯Félix hizo un ademán con su mano⎯ les dire cuando me ronque el culo, ahora mismo hay cosas más importantes.
Bastián relamió sus labios, mirando la nada dentro de la habitación, concentrado, apretó sus labios viajando por sus pensamientos, hasta que la voz de su esposo lo interrumpió.
⎯¿En dónde los encarcelaste?.
⎯Están en el calabozo A-8, lo más alejados posibles, y con cuatro guardias custodiando, así que deja de preocuparte Fox⎯Félix contestó mucho más rápido que su hermano, mirando al rizado con sus ojos azules penetrantes⎯ no se han despertado, la droga que les meti al parecer fue muy fuerte.
Félix divago por un momento, antes de encogerse de hombros, aquella droga generalmente se la daban a hombres lobos convictos, pero él realmente quería ver que tan fuerte podría ser para un mundano.
Tal vez se hubiera preocupado sino supiera que esos dos estaban respirando, hubiera sido a la final un completo desperdicio de tiempo.
⎯¿Cuántas dosis les diste?⎯Bastián le preguntó alzando una ceja, sabiendo perfectamente hasta dónde era capaz de llegar su hermano menor.
El alfa suspiró pesadamente al no tener una respuesta por parte del contrario, pero con eso, fue más que suficiente para que Bastián lo supiera.
⎯Siguen vivos⎯Félix se escudo intentando una manera de defenderse de la pesada mirada de su hermano mayor.
⎯Por ahora⎯Ian habló entre dientes, soltando un gruñido, sentía las fuertes emociones de Kian, aquel lobo destilaba su molestia por cualquier lado, y es que para nadie era un secreto, que la mayoría de las madres llegaban a ser mucho más sobreprotectoras con sus crías al sentir que se encontraban amenazadas.
En este caso, Eleonor era un peligro para Ian, o más bien, una amenaza para él.
⎯Ian ⎯Bastián lo llamó en modo de advertencia, el nombrado solo soltó un gruñido como respuesta.
El alfa entendía perfectamente la situación, si de por si Ian es un omega celoso, el que se metieran con su título de madre lograba que lo fuera aún más.
⎯Según mis cálculos ellos despertaran en una hora o dos como máximo⎯Félix continuó con su poderosa explicación⎯ cuando lo hagan, no se si quieran ir a darles una pequeña visita o lo que sea, lo que si sé, es que sería bueno hacerles unas preguntas, tal vez para aclarar unas cosillas.
La voz de Félix se distorsionó un poco ante sus palabras, pero recobró su compostura rápidamente, y sin darle un momento de hablar al matrimonio terminó de explicar su plan de una forma sencilla.
⎯Hablaremos con ellos y si sucede algún altercado, no duden que tenemos un lobo dentro de nosotros, ya luego de que tengamos lo que queremos esos mundanos son todos suyos⎯una muy pequeña sonrisa llegó a los labios del ojiazul, que se levantó de la silla con una aura algo pesada⎯ ya luego de eso, Aquellos dos son su problema, y verán qué hacer con ellos.
⎯No me hago responsable si alguno de esos dos termina sin una parte de su cuerpo⎯fue lo único que contestó el omega, antes de salir de la oficina y dejar con la palabra en la boca a ambos alfas.
⎯Tu omega esta salvaje hoy.
Félix soltó de la nada, ganándose una mirada fulminante por parte de Bastián, quien casi salió corriendo detrás de su pareja.
⎯¿Quién es el bebito mas lindo? ¿umh? ¿quién es el cachorrito de mami?.
Ian habló con voz mimosa soplando pequeñas frambuesas en la barriguita de su bebé, causando que Elio se riera al escuchar los sonidos de peditos que su mami le hacia.
Elio se habia despertado justo en el momento en que Ian salía del cuarto, causando que el tomara eso como excusa perfecta para distraerse con su bebé aun cuando su mente era un caos y su sangre hervía de la rabia por los acontecimientos pasados.
Cuando Bastián entro al cuarto, no pudo evitar cuestionarse sobre la asombrosa dualidad que su bello esposo poseía dado que unos minutos atrás parecía un lobo salvaje y gruñón a punto de herir a alguien y ahora solo era una masita llena de amor maternal dirigido a su cachorrito.
⎯¿Te vas a quedar ahí parado?⎯Ian le habia preguntado al alfa mientras se ocupaba en arrullar a su bebito por toda la habitación.
Eli habia tomado su siesta y dado por los lindos mimos que su mamá le hacía, ahora se encontraba de un muy buen humor o tal vez mas somnoliento que antes.
⎯Amaaaa⎯Elio chilló soltando bonitos balbuceos, que derritieron el corazón de sus padres.
Ian solo rió entre dientes, sintiendo a Kian ronronear al tener a su cachorro seguro entre sus brazos, ahora estaba más calmado con el tan solo percibir el suave y dulce olor de su cría.
El castaño coló su nariz en el cuello de su bebé dejando pequeñas lamidas ahí en un intento de marcar territorio, sus dos colmillos le picaban con la intención de morder a su niño para asegurar su aroma impregnado en él. Esto era una vieja costumbre de los padres y madres omegas, con la única intención de demostrar su papel maternal en la vida de un cachorro y que este mismo lo reconociera como tal.
Bastián soltó un suspiro al saber lo que se avecinaba, Ian por nada del mundo intentara separarse de su pequeño, así que lo único que le tocaba era reunirse de paciencia, demasiada diría el.
Mientras tanto el cachorrito solo se acurrucaba más cerca de su madre, escuchaba a Milo soltar pequeños chillidos de alegría cuando aquel olor maternal y suave se impregnó en su cuerpo.
Pero el momento no le duró mucho, ya que pudo percibir un aroma algo agrio venir de su papi, ¿por qué estaba así? ¿tendría algún auchi?. Sin despegarse de lan, Elio soltó un pequeño grito tratando de llamar la atención del alfa y, sonrió satisfecho al lograr su cometido.
—dadaaaaaaaa— el pequeño puchero que se formó en los labios del bebé no fue ignorado por el mayor.
—Ouu ¿qué tienes mi pequeño munchy?— el mayor se acercó a su bebé y esposo, sabía que el Omega aún estaba enojado, pero no lo echaría si su bebé lo quería cerca, Bastián dejo una suave lamida en la mejilla de su Eli marcándolo con su olor al tiempo en que dejaba un rápido y casto beso en los labios de su mate, esperando que aquello bajara los humos, protección y sobre todo mal humor de su marido.
—Calmate, omega.
Bastián hablo por su lazo, luego de sentir como Eli se removía por la incomodidad creciente en su pecho, posiblemente al reconocer las emociones pesadas de Ian que no hacían más que causarle ansiedad e incomodidad a un cachorrito como él.
—Estoy bien—Ian respondió cambiando su voz drásticamente a una seria, era como si la bonita nube de algodón de azúcar se haya esfumado transformándose en una negra y oscura.
Bastián solo lo miro con seriedad, escuchando a Blake gruñir ante la rebeldía de su Omega, entendía su situación, pero los límites eran una parte importante dentro de todo.
—Voy a cambiarle el pañal a Eli — Ian volvió a hablar, suavizando su tono de voz al ver la pesada mirada de su alfa.
Bastián suspiro sintiendo un próximo dolor de cabeza abordarlo, dándole un beso en la frente de sus dos amores, salió en dirección a su oficina a hablar con su mellizo.
Tal parece que su domingo fue más que arruinado.
Pov Félix Kingston.
⎯¿Han visto al general Foster?⎯ le pregunté a un grupo de guardias que hacían rondas por el jardín, uno de ellos me miro y me respondió con una negativa causando que soltara un bufido por lo bajo.
Diablos Azael, pedazo de idiota, ¿ahora dónde estas metido?.
Sabía a ciencia cierta que ese estúpido cuñado mío estaba haciendo unas rondas por el castillo antes de volver a su puesto en la zona militarizada de Akela.
Lo que esperaba, es que todavía no se haya ido.
⎯¿Me buscabas, Dominic?⎯ di media vuelta cuando vi al mismo alfa estúpido caminar hacia mi, utilizando su uniforme militar azul que resaltaba su alto rango militar dentro de la manada.
—Por supuesto que no, ayudaba a Doris a buscar a Nemo—bufé con un notable sarcasmo en mi comentario — por supuesto que te buscaba a ti Foster, ¿Acaso no ves?.
Azael solo se encogió de hombros, parándose frente a mi de brazos cruzados y una leve sonrisa en sus labios.
Realmente me dieron ganas de arrancarla y más al notar la burla dentro de ella.
—Calma, al parecer todos en esta casa están de mal humor hoy—habló frunciendo su ceño— Bastián me llamo y me dijo lo que sucedió, me pidió que trajera a diez de mis soldados al castillo.
—Eso pudo haber sido más bien una orden de Ian— dije para mí mismo, conociendo lo territorial, paranoico y sobreprotector que el castaño ese podía ser.
Rodé mis ojos al dar con el rostro confundido de Azael como si me pidiera indirectamente una explicación de toda esta mierda.
—Es mucho que decir— fue lo único que salió de mi boca mirando de reojo el otro lado del Castillo, lugar donde se encontraba el diabolico calabozo y los Maxwell.
—Pues— Azael miro la hora en su reloj de muñeca— tengo algo de tiempo.
Iba a dar otro de magníficos comentarios, cuando una de las sirvientas corría pálida hacia nosotros.
En ese instante me preocupe y pude sentir a Erix estar alerta al igual que el tonto de Azael.
Ver a aquella mujer me preocupo, quien entre jadeos intentaba decir siquiera una palabra.
La pobre parecía haber visto un fantasma y en el peor de los casos, creía que se pondría a llorar en cualquier momento.
—Los...prisioneros..—fue lo que entendí en medio de su balbuceo.
Mi instinto se activo aún más al escuchar eso, corriendo en dirección al calabozo sin esperar las siguientes palabras de la mujer.
Sentí a Azael correr detrás de mi, eso no me importó, sea lo que sea que haya ocurrido algo en mi me decía que sería mejor tener algo de ayuda de respuesto.
Jodida mierda.
Fue lo que pensé al escuchar a lo lejos gritos y más gritos.
Si, definitivamente este es un maravilloso domingo.
Primero que nada, no entiendo cómo es que llegamos al cap 100 si hace poco estábamos en el prólogo, agradezco todo su apoyo hasta ahora 😣
Y volví con capítulo nuevo y una buena noticia.
Primero, tengo receso de una semana, así que será tiempo suficiente para ponerme al día con esta historia y actualizar Genevieve.
Creo que el único día que no sabrán de mi sería el martes por motivos de un bonito quinceañero de su bella autora.
En fin, tengo tantas ideas que no se cómo desarrollarla, denme parte de su organización para poder plasmarlas bien.
¡Espero les haya gustado!.
¡Besos y abrazos!