73

5.2K 424 22
                                    

Elio miraba con serenidad los distintos juguetes que tenía regados en la cama de sus papis, acurrucado entre mantas dentro del nido que su mami le habia hecho especialmente para el

Habían llegado a casa luego de la sesión con Astrid, el dia habia pasado con tranquilidad, habia tomado lechita, habia dormido con su papi e incluso ayudó a mam con una de sus pinturas. Pero ahora, el sol poco a poco, se iba escondiendo, por lo que prontamente le tocaría volver al país de los sueños, solo que esta vez, sin poder dejar de lado la duda que sobresalía de su mente

El pequeño jugueteo con las patitas de su dinosaurio, al mismo tiempo que regaba sus demás juguetes con aburrimiento por el resto de la cama y parte del aire acondicionado de la habitación, hiciera que sus ya rulos desordenados, optarán por tener vida propia a la última instancia de mantenerlos...moderados, aunque no podía pedir mucho, no tenia ganas de ser peinado, no quería que le tocaran su rebelde cabello 

-¿Sucede algo, cachorro? - Elio alzó un poco su rostro, cuando su padre entró a la habitación, seguido de su mami, quien estaba lleno de algo de pintura por su camiseta 

-Nada papá...-Elio murmuró, volviendo a mirar a su amigo de peluche y sentir rápidamente como sus padres se sentaban a cada lado de el 

-¿estás seguro, mon soleil? - Ian volvio a cuestionar, doblando su rostro para mirar a su hijito, quien, distraídamente, posaba uno de sus deditos por las suaves mantas- sabes que puedes confiar en nosotros mi amor

-Mamá y papá te ayudaran en lo que sea, mi príncipe - Bastian agregó, dándole una suave sonrisa a su cachorro, mismo gesto que fue devuelto por el- ¿que te pasa cariño?

-¿por que estan tristes, papi? - Bastian e Ian fruncieron su ceño, y el primero dejó de lado el hecho de que venía a buscar unos papeles, solo para concentrarse en su hijito

-¿Por que dices que estamos tristes, mi niño?- Ian fue el primero en cuestionar, mirando con suavidad a su cachorro

-Porque Milo puede sentirlo - Elio murmuró dejando de lado a coco por un momento- ¿e-es por mi? - El mas pequeño hizo un puchero que temblaba, dando por el hecho de que en cualquier momento lloraría- ¿pol mi tienes bichitos tlistes?

-¿Que? - Bastian volteo con algo de brusquedad, al mismo tiempo en el que Ian se preocupaba mas de lo esperaba- ¿por que nos harias sentir triste, mi bebé?, si tu eres la razón de nuestra felicidad - el alfa acunó suavemente su rostro entre sus manos, dejando pequeños besitos en su nariz y mejillas- tú eres nuestra felicidad, mi pequeño tesoro

-e-es que, el otro dia los escuche hablando y dijeron mi nombre y creí que estaban tristes pol mi culpa - Elio habló con rapidez, ya sintiendo como Milo comenzaba a gimotear, y el mismo lo hizo cuando con suavidad, su papi lo tomo en sus brazos y lo acurruco en su pecho, acción que hizo  que soltara pequeños sollozos, que fueron levemente sellados por las feromonas maternales y paternales que sus papis soltaban- y...y...y palecian preocupados y...

-Shhh - Ian abrazo con cariño su cuerpecito- oh mi amor, lamentamos haberte preocupado de esa manera, pero no hay nada que temer, tú no eres el culpable de absolutamente nada, ¿si?, son cosas de adultos que nosotros resolveremos, tu no tienes porque preocuparte por eso, ¿de acuerdo?

-Pero...¡estaban tristes! - Elio rezongo, frunciendo su nariz ya colorada frente a sus padres- ¡yo lo sentí! y...y ¡a Milo y a mi no nos gustan cuando tienen bichitos que los hacen sentir tristes!..¡es feo! - lo último lo exclamó con una vocecilla algo aguda, demostrando su interés y preocupación en ellos, algo que, sus padres, no pudieron arrullar en voz alta, sintiendo sus corazones llenos y cálidos al escuchar aquellas palabras por parte de su cachorro

Cachorrito Perdido - ABDLWhere stories live. Discover now