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Elio abrió sus ojitos, soltando un pequeño bostezo somnoliento. Elio frunció su ceño, al percatarse de que Milo, ni siquiera había tomado el control cuando estaba dormido

Eso era raro...demasiado a su parecer, por lo que, con algo de curiosidad, quiso hablar con su lobo interior, solo para recibir gruñidos como respuestas y que Milo lo ignorara por completo

Un puchero se formo en sus labios, ¿acaso Milo estaba molesto con el?

De por si es berrinchudo...pero esta vez, Milo si se estaba tomando las cosas en serio

¿Acaso era porque había hablado con la señorita Astrid?, ella le había caído bien, era divertida, le permitió que jugara, dibujara, ¡incluso hablo con el y coco hasta el punto de regalarle plastilina!

Bueno, tal vez Elio era capaz de notar un olor algo mas fuerte desde el nido, no era desconocido, olía a sus padres después de todo, solo que era un aroma mucho mas...pesado

Un sentimiento de inquietud lo lleno por completo, y mucho mas al despertarse completamente y darse cuenta de que estaba solo en medio de aquel gran nido 

Elio tomo con cuidado a coco, quien yacía a su lado, tal vez, acompañándolo mientras el estaba en el país de los sueños. El cachorro poso su manita hecha puño en uno de sus ojos, mientras los achicaba y veía la hora en el reloj pegado a la pared frente a el 

12:45 AM

Casi eran la una de la mañana...eso lo sorprendió, ¿Qué chispitas estaba sucediendo?, era ya media noche, estaba dormido en el nido solito, con las luces encendidas, el olor de sus padres impregnado en el pero sin estar con ellos

¿Dónde estaban mamá y papá?

Elio se formulo aquella pregunta mentalmente, mientras, aun algo agobiado, torpemente intentaba llegar hasta la punta de la cama y salir de ella

Elio hizo una pequeña mueca cuando logro pararse, hace un tiempo que no caminaba...ya se estaba acostumbrando a ser cargado por sus padres y recientemente, solo a gatear

El pequeño de ojos turquesas miro sus pies descalzos, que sentían el frio del piso al tener el aire acondicionado prendido. Ignorando eso, Elio tomo la mantita peludita que había dejado caer al piso, y por supuesto, tomo a coco apachurrándolo entre sus delgados brazos

Seguía algo somnoliento y tal vez con algo de mal humor por el sueño, pero la curiosidad era mucho mas fuerte, además, no veía que estuviera haciendo algo malo. Solo iría a buscar a sus papis para que durmieran con el y listo 

Con cuidado, giro la fría manija de la puerta, solo para retener un bufido cuando dos guardias se colocaron frente a el, impidiéndole el paso

-Permiso - pidió con su voz mas suave posible, aunque salió mas como un hilo de voz entrecortada. Tal vez, debido a que terminaba de despertarse y eso, era algo notable debido a su rostro lleno de lagañas, algo de babita seca en un lado de sus mejillas, su cabello revuelto, y sin contar que la marca de la almohada había quedado en su cachete izquierdo

Los dos guardias, quienes custodiaban la habitación, se miraron y rápidamente negaron

-Lo lamente príncipe Elio, pero sus padres dieron reglas estrictas de que no podía salir de la habitación, estoy seguro que vendrán lo mas pronto posible - el guardia, que parecía ser el mayor, explico, al percatarse de que el cachorro estaba fuera de su Little space

-Pero solo iré a buscarlos - Elio señalo, frunciendo su ceño- ¡se perfectamente donde queda la oficina de papá!-exclamo ya algo ido-se que están ahí. ¿Podrían darme permiso? - intento nuevamente, sintiendo poco a poco como Milo volteaba a verlo, y del mismo modo, también se irritaba al saber que seguían privándoles el paso 

Cachorrito Perdido - ABDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora