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Pov narrador

—Shhh...ya~ya~—Bastian palmeaba con cariño, el traserito de su lloroso bebito, en un intento de consolarlo y hacer que pare su estridente llanto

Pero al parecer, nada de ese funcionaba, si no que al contrario, hacían que Elio llorara con más fuerza

El alfa se encontraba recostado en su cara y cómoda silla en su oficina, con un berrinchudo y llorón cachorrito colado en su pecho, y que ahora mismo, no pensaba en salir de su pequeño escondite durante un tiempo

La fina y lisa camisa de vestir de el pelinegro mayor estaba mojada por las lágrimas y moquitos que su bebé soltaba, y que, aun con los intentos del alfa por calmar a su niño, parecía que nada funcionaba

—No llores amor...—Bastian habló con suavidad, con aquel tacto y cariño especial que solo le guardaba a su pequeño hijo y que nadie más podía  ver y escuchar a excepción de su omega. El hombre comenzó a acariciar la espalda de su cachorro, quien en ese momento solo vestía una camiseta roja con un gatito en el pecho, nada más que su pañal y unas medias blancas con estrellitas azules

Elio paro su llanto por un segundo, incorporándose en las piernas de su papá, con sus mejillas rojas y mojadas acompañadas de un tierno puchero

Bastian le sonrió con suavidad, secando las pocas lagrimas que bajaban de las mejillas de su pequeño. Y como si eso fuera una invitación, el puchero de Elio tembló y nuevamente un gran llanto llegó

Bastian dejó de lado los papeles y documentos que estaba leyendo, solo para pararse y acunar a su bebito, comenzando un suave balanceo con él en sus brazos

Al parecer, eso iba funcionando, el alfa cantaba una suave canción de cuna en el oído de su pequeño, al tiempo en que palmeaba su espalda y hacía pequeños movimientos, como rebotarlo con suavidad en sus brazos y pasearlo por toda su oficina, acciones que lograron hacer que el little, lograra calmarse

Pequeños hipidos y sollozos, eran los que se escuchaban por la habitación y que poco a poco iban desapareciendo, solo para dejar a un cansado cachorrito, acurrucado entre los protectores, cálidos y seguros brazos de su padre

—Ahi esta...—Bastian musito con cariño—todo esta bien amor, papi te tiene, no hay razón para llorar mi vida. Todo esta bien, hermoso

Elio sorbió sus moquitos, mirándolo aún recostado en su hombro. Bastian solo le dio una cálida sonrisa, dejando un suave beso en su frente, específicamente en la parte donde se notaba un una marca con un leve color rojizo

—D-dadaaa—Elio volvió a llorar, aferrándose a su papi como si su vida dependiera de eso, ya que en si, el dramático bebé asi lo sentia

—Ya esta amor, mi bebito valiente, todo ya paso...shhh, papá está aquí y siempre te protegerá de todo, mi niño, todo está bien...—Bastian susurro, esta vez, sentándose en unos de los sofás que estaban en su oficina, acurrucando a su bello niño entre sus brazos

El alfa acaricio la cabecita de su pequeño, quitando varios de sus rizos de la frente y dejando suaves y castos besitos en ella

—Alfa, aquí tiene la pomada que me mandó a buscar —Una sirvienta entró a la oficina, luego de pedir permiso. Bastián asintió, estando más encismado en calmar a su bebé

—Gracias, dejala en mi escritorio—El alfa pidió, y tal como lo estipulo, la mujer dejó el pequeño tarro blanco en aquella mesa de caoba al lado de la computadora, para al final salir de la oficina luego de dar una reverencia

—Vamos a colocarte algo de cremita corazón —Bastian habló suavemente, dejando otro beso en la frente de su pequeño

El pelinegro mayor volvió a sentarse en su silla, y luego de acomodar a su cachorro en su pecho, de modo en que su rostro, quedara recostado en su hombro

Cachorrito Perdido - ABDLΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα