Tom abre lentamente los ojos y encuentra una sala oscura a su alrededor. La confusión se apodera de él mientras recuerda el encuentro con Lady Black y cómo fue atacado y secuestrado por ella. Trata de moverse, pero se da cuenta de que sus manos y pies están atados. La sensación de impotencia lo envuelve mientras intenta recordar cualquier información que pueda ser útil para escapar de esta situación. La incertidumbre se cierne sobre él mientras espera descubrir los motivos detrás de su secuestro y encontrar una manera de liberarse de su cautiverio.
Tom, con cautela, comienza a explorar la sala en la que se encuentra. A medida que sus ojos se ajustan a la oscuridad, distingue algunos detalles. Las paredes parecen ser de piedra fría y húmeda, con marcas antiguas grabadas en ellas. A su alrededor, hay algunas antorchas apagadas, que apenas aportan algo de luz tenue.
Mientras avanza lentamente, Tom nota una mesa en el centro de la sala. Sobre ella, hay varios objetos misteriosos: frascos con líquidos de colores extraños, pergaminos enrollados y extraños artefactos mágicos. También encuentra un libro abierto con extraños símbolos grabados en sus páginas.
En una esquina de la sala, vislumbra una puerta cerrada. Se acerca con cuidado, esperando encontrar una forma de escapar. Sin embargo, al intentar abrirla, descubre que está firmemente cerrada y parece ser impenetrable.
La sensación de desesperación aumenta en Tom mientras continúa buscando pistas o cualquier indicio que pueda ayudarlo a entender su situación y encontrar una manera de pedir ayuda. Cada segundo cuenta y está decidido a encontrar una salida de este cautiverio y enfrentarse a Lady Black para descubrir sus verdaderos motivos.
Tom, agotado y desesperado, se sobresalta al ver a Lady Black entrar en la sala. Su figura oscura y misteriosa se destaca en contraste con la tenue iluminación de la habitación.
Lady Black se acerca lentamente a Tom, una sonrisa siniestra dibujada en su rostro. Sus ojos fríos y penetrantes parecen atravesar el alma de Tom, generando un escalofrío en su espina dorsal. El silencio pesado se rompe solo por el eco de sus pasos mientras se acerca cada vez más.
Tom, con una mezcla de miedo y determinación, intenta mantener la compostura mientras la mira fijamente. Sus pensamientos se agolpan en su mente, tratando de encontrar una salida o una forma de enfrentar a su captora.
–¿Por qué estoy aquí? ¿Qué es lo que quieres de mí? –Dijo Tom con voz confundida y preocupada.
–Tom, déjame explicarte. Estoy siendo perseguida por una organización que desea mi muerte. Quieren acabar conmigo por lo que poseo, y es por eso que te he traído aquí. –Dijo lady Black con serenidad y determinación.
–¿Qué tengo yo que pueda interesarte tanto? ¿Por qué planeas entregarme a ellos? –Dijo Tom sorprendido.
–Tú tienes el poder del fénix, Tom. Eso es lo que ellos desean. Estoy dispuesta a entregarles tu vida a cambio de mi libertad. Para mí, lo más importante es asegurarme de que ellos me dejen en paz. –Dijo Lady Black con frialdad.
–¿Me estás diciendo que planeas sacrificarme para salvar tu propia vida? ¿Qué me harán a mí? –replicó Tom con incredulidad y temor.
–Te matarán. Eso es lo que sucederá si entregamos lo que buscan. Pero para mí, mi libertad y mi supervivencia son primordiales. Estoy dispuesta a pagar cualquier precio por ello. –respondió Lady Black con indiferencia.
–¡No puedes hacer esto! ¡No puedes decidir sobre mi vida de esa manera! ¿Y qué hay de tu conciencia? ¿No te importa el daño que le causarás a otra persona? –respondió Tom con voz temblorosa.
–Mi conciencia es un precio pequeño a pagar por mi libertad. No puedo permitir que me atrapen y me arrebaten todo lo que he conseguido. Tú, Tom, eres solo una pieza en este juego. –Replicó lady Black con desprecio.
Tom se quedó en silencio, asimilando la dura realidad de la situación en la que se encontraba. Sabía que estaba en peligro, pero también comprendía que Lady Black era capaz de cualquier cosa para protegerse a sí misma.
–¿No tienes ni siquiera un poco de remordimiento por lo que planeas hacer? ¿No te importa el daño que me causarás? –dijo Tom con voz entrecortada.
–Lo lamento, Tom. Sé que esto es difícil de aceptar, pero mi libertad es más importante para mí en este momento. No es algo que desee hacer, pero no veo otra opción. –respondió lady Black suspirando.
–No entiendo cómo puedes ser tan egoísta. Sacrificar la vida de otra persona por tu propia comodidad... –Tom miró a lady Black con frustración.
–Entiendo tu enojo y decepción, Tom, pero mi situación es complicada. Hay mucho en juego para mí y no puedo permitir que todo se desmorone. Ojalá las cosas fueran diferentes. –dijo lady Black con algo de tristeza.
Sin decir una palabra más, Lady Black se da la vuelta y se aleja, dejando a Tom solo con sus pensamientos. Mientras ella se marcha a cumplir con sus recados, Tom queda sumido en una mezcla de tristeza, confusión y resentimiento por la situación en la que se encuentra, sin saber qué deparará el futuro ni cómo podrá escapar de su destino incierto.
Tom, quedando solo en la habitación oscura, se sumerge en sus pensamientos, tratando de entender la situación en la que se encuentra. Se pregunta qué tipo de organización puede estar detrás de Lady Black y por qué están tan decididos a matarla. También se cuestiona el poder que ella posee y cómo puede haber llegado a esta situación.
Tom reflexiona sobre las posibles respuestas, tratando de reconstruir el rompecabezas en su mente. Quizás la organización sea una sociedad secreta que busca eliminar a aquellos con poderes mágicos como el suyo. Tal vez Lady Black posee algún tipo de habilidad especial que la convierte en una amenaza para ellos, razón por la cual está dispuesta a sacrificar la vida de Tom para protegerse a sí misma.
Los pensamientos de Tom se entremezclan con emociones de incertidumbre y temor. Siente la urgencia de descubrir más sobre la organización y los motivos que la llevan a buscar su muerte. Sin embargo, también se siente atrapado y vulnerable, sin saber cómo escapar de esta situación y si encontrará la ayuda necesaria para hacerlo.
Tom sabe que debe mantenerse alerta y buscar cualquier pista o información que le ayude a entender mejor la situación en la que se encuentra. Solo así podrá encontrar una manera de enfrentarse a esta misteriosa organización y, tal vez, encontrar una forma de salvar su propia vida.
***
Kenny, preocupado por la ausencia de Tom, decide visitar a West Macaber en su despacho para buscar ayuda e informarle sobre la situación. Entra al despacho y encuentra a West sumido en sus pensamientos, pero al notar la presencia de Kenny, le dedica una mirada interrogante.
Kenny entra al despacho de West Macaber con una expresión seria Profesor Macaber. –necesito hablar con usted. Tom no ha venido a clase hoy y cuando fui a su casa, nadie respondió. Estoy preocupado por él. –Dijo Kenny.
West Macaber frunce el ceño al escuchar las palabras de Kenny, captando la seriedad de la situación.
–¿Qué quieres decir con que Tom no ha venido a clase y nadie responde en su casa? Esto es inusual. Supongo que tienes una explicación convincente para su ausencia. –declaró West con un tono alto.
–No tengo ninguna explicación, profesor. Solo estoy aquí para informarle y buscar ayuda. Tom es responsable y no falta a clase sin motivo. Necesitamos descubrir qué está pasando. –respondió Kenny con tono brusco.
West Macaber se toma un momento para procesar la información y luego se levanta de su escritorio, acercándose a Kenny con una mirada seria.
–Está bien. Entiendo tu preocupación. Vamos a tomar medidas para resolver este problema. Pero recuerda, mantén la calma y sigue mis instrucciones. –Dijo West.
–Está bien, profesor. Haré lo que sea necesario para encontrar a Tom. –asintió Kenny bruscamente.
Kenny y West se dirigen hacia la casa de Tom para buscar pistas sobre su paradero. Mientras caminan, mantienen una conversación tensa pero determinada.
–Profesor Macaber, no sé qué pudo haberle pasado a Tom, pero algo no está bien. Necesitamos encontrarlo lo antes posible. –replicó Kenny con una expresión seria.
–Tienes razón. No podemos permitir que Tom desaparezca sin más. Debemos buscar pistas y seguir cualquier indicio que nos ayude a dar con su paradero. –asintió West Macaber solemnemente.
Llegan a la casa de Tom y comienzan a investigar meticulosamente, revisando habitaciones y buscando cualquier señal de lo que podría haber sucedido.
–No hay rastro de Tom por aquí, profesor. ¿Dónde podría estar? –Declaró Kenny frustrado.
–Debemos ampliar nuestra búsqueda. Tal vez podamos obtener información en la escuela o preguntar a sus amigos. Alguien podría saber algo. –dijo West pensativo.
Deciden dirigirse a la escuela Yellowstone, donde hablan con los compañeros de Tom en busca de cualquier pista que los acerque a su paradero.
–Alguien debe haber visto algo o tener alguna idea de dónde podría estar. ¡Hablen ahora! –exclamó Kenny interrogando a sus compañeros.
–Kenny, recuerda que debemos mantener la calma y ser respetuosos. La información que obtengamos será crucial para encontrar a Tom. –replicó West más calmado.
Continúan interrogando a los compañeros de Tom, recopilando información y construyendo un rompecabezas de pistas que esperan los lleve hasta él. A pesar de sus diferencias y actitudes distantes, Kenny y West están decididos a encontrar a su amigo y compañero de clase, y harán todo lo posible para lograrlo.
***
Raymond, el tío de Tom, camina con una expresión seria y determinada mientras busca algo en el exterior de la casa. Sus ojos escudriñan el entorno en busca de cualquier pista que pueda revelar información sobre el paradero de Tom. Su rostro refleja preocupación y tensión, y su ceño fruncido revela la seriedad de la situación.
Raymond se mueve con agilidad, inspeccionando cada rincón y examinando minuciosamente cualquier indicio que pueda encontrar. Su mirada se detiene en marcas en el suelo, en la dirección en la que apuntan las hojas caídas, en cualquier objeto fuera de lugar que pueda haber pasado desapercibido.
Mientras avanza, su mente trabaja a toda velocidad, evaluando diferentes posibilidades y conexiones. Sus acciones son firmes y decididas, sin perder tiempo en distracciones. Raymond sabe que cada segundo cuenta y que encontrar pistas relevantes es crucial para descubrir el paradero de su sobrino.
A medida que continúa su búsqueda, una mezcla de determinación y preocupación se refleja en sus gestos y movimientos. Sus manos se mueven ágilmente, examinando detalles y tomando notas mentales de cada hallazgo. A pesar de la tensión en el aire, Raymond se mantiene concentrado en su objetivo y no se rinde.
Con paso firme y actitud decidida, Raymond sigue adelante, determinado a encontrar cualquier pista que pueda ayudar a descubrir la verdad sobre la desaparición de Tom.
Continuará...