Capítulo 38: El Bosque del Mal

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Tom y Kenny se adentraron en el parque y buscaron un lugar apartado donde sentarse.

Tom y Kenny revisaron detenidamente el libro que habían encontrado previamente. Sus ojos escudriñaron las páginas en busca de cualquier información relevante sobre el poder del fénix. El libro estaba lleno de escritos antiguos, con ilustraciones detalladas y símbolos enigmáticos.

Con cautela, comenzaron a leer las descripciones de los portadores del poder del fénix en las páginas del libro. Descubrieron que aquellos que poseían este poder eran capaces de renacer de las cenizas, obteniendo una fuerza y habilidades extraordinarias. También se mencionaban los desafíos y riesgos asociados con el poder del fénix, como la lucha interna por controlar su poder desbocado.

Tom y Kenny intercambiaban ideas y teorías mientras avanzaban en la lectura. Estaban decididos a comprender mejor el poder del fénix y cómo podía estar relacionado con Tom. Cada página les acercaba un poco más al conocimiento que buscaban, pero también les planteaba nuevas preguntas.

Con cada descubrimiento, su fascinación y determinación crecían. Sabían que estaban ante algo único y extraordinario, y estaban dispuestos a desentrañar los secretos del poder del fénix, aunque eso significara enfrentar desafíos desconocidos en el camino.

Kenny miró a Tom con una expresión decidida. –Tom, he estado pensando. Si quieres descubrir más sobre el poder del fénix, tal vez debamos intentar forzar su manifestación. –dijo en tono serio.

Tom frunció el ceño, sintiéndose incómodo con la idea. –No sé, Kenny. Forzar algo tan poderoso y desconocido no suena muy seguro. –respondió con dudas en su voz.

Kenny asintió, comprendiendo las preocupaciones de Tom. –Lo sé, no es la opción más segura. Pero si queremos entender y controlar ese poder, tal vez sea necesario provocarlo de alguna manera –explicó con su habitual frialdad.

Tom se mordió el labio, pensando en las posibles consecuencias. –¿Y si no puedo controlarlo? Podría causar más daño que bien. –expresó con preocupación.

Kenny frunció el ceño y soltó un suspiro impaciente. –Si no lo intentamos, nunca lo sabremos. Pero te prometo que estaré aquí para ayudarte a mantener el control. –respondió con un tono de voz más suave, tratando de transmitir confianza.

Tom miró a Kenny, evaluando sus palabras. A pesar de sus diferencias, sabía que Kenny era fuerte y tenía la determinación necesaria para enfrentar los desafíos. Finalmente, asintió con una mezcla de nerviosismo y determinación. –Está bien, hagámoslo. Pero prométeme que serás cuidadoso y que estaremos juntos en esto. –dijo con voz firme.

Kenny asintió con seriedad. –Lo prometo, Tom. Estaremos juntos en esto, pase lo que pase. –respondió mientras su mirada se encontraba con la de Tom.

Con esa promesa, Tom y Kenny se prepararon para enfrentar el desafío de desencadenar el poder del fénix. Aunque tenían dudas y temores, sabían que debían enfrentar esta prueba juntos, con la esperanza de descubrir el verdadero alcance y control de ese poder ancestral.

En medio del parque, Tom y Kenny estaban inmersos en su conversación sobre forzar la salida del poder del fénix cuando, de repente, son interrumpidos por un extraño ruido que provenía de los alrededores. Ambos se volvieron rápidamente y vieron a dos figuras misteriosas acercándose a ellos.

Eran dos magos oscuros, vestidos con túnicas negras y con una mirada penetrante y maliciosa en sus ojos. Sin mediar palabra, los magos oscuros desataron rápidamente una serie de hechizos oscuros y destructivos en dirección a Tom y Kenny.

La sorpresa inicial dejó a Tom y Kenny momentáneamente desconcertados, pero rápidamente reaccionaron. Kenny, siempre frío y serio, se colocó frente a Tom, protegiéndolo con su cuerpo y desplegando rápidamente sus habilidades mágicas defensivas.

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