Capítulo 81: Ira

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El combate entre Liam y Roger comenzó con una intensidad nunca antes vista en el torneo. Ambos magos canalizaban su rabia y odio hacia el otro en cada hechizo que lanzaban. El campo de batalla se llenó de destellos de luz, fuego y hielo mientras los hechizos chocaban en el aire.

Liam atacaba con ferocidad, expresando su deseo de vencer a su rival y demostrarle que no era inferior. –¡Te voy a mostrar quién es el más fuerte aquí, Roger! –gritó Liam mientras lanzaba un rayo de energía hacia su enemigo.

Roger, por su parte, respondía con igual determinación y odio. –No eres más que un debilucho, Liam. ¡Te aplastaré como el insecto que eres! –exclamó con desprecio mientras conjuraba una ráfaga de viento para contrarrestar el ataque de Liam.

El odio entre ambos competidores era palpable en cada movimiento y cada palabra. Se insultaban y se desafiaban mutuamente mientras continuaban lanzando hechizos cada vez más poderosos. Sus varitas se movían con velocidad y precisión, dejando una estela de chispas en el aire.

–¿Es eso todo lo que tienes, Liam? ¡Eres patético! –gritó Roger, provocando la ira de su oponente.

–¡Vas a lamentar haberme subestimado, Roger! ¡Te mostraré quién es el verdadero mago poderoso aquí! –respondió Liam con furia en sus ojos.

El combate continuó con una ferocidad inigualable. Ambos magos estaban agotando sus reservas de energía y resistencia, pero ninguno estaba dispuesto a ceder. El odio entre ellos alimentaba su determinación para vencer al otro.

El público en las gradas estaba asombrado y cautivado por el combate, aunque también se sentía una tensión palpable en el ambiente. Liam y Roger miraban con incredulidad y preocupación, sin saber cómo terminaría esa batalla llena de odio y resentimiento.

Roger, con su astucia y malicia, había ideado un plan para engañar a Liam en medio del combate. Sabía que Liam era impulsivo y que podía utilizar eso en su beneficio. Mientras luchaban, Roger dejó una pequeña abertura en su defensa, como si estuviera fatigado o desprotegido. Sabía que Liam no resistiría la oportunidad de atacar con fuerza, y estaba en lo cierto.

Viendo la supuesta oportunidad, Liam no pudo resistirse y se lanzó con un ataque directo y despiadado hacia Roger. Sin embargo, en el último momento, Roger desapareció en un parpadeo, dejando a Liam golpeando el aire. El ataque de Liam había sido un cebo perfecto.

Justo cuando Liam se dio cuenta del engaño, una fuerza poderosa lo golpeó por detrás, haciéndolo caer de rodillas. Era un ataque rápido y certero que aprovechaba la distracción de Liam. Roger había regresado rápidamente y había aprovechado la oportunidad para golpearlo con fuerza.

Liam sintió cómo la fuerza del golpe lo aturdía por un momento. El dolor recorría su cuerpo mientras trataba de recomponerse. Roger estaba de pie frente a él, con una sonrisa retorcida en su rostro.

–¿Qué pasa, Liam? ¿Es eso todo lo que tienes? –se burló Roger mientras se preparaba para otro ataque.

Liam, enfurecido por haber caído en el engaño de Roger, canalizó su poder con aún más determinación. Se puso de pie y se preparó para contraatacar, ignorando el dolor y la molestia.

–Te voy a aplastar, Roger –gruñó Liam con rabia mientras lanzaba una serie de hechizos potentes hacia su enemigo.

Roger respondió con agilidad, esquivando los ataques de Liam con destreza. Continuaron luchando con ferocidad, pero Liam ya no caería en el mismo truco. Estaba más atento a los movimientos de Roger y redobló su cautela.

Sin embargo, la astucia de Roger y su habilidad para engañar a su oponente seguían siendo una amenaza. Liam sabía que no podía subestimar a su enemigo en ningún momento.

El Renacer del Fénix Where stories live. Discover now