Capítulo 24: El Último en Pie

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Shawn Delabour, con valentía inquebrantable, se plantó firmemente frente a Tarsker, desafiándolo a un enfrentamiento mano a mano. A pesar de conocer la abrumadora fuerza y el poder destructivo del aura negra de su oponente, Shawn estaba decidido a luchar hasta el final.

La batalla comenzó, y Shawn desplegó todos sus conocimientos y habilidades mágicas para enfrentarse a Tarsker. Sin embargo, a medida que la lucha avanzaba, quedaba cada vez más claro que la fuerza del enemigo era demasiado grande para él. Los ataques de Tarsker golpeaban con ferocidad a Shawn, dejándolo exhausto y herido.

Mientras Shawn luchaba, su mente se llenaba de recuerdos dolorosos de su infancia. Recordaba vívidamente cómo su padre, a pesar de ser el presidente del Ministerio Mágico, había sido una figura autoritaria y cruel en su vida. Los abusos y las experiencias traumáticas que había soportado a manos de su propio padre habían dejado cicatrices profundas en su ser.

Shawn se vio inundado por una avalancha de recuerdos dolorosos de su infancia triste y solitaria. Recordaba los días en los que su padre nunca le mostraba ni un ápice de cariño, la falta de interés en sus logros y el constante menosprecio hacia su persona.

En su mente, resonaban las palabras despectivas que su padre solía dirigirle: "Eres un fracaso", "No eres lo suficientemente bueno", "Nunca lograrás nada". Estas frases se repetían una y otra vez, alimentando la inseguridad y la baja autoestima de Shawn.

Los recuerdos de las fiestas y reuniones del reino en las que se sentía invisible y desplazado también se apoderaban de él. Observaba a su padre mostrando afecto y atención a los demás, pero parecía no reconocer su presencia, como si fuera un completo extraño en su propia casa.

Estos recuerdos amargos se mezclaban con la realidad de la batalla contra Tarsker. Aunque Shawn se encontraba físicamente en el comedor de la escuela de magia Yellowstone, su mente estaba atrapada en un laberinto de heridas emocionales. Sin embargo, a pesar de la tristeza y el dolor que sentía, también se despertaba en él una determinación feroz.

A pesar de los golpes que recibía, Shawn no renunciaba. El dolor y la angustia solo avivaban su determinación de resistir y proteger a aquellos a quienes amaba. No permitiría que su pasado oscuro lo consumiera, ni permitiría que Tarsker destruyera la familia que había encontrado en la escuela.

Aunque la batalla era desigual y parecía no haber esperanza, Shawn se aferraba a la fe en sí mismo y en sus amigos. Sabía que no podía dejar que el pasado definiera su presente y su futuro. La escuela de magia Yellowstone se había convertido en su hogar, en un refugio donde encontró aceptación y amor.

Con cada golpe y cada embate, Shawn se levantaba una y otra vez, alimentado por la determinación de superar los obstáculos y proteger a los que amaba. Su coraje era un símbolo de esperanza para todos los estudiantes presentes, recordándoles que no importaba cuán oscuro fuera el camino, siempre había una posibilidad de resistir y triunfar.

Y así, con su pasado como combustible y su amistad como escudo, Shawn se preparó para enfrentar a Tarsker una vez más, dispuesto a desafiar su fuerza y liberarse de las cadenas que su padre y el pasado habían impuesto sobre él.

Shawn cerró los ojos por un instante y se transportó mentalmente a su primer día en la escuela de magia Yellowstone. Recordaba claramente el nerviosismo que lo embargaba mientras caminaba por los pasillos desconocidos, rodeado de estudiantes emocionados y expectantes.

Fue entonces cuando sus ojos se posaron en un chico de cabello oscuro y una mirada curiosa que parecía estar tan perdido como él. Ese chico era Neiron. En un impulso de valentía, Shawn se acercó y entabló conversación con él, rompiendo así el hielo y formando un vínculo que perduraría en el tiempo.

Neiron se mostró amable y genuinamente interesado en conocer a Shawn. Juntos exploraron los pasillos, compartieron risas y descubrieron las maravillas de la magia que les rodeaba. A lo largo de aquel primer día, la soledad que había plagado la infancia de Shawn comenzó a desvanecerse, reemplazada por una sensación de pertenencia y camaradería.

A medida que los días y los años pasaban, la amistad entre Shawn y Neiron se fortalecía. Compartieron secretos, apoyaron los sueños del otro y se convirtieron en un apoyo incondicional en momentos difíciles. Juntos, descubrieron nuevas habilidades mágicas, se enfrentaron a desafíos y forjaron recuerdos imborrables.

En aquel flashback, Shawn revivió esos primeros momentos de conexión y confianza con Neiron. Recordó cómo la amistad de su amigo lo ayudó a superar sus inseguridades y a crecer como persona. Neiron se convirtió en el confidente que nunca había tenido, en el compañero de aventuras que siempre deseó tener a su lado.

Mientras la lucha continuaba Tarsker seguía aplastando a Shawn a golpes. El joven caía al suelo tras cada golpe y se levantaba tras cada golpe. Todo su cuerpo estaba lleno de sangre y heridas.

–No has tenido suficiente eh. –Tarsker que seguía golpeando al joven entre risas. –¡MUERE YA! –Tarsker finalmente le dio un puñetazo envuelto con el aura negro con todas sus fuerzas lanzandole directamente contra la pared destruyendola con el golpe. Shawn cayó al suelo de inmediato agonizando. Tan solo podía escuchar las carcajadas de su rival mientras su mirada se desvanecía lentamente.

Justo antes de cerrar los ojos escuchó una voz penetrante. –¡SHAWNNNNN AGUANTA! –El joven volvió a abrir los ojos pero su mirada estaba borrosa, miró levemente al otro lado del comedor y vio a su amigo Neiron llorando.

–Neiron... –pronunció con una voz temblorosa. Shawn se aferró a su vida y se levantó con dolor y heridas por todo su cuerpo.

–Todavía te levantas. No aprendes la lección crío. –Dijo Tarsker mientras sujetaba una espada envuelta en llamas negras de aura.

Por un momento Shawn comenzó a ver con mas claridad. –¡NEIROOON! –Gritó el joven mientras sonreía. Tarsker sorprendido se preparó para rematar al chico.

"Toda mi vida he estado solo... lo único feliz que recuerdo era mi madre. Ella rebosaba una sonrisa increible, era como una estrella. Pero murió cuando yo tenía cuatro años. Desde aquel día estaba solo con mi padre, el presidente del ministerio mágico. Mi padre nunca quiso tener hijos y siempre me lo dijo a la cara. Pasé toda mi infancia escuchando esas palabras en mi cabeza. Odié a mi padre con toda mi fuerza y durante muchos años tan solo deseaba morir. Que todo el dolor se acabara. Al menos así podría volver a ver a mamá... Pero no tenía el coraje de terminarlo todo. Pasaron los años y pensé que a lo mejor podría llegar a ser feliz algun día. Sonreír como una estrella igual que ella... Pero mi padre se encarcaba cada día de recordarme que mi existencia había sido un error y que jamás tendría que haber nacido. Así pensé durante muchos años, hasta que llegó ese día. Te conocí a ti Neiron. Eres la única luz que encontré en mi vida. Este lugar, estos pasillos, esta... gente se convirtieron en mi hogar. Por eso, moriré defendiendo YELLOWSTONE"

Shawn consiguió ponerse en pie y con su sonrisa miró de frente a su enemigo. Alzó el brazo preparado para darlo todo en el combate pero de repente una luz comenzó a brillar en su interior. Una fuerza como nunca antes había sentido, comenzó a desplegarse por todo su cuerpo. Tarsker miró a Shawn sorprendido sin entender que ocurría. Shawn empezó a notar como una fuerza mayor recorría su interior. De repente todo su cuerpo se vio envuelto en un aura dorado que relucía por todo su ser.

–¿Aura dorado? –Dijo Tarsker enfurecido. –¿¡Como demonios tiene este chico aura dorado?!

–Shawn. –pronunció Neiron mientras contemplaba al otro lado del comedor malherido en el suelo.

Shawn sintió una fuerza increible como nunca antes había sentido en su vida.

Shawn envuelto de aura dorado y con un valor gigante miró a su oponente ferozmente. –¡NO DEJARÉ QUE DESTRUYAS MI HOGAR!

Continuará...

El Renacer del Fénix Where stories live. Discover now