Capítulo 29: El Despertar

60 1 0
                                    

Tom se encontraba en el hospital, aún sin despertar después del ataque a Yellowstone. Su tío Raymond estaba sentado en la cama junto a él, visiblemente nervioso y preocupado. El sonido constante de los monitores y el olor a desinfectante llenaban la habitación. Los médicos y enfermeras iban y venían, ocupados en sus tareas.

Raymond miraba a Tom con ojos llenos de angustia, deseando que despertara y estuviera a salvo. Su mano temblaba ligeramente mientras la posaba suavemente sobre la de Tom, buscando cualquier indicio de respuesta. Sus pensamientos se mezclaban con las preocupaciones y los recuerdos del fatídico incidente en la escuela.

El silencio se volvía insoportable, solo interrumpido por el sonido del goteo del suero intravenoso y los suspiros de Raymond. Miraba el rostro pálido de Tom, recordando los momentos de felicidad que habían compartido juntos, los juegos en el parque, las risas en las reuniones familiares. Ahora, todo parecía desvanecerse en medio de la incertidumbre y el miedo.

Los minutos se convertían en horas, y el corazón de Raymond latía con ansiedad. Rogaba en silencio por la recuperación de su sobrino, por un milagro que lo devolviera a la vida. Cada latido era una plegaria desesperada, una esperanza que se aferraba a su corazón.

El sonido de los pasos acercándose hizo que Raymond levantara la cabeza. Era el médico de Tom, con una expresión seria en su rostro. Raymond se puso de pie, esperando ansiosamente cualquier noticia sobre el estado de su sobrino.

El médico miró a Raymond con compasión y dijo con voz tranquila pero cargada de preocupación. –Aún no hay cambios en su condición, pero estamos haciendo todo lo posible para ayudarlo a despertar. Mantengamos la esperanza y sigamos vigilando de cerca.

Raymond asintió con tristeza, agradeciendo al médico por su atención y dedicación. Volvió a tomar asiento junto a Tom, decidido a estar allí en cada momento, sin importar cuánto tiempo llevara su recuperación. Sabía que la fuerza del amor y la esperanza podían marcar la diferencia, y estaba dispuesto a aferrarse a ellas con todas sus fuerzas mientras esperaba el milagro que traería de vuelta a Tom.

Tom se encontraba atrapado en medio de esa pesadilla recurrente, incapaz de despertar y escapar de la tormenta que lo rodeaba. Sentía el miedo y la angustia invadiendo cada fibra de su ser mientras sus pies golpeaban el pavimento mojado.

Miró a su familia, sus padres y el niño desconocido, luchando por mantener el paso. Sus rostros reflejaban la determinación mezclada con el terror, y la lluvia se confundía con las lágrimas que caían por sus mejillas.

Los cinco magos siniestros continuaban su implacable persecución, arremetiendo con hechizos poderosos que sacudían el entorno. Relámpagos iluminaban el cielo oscuro, revelando destellos fugaces de los rostros malévolos que los acechaban.

Tom sabía que debía encontrar una salida, una forma de proteger a su familia y al niño desconocido. Su corazón latía con fuerza mientras buscaba desesperadamente una solución en medio de la pesadilla interminable.

En medio de la pesadilla, el padre de Tom, impulsado por una fuerza desconocida, se dio la vuelta y se enfrentó a los cinco magos con una rabia desatada. Su mirada ardiente reflejaba determinación y una ferocidad nunca antes presenciada.

Los magos se detuvieron en seco, sorprendidos por el repentino cambio en la dinámica de la pesadilla. El padre de Tom canalizó su ira en poderosos hechizos y ataques, desatando una fuerza destructiva que hacía temblar el entorno.

Uno a uno, los magos cayeron ante la incontenible furia del padre de Tom. Sus poderes mágicos parecían ilimitados, y cada golpe era certero y devastador. Los enemigos que los habían perseguido implacablemente se encontraban ahora derrotados a sus pies.

Tras el feroz combate, la familia de Tom y el niño desconocido buscaron refugio en una casa cercana. Con cautela, irrumpieron en el lugar, asegurándose de que estuviera desocupado y sin peligro aparente.

El ambiente de la casa estaba impregnado de un silencio tenso, solo interrumpido por el sonido de la lluvia que golpeaba las ventanas. Tom y su familia se agruparon en una habitación, tratando de recuperar el aliento y procesar lo que acababa de suceder.

El padre de Tom, con voz firme y una mirada tensa se acercó a su hijo y al niño desconocido. Sus ojos reflejaban comprensión y determinación mientras ambos niños lloraban, todavía asustados por los eventos que acababan de presenciar.

Tranquilos, no es la primera vez que nos persiguen. Dejad de llorar. les dijo el padre con una voz feroz, colocando una mano en el hombro de cada niño. Sé que esto es abrumador y aterrador, pero no están solos. Estamos juntos en esto, y juntos encontraremos el camino hacia la seguridad y la verdad.

Tom y el niño desconocido, aún sollozando, miraron al hombre con ojos llenos de esperanza y confianza. Sabían que podían contar con él en esos momentos difíciles.

El padre continuó. Lo que hemos presenciado hoy no es casualidad. Hay un poder dentro de ustedes, un poder ancestral y sagrado conocido como el poder del Fénix. Es un poder que les dará fuerza, protección y la capacidad de superar cualquier adversidad.

Tom y el niño desconocido se miraron el uno al otro, fascinados y a la vez confundidos por lo que acababan de escuchar. No tenían idea de cómo manejar ese poder, pero estaban dispuestos a aprender y dominarlo para su propia seguridad y la de sus seres queridos.

El padre continuó explicando. El poder del Fénix es un don especial y sagrado que solo unos pocos poseen. Nosotros somos guardianes de ese poder, y ahora es el momento de que ustedes también lo abracen y aprendan a controlarlo.

Los niños asintieron con determinación, decididos a explorar y comprender el poder del Fénix que yacía en su interior.

Debemos buscar sabiduría y entrenamiento. dijo el padre. Existen lugares secretos y personas que pueden ayudarnos a desarrollar y canalizar este poder. Nos embarcaremos en un viaje peligroso, pero juntos prevaleceremos.

Tom se despertó bruscamente, sintiéndose desorientado mientras miraba a su alrededor. Estaba en el jardín de su casa, pero algo era extraño. Se miró a sí mismo y se dio cuenta de que era un niño de 12 años. Su corazón latía aceleradamente mientras trataba de comprender lo que estaba sucediendo.

Justo a su lado, vio a su padre, quien parecía igualmente sorprendido por la situación. Juntos, se acercaron a la puerta principal de su casa y llamaron. La tensión y la intriga llenaban el aire mientras esperaban una respuesta.

La puerta se abrió lentamente, revelando la figura de su tío Raymond. La sorpresa y la confusión se reflejaron en los ojos de su tío al ver a Tom y a su padre en ese extraño contexto temporal.

Acto seguido, Tom despertó en el hospital, su mirada aún cargada de confusión por la extraña experiencia que acababa de vivir en su sueño. Miró a su alrededor y vio a su tío Raymond junto a él, con una mezcla de alivio y alegría en su rostro.

Sin dudarlo, su tío se acercó rápidamente y lo abrazó con ternura, demostrando el profundo alivio que sentía al ver a Tom despertar del coma. El cálido abrazo de su tío le brindó consuelo y le recordó que no estaba solo en esta situación desconcertante.

–Tom, ¡por fin estás despierto! –exclamó su tío Raymond con emoción contenida. –Hemos estado esperando este momento durante tanto tiempo. Estoy aquí para ti, sobrino. Siempre he estado aquí.

Tom, todavía asimilando todo lo que había experimentado en su sueño, correspondió al abrazo de su tío con gratitud. Se sentía reconfortado por la presencia familiar y el apoyo incondicional que su tío le brindaba.

–Tío Raymond... fue tan real, como si estuviera viviendo una vida paralela en mis sueños–murmuró Tom, tratando de expresar la extrañeza de sus experiencias.

–No te preocupes. Ya pasó todo. –Dijo Raymond mientras seguía abrazando a su sobrino.

–¿Que demonios ha pasado? –preguntó Tom confuso sin acordarse de nada.

Continuará...

El Renacer del Fénix Where stories live. Discover now