Jungkook detallaba el rostro pacífico de Taehyung desde que el sol empezó a colarse por la habitación. Pensando que parecía un ángel caído del mismísimo cielo. Se veía tan pacífico que podría comérselo a besos, pero sabía que decidía despertarlo de esa manera, lo más probable es que luego lo tuviera encima suyo con todas las ganas de comérselo a él.
Y si el vampiro era sincero, anteayer tuvieron mucha acción gracias a la sorpresa que su humano preparó para él. Su trasero seguía doliendo, por lo que no se arriesgaría a que lo dejara sin poder caminar una vez más. Al menos no por ahora.
Por esa razón Jeon optó por dejar un besito en su frente e ir con dirección a la cocina para prepararle un delicioso desayuno. Cortó algunas frutas como fresas, moras y cerezas para hacer un delicioso batido, mientras tomaba un tazón en el que vertería el crujiente cereal de hojuelas de maíz favorito de su lindo chico.
Una sonrisa tiró de sus labios rojizos al ver el impresionante resultado que logró conseguir.
No era lo mejor, ni tampoco lo más elaborado, pero sabía que su castaño lo apreciaría por el amor y dedicación puesta en su preparación.
En menos de un segundo, notó como le abrazaban por detrás y castos besos caían justo en la zona de su nuca. Un dulce escalofrío recorrió su cuerpo de pies a cabeza.
—¿Mi lord me está preparando el desayuno? Que lindo.
—No es nada. Quería tenértelo listo en lo que despertabas de ese sueño que parecía tenerte tan tranquilo. ¿Soñaste conmigo?
—Eres un presumido, pero de verdad hubiera querido que fuera un sueño que se tratara de ti, porque no me basta con solo tenerte cuando estoy despierto.
Con cuidado movió su mano hacia el brazo descubierto del azabache para acariciar con sus dedos la bonita pulsera de diamantes y rubíes que destacaba en su muñeca.
El vampiro giró su rostro para hacer contacto visual con su novio, enarcando una ceja con curiosidad.
—Eso es muy dulce, y créeme que, si de verdad pudiera soñar, querría lo mismo que tú, mi querido lirio.
—Lo sé...
—Pero dejando eso de lado, cuéntame un poco de ese sueño. Me dio curiosidad.
—Desde hace unos cuantos años llevo soñando lo mismo, pero no lo entiendo en lo más mínimo—explicó con aire pensativo—. Solo veo a un niño y habla mucho conmigo, pero ni siquiera sé de quien se trata. No le veo la cara.
—No cabe duda de que es un sueño muy extraño.
—Y qué lo digas, no entiendo el motivo. Pero supongo que no es nada de lo que deba preocuparme.
—Pienso igual—el vampiro giró su cuerpo, quedando atrapado contra la isla de la cocina, mientras las manos del mortal se apropiaban de su fina cintura—. No sé mucho acerca de sueños, pero la gran mayoría son producto de una creativa imaginación y tú que eres escritor debe ser tu pan de cada día.
—Un razonamiento muy inteligente de tu parte, Koo.
—Ahora dame un beso de recompensa.
Le dedicó una mirada de cachorrito abandonado a la que nadie sería capaz de resistirse. Besando sus labios con vehemencia hasta robarle un suspiro.
—Te daría mucho más, pero te tendré compasión porque luego te desquitas conmigo.
—Ya me conoces a la perfección, Tae.
—Como a la palma de mi mano—presumió con una sonrisa de lado—. Y no me lo puedes negar.
Ambos rieron con complicidad, separándose para tomar asiento en el comedor, a la par que el vampiro se encantaba con observar a su chico devorando su ligero desayuno.
Poco después de que limpiaran las cosas que el azabache utilizó para darle la pequeña sorpresa, la pareja se retiró a la sala para acurrucarse el uno contra el otro. Con Jungkook manteniendo su cabeza en el regazo de Taehyung, recibiendo caricias en su cabello oscuro.
—¿Hoy visitarás a tu gente, Jungkookie?
—Sí, es una pena que no puedas acompañarme—se incorporó del cómodo lugar para mirarle directo a la cara—. Te extrañaremos por esas dos semanas en las que no podrás ir de visita a nuestro escondite.
—Dos semanas de sacrificio para poder cumplir con la promesa que te hice lo más rápido posible—le recordó, acomodando un travieso mechón de cabello detrás de la oreja de su enamorado—. Muy pronto tendremos más tiempo para nosotros, quizá podamos viajar a algún lado.
—Esa es una fantástica idea. Lo bueno es que ya les avisaste a todos la razón de tu ausencia.
—Debía de hacerlo ahora que soy tu mano derecha, ¿no? —cuestionó con esa sonrisa cuadrada rebosante de seguridad—. Un líder siempre le informa a su gente acerca de sus planes.
—Tan sabio como siempre, pero igual ya cuentas con la llave especial para venir por si se te antoja.
—Ah, todavía no siento que me la merezca. Es un objeto muy importante para la seguridad de ustedes.
—No eres ningún desconocido para el clan Jeon, Taehyungie. Eres mi mate, próximamente pareja de sangre y segundo al mando. Todos estuvieron de acuerdo con que Yongsun noona te cediera su llave.
En la visita que realizaron el día de ayer, tuvieron una pequeña reunión con algunas personas del clan a petición de Kim, quien quería comunicar su mensaje personalmente como muestra del gran compromiso que tenía con los vampiros a cargo de su pareja.
Sin imaginar, que entre ellos estaba un traidor al que dicha información le cayó como anillo al dedo, pues el plan por fin podría dar inicio.
Dicho inmortal fue el que dio la idea para que el escritor tuviera en su poder una de las llaves, consiguiendo que los presentes le apoyaran, porque nadie podría desconfiar de uno de los suyos, ¿verdad?
—Entonces te prometo que la cuidaré muy bien. Así como se lo dije a Wooshik, porque gracias a él fue posible esto.
—Todos sabemos qué harás un magnífico trabajo.
Jeon lo tomó por el mentón, acercándole lo suficiente como para poseer sus labios en un intenso y significativo beso, antes de ponerse a hacer la limpieza general de la casa.
Las horas se les pasaron volando, hasta que después del almuerzo, Jungkook se marchó del hogar en el que convivía con el amor de su vida. Porque en estas últimas semanas, la única vampira de su consejo le dio la noticia de que tendrían a una visitante muy especial.
Porque después de varios meses en los que estuvieron planeando tantas cosas para darle un final a esta horrible situación, finalmente conseguirían a la última pieza restante para hacerle frente al perseguidor.
Mientras tanto, Taehyung se encontraba frente a su laptop, escribiendo con diligencia el quinto capítulo antes del final de su libro. Sus dígitos se movían con destreza sobre el teclado al estar con la inspiración al máximo.
Llevaba aproximadamente cuatro horas en la misma posición, por lo que supo que era buena hora para tomar un pequeño descanso. Salió de su estudio con dirección a la cocina para buscar alguna fruta, cuando escuchó el timbre de su casa.
"¿Quién podrá ser?"
No le pareció del todo extraño, porque usualmente aparecían los del servicio de paquetería a entregarle los pedidos que solía hacer por internet cuando le entraba el impulso de comprador compulsivo. A fin de cuentas, el dinero de su tarjeta de crédito era ilimitado. Y en otras ocasiones, eran personas al azar invitándole a adquirir todo tipo de servicios.
Sea quien fuera, su duda se resolvería en el preciso instante en el que abriera la puerta.
—¿Wooshik? ¿Qué haces aquí?
—¡Taehyung- ssi! ¡Problemas!
El rostro afligido del vampiro asustó al humano que necesitaba respuestas urgentes para sus interrogantes.
—Primero cálmate y entra a la casa—pidió al ver como uno de sus vecinos les quedaba viendo a lo lejos por el escándalo.
No podía arriesgarse a que se interesaran de más y eso pusiera peligro al clan Jeon.
El inmortal asintió con movimientos repetidos de cabeza, como si tratara de no sufrir un ataque de pánico en medio de la entrada. Por lo que Taehyung no dudó en tomarle de la muñeca para que pudieran protegerse de las miradas curiosas, cerrando la puerta detrás suya.
—Tranquilo, ¿qué fue lo que sucedió?
—N-Nos están atacando, Lord Jeon podría estar en grave peligro. Estoy aquí gracias a que Namjoon hyung me ayudó a salir para avisarte.
Eso no era ninguna mentira, pero el pobre vampiro de hoyuelos jamás imaginaría el verdadero motivo de su salida después de que le dijera que solo quería dar un paseo para despejarse como la vez anterior.
—¡¿Es el perseguidor?!
El humano sintió cómo la sangre se le ponía helada del miedo que comenzó a carcomer su organismo con una lentitud escalofriante.
Lo que más deseaba era ir a lado de Jungkook, tratar de ayudarlo, aunque no conociera una forma de conseguirlo.
Su parte racional no estaba funcionando como para ver las obvias alertas que ignoraba de manera deliberada.
Su corazón yacía acelerado, la cabeza le dolía por la presión y su respiración no tardó en volverse irregular.
—Dame un momento, tengo que buscar la llave para cruzar el portal—le calmó, poniendo sus manos sobre sus hombros a modo de consuelo—. No tardo mucho.
—V-Ve, no hay que perder tiempo.
El castaño ni siquiera respondió por irse corriendo hacia su habitación en búsqueda de lo que necesitaba. Cuando Wooshik perdió de vista al dueño de la acogedora vivienda, se fue hacia la puerta para abrirle a la mente maestra detrás del plan que parecía infalible.
Ninguno dijo nada, porque no había necesidad de compartir palabras.
En ese preciso instante, el vampiro era una simple marioneta que no estaba en sus sentidos desde que el brujo lo hechizó para cumplir con ese objetivo.
El inmortal se volvió sus ojos, oídos y voz.
Estaba en su absoluto control.
Por esa razón le fue muy fácil tantear el terreno para ver cuál sería la mejor opción para su venganza, porque a pesar de llevarla planeando por mucho tiempo, nada le convencía, pues existían muchas probabilidades de que lo atraparan en el acto. Por lo que cuando salió Taehyung a informar acerca de su ausencia por dos semanas, Wooshik no demoró en actuar, arriesgándolo todo con la sugerencia que hizo. Lo demás es historia, porque Sangbum consiguió infiltrarse exitosamente en el segundo hogar de Jeon Jungkook.
—Ya podemos ir...
El castaño se detuvo en seco al ver a un hombre encapuchado parado en medio de su sala, pero antes de que pudiera decir algo o cuestionarle al respecto al otro inmortal, el desconocido le tocó la frente y Taehyung se desmayó en los brazos del vampiro.
En ese preciso instante, el hombre se permitió sonreír al acercarse al espejo de decoración que reposaba en una de las paredes de la habitación.
—Prepárate maldito, que de esta no te salvas.
Su reflejo era una copia perfecta de Kim Taehyung.
Su apariencia era la misma de pies a cabeza. Ni el mínimo detalle faltaba en su rostro o en su vestimenta, asegurando su victoria al engañar al líder del clan Jeon.
—Vigílalo, y quizá te perdone la vida—demandó, ganándose un asentimiento de Wooshik, quien poseía una mirada vacía—. De verdad me gustaría ver cómo sufres al ser el único vampiro vivo que se quede sin su clan, viviendo con la culpa de ayudar a su verdugo.
Y sin más, Sangbum agarró la llave que el humano mantenía protegida en su mano como si de eso dependiera su vida, a pesar de que estuviera inconsciente.
—Quédate aquí, y no des problemas, Dae—acarició la mejilla del escritor al ponerse a su altura—. Tú no tienes nada que ver con esto. Eres una ingenua víctima, justo como en el pasado. Procuraré borrarte la memoria y empezarás de cero, lejos de esta mierda, porque te lo mereces.
Se puso de pie una vez más y sin mirar atrás, el perseguidor salió de la casa con un objetivo muy claro en mente.
Asesinar a su peor enemigo y acabar con su gente.
🍷
Kim Sangbum, o, mejor dicho, Kim Taehyung, no borraba la sonrisa de su rostro desde que la primera parte de su plan salió a la perfección. Cuando estuvo frente al portal que lo transportaría hacia el escondite de los Jeon, sacó la llave de su bolsillo para abrirlo y hacer su entrada triunfal.
Al estar del otro lado, los pocos vampiros que se encontraban fuera de sus hogares, no demoraron en regalarle reverencias y saludos, mientras le dedicaban palabras amables con el mensaje de que se alegraban de verlo por ahí, a pesar de que su situación fuera ocupada por su trabajo como escritor.
Cada detalle de aquel escondite era desconocido para él, pero se obligó a actuar con normalidad para que a nadie le pareciera extraño su comportamiento.
A lo lejos divisó un edificio que parecía distintivo a los demás, por lo que gracias a su intuición se dirigió hacia allá, esperando encontrar a Jungkook o alguien que pudiera guiarlo hacia el mencionado.
Sin embargo, antes de que pudiera seguir su camino, alguien lo tomó por la muñeca. Su primera reacción fue querer defenderse, pero se contuvo de no armar un escándalo que pudiera delatarle.
—Tae, ¿qué haces aquí?
—Oh, hola... —sus ojos recorrieron el rostro de aquel rubio del que no conocía su nombre, pero por su trato ameno, suponía que era mucho más cercano a Dae que cualquiera de los otros inmortales que le dieron la bienvenida—Hyung...
—Nunca me llamas hyung, eso es raro.
—Cuando me toman por sorpresa, me pongo más respetuoso de lo normal.
"Vaya excusa de mierda, ojalá se la crea".
—Oh, ya veo. No importa, ¿vienes a buscar a Jungkook-ah?
—Sí, justo a eso vengo—aseguró con confianza, jugando con sus manos para parecer inocente después de que Jimin le soltara—. No resistí no estar a su lado, lo extraño mucho.
—Eso es muy lindo y típico de ustedes. No cabe duda que adoran la compañía contraria.
—Sí, es algo que no cambiaría por nada. ¿Dónde está él?
—En su despacho—con su dedo señaló por inercia el lugar a un lado del edificio que captó la atención del castaño—. Apenas debe estar poniéndose cómodo, porque hace poco estuvo conmigo, los demás miembros del consejo y...
—¡Genial, iré a verlo!
Quiso ponerse en marcha una vez más, pero la fina voz del rubio lo interrumpió.
—¿No piensas saludar primera a los chicos?
—Eh, los saludaré después. Me urge ir con Jungkook.
—De acuerdo, entonces ve. Nos vemos luego, Taehyungie.
—¡Adiós!
El humano se despidió con un ademán, corriendo lo más rápido que sus pies le permitieron, mientras Park veía como desaparecía de su campo visual.
—Está un poco raro, es muy extraño que lo llame por su nombre cuando siempre lo trata de apodos bonitos. Quizá discutieron y quiere arreglar las cosas con él. Sí, eso tiene sentido para mí.
Después de divagar en voz alta, Jimin se dio media vuelta con la intención de ir hacia su casa para mimar a sus dos gatitos que esperaban por él, después de que tuviera que encargarse de designarle un hogar provisional a la fémina de cabellos oscuros que sería el "as" en su plan de defensa contra el ser que les arrebató la vida a tantos de los suyos.
Mientras tanto, Lord Jeon se mantenía revisando algunos documentos que Lee Jieun le entregó cuando intercambiaron unas cuantas palabras en la habitación perteneciente a su consejo.
Aquella mujer era una buena amiga de su adorada noona, la cual pertenecía a un aquelarre de brujas muy conocido. No obstante, los increíbles poderes que los seres de su especie poseían se quedaban cortos si se los comparaba con el don más significativo que la mujer de cabellos negros poseía.
Jieun era capaz de conectar con el pasado de una forma tan irreal que parecía sacado de las películas fantasiosas que veía con su lirio, lo que en su caso les garantizaría conocer más acerca de las motivaciones del perseguidor y también, estudiar cada uno de sus movimientos con mayor precisión para trazar un plan defensivo contra cualquiera de sus posibles ataques.
Convencerla para que les ayudara fue una tarea muy difícil por el simple hecho de que los demás seres sobrenaturales rara vez se metían directamente en problemas que no eran de su incumbencia.
Por ese motivo, cuando se dio el conflicto entre los lobos y los vampiros, en el que murieron los progenitores de Jungkook, nadie hizo nada para detenerlos o intentar mediar entre ellos. No obstante, unos años después lograron firmar un tratado de paz para que los conflictos no resurgieran y el tema quedara hasta ahí. Porque ambas especies tenían cosas más importantes de las que encargarse en lugar de seguir viviendo de viejos rencores.
Pronto tendría que hacer una nueva reunión para comunicar la buena nueva a su gente y a su pareja, porque ambos desconocían la participación de la bruja en el enfrentamiento que sería inevitable.
Varios golpecitos en la madera de la puerta interrumpieron los pensamientos del vampiro, quien solo respondió con un "puedes pasar", suponiendo que era alguno de los inmortales de su consejo.
Grande fue su sorpresa al ver a Kim frente suyo, mostrándole esa preciosa sonrisa cuadrada que provocaba que sus orbes escarlatas se volvieran más brillantes que de costumbre.
—Lirio, ¿por qué viniste?
—Te extrañaba tanto—confesó, acercándose a paso lento después de ponerle seguro a la puerta—. ¿Acaso no puedo visitar a mi novio?
—Pero tu trabajo... Parecías muy empeñado en dedicarte a ello.
—A veces podemos tomar decisiones al apuro. Pero si quieres quedarte tranquilo, ya terminé con lo que debía hacer hoy.
—Eso es bueno, me alegra que estés aquí.
La sonrisa pintada en sus labios delataba lo contento que Jeon se encontraba al tener consigo a su mate. Ansiando darle un adelanto de lo que conversó en esa tarde con la mujer y su círculo más cercano.
—Créeme que a mí me alegra más.
Apretó la piedra de krystallos que mantenía oculta en el bolsillo de su pantalón, manteniendo esa expresión feliz, pero falsa en su rostro.
Al fin obtendría su venganza y nadie podría detenerle.
Por otro lado, Hoseok se encontraba con Seokjin buscando una película interesante que pudiera entretenerles después de un largo día de trabajo en la editorial de VanteBooks. El mayor se llevaba las palomitas de maíz a la boca de forma despreocupada, mirando la pantalla del Smart TV, cuando una maravillosa idea se le cruzó por la cabeza.
—Oye Hobi, ¿por qué no invitamos a Tae y a Jungkook?
El publicista dejó de pulsar los botones del control remoto para dedicarle su total atención a su buen amigo.
—Tae te dijo que no quería que nadie lo interrumpiera en su proceso creativo, porque le falta casi nada para terminar el libro.
En su tono de voz se apreciaba el regaño.
—Sí, pero yo soy el CEO y puedo pedirle que por hoy se tome un descanso.
—Eso es abuso de poder—bromeó, escuchando cómo su acompañante soltaba un bufido—. De acuerdo, me parece una idea tentadora. No obstante, si Tae dice que no, no pienso insistirle.
—Me parece un trato justo.
Acto seguido, Hoseok tomó su móvil de la mesita central de su sala para marcar el número del escritor. Seokjin le miraba expectante, pero luego de un minuto entero en el que el tono de espera se repetía de manera incesante, un sentimiento extraño se apoderó de ellos.
—Rara vez Tae no responde, ¿estará bien?
—Quizá está entretenido con Jungkook, aunque se supone que a estas horas debería estar con su gente, ¿no?
—Tienes razón, Jin hyung—se mordió el labio, pensando en opciones lógicas que calmaran su naciente angustia—. ¿Deberíamos llamarle? Puede que cambiará de opinión y terminará acompañándole.
—No sé si sea prudente interrumpir a Jungkook porque al ser el líder de todo un clan, quizá esté ocupado. Mejor hablemos con Joon para que nos diga si ha visto a Tae o sabe algo de él.
Jung asintió con un movimiento de cabeza, pero antes de que su hyung pudiera marcarle al vampiro con hoyuelos, una notificación llegó directo a su teléfono.
Era un mensaje en KakaoTalk.
—"Estoy ocupado justo ahora, no puedo responder. Adiós".
—Taehyung no respondería de esa forma tan escueta, por más agobiado que se encuentre.
—Tampoco hay un emoji como es costumbre—comentó con preocupación el menor, guardando el dispositivo en su chaqueta—. Puedes llamarme loco si quieres, pero dadas las circunstancias, no creo que este sea Taehyung.
Años de amistad servían para conocer hasta los detalles más insignificantes de la otra persona.
—No me jodas, ¿piensas que es él?
El miedo lo hizo jadear en alto.
—Hace poco jamás imaginamos que los vampiros existían, y mira de lo que nos enteramos—se incorporó del sillón, mientras apagaba su TV—. Mejor prevenir que lamentar, Jin hyung.
—Entonces conduce mi auto, Hobi—repitió la acción de su amigo, siguiéndole de cerca, dejando atrás su noche de películas—. Llamaré a Joon para informarles al respecto.
—¡Vamos, no hay tiempo que perder!
Se dedicaron una última mirada antes de ejecutar su plan, rogando para sus adentros que no fuerza demasiado tarde para su amigo. Nunca se perdonarían que saliera herido, a pesar de que ellos no tuvieran la culpa por obvias razones.
Pero era imposible evitarlo, porque cuando se compartía una amistad verdadera con otra persona, querías estar en las buenas, en las malas y en las peores.
Y esta no sería la excepción para los tres mejores amigos.
Continuará...
Ya era hora del dramita final, pueden desahogarse en los comentarios. Gracias por leer, mis amores.