—¿Y qué te parecieron mis amigos?
Taehyung preguntó con curiosidad, mientras se disponía a prepararse algo para comer en la cena, luego de que prácticamente estuviera todo el día metido en la editorial en compañía del vampiro de cabello azabache.
—Me cayeron bien, fueron agradables—Jungkook respondió tranquilamente, sin dejar de observar fijamente cada movimiento del humano desde uno de los asientos en la isla de la cocina—. Y parece que si se creyeron el teatro que armamos.
—Sí, también pienso lo mismo.
El escritor admitió estando de acuerdo con el joven de piel nívea, aprovechando a tomar unos cuantos tomates y un pepino para picarlos en rodajas.
La elección de merienda saludable que había hecho era elaborar un sándwich con vegetales y pollo cocinado, degustándolo con una taza de té verde.
—Entonces, ¿podemos estar tranquilos?
—Sí, pero lo mejor es no bajar la guardia, lord.
—Como digas, lirio. Pero cambiando de tema, esa chica...
—¿Esa chica? ¿Te refieres a Miyeon, mi anterior secretaria?
El vampiro musitó un escueto "sí" como respuesta. Aquella situación le había estado agobiando de sobremanera desde que la experimentó y por más que culpara al vínculo de la mordida por la molestia que estuvo atacándole conforme las horas fueron pasando, el azabache sí o sí quería salir de dudas con respecto a esa fémina.
—¿Qué sucede con ella?
El castaño preguntó a la par que dejaba los vegetales picados en un pequeño plato, para luego dedicarse a sazonar una pechuga de pollo que sacaría de su nevera.
—¿Tuvieron una relación más allá de jefe y empleada?
Silencio, eso fue lo que Jeon obtuvo cuando le interrogó. Analizando la espalda ajena totalmente tensa, imaginado que había dado en el clavo.
No obstante, cuando el joven de piel canela se volteó, manteniendo un recipiente entre sus manos, Jungkook se obligó a mirarlo directamente a los ojos.
Encontrándose con algo que lo dejó confundido.
Los preciosos orbes claros cubiertos por espesas pestañas parecían estar a punto de soltar lágrimas, pero no de tristeza. Ese sentimiento no tenía nada que ver con lo que Kim parecía querer expresarle.
Y sin más, el escritor se permitió romper en fuertes carcajadas.
—P-Pero qué cosas dices...
—¿Por qué te ríes? —le reclamó con el ceño fruncido, notando como el humano con su mano libre acaricia su estómago que dolía de tanta risa—. Es una pregunta seria, Kim Taehyung.
—Es que te pasas, Jungkook.
Kim se obligó a calmarse o el vampiro creería que estaba loquito por reírse con tanta intensidad, mientras continuaba con su labor de preparar su rica comida.
—¿Por qué?
—Primero, quita ese lindo puchero de tus labios—le condicionó divertido. Le parecía muy tierno ver enfurruñado al "temible" líder del único clan vampírico de su país—. ¿De verdad crees que pude tener algo con ella?
—Por algo estoy preguntando, fuiste demasiado condescendiente.
Respondió como si fuera lo más obvio del mundo.
—No querido, eso se llama amabilidad—afirmó, encendiendo una de las estufas tras poner una olla llena de agua para que hirviera—. No puedo creer que pienses que soy heterosexual.
—Pero igual podían gustarte las mujeres...
—Pero no lo hacen, ¿o acaso es que las relaciones convencionales son más usuales entre vampiros que por eso piensas de esa manera?
—Claro que no. Pensé que te había quedado claro con todo lo que hemos conversado. Nosotros nos enamoramos de la persona sin importar su sexo o género.
—En pocas palabras son como los pansexuales.
—Cierto, que en el siglo que estuve dormido se empezaron a usar muchos términos.
Jungkook cambió su semblante, recordándose a sí mismo leyendo en la pantalla de su móvil toda la información que se había perdido en durante cien años. De la misma forma en la que compartía sus pensamientos en la red social llamada Twitter como si de un diario personal se tratará y sinceramente no creía que esa nueva costumbre cambiará por nada del mundo.
—Pero tienes razón, es una manera de decirlo. Aunque de por sí nunca nos ha gustado etiquetarnos de ninguna manera.
—Lo entiendo.
"Amar por el simple hecho de amar".
Fue lo que Taehyung pensó y no pudo evitar sonreír suavemente.
—Con esa duda aclarada, ¿te parece si mientras se cocina el pollo vamos a que bebas de mí?
A Jungkook se le iluminaron los ojos con esa sugerencia, al comprobar que el human o ya había terminado con su tarea. Su boca se hizo agua de solo imaginar beber ese elixir rojizo del cuello canela del escritor. Dejando de lado cualquier molestia que tuviera que ver con una fémina que conoció el día de hoy y que se portó exageradamente dulce con el castaño.
—¡Sí quiero! —exclamó con latente emoción, ofreciéndole su mano para dirigirlo hacia la sala que se volvió el lugar predilecto para que Lord Jeon se alimentará con gusto—. Vamos.
El mortal simplemente se dejó hacer, contento por ver como el estado de humor del vampiro cambió con una cosa tan sencilla como esa. Aunque por dentro, su corazón se hubiera agitado por lo que parecían ser... ¿celos?
Porque no importaba si eran celos de amigo o algo más, ya que, de todas formas, ese gesto logró activar algo dentro suyo.
Y ese tan solo sería el inicio de las malas o quizá, muy buenas decisiones.
🍷
Una semana transcurrió tan rápido, pero para el escritor fue sumamente fructífera porque se la había pasado escribiendo hasta el quinto capítulo del libro. Intercalando algunos momentos amenos para compartir con el vampiro que cada vez se sentía más modernizado.
Seokjin estaba más que contento con los resultados que llegaban cada dos días a su correo electrónico, y Hoseok, aunque extrañaba visitar a su buen amigo, decidió concentrarse en su propio oficio desde su casa.
Sin embargo, lo más destacable de ese periodo, sería lo que sucedería cuando la noche se apoderará del firmamento.
Cada tanto, Jungkook iba a ver a Taehyung a su estudio para llevarle agua, té, alguna fruta o un snack saludable para que se alimentara e hidratara, sin descuidar el hecho de pasarle algunas vitaminas que el castaño solía tomar con frecuencia.
El inmortal se juró cuidar a su mate, por lo estaba tomándose la tarea muy, pero muy en serio.
A veces, se quedaba en el mismo espacio, sentando en un pequeño sillón un tanto lejano a su escritorio, mientras se distraía con su teléfono móvil. Al joven de piel canela siempre le gustó estar solo cuando trabajaba, por eso Hoseok pasaba en otro lado de su casa cuando lo hacía, pero al contar con la silenciosa compañía de Jungkook se sentía extrañamente reconfortado.
Por eso, nunca jamás se le ocurrió decirle que no le acompañará.
Solo que, durante ese sábado, Lord Jeon se dispuso a hacer un maratón de algunas de las películas de los superhéroes de Marvel, por lo que se entretuvo tanto que no interrumpió al humano en ningún momento desde la cena de las siete de la noche que fue la última vez que lo vio.
Cuando el filme se acabó, observó el reloj en la pared y se sorprendió al ver que eran las doce de la noche. La culpabilidad le envolvió de golpe, porque reparó en el hecho de que el escritor ni siquiera salió a tomar agua o comer algo más.
¿Acaso pudo sucederle algo mientras estaba tan ensimismado en la pantalla led de la sala?
Sin pensárselo dos veces, se levantó cual resorte y fue corriendo con dirección al lugar de trabajo del joven de piel canela. Pero cuando abrió de golpe la puerta de madera, Jungkook frenó en seco al contemplar la escena, no logrando formular ninguna palabra.
Taehyung yacía recostado sobre sus brazos, totalmente dormido. Su rostro sereno y cabellos alborotados caían delicadamente sobre su frente, mientras su respiración calmada garantizaba que estaba disfrutando de un estado de paz absoluto en los brazos de Morfeo.
—Oh...Con que estabas dormido—murmuró para sí mismo, queriendo acercarse para apreciar más de cerca la invaluable estampa. Sin embargo, antes de que sus pies avanzaran, se obligó a dar vuelta atrás cuando una brillante idea cruzó por su mente—. Espera aquí...
Salió por donde vino, procurando no ser ruidoso para evitar despertar al bello durmiente. Minutos después, regresaba con una manta acogedora de color purpura entre sus manos.
Dispuesto a cubrir al castaño con ella.
Con sigilo se acercó y con sumo cuidado arropó al escritor, tapando lo mejor que pudo sus brazos descubiertos para que no pasara tanto frío, porque lo que Taehyung menos desearía es ser víctima de un resfriado.
—Listo, ahora solo espero que dormir en esta posición no te afecte tanto en la mañana—habló en voz bajita—. Me veo incapaz de despertarte cuando te ves tan pacífico, así que esto es lo único que puedo hacer por ti, lirio.
Sus orbes escarlatas recorrieron el rostro etéreo por unos minutos que parecieron eternos hasta que su mano se deslizó sobre la cabellera castaña, dejando una tierna caricia.
—Lo estás haciendo bien Tae, muy bien.
Jungkook aseguró con orgullo al ver de reojo como en la pantalla de la laptop se mostraba un capítulo más del libro finalizado con éxito.
Sin duda el castaño era muy trabajador y dedicado.
Y cuando sintió que su tacto perduró por demasiado tiempo, el vampiro optó por alejarse luego de haber apagado el ordenador tras asegurarse de que el documento se guardó, tal y como Taehyung le enseñó.
Detallando lo hermoso que se veía con la suave luz de la lamparita del escritorio que bañaban sus etéreas facciones, el azabache le dedicó una última mirada antes de retirarse a su habitación.
Sintiendo su pecho cálido por la acción que tuvo con su hospedador.
Sin embargo, por más cuidado que tuvo de no despertarlo, Kim terminó abriendo sus ojos a las tres y media de la madrugada. Sus parpados se sentían pesados, pero sus músculos tensionados por la mala posición eran el verdadero problema.
Se estiró lo mejor que pudo, y cuando lo hizo, por fin notó la manta que lo había estado protegiendo de la brisa nocturna.
Sonrió solo con los labios, sabiendo de inmediato quien había sido la persona que tuvo ese gesto amable. Tendría que agradecérselo al día siguiente, y también por haber apagado su laptop para la batería no se gastara en exceso.
Se incorporó de su cómoda silla, apagando la lámpara que había sido la única iluminación que había estado ocupando desde que cenó, para finalmente ir hacia su habitación y descansar plácidamente en su mullido colchón.
No obstante, cuando Kim se encontraba a medio camino, lo que parecía ser una ráfaga negra entró por la ventana más pequeña del lugar que Jungkook olvidó cerrar. Provocando que los retazos de sueño se esfumaran como una mota de polvo en el viento.
Su corazón se agitó al ver que se trataba de un murciélago que le analizaba fijamente. No es que no le gustaran, pero dichos animales tampoco eran sus favoritos. Por lo que su mente trabajó lo más rápido para tratar de encontrar una solución para despachar al ser alado.
Quizá ahuyentarlo con una escoba sería la mejor opción.
Oh, pobre humano ingenuo que nunca contó con la posibilidad de que aquel ser se transformaría frente a sus incrédulos ojos.
Un joven de ojos de un vibrante escarlata, de cabellera rubia, facciones delicadas en las que resaltaba una nariz pequeña y labios rellenos y de complexión delgada, vestido completamente de negro fue la descripción que el castaño obtuvo del desconocido que irrumpió en su hogar.
—Ya te encontré...
Continuará...
Gracias por leer, finalmente se dará el reencuentro más esperado. No olviden recomendar el fic, me ha hecho muy feliz ver todo el amor que le han dado, no se arrepentirán. Y por si les interesa, hace unos días publiqué un one-shot muy cute llamado Country Luv por si gustan leerlo. También si tienen inkspired vayan a darme amor por allá, pues se vienen historias exclusivas para esa plataforma. Nos leemos pronto, cuídense mucho por favor.