Poco después de que Taehyung se entretuviera compitiendo con Jungkook, el escritor se obligó a volver a su triste realidad como uno de los autores con más libros exitosos en su corta carrera. Tenía tanto que escribir y no era buena idea desaprovechar la inspiración acumulada gracias al relato del vampiro de cabellos azabaches.
Por lo que se despidió del susodicho y se encerró en su oficina, mientras el inmortal continuaba aventurándose en el mundo tecnológico usando el dispositivo móvil que el humano le regaló hace poco.
Sin embargo, vale recalcar que Jungkook a cada hora iba a preguntarle a Kim si necesitaba algo o si pronto iba a comer o beber agua para hidratarse. Cumpliendo al pie de la letra con la promesa de cuidarle, lo que conmovía en demasía al castaño, aunque no lo dijera en voz alta.
El joven de piel canela respondía afirmativamente a sus cuestionamientos para que no se preocupara tanto. Ya que en su espacio de trabajo tenía a su disposición galletas integrales, barritas energéticas y bebidas de todo tipo, pues la mayoría de veces le daba flojera ir hasta la cocina.
No obstante, cuando le daba cargo de conciencia, Taehyung salía de la habitación para que el joven de brillantes colmillos viera con sus propios ojos que no estaba descuidando sus comidas o cualquier otro tipo de necesidades.
Dejando aparte los períodos en los que debía almorzar, cenar o desayunar, pues en esos momentos Jungkook no se despegaba de él ya que le gustaba hacer platica sobre sus nuevos descubrimientos con su teléfono, la consola o el Smart tv. Y de paso también aprovechaba a alimentarse del delicioso elixir que recorría las venas y arterias de su hospedador.
Dicha rutina quedó establecida durante los próximos tres días, hasta que el escritor finalmente pulsó la tecla que enviaba el borrador del prólogo y los primeros tres capítulos de su nuevo libro titulado "I swear on my blood" o "Te lo juro por mi sangre" a la bandeja de entrada del correo electrónico de Seokjin.
Libro que relataría desde la perspectiva de Jungkook la vida de su familia y el conflicto con el perseguidor, obviamente cambiando los nombres porque lo menos que deseaba era exponerlo.
Cuando se sentó frente a su laptop, Taehyung simplemente dejó que sus dedos fluyeran sobre el teclado, motivo por el cual podría complacer a su hyung con más contenido del que había pedido en un principio. Y de esa manera, conseguir tener un poco de tiempo libre para gastarlo con el vampiro hasta nuevo aviso, ya que tampoco le parecía muy sano que se le pasara pegado al móvil o cualquier otro dispositivo tecnológico solo porque él estaba ocupado escribiendo. Además, contaba con un plazo de casi cinco meses para entregar su nuevo best seller, por lo que no creía tener mayor problema al respecto.
Sí, todo había salido mejor de lo que pudo haber planeado.
—¿Ya lo enviaste?
Jungkook preguntó en el preciso instante en que ingresó a su oficina, acercándose hacia el escritorio del castaño.
—Sí, espero pronto lo vea para quedarme más tranquilo.
—¿Y eso crees que sea...?
—En unas horas a la mucho—aseguró con una expresión despreocupada—. Pero cambiando de tema, ¿ya estás listo?
—Lo estoy, pero no entiendo para que querías que me arreglara. ¡Pude quedarme usando una cómoda pijama!
Ante el berrinche que el joven de piel nívea estaba realizando, Taehyung no pudo contener su risa por lo infantil que podía ser.
Ah, cómo quería castigarlo por ser un niño malo.
Pero no podía porque no eran nada, apenas estaban conociéndose y se podría decir que estaban forjando una relación de amistad. Así que optó por simplemente ser un poco más severo de lo normal, marcando sus límites.
—¿De qué te ríes, lirio? No es gracioso.
—Por supuesto que lo es—respondió, poniéndose de pie para encarar al chico que retrocedió al ver que su semblante cambiaba drásticamente a uno más serio—. Porque no todos los días ves como un vampiro se queja peor o igual que un infante que no quiere obedecer a la orden de sus padres.
—¿Me estás comparando con un niño? —inquirió haciéndose el indignado, tratando de no dejarse intimidar por esa profunda mirada. Frunciendo el ceño y abultando su labio inferior—. Que cruel de tu parte Kim.
—No exageres, Lord. Solo estoy jugando.
Y sí que lo estaba, pero Jungkook no lo sabía.
Por eso cuando el humano lo acorraló contra la pared se quedó de una sola pieza.
¿Su corazón podía volver a latir por esa simple acción? Jamás lo imaginó.
—¿Q-Qué haces?
Un notorio tartamudeo salió de su boca antes de que su cerebro pudiera evitarlo.
—¿Yo? Nada, ¿por qué tan nerviosito?
¿Taehyung ya había dicho que estaba encontrando un nuevo pasatiempo en avergonzar al vampiro de la misma forma en la que él lo hacía?
Porque era demasiado entretenido, además de que su dualidad se lo permitía.
Pues si fuera una persona que simplemente se cohibía con palabras o gestos ajenos sin tomar las debidas cartas en el asunto, cualquiera podría ponerlo nervioso.
Pero eso no definía a Taehyung. A él le encantaba que lo pusieran tímido y poner tímidos al resto de personas. Y para bien o para mal, se sentía confiado para mantener ese tipo de juego con el inmortal.
—No estoy nervioso...
—Bien, entonces no te molestará que te comenté de mis planes contigo el día de hoy. Ya sabes, la verdadera razón por la que no permití que continuarás en tu cómodo pijama...
—Claro que no. Te escucho, cuéntame que traes entre manos, Tae.
—De acuerdo, Jungkookie.
Portando una sonrisa de lado, el castaño confesó lo que quería que el azabache y él hicieran en el transcurso de aquel bonito día. Impresionando al susodicho por su proposición sumamente tentadora.
¿Quién en su sano juicio se negaría a salir de casa luego de estar por un siglo entero atrapado en una cueva?
El azabache obviamente no.
Por lo que Taehyung no se sorprendió cuando el inmortal lo hizo a un lado solo para ir a ponerse el calzado y esperarlo entusiasmado en la puerta.
Las próximas horas en el centro comercial serían más que prometedoras.
🍷
Si alguien le dijera al castaño que el vampiro que se convertiría en su huésped podría verse como un chiquillo emocionado con los ojitos más grandes de lo normal, solo por estar recorriendo con la mirada cada uno de los locales a su disposición, sin duda se reiría con ganas.
Era impensable.
En esos precisos instantes Jungkook no parecía estar ejerciendo su papel como el líder del único clan vampírico, sino todo lo contrario.
Un simple joven que estaba descubriendo un mundo nuevo de su mano. Regalándole una vista digna de atesorar en su mente y corazón.
—Nunca imaginé ver por mí mismo como tus ojos feroces podían transformarse en los de un ciervo bebé.
—Pues siéntete afortunado, esto es algo muy raro en mí—confesó, ladeando su cabeza hacia su dirección como si fuera un cachorrito—. Pero es que no puedo evitarlo.
—Lo comprendo. Entonces, ¿por dónde quieres empezar?
—¿Yo puedo escoger?
—Esa era la idea. A fin de cuentas, si te traje hasta aquí es para que consigas ropa moderna de tu gusto.
—Creo que te amo.
Las mejillas del humano se acaloraron como si estuviera en una sauna. El azabache si quiera era consciente de las cosas que le decía, porque empezaba a dudar.
Aunque su parte racional sabía que era su manera de expresar lo agradecido que se encontraba con él.
Sin embargo, antes de que lograra responderle algo coherente, Jeon se le adelantó con una interrogante muy particular.
—¿Tengo algún límite?
—Y-Yo te avisaré cuando llegues a ese límite. Así que no te preocupes, nada que mi tarjeta negra no aguante—mencionó, recuperando su confianza—. Ve al local que más te guste, que yo te sigo con gusto.
El joven de piel pálida afirmó repetidas veces con la cabeza para luego salir corriendo hacia la tienda más cercana. Taehyung la analizó detalladamente, comprobando que era un local de diversas marcas caras.
"Vaya buenos gustos del lord Jeon".
Eso fue lo que pensó, sin embargo, muy dentro suyo le gustaba la idea de poder gastar su dinero en los caprichos del vampiro. ¿Así se sentía ser un Sugar Daddy?
Porque era una experiencia interesante, teniendo en cuenta que tenía unos cuantos millones de wons que nunca supo en que más ocupar.
Por lo que le parecía una excelente inversión y eso era lo que importaba.
Jungkook estaba yendo de un lado para el otro, escogiendo diversas prendas que fueran de su agrado. Ya fueran casuales o un poco más formales. Camisas, pantalones, gabardinas, chaquetas de cuero entre otras, en su mayoría en tonos oscuros, eran las cosas que el azabache tomó entre sus brazos para probarse bajo la deductiva mirada del joven de piel canela.
Buscando su aprobación de manera inconsciente cada vez que usaba un nuevo outfit y recibía un dulce halago por su apariencia refrescante y atractiva.
Los estilos de ambos eran tan distintos, pero al mismo tiempo combinaban a la perfección y eso les causaba un poco de gracia.
Ya que Jungkook resaltaba con un estilo más dark y Taehyung con uno vintage.
—Mientras yo parezco salido de un funeral—le susurró divertido cerca de su oído—. Tú pareces que vienes de un viaje de París, lirio.
—Espero que haya sido un halago, lord.
—Si es. No te atrevas a ponerlo en duda.
El susodicho le sonrió, desviando la mirada hacia la caja en la que continuaban despachando lo que habían adquirido.
—Bien, pero ahora me has generado una duda.
—¿Cuál? —cuestionó, siguiendo la conversación en voz tan bajita como para que solo los dos pudieran escuchar—. Dímelo con total confianza.
—¿De verdad has viajado a Francia?
—A qué lugar no he viajado sería la pregunta correcta, Tae. Teniendo una vida tan larga como la mía, mi gente y yo hemos sabido disfrutar de los lugares más increíbles que este mundo puede ofrecernos.
—Eso debe ser genial.
—Mucho, y ¿tú?
—¿Yo? Pues algunas veces he ido a Estados Unidos para promocionar mis libros, pero no por vacaciones.
—Ya veo... —el vampiro pareció perderse observando un punto en la nada, pero luego de unos segundos hizo una proposición que tomó por sorpresa al castaño—. Entonces algún día podrías venir conmigo y mi familia a un viaje.
—¿No lo estás ofreciendo por puro compromiso?
- Para nada, sería mi manera de recompensarte por ser tan buen samaritano. El clan Jeon siempre estará en deuda contigo por ofrecerme tu ayuda desinteresada.
—No es nada, Koo. Será un gusto aceptar tu propuesta.
El susodicho también se permitió sonreír sinceramente por el diminutivo en su nombre.
—Genial, entonces solo debemos esperar.
Y sin querer ver realmente lo que una promesa de ese tipo significaba, la particular pareja terminó cambiando de tema, mientras se dedicaban a guardar en varias bolsas las compras realizadas aquel día.
Luego de eso, el azabache acompañó al escritor a comer una hamburguesa para llenar un poco su estómago hasta que ambos volvieran a su hogar. No obstante, una llamada de Seokjin fue lo que devolvió a Kim a la realidad.
—¿Por qué esa cara, lirio? ¿Seokjin-ssi está inconforme con el borrador que le enviaste?
—No, me felicitó. Pero...
—¿Pero? —le instó a hablar, creyendo que era algo malo—. ¿Qué sucede?
—Quiere que mañana vaya a la editorial. Tarde o temprano debía suceder, pero eso significa que debería aprovechar la oportunidad para que te conozcan... ¿Estás bien con eso?
—Ohhh, ya veo. Por mí no hay problema. Aunque mi única preocupación es que me cuentes que es lo que tu mente ideó para justificar mi presencia.
—Claro que sí, ya lo tengo todo listo y cuando volvamos a casa te daré los detalles para que no caigamos en la mentira.
—En serio te admiro por tu increíble creatividad.
—Gracias, no podías esperar otra cosa de uno de los mejores escritores de Corea del Sur.
—Y a mí me llamas narcisista—lo molestó con un tonito burlón que hizo reír al humano de cabellera castaña que había optado por presumirse a sí mismo—. Eres tremendo Kim Taehyung.
—No sirve de nada negarlo, lord Jeon.
Ese comentario provocó otra risa, pero esta vez por parte del vampiro que ni siquiera se hacía una idea de lo que estaba sucediendo en la cueva de la que partió días atrás.
Porque un vampiro de labios rellenos sintió el despertar de su líder, y eso fue el detonante para que sin importarle nada fuera a investigar si su presentimiento era una realidad. Sin embargo, grande fue la sorpresa que aquel inmortal se llevó al encontrar el lugar totalmente vacío.
Tal parecía que había llegado tarde.
Pero no por eso se desanimaría.
Tenía que tomar una decisión desde ya.
Continuará...
Gracias por leer cielos, los tqm. No olviden seguirme en inkspired, estoy con el mismo user de aquí. Y si gustan recomienden el fic que ya se irá poniendo más interesante.