El Recolector: Fuera de la vi...

By YunnuenGonzalez

464 115 2

«Él fue mi Muerte, ahora será mi vida». Callie Elton perdió a sus padres en un accidente automovilístico a la... More

Acerca de "El Recolector: Fuera de la vida"
Compasión
TORRE DE LONDRES
PRÓLOGO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
Anexo
Agradecimientos
La historia de Callie y George no termina aquí...

CAPÍTULO 6

9 3 0
By YunnuenGonzalez

Caminamos un par de calles. Por mucho que deseo romper este incómodo silencio, no se me ocurría nada de que pudiera hablar con Eliot.

—¿Te molesta que sigamos caminando? —me consultó sin verme si quiera.

—No —respondí con voz temerosa.

De hecho, me parecía perfecto. Entre más nos tomara llegar a donde se suponía que debía estar ahora, mejor. Me daría más tiempo de disfrutar mis últimos minutos aquí. Además, esta sensación de ver el mundo por primera vez, como tal vez lo haría un recién nacido si tuviera conciencia del inicio de su vida, me seguía maravillando.

Que tontos somos al dar todo por sentado y no valorar hasta el más pequeño detalle. Esas cosas que siempre me molestaron, resultaban fascinantes en un momento como este.

—¿Por qué estás tan callada? ¿No tienes preguntas que hacerme? Siempre fuiste mi alumna que me daba dolores de cabeza con tantos «¿Por qué?» ¡Y ahora parece que un ratón te comió la lengua! —comentó Eliot como si nada, pero, al final, cuando volteé a verlo, me regaló una sonrisa un poco forzada.

Reí sin querer. Pero no porque me pareció graciosa su comparación, sino porque él era que me había cortado la lengua. Así que mi reacción fue irónica.

—¿A dónde vamos?

—A donde será tu nuevo hogar.

—¿Estaré bien?

—Eso espero o estaré en grandes problemas.

—¿Estaré sola ahí?

—No.

Esto se parecía al juego de las «20 preguntas». Siempre he sido muy mala jugándolo, y esta vez no iba a ser la excepción.

—¿Quién era esa mujer que se despidió de ti?

Eliot sonrió con gusto.

—Una vieja amiga.

—¡Oh!

Rio entre dientes deleitado. Mi exclamación salió con tono de celos.

—No pienses mal. Es en verdad una vieja amiga... mi Protectora. —Lo miré confundida—. Ella fue la que me marcó... Hace mucho tiempo que no la veía. Tuve que estar a punto de cometer otro error para que viniera a visitarme —habló para sí mismo.

—¿Te marcó?

—Sí.

—¿Cómo tú lo hiciste conmigo?

—Sí.

—Estoy confundida —dije en lo que bajaba la mirada al suelo.

Su mano se acercó demasiado a la mía, tanto que pude distinguir que nuestros tonos de piel eran exactamente iguales. Iba a tocarlo, pero se percató de mi deseo y metió las manos a sus jeans.

—Como todos lo estuvimos alguna vez.

—Ahora sí ya no entiendo nada.

Eliot suspiró profundo.

—Beatrix tenía razón. No hay una manera fácil para decir esto... Callie, ahora eres un Recolector —soltó sin más.

No tenía una reacción preparada para tal confesión. Lo único que hice fue levantar la mano hasta que mis ojos pudieran verla y analizarla sin interrupción, como si ella pudiera decirme que todo esto era verdad.

—«Marcar a alguien» significa elegir a alguien para que tome un nuevo camino. Como te dije, mi compasión fue la que te eligió... —Exhaló sonoro cuando leyó en mí que no entendía. Continuó—. Verás, la compasión no es buena para nosotros.

—¿Por qué?

—Debido a nuestra misión, tenemos que evitarla por el bien de los humanos. Es un seguro para que podamos hacer nuestro trabajo bien. Sin embargo, no estamos exentos de sentirla una o dos veces en toda nuestra inmortalidad.

»Beatrix la sintió cuando me juzgaron y condenaron injustamente. Yo la sentí cuando vi la inocencia en tu mirada infantil.

—Si ahora soy uno de ustedes, ¿por qué el policía pudo verme y tocarme?

—Porque tienes un nuevo cuerpo. Uno que no tiene fecha de caducidad.

—¿Dios me lo dio?

Eliot rio escandaloso por el tono infantil que puse cuando hice esa pregunta. O tal vez era el significado de esta.

—No, fui yo. Dios no tiene nada que ver con nosotros, ni Lucifer u otra deidad religiosa. Nosotros estamos en un plano muy diferente al de ellos. No tienen jurisdicción con nosotros, si es que existen. Ninguno de los míos se ha topado con algo o alguien para que nos asegure su existencia.

—Pero... tú quitas la vida, no la das.

—Callie estás enredando todo y te estás dejando envolver por tu conocimiento humano.

—¡Pues entonces explícate porque ya estoy más enredada que una bola de estambre en las garras de un gato!

Eliot rio callado pero gustoso. Mi humor irónico seguía intacto.

—Está bien. Solo no me interrumpas. —Asentí muchas veces—. Hace rato, cuando estuvo a punto de reclamarte mi Protectora, liberé tu alma y te dejé unos minutos en el vacío en lo que creaba tu cuerpo.

—Pero ¿cómo lo hiciste?

Eliot sonrió irónico. Rindiéndose a que por lo menos en este momento no podrá mantenerme callada.

—Todo esto va a sonarte a hocus pocus, pero... —Suspiró profundo—. Bien, espero que entiendas de inmediato —susurró para sí. Siguió—. Tras liberar tu alma, tomé un cabello tuyo y fui a donde despertaste. Aprisioné el cabello entre mis manos, muy cerca de mi corazón, y deseé fervientemente que fueras inmortal..., que jamás fueras besada por la Muerte. —Notó mis gestos incrédulos que ya lo catalogaban dentro de la locura—. En pocas palabras: retiré su fecha de caducidad y, ¡voila!, tienes el inicio de un cuerpo inmortal.

«Todo ese proceso me sonó a pura ciencia ficción, por no decir a un milagro», pensé mirándolo suspicaz. Aun buscaba explicaciones creíbles, y esa no lo era para mí.

—¡Así lo hice! El proceso es tan sencillo como se oye. Aunque no lo fue buscar tu alma en el vacío y regresarla para que diera vida a esa delgada fibra de ADN... Pero ¡lo logré! —Me guiñó al final.

Bufé risueña, me estaba imaginando a Eliot haciendo magia con ese cabello hasta lograr mi nueva perfección.

—Me viste desnuda —comenté tímida cuando después lo imaginé a un lado de mi mirándome renacer.

—Sí. Hermoso cuerpo, por cierto —reconoció con una sonrisa a medias, pero muy pícara.

Por supuesto, me sonrojé aún más.

—¡Espera! —exclamé al recordar esa espera—. ¿Vacío?... ¿De qué hablas? Estuve en el lugar más hermoso que he visto en mi vida. Si no es por esa horrible luz...

—¡Esa fue la parte difícil! —me interrumpió—. Se suponía que no tenías que entrar a esa luz. Tu alma se hubiera consumido ahí, si hubieras permanecido más tiempo. No podía volver a purificarse. No se hizo para ti.

—Entonces, ¿por qué apareció?

—Nadie lo sabe. —Lo miré otra vez confundida y él sonrió tontamente—. ¿En qué estaba? ¡Mmm!... Cuando tu alma se acopló perfectamente al residuo de tu antiguo cuerpo, y te di un aliento de vida, le tomó segundos recordar y desarrollar su nuevo hogar. Un bebé, una niña, una adolescente y, finalmente, una hermosa mujer inmortal.

»Y así, señorita Elton, es como usted tiene ese maravilloso cuerpo nuevo.

Seguí mirándolo incrédula. No obstante, poco a poco, me parecieron coherentes todas esas sensaciones que aún estaba experimentando. En teoría, mi cuerpo era nuevo... Ya era adulto, pero seguía siendo nuevo. Mi alma era la vieja y la que recordaba todo.

Pero si era nuevo, ¿por qué algunos rasgos en mí no eran los mismos? Seguía siendo yo, pero... ¡mejorada!

—Si soy un clon de mí misma. —Eliot rio entre dientes sin querer—, entonces ¿por qué...?

—¿Tienes los ojos cafés?

—Sí.

—Tú sabes la respuesta a esa pregunta.

—Siempre me han gustado tus ojos —confesé y él desvió el rostro para ocultarme que se había sonrojado.

—Lo sé, desde que vi tus dibujos. Por eso te los di. Considéralos como mi regalo de iniciación.

Sonreí retraída.

—Gracias... Eliot, el asunto es que creaste una vida. Como yo lo veo, eso te hace un dios.

«¡Mi dios!», pensé mirándolo traviesa.

—Callie, no seas ridícula. ¡No lo soy!... Solo limpié algo para que pudieras usarlo.

Dejé ese tema por ahora. Mi lado lógico analizó en ipso facto que, si implantaba teorías religiosas a esto, entonces, llegaría a la conclusión de que un humano también podría ser un dios.

—¿Qué hubiera pasado si no hubieras podido sacarme de ese jardín... del vacío?

No me respondió y solo paró el cuello en busca de algo a nuestro alrededor.

—Espera, siempre hay uno de ellos vagando... —murmuró, luego sonrió cuando pareció encontrarlo—. En eso —dijo señalando a media cuadra más adelante de nosotros.

Me estiré un poco para ver entre la gente y, entonces, vi un niño de 7 años que brincaba entre la gente como si nada. Sus ropas eran muy anticuadas para esta época: pantaloncillo gris Oxford que le daba por debajo de las rodillas, camisa color beige y una chaqueta y gorra de tela que hacían juego con el pantalón.

Nos acercamos a él y, de pronto, paró su juego para vernos. Más bien para verme. Sus juguetones ojos los invadió el pánico, hizo gestos de querer llorar y corrió al otro lado de la calle.

—¡Cuidado! —grité al niño cuando cruzó la calle con imprudencia, como he visto a tantos niños correr detrás de una pelota. Sin embargo, al momento en que un coche estuvo a punto de arroyarlo, desapareció en el aire con un efecto humeante.

—Te hubieras convertido en un fantasma —me reveló Eliot con serenidad, confirmando mi rápida deducción.

Me quedé boquiabierta porque el niño había desaparecido como tal. Pero no podía serlo, pues ¡era muy real! Aun así, lo miré incrédula.

—Cuando liberamos el alma, va a una sala de espera. La que conociste —explicó—. El alma permanece ahí por un tiempo hasta que, al parecer, es purificada por esa luz y los dos caminos... ¡arcos! se le presenten: uno la regresará a este mundo...

—¿Reencarnación?

—Así es. Y el segundo, bueno, ninguno de nosotros sabe qué hay tras de ese. Beatrix especula que quizás ahí está el lugar donde el alma encuentra la paz.

—¿El cielo?

—Supongo... o el infierno. ¡Quién sabe! La definición de cielo e infierno es muy subjetiva para algunos.

—¿Cómo saben que hay al final de uno y el otro?

—Sencillo, cada reencarnación deja una huella en el alma —respondió guiñándome un ojo como si me hubiere revelado un secreto. Siguió—. El otro es especulativo.

»Regresando al tema, algunas veces se muestra un tercer arco: el falso. Este solo aparece cuando el alma no quiere tomar ninguno de los otros dos. Un alma marcada que es abandonada ahí siempre es llamada a tomar ese camino.

»Este lleva a un mundo exclusivo que es creado por el alma. A veces es un mundo feliz, como el del niño; otras, es doloroso... muy triste. Una pesadilla que se repite una y otra vez.

»El alma queda atorada en ese instante y está condenada a vivirlo.

»Las ocasiones en que los humanos y nosotros llegamos a verlos, es porque su felicidad, o lamento, es tan fuerte que llega a agrietar la pared que divide el mundo de los muertos y los vivos.

—¿Y ustedes no pueden hacer algo por ellos?

—Sí. Podemos regresar el alma a esa sala de espera para que vuelva a elegir, pero no es tan fácil de hacer, como lo acabas de ver... Ellos nos tienen miedo, pues creen que aún están vivos, y huyen cuando nos ven. Aunque, esta vez tú fuiste quien lo aterró.

—¿Por qué?

—Eres un Recolector nuevo. Incluso yo percibo el poder que despides. No podrás usarlo aún pero no por eso deja de ser peligroso.

Seguimos caminando. Me di cuenta de que el camino que estábamos recorriendo nos llevaba directo a su departamento.

Todo esto era tan irreal y complicado de asimilar. Si bien, no creí en casi todo lo que me decía, tenía que conformarme con esa información, por ahora.

Yano pregunté nada, pero no porque no quisiera seguir haciéndolo, sino porque aúnno terminaba de asimilar todo. Quizás esto fue lo que orilló a Eliot a quetomáramos un taxi.

Continue Reading

You'll Also Like

741 78 16
Maia Vincent, es una aspirante a modelo de la gran ciudad, dispuesta a vivir cualquier aventura con tal de cumplir su gran sueño de caminar por las p...
4.4K 286 71
Hola mi nombre es Erika, tengo 22 años y me gusta leer; siempre desde pequeña mi madre me compraba libros infantiles con personajes de animales y que...
6.2M 599K 53
[PRIMER LIBRO] Victoria Massey es trasladada al internado Fennoith tras intentar envenenar a su padrastro con matarratas. Después de la muerte de Ad...
8.5K 854 60
¿Eres cinefilo? ¿Te gustan las series? ¡Eres uno de nosotros! Prepara tu canasta de dulces y palomitas, siéntete cómodo, apaga las luces y prepárate...