Inevitable (El juego de Elena...

By migomz

165K 4.5K 327

Elena es una adolescente cuya ideologia intrincada sobre los hombres le hace desarrollar rechazo total hacia... More

Prólogo
Capitulo 1: Comienzo de la caída
Capitulo 2: Roce entre jugadores
Capitulo 3: Táctica defensiva
Capitulo 4: Peligroso acercamiento entre equipos opuestos
Capitulo 5: ¿Primer beso de amor?
Capitulo 6: Declaración comprometedora previa al juego
Capitulo 7: Comienzo del juego
Capitulo 8: ¿Que tú harías qué?
Capítulo 9: Jugada rápida
Capitulo 10: Segundo Strike
Capitulo 11: Cambio de posiciones
Aviso: ¡Una novedad!
Capitulo 12: Golpe bajo
Capitulo 13: Diferencias dentro del mismo equipo
Capitulo 14: Salida familiar
Capitulo 15: Y el imbécil queda en evidencia
Capitulo 16: ¿También tú?
Capitulo 17: Hola a la vieja Elena
Capitulo 18: Bases llenas
Capitulo 19: Home run
Capitulo 20: Primera vez
Capitulo 21: Intensiones secretas
Capitulo 22: Fuerte como goma espuma
Capitulo 23: "La charla"
Capitulo 24: Out
Capitulo 26: Reescribiendo las reglas
Capitulo 27: Tercer strike ¡Estás fuera!
Capitulo 28: El resultado se esclarece
Capítulo 29: Nuevo jugador
Capítulo 30: Un punto y el juego termina
Capítulo 31: Buen juego con ¿buen final?
Epílogo
Agradecimientos y una sorpresa

Capitulo 25: Cambio de estrategia

3.6K 109 10
By migomz

Durante los primeros minutos de la tortura en la que se había convertido mi estúpido viaje a casa el imbécil no soltó ni una sola palabra que aunque lo agradecía completamente quedaba totalmente opacado por el no pequeño y terriblemente irritante detalle de que cada tanto una estúpida sonrisa se formara en su boca como si aquello fuera algo divertido y placentero lo que por supuesto no era mi realidad ¡estaba a segundos de lanzarme del auto! Prefería estar enyesada de por vida antes que seguir inhalando el mismo oxígeno que el imbécil.

Miré por el rabillo del ojo en el momento en que su boca formó otra sonrisa, me fue necesario aferrarme al asiento puesto que la molestia que me producía ese gesto lograba que me ardiera el estómago y no, no era a causa del hambre, era a causa de las molestas lombrices que se movían en mi estómago cada vez que lo veía. No, no eran mariposas ¡¿cómo diablos van a ser eso cuando es del imbécil de quien estamos hablando?!

—Que romántico es este silencio —Comentó el imbécil sobresaltándome, sentí su despreciable mirada sobre mí.

—Y lo acabas de arruinar —Le miré con rabia—, como todas las cosas.

Él hizo un sonido como si le lastimara mi comentario lo que hizo que las lombrices en mi estómago me mordieran o al menos eso era lo que sentía.

«Necesitaré muchos desparasitantes después de esto» me dije a mí misma.

—Eso es duro amargada, recuerda que somos novios.

—Ni me lo recuerdes, es casi como mi maldición —Me crucé de brazos.

«Maldición que me provoqué yo misma, que clásico».

—Será divertido estar en una relación contigo.

Relación ¡Dios! Realmente sonaba mal esa palabra si la decía él, era peor que escuchar a un religioso maldecir a algún santo.

Sentí la intención de mi cabeza para voltearse y posteriormente darle una mirada asesina que le volvería polvo, o al menos eso era lo que quería creer. Debía mantener en mi cabeza que él estaba ayudándome en un propósito que aunque realmente lo estuviera haciendo en su propio beneficio…

« ¡Por todo lo santo! ¿A quién quiero engañar?» Me quejé internamente arrugando el ceño. Nada bueno sale de un plan que idea alguien como él y mucho menos cuando el objetivo es lograr «causar celos en otro hombre» ¡por Dios! Incluso en las películas rosas y sobre-actuadas se ve que es una farsa, la chica se enamora de quien le hace el favor ¡y fin del asunto! ¿Para qué ir más lejos? Definitivamente mi cabeza no está funcionando como es debido. La única manera de que la chica quede con la persona que le gusta desde un principio es que quien le ayuda sea… gay.

Miré con bastante rapidez al imbécil notando que movía sus labios sin detenerse ¿estaría respirando? Pues no parecía, era peor que aquel hombre que vi en televisión que decía 20 palabras en 20 segundos.

—…Hay un lugar que estrenó un…

— ¿Eres gay? —Pregunté interrumpiéndole.

De pronto el auto frenó haciendo que mi pecho fuera duramente detenido por el cinturón de seguridad. Bien, eso había dolido terriblemente por lo que habría una terrible venganza que no tardaría mucho en maquinar.

— ¿Qué? —Preguntó el imbécil con una expresión que era una mezcla de sorpresa y diversión.

—Te pregunté si eras gay —Dije con simpleza no entiendo qué tan raro podía ser.

— ¿Gay? ¿Acaso luzco como uno? —Abrí la boca para contestarle pero él alzó su dedo índice—. No, no contestes, eres demasiado predecible.

—Contesta ¿eres gay?

— ¡Por supuesto que no soy gay! —Gritó él acelerando.

— ¡Podrías haberlo dicho antes! —Le grité de vuelta.

— ¿Haberlo dicho antes? ¡Lo acabas de preguntar!

— ¡No es cierto!

— ¡Lo es!

Nos miramos a los ojos por unos momentos pero él pronto tuvo que desviar su atención al camino en el momento justo de llegar a una esquina y doblar para entrar a la calle donde yo vivía.

— ¿No es tierno? Acabamos de tener nuestra primera discusión como novios —Comentó él con ese tono cursi que me hacía desear que su cabeza explotara.

—Imbécil —Espeté entre dientes.

—Amargada —Dijo él con el mismo tono.

Me crucé de brazos con fuerza e intenté no montar un número bastante infantil, que era lo que realmente estaba maquinando puesto que sentía esa imperiosa necesidad de gritarle con fuerza que no era más que una escoria en el mundo y que deseaba que su madre no le diera de comer esa noche.

—Oh mira, tus padres están —Dijo él con emoción señalando con su dedo índice (que deseé doblar) en dirección a mi casa.

Miré de inmediato sintiendo como todo el color desaparecía de mi rostro, si no supiera que fuera imposible juraría que mi corazón se detuvo todo el tiempo que duramos en llegar hasta casa.

—Bien, entonces este es el plan —Le ignoré por completo pero a él pareció no importarle—, daremos la noticia y saldremos a dar un paseo.

—Tengo planes —Dije ausentemente.

— ¿Y? Estás conmigo ahora, cancélalos.

Le miré de inmediato ¡claro que no cancelaría mis planes! Me importaba un pepino que ahora “estuviera con él” ¡prefería rasurarme la cabeza por un año entero!

—No voy a cancelar mis planes por ti imbécil —Espeté señalándole con mi dedo índice.

Él arqueó una ceja dándome a entender un mensaje muy explícito que me molestó al extremo. Hice el ademán de lanzarme contra él pero el cinturón de seguridad me detuvo.

—Debes entender una cosa amargada —Se acercó un poco a mí—, tus planes no tienen importancia, eres mi novia y saldrás conmigo —Su dedo acarició mi mejilla derecha y yo fruncí la boca.

—Te fumaste un galón de pegamento si crees que cancelaría mis planes por ti —Repliqué sintiendo mis mejillas se calentaban.

—Podré haberme fumado dos pero no cambiaré lo que dije.

Su dedo siguió jugueteando lo que hacía que mi irritación creciera hasta límites inimaginables.

— ¡Quita tu asqueroso dedo de mi cara! —Le grité golpeando su mano.

Él me miró por unos momentos antes de carcajearse con fuerza.

« ¡Bien, eso es todo!»

Luché contra el cinturón de seguridad para ir contra él pero la estúpida cosa no parecía querer colaborar con la labor.

—No cancelaré mis planes por ti —Le dije entre dientes mientras jalaba la cinta con desesperación.

—Es eso o no contarás conmigo para volver a tu patética relación con Regie —Amenazó con ligereza como si aquello no significara nada para él.

Grité con fuerza y pude deshacerme del cinturón, me lancé contra el imbécil sin saber exactamente qué haría. Básicamente jalé su cabello sin piedad y probablemente le dejé muy buenos moretones en ambos hombros.

— ¡Calma fiera! —Gritó él intentando contenerme.

— ¡Eres un imbécil! ¡Ojala y tu madre no te cocine en la noche!

— ¿Ojala que mi madre no me cocina en la noche? —Se carcajeó con gusto mientras yo lanzaba golpes sin un orden exacto—. Eres demasiado infantil e inocente, quizás no debería estar contigo, eres demasiado niña para mí.

Detuve mi ataque para mirarle con rabia asesina, claro, intenté hacerlo lo mejor que pude pues estaba en una posición bastante incómoda donde mi pierna izquierda estaba sobre mi asiento y mi pierna derecha sobre la palanca de cambios.

— ¿Sabes qué es inocente?

—Sorpréndeme.

—Tú —Dije infantilmente sin pensar en la respuesta.

— ¿Tú? ¡Eres una niña!

— ¡Niña tu abuela! —Grité volviendo a mi labor de golpearle.

—Es un halago, mi abuela ama que la vean joven.

¡ARG! ¡No era posible! Alguien como él definitivamente no podía existir en el mundo.

Tomé la decisión de pasarme completamente al asiento de él, hacerlo fue bastante difícil pues mis movimientos y sus propios movimientos me dificultaban la tarea ¡pero lo hice! Y fue mejor, mis golpes eran mucho más certeros.

—Eres una niña ¡una niña! —Me gritó él para provocarme y yo no hice ningún esfuerzo para calmarme.

Entonces él usó un arma sucia contra mí: Las cosquillas. Era estúpido que alguien tuviera como punto débil sus caderas pero ese era mi caso y nunca, hasta ese momento, odie más esa debilidad.

— ¡No!

—Cancela tus planes y me detengo —Dijo él en medio de su terrible ataque.

— ¡Prefiero ser lesbiana antes de cancelarlos!

—Eso fue duro amargada, pero supongo que podré considerar la idea de hacerme cirugía para parecer una mujer, será divertido.

Quise quitar sus manos de mi cuerpo pero él tenía mucha más fuerza que yo. No tuve más que rendirme ante su “poder”, dejé caer mi cabeza en su cuello mientras reía a carcajadas y movía mi cuerpo en diferentes direcciones buscando parar todo.

— ¿Te rindes?

—No.

—Bien —Llevó sus manos hasta el borde de mi franela y las metió por debajo para hacerme cosquillas en el abdomen.

— ¡Bien! Me rindo ¡pero quita tus manos de mi cuerpo!

—Enseguida.

En ese momento cesó mi tortura y yo pude relajarme completamente, mi corazón latía con exagerada fuerza por lo que mi respiración era muy similar a las que hace una persona cuando hiperventila.

—Ya sabes, cancela tus planes.

—Mamá se molestará conmigo por tu culpa —Le dije alzando mi cabeza.

— ¿Debería ser mi problema? No, no debería —Era molesta la sonrisa de arrogancia que tenía en su rostro.

—Eres un total imbécil.

—Lo cual no tiene nada de malo pues te tengo en esta posición —Dijo él señalando mi cuerpo.

Entonces caí en la cuenta completa de lo que estaba pasando. Perfecto Elena, no puede pasar ni un día en que realmente no cometas un error.

—Que no se te haga costumbre.

—Muy tarde.

No fue hasta que tuve su boca pegada a mi cuello cuando pude reaccionar. Mi primer instinto fue alejarlo de mí pero sólo logré pegar mi espalda contra el volante haciendo que la bocina sonara con fuerza.

— ¡No! —Le grité intentando alejarme dando como consecuencia golpes repetidos contra el volante y activando la bocina en esa secuencia.

—Estás haciendo demasiado ruido amargada —Dijo él despegando su boca de mi cuello para intentar besarme.

— ¡Mantén tu mísera humanidad lejos de mi persona! —Le advertí antes de intentar darle una cachetada.

El imbécil la detuvo a medio camino y jaló de mí hacia él logrando que mi boca se estrellara dolorosamente contra la suya.

— ¡Auch! —Chillé tocando mi boca—. ¡Eso dolió!

—Y lo que viene dolerá más.

Fue mortal ver y sentir como jaló de mí y pegó nuestras bocas para luego besarme con fiereza inhumana. Mi boca palpitaba dolorosamente por lo que la única solución que encontré fue tocar la puerta de él alcanzando la manilla y jalarla.

Lo siguiente que sentí fue como ambos caíamos y como luego yo caía al piso siendo aplastada por él.

Gemí de dolor mientras intentaba inhalar el total el aire que salió con fuerza de mi cuerpo. Cuando estuve un poco más consciente miré al imbécil, él me sonreía divertido. Pretendí decirle algo pero sólo pude jadear un par de veces antes de agarrar el cuello de su franela. Estaba a punto de lanzarlo hacia un lado para quitármelo de encima cuando alguien carraspeó muy cerca de mí.

« ¡Oh por la santa mier…!»

— ¿Terminaste Elena? —Preguntó mi padre con ese tono molesto que sólo había escuchado una vez en toda mi vida.

Cerré los ojos intentando pensar que nada había pasado realmente y que estaba soñando todo o quizás imaginándolo.

—Elena —Diablos, esa era la voz de mamá.

— ¿Sí? —Pregunté entre dientes sin querer abrir los ojos.

—Levántate Elena Ann —Ordenó mi padre con voz autoritaria.

Abrí los ojos mirando al imbécil, él también estaba serio pero había algo en sus ojos que me decía que el asunto no era tan grave para él. Sin piedad le empujé de encima de mi cuerpo para poder levantarme.

Te mataré —Le susurré arrodillándome en el suelo.

Él sólo me sonrió divertido.

Me levanté lo más rápido que pude notando que mi franela estaba fuera de lugar, es decir, por encima de mi abdomen.

—Elena —Llamó mamá y yo me volteé.

Un escalofrío recorrió mi espalda entera al ver a la otra persona que estaba con mis padres. Definitivamente ese no era mi día de suerte.

— ¿Qué estaban…? —La pregunta se ahogó en la garganta de mi padre cuando su mirada se fijó en algo a la altura de mi jean.

Seguí su mirada entrando en un terrible nerviosismo al ver que el primer botón de mi jean y casi la mitad del zipper estaban abiertos.

— ¡No es lo que parece! —Grité cerrándolo todo.

Mi cara se calentó de golpe y yo deseé desaparecer completamente de este mundo ¿de este mundo? ¡De esta galaxia!

—Adentro —Ordenó mi padre con rabia mientras sus mejillas se tornaban rosadas.

—Papá te digo la verdad, no es lo que parece —Intenté tranquilizarle.

Mi padre negó con la cabeza y señaló la puerta. Me encogí en mi lugar no sabiendo qué hacer exactamente en ese momento ¡Dios mío! Nunca pensé que mis padres me cacharían en un momento así y menos cuando todo era apariencia. Quería morir, en serio.

—En algún momento lo iban a saber Elena —Dijo el imbécil rodeando mi cintura con su brazo.

— ¡Aléjate de mí! —Le grité atónita.

¿En algún momento lo iban a saber Elena? ¡¿Qué diablos estaba diciendo?!

—Los dos, adentro, ahora —Dijo mi padre articulando con cuidado cada palabra.

Bajé mi cabeza completamente avergonzada de lo que estaba pasando, movilicé mis pies para caminar hacia la casa e intenté pensar en que lo que pasaba no era realmente la realidad.

—Gracias por venir Regie, hablaré contigo luego —Le dijo mi madre a mi ex novio con voz cargada de vergüenza.

«Oh Dios, realmente quiero morir, mátame por unos segundos, quizás mis padres me aprecien más después de eso».

Pretendí caminar hacia las escaleras para subir a mi habitación pero un « ¿A dónde crees que vas Elena Ann?» frustró mi plan perfecto de pasar mi vida entera encerrada en mi habitación.

—Los cuatro tenemos de qué hablar —Dijo mi padre mientras su rostro se tornaba cada vez más rojo.

Miré al imbécil que era seguido por mi madre, no había una sonrisa en su boca pero sí un brillo en sus ojos que me incomodó por completo. Caminé hasta sentarme en un sillón, junté mis piernas y dejé mis manos en mi regazo intentando calmar el terrible escalofrío que sentía en mi espalda y la sensación de que me estaba ahogando.

— ¿Y bien? —Preguntó papá luego de que el imbécil se sentara a mi lado.

Miré los pies de mi padre incapaz de enfrentarle, nunca había estado en una posición como aquella y hubiera deseado mantener mi record de esa forma.

—Papá —Comencé con voz suave muy baja—, realmente no es lo que piensas.

La sala cayó en un profundo silencio que hizo todo mucho, mucho peor.

—Digamos que creo lo que dices —Levanté un poco mi mirada—, y ahora supongamos que me interesa oír tu explicación.

Me senté recta en el sillón lentamente intentando darme tiempo de sopesar el hecho de que les confesaría la locura en la que ahora era partícipe.

—Bien —Tomé un fuerte respiro—, lo que pasa es que el imbé… Matthew — ¡Diablos! Fue extremadamente difícil decir su nombre por primera vez. Después de eso lavaría mi boca con cloro—, y yo llegamos a un…

Un apretón en mi mano izquierda me hizo detenerme en medio de mi confesión. Levanté de la mirada para verle, él me daba una pequeña sonrisa que no me era nada agradable.

Dices la verdad y se acabó —Me amenazó entre susurros casi sin mover su boca.

Me estás arruinando la vida —Le susurré de vuelta.

No es mi problema. Abres la boca para decirle y juro que te dejaré en mal.

Apreté la boca en signo de querer asesinar a alguien.

Entonces resuelve esto.

El imbécil me dio una sonrisa de suficiencia antes de mirar hacia mi padre.

—Yo le explicaré todo Sr. Rogers —Dijo él con voz calmada.

—Sería excelente que lo hicieras.

¡Oh sí! Me encantó la mala manera en que mi padre miró al imbécil ¡pensé que nunca podría ver aquello! Mi vida cobraba de nuevo sentido, ahora todo era un poco más normal.

—Elena y yo estamos comenzando una relación.

Respiré profundamente tragando mis ganas de negarlo todo por completo. Mamá abrió los ojos asombrada por aquello y mi padre arrugó el ceño contrariado, bueno, no era para menos, yo le había dicho la noche anterior cuánto odiaba al espécimen a mi lado y le había dejado muy en claro que quería a Regie.

—Lo que pasó en el auto es que yo me dejé llevar —Miré de inmediato al imbécil ¿él realmente me estaba dejando en bien?

—Explícate —Le exigió saber mi padre.

—Quiero a su hija Sr. Rogers —Dijo el imbécil con sinceridad que me fue imposible comparar con falsedad—, usted debe entenderme cuando le digo que en algunos momentos nosotros los hombres queremos más.

Tapé mi rostro con una mano considerando ridícula toda esta situación, era claro que estaba actuando y eso me enfermaba, parecía no haber límites para él.

—Pero no con mi hija Matthew —Dijo mi padre sonando muy molesto—. Hay ciertos límites que debes respetar y los sobrepasaste al primer momento.

—Y lo lamento mucho Sr. Rogers —El imbécil bajó la cabeza fingiendo vergüenza—. Pero debe entenderme, usted pasó por lo mismo con la mamá de Elena, pero le aseguro que esto no volverá a pasar.

Miré a mi padre rogándole en silencio que me prohibiera tener una relación con el imbécil, realmente no quería continuar con aquello, estaba arrepentida por lo que pasó y fue suficiente vergüenza como para considerar que esto no era realmente un buen plan.

—No se muevan de aquí —Nos ordenó papá antes de irse con mamá a la cocina.

Cuando no les tuve a la vista me levanté del sillón y encaré al imbécil.

— ¿Qué cominos está pasando por tu cabeza? —Le exigí saber.

—Puedo conformarme con una «gracias Matt, me salvaste la vida».

—Jamás escucharás eso de mi boca —Espeté mirándole con rabia.

—La vida da muchas vueltas amargada.

—Porque lo haga no significa que yo cambie contigo, te odio ahora y lo seguiré haciendo no importa que pasen 20 años.

Él se carcajeó divertido antes de levantar su pierna derecha para apoyar el tobillo de esa pierna en la rodilla de la otra.

—Hay algo que realmente me gusta de ti y es tu sentido del humor —Gruñí molesta.

—Es todo, se acabó. No voy a seguir con tu estúpido juego —Dije con rapidez, de ninguna manera seguiría dándole el gusto.

Él me miró por unos momentos sin decir absolutamente nada.

— ¿Estás segura? No te daré una segunda oportunidad.

—Completamente segura, no voy a sucumbir a tu juego.

—Entonces no tendrás a Regie de vuelta.

—Poco me importa lo que digas, lo haré sin tu ayuda.

Me molestó su risita. Él se levantó lentamente del sillón y caminó hasta estar frente a mí, sus ojos claros seguían teniendo el brillo de antes.

—Conozco a Regie mucho mejor de lo que tú alguna vez lo harás, créeme cuando te digo que no podrás recuperarlo de nuevo —Mi voluntad flaqueó por unos momentos.

Pensé en lo que dijo pero quizás era una vil manipulación de su parte pero no, yo no caería de nuevo en lo que él estaba diciendo.

—Lo haré por mi propio medio.

—Que lástima, pensé que te gustaba estar conmigo.

— ¿Pensabas? A mí jamás me gustará estar contigo y mucho menos ser tu novia y tener que fingir que hay algo entre nosotros, para mí es peor que ir al infierno.

—Es mi juego amargada, yo pongo las reglas que se me vengan en gana.

—Y por eso me salgo de tu juego, no voy a obedecerte en ningún aspecto.

—Bien, entonces estás fuera, ya no habrá ninguna oportunidad entre tú y Regie —Tragué.

Él se dio la vuelta con bastante rapidez y comenzó a caminar hacia la puerta de entrada. Esperaba que se fuera y no volviera jamás.

—Pensaba que realmente querías a Regie, gracias por aclararme que no es así —Dijo con una sonrisa.

Medité por medio segundo lo que él acababa de decir y llegué a la conclusión de que quizás necesitaba seguir con todo aquello, yo quería volver con Regie y realmente no me mediría a la hora de hacer cosas para que él volviera conmigo pero viéndolo desde un punto de vista más racional esto era caer demasiado bajo.

«No vale la pena, Regie es un hombre» me dije a mí misma en un intento de recapacitar. «Te jugó mal».

Me quede unos momentos de pie, viendo como el imbécil estaba cada vez más cerca de la puerta, preguntándome si salirme de todo era lo que de verdad quería. En el momento en que el imbécil abrió la puerta tomé la decisión.

— ¡Espera! —Grité corriendo hacia él.

El imbécil se volteó mirándome detenidamente.

— ¿Qué?

—Olvida todo lo que dije, estoy dentro —Suspiré derrotada—. Seguiré todas tus absurdas reglas.

— ¿Estás segura? —Preguntó sorprendido.

—Completamente.

—No te daré respiro, te obligaré a hacer cosas que jamás pensaste hacer, haré tu vida una miseria total.

¡Claro que lo haría! Pero no, dejaría todo eso de lado, todo sea por volver con Regie.

—No importa lo que hagas o me hagas hacer, si eso me asegura que Regie volverá conmigo entonces aguantaré todo —Vomité con rapidez—, haré todo lo humanamente posible por no quejarme, lo prometo.

El imbécil arrugó el ceño con fuerza por unos momentos antes de mirar hacia la calle. Esperé impaciente su respuesta que parecía no quería llegar. Rezaba a todo lo que me pudiera escuchar que estuviera de acuerdo en hacer el trato conmigo de nuevo.

—Bien —Soltó entre dientes—, pero no podrás quejarte y tendrás que hacer lo que se me venga en gana.

Solté la respiración con alivio percatándome del pequeño detalle de que había estado conteniendo la respiración todo el rato en que él estuvo en silencio.

—Lo que quieras —La aseguré con desespero.

Él cerró la puerta con rabia y refunfuñando fue hacia la sala de nuevo. Casi comienzo a saltar de la felicidad  por volver al juego, conseguiría a Regie sin importar lo que tuviera que hacer. Fui detrás de mi falso novio para esperar a mis padres que no tardaron en llegar.

—Elena —Dijo mi padre mirándome—, Matthew —Miró al imbécil—, la Sra. Rogers y yo hemos llegado a una conclusión.

 Asentí lentamente, por sus miradas supe que la respuesta era una negativa definitiva a que tuviera una relación con el imbécil así que ignorando mi sentido común, mi orgullo como mujer y… bueno, básicamente todo lo racional y correcto, me adelanté a mis padres.

—Papá, mamá —Dije antes de acercarme al imbécil, fue necesario tragarme mi asco antes de abrazarle—, entiendo que estén molestos por lo que pasó pero yo también tengo la culpa, me dejé llevar por la situación y lo lamento mucho —Luché por sonar lo más sincera que podía—. Pero les digo que aunque ambos estén en desacuerdo con que tenga una relación con él yo no la acabaré, realmente quiero estar con… Matthew —Esperaba mi pausa no fuera tan notoria—, me gusta y la paso bien con él así que consideren eso al momento de darnos su respuesta.

Mis padres me miraron con sorpresa. Era la primera vez que hablaba de esa manera respecto a un hombre y debía ser toda una novedad para ellos. Mamá le dijo algo al oído a papá para luego mirarme con una sonrisa.

—Creo que… —Comenzó mi padre pero se detuvo para mirar a mamá que asintió—. Si te sientes así supongo que no puedo decir que no.

Entonces solté un gritito de felicidad para luego abrazar con fuerza al imbécil que parecía completamente sorprendido y fuera de lugar.

—Siempre y cuando esto de hoy no se repita —Finalizó mi padre con voz autoritaria.

—Moriré virgen si es lo que quieres —Le aseguré con una gran sonrisa.

—Harías completamente feliz a tu padre si lo hicieras.

Mamá le digo un codazo y él se quejó.

—No le prestes atención amor.

Sonreí en grande. Las cosas saldrían bien respecto a este plan, trabajaría para que así fuera aunque me costara parte de mi dignidad, quería creer que Regie lo valdría.

Comienza tu infierno —Susurró el imbécil a mi oído.

Bien, él sí que sabía cómo arruinar mis momentos.

Continue Reading

You'll Also Like

265K 11.7K 53
Mi nombres es Halle Finnegan, tengo 18 años y mi vida se ha convertido prácticamente en un infierno hace casi ya dos años, después de lo ocurrido jam...
65.6K 1.9K 50
"me gustaría ser más cercana los chicos del club, pero supongo que todo seguirá siendo igual, no?"
84.3K 4.3K 53
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...
482K 57.1K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...