Reacciones Soft pt.2↪【BTS】

By SoyinLips_7

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『Pedidos CERRADOS』 En todas las historias debe haber un poco de drama para que al final seas recompensada en... More

Pedidos CERRADOS
¿Cómo hacer un pedido?
「 Ayuda 」
「 Ánimo 」
「 Hasta el final || Hyung Line 」
「 Hasta el final || Maknae Line 」
「 Arrepentido 」
「 Visa 」
「 Soslayar 」
「 Cursi || Hyung Line 」
「 Cursi || Maknae Line 」
「 Híbrido 」
「 Reconciliación 」
「 Apariencias || Hyung Line 」
「 Apariencias || Maknae Line 」
「 Beso 」
「 Pro-aborto 」
「 Conquista 」
「 Monstruo 」
「 Error 」
「 Deseo 」
「 Cada vez más 」
「 Celos 」
「 Videojuegos 」
「 Nunca es suficiente 」
「 Plantada 」
E U P H O R I A

「 Oportunidad 」

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By SoyinLips_7

Situación.-

Tener una relación con XXXX fue algo que pensaste por mucho tiempo, no solo porque fuera mundialmente reconocido gracias a sus éxitos musicales e influencia, sino por los dos pequeños que eran tus hijos. Sabías lo mal que la habían pasado con el padre biológico, y lo mal que tú también la habías pasado.

Sin embargo, debías entender que no todos los hombres eran como tu ex-pareja, y que las situaciones eran completamente diferentes. Te habías convertido en madre adolescente, habías estado tan enamorada que cuando te pidió darle hijos no lo dudaste, aún si eso significaba dañar la relación con tus padres. Luego habías vivido años de abuso y maltrato que creías normal, hasta que tu mejor amigo/a, el hermano/la hermana de XXXX te ayudó a salir de ello.

Habías aprendido a salir adelante sola, por tus hijos, porque aun seguían siendo bastante pequeños y les querías dar el mejor ambiente para vivir después de tantos malos años. No esperabas que al conocer al hermano de tu amigo/a quedara enamorado de ti, sin importarle incluso cuando le dijiste que eras madre soltera, y por el contrario, apoyándote y demostrándote que sus sentimientos eran totalmente puros.

No tardaste en enamorarte y dejarlo entrar en tu vida, presentándoselo a tus pequeños. Pero ahí había un problema, porque tus bebés parecían no querer nada con XXXX, por más que lo intentaran, terminaban por ignorarlo, hacer rabietas o llorar ante su sola presencia.

SeokJin.-

Usualmente todo se mantenía tranquilo mientras tú estuvieras con ellos, tranquilo porque los niños ignoraban a SeokJin y porque él intentaba darles su espacio. Pero ese día tu jefe llamó porque necesitaba que le explicaras algunos elementos del documento que te llevaste a casa, mencionaba puntos específicos así que no tuviste más opción que ir por tu maleta de trabajo y alejarte a la cocina para hablar de manera cómoda.

SeokJin miró a los niños que tenían siete y cinco años de edad, en realidad eran muy lindos y respetuosos, todos sabían que habías hecho un gran trabajo al criarlos, trabajar, tener tiempo para ellos, darles atenciones, cuidarlos y consentirlos. SeokJung, su hermano mayor, se llevaba de maravilla con ellos, incluso le decían tío, pero por alguna razón a él parecían odiarlo.

— ¿Cómo han estado?

DakHo, el mayor, lo miró de reojo antes de regresar su atención al avión con el que estaba jugando, en realidad, SeokJin incluso había intentado compraros con dulces, regalos, viajes, pero nada parecía funcionar con ellos. El menor hizo un puchero, acercándose un poco más hacia su hermano mayor.

—Ah... Vi que se estrenó una nueva película de Marvel, sí quieren podemos ir a verla —volvió a intentar, mirando de uno a otro, esperando que alguno de los dos niños le respondiera.

—No queremos salir con el hombre malo —susurró YoonKyung. DakHo lo miró con el ceño fruncido haciéndolo callar inmediatamente.

— ¿Quién es el hombre malo? —Preguntó tu novio temiendo que volvieran a estar en peligro por tu antigua pareja.

—Usted... —Susurró esta vez el mayor, sin levantar la mirada.

El corazón de SeokJin se congeló, no sabía que tus pequeños lo veían de esa manera y la verdad comenzaba a repasar todas sus acciones para saber si había hecho algo que lo hiciera ver peligroso frente a tus hijos, pero no podía recordar nada.

— ¿Por qué dicen eso?

—Porque ahora usted ocupa el lugar que ocupaba papá —volvió a hablar YoonKyung en voz baja—. Le va a gritar a mamá y la va a dejar sin comida por días.

SeokJin volteó a verte, tan tranquila y bonita ayudando a tu jefe a responder sus dudas. Una sensación de tristeza pasó por todo su cuerpo, no hablabas mucho acerca de los años vividos con tu ex-pareja, pero sí le habías dejado en claro que pasaste por un abuso psicológico que no querías volver a vivir. Negó con la cabeza, arrodillándose en el suelo, frente a tus hijos, bajando la cabeza y alzándo la mano.

—Yo, Kim SeokJin, prometo no ser un monstruo, cuidar de su madre y, si me lo permiten, convertirme en alguien a quien puedan llamar papá y les haga olvidar al otro hombre que fingió serlo.

Ambos hermanos se miraron el uno al otro, en realidad no confiaban mucho, aun recordaban la manera en que su padre biológico te encerraba en una habitación por días sin permitirte comer algo, en especial DakHo quien guardaba más recuerdos de esos años. Soltando un suspiro DakHo asintió, YoonKyung sonrió y se acercó al mayor llamando su atención.

—Está bien, pero debes traer mucha comida —explicó con una sonrisa—. Así mamá podrá comer por todos esos días que no pudo.

—Tampoco puedes gritarle, si lo haces, nunca más te dejaremos entrar a la casa.

SeokJin aceptó feliz. Y aunque nunca quisieron contarte qué fue lo que había pasado en esa tarde, ahora se llevaban muchísimo mejor, SeokJin llegando con nuevos postres cada semana y todos parecían haberse convertido en tus guardaespaldas personales.

YoonGi.-

Tus pequeños siempre habían sido muy cerrados a otras personas que no fueran tú. YoongJoon y EunYeong rechazaban abiertamente a YoonGi, la menor incluso temblaba en silencio las primeras veces que lo vio, temiendo que volvieras a resultar herida. Nunca fue un secreto que tu pareja te golpeaba, era alcohólico y muchas veces solo llegaba a quitarte dinero y descargar su furia sobre ti, pero vivían en su casa, no podías dejar a tus pequeños, y tampoco los harías vivir en la calle.

Ahora tenían su propio departamento, no había más golpes en tu cuerpo, podías comprarles sus gustos de vez en cuando y conocías un amor sano; el problema es que tus bebés hacían de todo para que no le prestaras atención a YoonGi, usualmente solo podían tener tiempo a solas mientras los pequeños estaban en la escuela o hasta muy altas horas de la noche.

Esa noche estaba lloviendo bastante fuerte, tu departamento quedaba mucho más cerca de la empresa de YoonGi que el suyo, además de que ya tenía bastante ropa suya metida en tu armario. Estaban los cuatro en la sala de tu casa, los pequeños mirando hacia el piso y un silencio tensante en el lugar.

—Será mejor que vayamos a dormir —murmuraste, sabiendo de antemano que ni siquiera una película haría más ameno el ambiente.

—Podemos hacer un campamento —YoongJoon propuso en un susurro, a la vez que tomaba la mano de su hermanita menor. No permitiría que te quedaras sola con YoonGi, no importaba que les comprara juguetes bonitos, no sabían cuánto era fingido y cuanto no.

— ¿Quieren dormir aquí?

—Los cuatro...

Miraste a YoonGi, quien también parecía sorprendido, era la primera vez que lo incluían en los planes que estuvieran preparando. No quería ilusionarse, no quería pensar que los pequeños por fin le estaban abriendo su corazón, pero era difícil no hacerlo. Ambos se miraron sin querer sobre reaccionar, solamente asintieron poniéndose de pie.

—Bien, entonces será mejor que vayamos por las cobijas y almohadas —aceptaste—. Espérenos aquí mientra-...

— ¡No! —Exclamaron los dos pequeños al mismo tiempo. Se miraron nerviosos antes de que EunYong sonriera nerviosa—. Queremos jugar con el señor YoonGi.

Aquello te confundió aún más, pero aceptaste en silencio. Con una última mirada te cercioraste de que YoonGi también se sintiera cómodo quedándose a solas con tus hijos. Una vez saliste del cuadro, los pequeños volvieron a aquella actitud callada y quieta. EunYong perdió toda aquella valentía apegándose más a su hermano mayor.

—Supongo que los juegos eran una excusa —preguntó el mayor con un rastro de diversión intentando no incomodar o sonar rudo con sus palabras. YoongJoon se mordió el labio, a pesar de todo sabía que no debía mentir, incluso si sabía que se podía meter en problemas por su respuesta. — ¿Ustedes...? ¿No quieren que salga con su mamá?

Ambos niños negaron con la cabeza, la menor haciendo un puchero al recordar los golpes sordos que impactaban contra tu cuerpo.

—Pero... Yo la quiero mucho, y me gustaría que me dejaran quererlos también... Cuidarlos...

—Los papás no cuidan a las mamás —susurró YoongJoon con la voz cortada—. Los papás las lastiman. No quiero que seas nuestro papá, no quiero que vuelvan a lastimar a mamá.

Comenzó a sollozar fuertemente contagiando a su hermana. La piel de YoonGi se erizó al, finalmente, entender las razones del rechazo que tenían hacia él. Entraste a la sala con las cobijas, preocupándote cuando viste a tus pequeños llorando, pero en los mismos lugares donde los dejaste a los tres.

Con una seña, YoonGi te pidió que no te acercaras, se levantó y caminó arrodillándose frente a donde los niños tomaban asiento. Movió un poco el cuello de su camisa, mostrando su hombro y llamando la atención de los menores.

—Hace algunos años lastimé mi hombro, incluso si está sanando, en ocasiones suele doler —dejó escapar una sonrisa, los niños calmándose al ver las encías rosadas que enseñaba—. Soy muy débil, su mamá es mucho más fuerte que yo. Y yo nunca querría hacerle daño, así que, si algún día termino lastimando a su mami, ustedes solo deben apretar mi hombro con toda su fuerza.

YoongJoon apretó sus labios, miró a los ojos al mayor notando la sinceridad, arrepintiéndose por pasar tanto tiempo poniendo trabas entre ustedes dos, porque en el fondo sabía que el señor YoonGi te hacia muy feliz.

—Está bien, pero lo vigilaré muy de cerca, señor YoonGi.

HoSeok.-

En realidad, tus hijos eran tímidos pero amigables después de conocer a alguien, por eso te sorprendía que, después de ocho meses, siguieran comportándose silenciosos y sumisos delante de HoSeok. A tu novio tampoco le hacía mucha gracia, en especial porque solía ser bastante extrovertido, lo suficientemente energético como para jugar por horas con tus bebés, pero estos no buscaban poner de su parte.

Creían que tal vez era porque estaban acostumbrados a tratar con mujeres adultas, las primeras noches después de dejar a tu ex pareja tuvieron que pasarlas en el departamento de DaWon, tu mejor amiga. Apenas tenías contacto con tus padres y te costaba mantener amistades masculinas, por lo que querían creer que tus hijos actuaban de esa manera al no saber cómo relacionarse con hombres adultos. Pero después de estos meses en los que HoSeok intentó de todo para agradarles, simplemente no había resultados positivos.

Intentaban nuevamente una salida "familiar", aunque con DaeHyun y JiYang tu novio tenía en claro su posición de "agregado cultural". Caminaban en el centro comercial mirando algunas tiendas de ropa, zapatos, juguetes y comida. Tus hijos se aburrían demasiado viendo ropa contigo, aunque tampoco tardabas tanto, y habías visto una blusa que te encantó desde el primer segundo.

—Ve a comprarla, me quedaré con los niños aquí afuera —sugirió HoSeok.

—No quiero que ninguno esté incómodo —negaste con la cabeza—. Será mejor que vayamos por algo de comer.

—Está bien, mami —mencionó DaeHyun con la mirada en el suelo, al igual que su hermano menor, solían adoptar esa pose cuando se quedaban solos con HoSeok o cuando estaban frente a frente con él—. Podemos esperarte aquí.

Ibas a negarte, pero JiYang asintió apoyando a su hermano. Aceptaste entrando a la tienda, buscando de manera directa y sin distraerte para no hacerlos esperar mucho. El silencio entre los tres que esperaban afuera se hizo presente de manera inmediata.

HoSeok tomó un suspiro, no quería presionar a los pequeños, pero tampoco quería rendirse. Te amaba y los amaba, los adoró desde que los presentaste, viéndolos esconderse tras el sillón mientras parecían estudiarlo.

— ¿Les gustaría ir al Arcade después de que su mamá salga?

—Como usted prefiera —susurró DaeHyun, sin levantar la mirada.

Se agachó un poco para tener mejor contacto con los menores, pero estos parecían soldados en posición de firmes. Completamente quietos y sin levantar la vista.

— ¿Por qué no les agrado?

JiYang apretó los labios, temblando levemente sin saber si dar la respuesta, pero no era una opción quedarse callados, eso podría enfurecerlo más.

—Porque al hombre de la casa hay que respetarlo. Si lo tratamos mal usted dejará a mami fuera de la casa durante días y se olvidará de darnos de comer.

HoSeok lo entendió al instante, eso no era respeto, era miedo. Tu antigua pareja debió de haberles obligado a aprender eso, debió prohibirles mirarlo a la cara y claramente estaban lastimados por el maltrato que su progenitor te había dado frente a ellos.

—Eso no es cierto, todo lo que les dijeron es mentira —animo, sintiéndose mejor al poder entender sus razones—. Intenten mirarme, ¿bien? Solo por unos segundos.

DaeHyun fue el primero en obedecer, temiendo que pasará algo malo. Vio a HoSeok a los ojos, se quedó quieto por unos segundos, encontrándose con una sonrisa tranquila, el cabello algo desordenado por la gorra que tenía cuando fue por ustedes y los bonitos pómulos que se alzaban demostrando su felicidad. JiYang lo hizo después, admirando el bonito brillo en los ojos del mayor.

—El mundo se ve más bonito con la mirada en alto, ¿no creen? —Preguntó acariciando la cabeza de ambos. Los niños se encogieron, pero se relajaron casi al instante.

— ¿No dejará a mamá fuera de casa? —Inquirió JiYang.

—No, claro que no. Esa es su casa, ustedes tres pueden dejarme afuera a mí si eso es lo que quieren, pero yo nunca los lastimaré a ustedes. Se los demostraré... Solo deben darme una oportunidad.

Los pequeños a sintieron más en confianza. Y al fin pudiste sentirte cálida al salir de la tienda, caminando de la mano con JiYang mientras que DaeHyun platicaba de su escuela mientras tomaba de la mano a HoSeok.

Los tres dijeron que te contarían lo que hablaron en ese momento cuando se sintieran cómodos con ello.

NamJoon.-

Estaba un poco decepcionado de sí mismo; siempre había querido ser padre, ya sea biológico o no, pero el poder cuidar de algún bebé, verlo crecer y poder vivir esa calidez de amor entre padre e hijo era algo con lo que realmente había soñado durante mucho tiempo. Cuando se enteró de que tenías dos pequeños no lo vio como algo malo, inclusive se visualizó viviendo muchas aventuras con ambos niños. Pero la realidad fue completamente diferente.

—Cariño... No quiero que te sigas presionando por caerle bien a SeungJin y SangGuk —murmuraste cuando los viste cerrar la puerta del auto—. Ellos entienden que me haces feliz, pero insisten en cerrarse contigo. Supongo que deben crecer para entender mejor nuestra relación.

—Hey, tranquila —te dedicó una de sus preciosas sonrisas, llenándote de calma y un poco de seguridad—. Mantener el contacto con ellos es importante. Incluso si no les caigo bien, yo los adoro; ya se darán cuenta de que la podemos pasar bien todos juntos.

Asentiste con la cabeza, a pesar de que ustedes se reunían constantemente -sin descuidar de tus hijos-, él apenas veía a los pequeños una o dos veces a la semana, a veces incluso cada medio mes. No quería presionarlos imponiéndose como una figura paterna, pero tampoco quería que olvidaran sus esfuerzos de intentar llevarse bien.

NamJoon había preparado una caminata en un monte cercano, no harían el recorrido completo para no cansarse tanto y podrían ir a comer algo una vez terminaran en alguno de los restaurantes locales que había cerca.

Fue un gran susto que a media caminata SeungJin resbalara y cayera cuesta abajo, sin embargo, tu novio fue el primero en correr hacia abajo, cargarlo y regresar corriendo hasta la camioneta con cuidado de no dañar más su ya lastimada pierna. No tenía ningún hueso roto, pero sí se había desagarrado parte de la piel al rozar con tantas ramas secas y piedras. Así que, mientras terminaban de curar al menor, NamJoon se encargó de ir a pie a comprar comida en el restaurante más cercano al hospital.

De regreso a casa, el menor se aferró a NamJoon mientras lo cargaba del auto a tu departamento. SangGuk caminaba detrás de ellos como si también quisiera cuidar de su hermano mayor. Y una vez acomodado en el sofá, tu novio y tú se dispusieron a servir la comida del restaurtante.

—Señor NamJoon —susurró SeungJin. — ¿Podría hablar un momento con usted?

El nombrado y tú se miraron, te retiraste hacia la parte de la cocina mientras que NamJoon se acercaba a tus pequeños.

—Queremos disculparnos por haberlo tratado mal este tiempo —susurró el mayor con vergüenza.

NamJoon sintió su corazón latir con calidez, sintiendo que por fin podrían mejorar la relación entre ellos. —Comprendo que hayan tenido sus razones para actuar de esa manera... Pero ¿por qué lo hacían? ¿Por qué ponían restricciones entre nosotros?

—Porque no queremos que lastimes a mamá si te conviertes en papá.

—Papá la golpeaba mucho, a veces se encerraban en el baño, pero podíamos escucharlo —murmuró SangGuk—. Es mejor que usted sea el Señor NamJoon y no papá.

Estaba completamente sorprendido, reconocer el trauma y las secuelas que dejó su padre biológico le hizo tener un mal sabor de boca, realmente quería encararlo y hacerle pagar por el daño que te hizo a ti y tus hijos, pero sabía que no valía la pena cuando eso también podría arruinar la nueva relación que estaba formando con ustedes.

—Yo no quiero dañarlos, me gustaría cuidarlos y quererlos si es que me lo permiten. Enseñarles el verdadero significado de la palabra "padre".

Los niños aceptaron, y después de que NamJoon te ayudara a terminar de servir la comida, pasaron la primera tarde cálida de muchas que llegaron después.

JiMin.-

Él conoció a tus hijos antes que a ti, una tarde cuando su hermano menor los estaba cuidando. Los pequeños eran realmente tímidos, casi no hablaban y se mantuvieron la mayor parte del tiempo pegados el uno al otro. Cuando fuiste a recogerlos su hermano los presentó, cuando te fuiste le contó lo que habías vivido.

Sabía lo difícil que podría llegar a ser intentar una relación contigo, pero mientras más te conocía más te quería, aceptó el tiempo que le pediste para pensar en la posibilidad de volver a intentar tener una relación y fue el más feliz cuando lo aceptaste. Pero había algo que no terminaba de agradarle: tus hijos le tenían miedo. O eso era lo que él pensaba. Los niños siempre se encogían en su lugar si comían juntos, o se escondían en su habitación hasta que JiMin se fuera.

Muchas veces ambos pensaron en dejar la relación, siempre habías puesto a tus niños antes que a ti, pero amabas a JiMin también. Al final te propuso algunas opciones para intentarse llevar bien con tus pequeños y si ninguna funcionaba entonces lo mejor sería que la relación terminara allí.

— ¿Qué les parece si vamos a un parque de diversiones? —Propuso JiMin a tus pequeños—. Podemos pasar al cine después y luego cenar en casa.

JinHo se encogió de hombros volteando a mirar a su hermano menor, NamHyuk, quien también se mantenía cabizbajo.

—Tal vez podríamos comprar juguetes...

—No les digas eso, los vas a malcriar —interrumpiste.

Los pequeños aguantaron la respiración, mirando asustados de ti a JiMin; los miraste confundida, sin poder entender porqué tenían esa reacción. La verdad es que ellos esperaban ver al mayor enojado, que te gritara, empujara y golpeara, que les dijeras que se fueran a su habitación mientras escuchaban tus sollozos a lo lejos. Eso era lo que estaban acostumbrados a vivir con tu ex pareja.

A cambio, solo vieron a JiMin bajar la mirada y hacer un pequeño puchero, sus hombros relajados, su respiración tranquila, ningún indicio de violencia.

—Entiendo, los juguetes deben esperar hasta los cumpleaños —afirmó.

— ¿Qué sucede? —Preguntaste mirando a tus hijos.

JiMin siguió tu mirada, encontrándose con los rostros anonadados de los niños. Pensó que había hecho algo mal, pero unos segundos después creyó que la idea de los juguetes había llamado suficientemente su atención, su corazón se aceleró sin saber qué esperar de las reacciones de los pequeños.

—El Señor JiMin no está enojado —habló con asombro JinHo

—Tampoco ha gritado...

Ambos lo entendieron al momento, para JiMin no era un secreto lo que habías vivido con tu ex pareja, tuvieron que aclarar muchas cosas para poder hacer funcionar la relación, porque aún convivías con malos recuerdos que él te ayudaba a superar poco a poco. Fue un enorme error tuyo no darte cuenta que tus pequeños veían de manera negativa la figura masculina de JiMin.

—Bebés —te acercaste a ellos acariciando sus cabellos—. JiMin no es él, JiMin no nos lastimará, ni a mí, ni a ustedes.

—Es cierto, en realidad yo quiero cuidarlos, quererlos, ¡comprarles muchos juguetes!

—Pero si va a ser nuestro papá, va a ser malo —intentó argumentar NamHyuk.

—Puedo prometer que nunca va a ocurrir eso —el mayor estiró ambos meñiques, extendiendo su mano hacia los niños—. Por la garrita.

JinHo y NamHyuk te miraron, se miraron entre ellos mismos, y después de unos segundos entrelazaron sus dedos con los de JiMin. Más tarde te encargarías de visitar algún psicólogo con tus hijos, su estabilidad mental era un factor importante que no habías reconocido pero que ahora te encargarías de arreglar.

TaeHyung.-

Estaba asustado, realmente le daba miedo no tener la capacidad de ser un buen padre, creyó que llevarse bien con todos los niños que conocía le daba esa puntuación extra para ser el papá que siempre se lleva bien con los hijos. Por alguna razón tus hijos le rechazaban constantemente.

JaeWon parecía buscar siempre estar lejos de él, MinSeok solía llorar si se acercaba mucho. Habías intentando hablar con ambos, preguntarles porqué mantenían esas recciones contra TaeHyung, pero nunca te daban una respuesta.

—No es tu culpa —susurraste acariciando la espalda de Tae.

— ¿Entonces por qué no me quieren? —Preguntó algo triste—. Sé que no puedo obligarlos a caerles bien, pero he intentado mucho y parece ser que no sirve. Se supone que a su edad debe ser fácil convencerlos, cariño, atención, juguetes... Pero nada funciona. Debí hacer algo mal...

Negaste con la cabeza, no podías darle una respuesta exacta, pero también te encontrabas confundida, es decir, con JeonGyu se llevaban de maravilla, pero a TaeHyng no le tenían aprecio. Incluso en ese momento se encontraban encerrados en su habitación, dejándolos a ustedes dos en la sala de estar.

Decidiste reconfortarlo un poco, llevándole algo de fruta que habías comprado en la semana, así que te levantaste con dirección a la cocina, sin notar un pequeño juguete que había dejado JaeWon en el suelo. Solo sentiste el mal paso, y tu cuerpo cayendo al suelo. TaeHyung corrió de inmediato a socorrerte, pero el fuerte golpe acompañado de tus leves quejidos, llamaron la atención de tus pequeños.

Verte en el suelo, con el mayor en cuclillas junto a ti les nubló el juicio. MinSeok comenzó a sollozar inmediatamente, haciendo que tú y tu novio los voltearan a ver preocupados. Pero JaeWon corrió hacia Tae empujándolo con toda su fuerza, haciéndolo perder el equilibrio y caer.

— ¡No dejaré que lastimes a mamá! ¡Mamá no tiene la culpa! ¡Déjala en paz! ¡Vete! ¡Vete! ¡Vete! —Gritó en medio de sollozos desesperados.

Tu corazón se detuvo al ver los manotazos que soltaba contra TaeHyung, las lágrimas cayendo por las mejillas de tu pequeño y tu novio sin defenderse, intentando entender lo que estaba pasando. Aguantando el dolor en tu rodilla y cadera te enderezaste, jalaste a JaeWon hacia ti, alejándolo de Tae, y lo abrazaste contra tu pecho.

—Está bien, cariño, está bien —susurraste intentando calmarlo—. Yo me he caído, Tae no me ha golpeado, no me ha hecho nada.

MinSeok corrió hacia ti, escondiendo su rostro en tu cuello mientras te abrazaba también. —Si el señor TaeHyung se convierte en papá te lastimará, no queremos que eso pase.

—Lo siento —susurró TaeHyung—. No quería que pensaran eso de mí. Tampoco lastimé a su madre y nunca pensaría en hacerlo. Me disculpo por todo lo malo que hizo su padre biológico, pero si me permiten ocupar el puesto de padre, les prometo que arreglaré todos los errores que él hizo.

Sentiste un nudo en tu garganta. JaeWon se separó lentamente de ti, encontrando el juguete que provocó tu caída y recordando que él lo dejó allí. La culpa comenzó a llegar de manera inmediata.

—Perdón por culparlo de la caída de mamá, señor TaeHyung.

El mayor sonrió, causando curiosidad en los niños al darse cuenta de la forma cuadrada que tenía su boca. Te dolía todo el cuerpo, pero valía la pena si eso provocó que salieran a la luz todas las inseguridades de tus pequeños para poder trabajar en ellas.

JungKook.-

Al principio creíste que estaban asustados por los tatuajes y los piercings, es decir, estudiaban en una escuela coreana y las mamás de sus amigos solían ser tradicionalistas -por lo tanto, los niños también lo eran-, así que asociabas que creían que JungKook era malo por ese par de características. Cada tarde les recordabas que no era nada malo, que eran símbolos con significado de los que podrían presumir toda su vida, y si algún día los querían hacer estaba bien, sino tampoco serían menos.

Pero en realidad tus pequeños estaban asustados por el cuerpo de JungKook, era demasiado fuerte, mucho más que su papá, eso significaba que podría hacerte mucho más daño. Además, JungKook también era un poco tímido porque no acostumbraba a tratar con pequeños, y cuando lo intentaba no recibía las mejores respuestas con tus bebés.

TaeYang ni siquiera lo miraba a los ojos y GiHwan se escondía detrás de su hermano mayor. No le dabas tanta importancia por la misma razón de que pensabas que los tatuajes de JungKook causaban eso, pero el mayor estaba completamente nervioso. ¿Qué pasarías si los niños nunca lo querían? ¿Tendría que alejarse de ti? ¿Nunca podría formar una familia contigo y los pequeños?

— ¿Les gustaría salir al parque? —Preguntó intentando animar a los pequeños.

—Está oscuro y hace frío —susurró TaeYang.

— ¿Ir al cine?

—La semana pasada nos llevó a ver la última película de caricaturas que nos faltaba ver —comentó GiHwan.

—Claro, claro —apretó los labios intentando pensar. — ¿Quieren algunos dulces?

—Ya comimos la ración del día, nuestras muelas se picaron hace poco.

—No me gusta el dentista...

Llegaste junto a ellos, escuchando los rechazos a JungKook y notando la carta cada vez más desilusionada de tu novio. Sabías que no podrían seguir más tiempo así, no querías que tu pareja y tus pequeños estuvieran incómodos cada vez más.

—Chicos, les he dicho que JungKook no es malo. Sus tatuajes son preciosos, miren aquí tiene una flor, y aquí un tigre-...

—No te podemos defender —susurró GiHwan, su boca siendo cubierta instantáneamente por la mano de su hermano mayor.

JungKook frunció el ceño asustando a los niños y tú los miraste confundida.

— ¿Defender de qué? —Cuestionaste.

— ¡Lo sentimos mucho, señor JungKook, realmente no queríamos decir eso! ¡Por favor, disculpe las palabras de mi hermano!

— ¡No se enoje con mamá! ¡Fue mi culpa!

—Esperen, esperen, tranquilos —los calmó JungKook. — ¿Por qué piden disculpas?

—Lo ofendimos... —susurró con miedo TaeYang.

— ¿Estaban hablando sobre mí? ¿Creen que yo dañaré a su mamá?

—Eso es lo que hacía papá... Si usted se convierte en papá también la lastimará.

Ambos suspiraron con fuerza, resolviendo todas las incógnitas que tenían en la cabeza. JungKook cargó a TaeYang para ponerlo en su regazo mientras que tú hacías lo mismo con GiHwan.

—Lo que hacía el otro señor eran cosas muy malas, y tampoco se merecía ser llamado su padre, por eso su madre se hizo fuerte y salió de allí —contó el mayor—. Yo soy así de fuerte por si algún día ese hombre intenta regresar, lo sacaré a patadas si es necesario, pero nunca lastimaré a su madre.

— ¿Podrían darle una oportunidad a Kook? —Preguntaste con cuidado.

Los pequeños asintieron con la cabeza, aprendiendo que las figuras masculinas que ocupaban el lugar paternal también podían brindarles amor y seguridad.

Publico en semana de evaluaciones para evadir responsabilidades ✨

Feliz cumpleaños al amor de mi vida, HoSeok 🥳🥳

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❝¿Cómo pudiste dejarme de esa forma?❞