𝐋𝐚𝐬 𝐥𝐮𝐦𝐛𝐫𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐨𝐜𝐚𝐬𝐨©|𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤|

𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟯;

"𝗕𝗼𝗱𝗮"

;Adele

El día había llegado. En unas horas estaría siendo oficialmente reconocida como la señora Jeon. Su mujer. Así de sencillo. Los nervios me invadían en cada suspiro que salía de mi boca, talvez miedo o emoción, pero mi pecho no podía estar tranquilo, una fuente de alegría me inundaba porque en el fondo de mi siempre soñé con este momento, el momento en el que me convertiría el alguien de alguien, pero nunca lo imaginé bajo estas circunstancias. Sí, Jungkook era cariñoso y atento conmigo, estas tres cortas semanas que había durado nuestro compromiso me mostró su apoyo, y en momentos se comportaba como cuando estábamos los dos enamorados.

Nuestra boda se celebraría un veintinueve de agosto, en un día lluvioso, un día en el que las nubes parecían hermosas incluso si lo que derramaban era agua. El cielo a pesar de estar oscuro no perdía su belleza, se sentía como los días en los que regresaba a casa de la primaria, te hacía sentir que estabas en un hogar. Talvez no solo era el clima, talvez era también Jungkook, porque el era mi hogar de ahora en adelante. También mi compañero, y si peleaba un poco más, el dueño de mi amor.

— ¿Nerviosa? — Joohyun se asomó por la puerta de la habitación en la que estaba. Se acercó a mí, su vientre ya se veía más abultado.

— No, solo estoy pensando. ¿Crees que todo el día lloverá?

— No, ya verás que en unas horas el clima mejorará y tú mi querida amiga estarás lista para ir al altar. — me respondió sonriente al tiempo que me abrazaba.

— ¿Crees que sea buena idea?

— Y dale con eso — me dijo mientras soltaba un suspiro — no deberías de tener dudas a solo horas de tu matrimonio. Jungkook ha demostrado quererte, Adele, te ha esperado por años, ese hombre no ha estado en ninguna relación desde que tu lo dejaste, y al primer momento en que vio una oportunidad para estar con la mujer de su vida, la tomó.

— No creo que él en verdad me ame — le dije dudosa.

— He visto como te mira, cariño, nunca antes alguien te había visto de esa manera.

— ¿y si no soy una buena esposa? — aunque aparentaba estar confiada, no era por completo de esa manera.

— No tienes porque ser la esposa perfecta, pero si haces sacrificios, el amor nunca va a faltar — me dijo con una mirada cariñosa — ahora ve a bañarte que tienen que empezar con el maquillaje — me dio unas palmaditas en la pierna e hizo que me levantara de la cama donde estaba sentada.

— Tengo sueño aún — le dije con pereza.

— Se suponía que tenías que descansar. Se supone que esta noche no podrás hacerlo.

— Oye — le dije ofendida.

— ¿Que? ¿Tu crees que con ese hombre con el que te vas a casar obtendrás descanso alguno? — me pregunto con una mirada acusadora — se ve que es insaciable.

— Cuidado con lo que dices — bromee con ella — ahora que estás embarazada eres más insoportable.

— No me importa. Mueve tu trasero y a la ducha.

Me levanté de la cama, no por deseo propio, tenía a una embarazada que daba miedo a mi lado, si la hacía enojar ella y sus hormonas de embarazada me harían llorar.

Como amiga, me sentía feliz por ella, arregló las cosas con Suho y parecían estar estables ahora, parecían querer hacer que todo funcionara, no había propuesta de matrimonio, pero a mi amiga no parecía importarle.

— Vamos, quítate la ropa — mi amiga demandó.

— ¿En frente tuyo?

— ¿Desde cuándo eres tan puritana? Tu cuerpo y el mío tienen lo mismo. Además, por si no te acuerdas, te he visto desnuda infinidades de veces porque parece que tienes un problema con la ropa — me regañó — problema del que deseo que te olvides si esperas ser su esposa, porque te aseguro que a tu futuro marido no le encantará saber que te gusta pasearte desnuda por los lugares.

— ¿De qué lado estás? — le dije, accediendo a quitarme la ropa porque era cierto que me había visto desnuda infinidades de veces.

— De ninguno, apurate, mi amigo el maquillador te está esperando.

Me apuré a quitarme la ropa, quedé completamente desnuda frente a sus ojos. Me metí en la tina, el agua estaba caliente y eso relajó mi cuerpo, tanto que cerré mis ojos.

— Sabes, lo único que espero de este embarazo, es que me crezcan los pechos — dijo suspirando fuerte — quiero unos pechos así como los tuyos.

— No sabes lo que dices. Los pechos chiquitos son bonitos, tu puedes dormir boca abajo, yo no — le respondí regañandola — los hombres no parecen babear en tu escote, y lo mejor de todo, es que no tienes miedo de que tu pezon se asome por el vestido cuando no tienes que llevar sostén.

— Me encantaría liderar con eso — suspiro soñadora — espero no engordar.

— No lo haras, y si lo haces, siempre podemos ir al gimnasio y bajar de peso ambas.

— Tu no estás gorda, loca — me dijo enojada — y ya se que vas empezar con tu "no soy tan delgada como todas" — me dijo en un intento de imitar mi voz — pero estas linda, ya desearán todas las mujeres tener tu cuerpo.

— Si tu lo dices — le dije mientras cerraba mis ojos otra vez.

— Además, ¿quién es la que se está casando con el hombre más guapo de todo Corea? Exacto, tú, nadie más.

— Soy celosa, cuida la manera en la que hablas de mi futuro marido.

— Llora pues.

Ambas nos reímos de eso. Pasamos unos minutos mas hablando de nosotras y de como la vida nos había traído hasta aquí, ella embarazada y yo a punto de casarme, estas eran las cosas de las que hablábamos cuando estábamos en primero de la universidad, esto éramos lo que queríamos, pero de diferente manera, yo no quería una boda falsa y ella no quería un bebé fuera del matrimonio, pero esto fue lo que obtuvimos, porque la felicidad no siempre se encuentra completa  aveces viene con pequeñas partes faltantes. A ella le hacía falta un matrimonio, y a mi, un matrimonio real.

🎑

He estado dos horas sentadas frente a un espejo, mientras un hombre alto y robusto hacia magia en mi cabello.

— A como te decía linda, vas a quedar preciosa — me halago con verdadero cariño — el novio se va a sentir afortunado.

— Eso espero, y más te vale que sea así. — le respondí bromeando.

— Pero ya, echando chisme, ¿cómo atrapaste al guapo de Jeon?

— Con mis atributos de mujer, ya sabes — le guiñe un ojo — hay cosas a las que los hombres no pueden resistirse.

— Apuesto a que es uno de esos hombres exigentes y dominantes a la hora de la hora, porque he escuchado, de muy buena fuente, que Jungkook es una máquina — me dijo con verdadera admiración.

— No creas todo lo que escuchas.

— ¿Te decepciono en tu primera noche? — pregunto apenado.

— Es un secreto.

Después de eso siguió hablando y hablando de lo bueno que estaba Jungkook y de que tenía unas piernas sensacionales y que su mano era muy bonita y que esperaba que otras cosas de el también lo fueran. Todo lo que me estaba diciendo me ayudaría a molestar a mi futuro marido, porque podía dar por hecho que este hombre que me estaba peinando era de los que tenían en preferencias a los hombres.

Cuando terminó de peinarme el resultado fue espectacular, mi cabello estaba recogido en una media cola, el cabello restante caía sobre mi hombro decorado con un montón de pequeñas perlasiemtras muchos mechones de pelo formaban un ritmo de de rizos, era increíblemente hermoso.

— Y ahora, el toque final — dijo mostrándome una cajita negra — esto me lo dio tu novio — abrió la cajita y extrajo un broche azul — toda novia debe tener, algo azul, algo viejo y algo prestado — acomodo el broche en mi cabello — este era de tu difunta suegra, según Jungkook, su papá le dijo que su mamá lo había usado el día de su boda.

— Gracias — le dije conmovida — es hermoso.

— Tu te ves hermosa — me apretó los hombros y se dejó sola.

Me observé en el espejo, ya estab lista, maquillada y peinada, solo esperaba el momento en el que me dijeran que ya podía usar mi vestido. Joohyun me obligó a usar un conjunto de tres piezas de lencería, un corsé que me quedaba súper ajustado y que resaltaba aún más mis pechos, pero lo que más me sorprendió fue el hecho de que el corsé era de tela transparente, todo se miraba, también me obligó a utilizar una pequeña tanga de seda blanca que estaba ajustada a las medias de color blanco que también utilizaba. Me miraba espectacular no había duda de ello, pero pensaba en que talvez a Jungkook no le gustaría.

Joohyun entró por la puerta con su vestido ya puesto y ella también maquillada, detrás de ella venían las otras chicas, Norha, Jinwa, Ji Seo, Sooyoung, Seomin y Seulgi, ya todas con su vestido de damas de honor, la que más adorable se miraba era Ji Seo, pues su panza estaba a punto de explotar por el embarazo.

— Te ves hermosa — me dijo Seulgi y las demás asintieron — disculpa si invadimos tu privacidad pero queríamos ver el vestido.

— Es hermoso, ella se verá más hermosa de lo que es — Jinwa comentó.

Vimos que Joohyun traia la bolsa negra donde estaba mi vestido.

— Es momento del vestido — todas soltaron un chillido de la emoción. Joohyun abrió la bolsa por completo y sacó lo que tanto ansiamos ver.

El vestido tenía una cola enorme, era un precioso vestido estilo princesa, con corte corazón en el pecho, con pequeñas cintas que se cruzaban en mis brazos para sostenerlo, la parte trasera era mi favorita, pues era completamente transparente, simplemente era adornado por pequeñas piedras, era el vestido perfecto.

— Es hermoso — dijo Seomin.

Joohyun me lo entrego para que pudiera ponermelo, todas me ayudaron, y al final casi se me salen las lágrimas porque lo que vi en el espejo era más que precioso, era yo, vestida de novia.

— Ahora sí, estas lista. — Cuando Joohyun dijo eso mi papá entró — vamos a estar en nuestros lugares, te veremos en el altar.

Todas salieron de mi habitación y me dejaron con mi papá.

— Cariño, te ves hermosa — me dijo mi papa al tiempo que me daba un beso — muy hermosa, justo como tu madre.

— Gracias papá — le di un abrazo fuerte y el también lo respondió.

— No llores chiquita — me sostuvo entre sus brazos pero al final me soltó para darme el brazo — ¿Lista para casarte?

— Lista, papá — le respondí cogiendo su brazo.

Salimos de la habitación con la frente muy en alto. Estaba lista para casarme, lista para ser la mujer de Jungkook.