Cuando Rane se sintió más tranquila gracias al orgasmo que Dravos le dió ella pudo superar el vuelo pero realmente odio la sensación de aterrizaje. Ahora la nave volaba calmadamente dentro de Hyurilk.
Bendito sean los tentáculos que te hacen llegar a un orgasmo en las peores situaciones.
— Bueno bebé.— Dijo Herian acercándose a ella para quitarle la máscara.— Ya estamos en Hyurilk.
Avergonzadamente Rane se alejó de Dravos, quien la soltó con cuidado pero podía ver una sonrisa victoriosa oculta en su rostro.
— ¿Ya estamos en... Mmm casa?— Preguntó dudas, jamás había tenido un hogar para llamarlo casa.
— Aún no.— Dijo Lexer.— Debemos registrarnos en la estación central, nos tomara unos minutos nada más.
—¿Quieres echarle una mirada a Hyurilk, bebé?— Preguntó Herian y Rabe asintió.
Entonces todas las ventanas se abrieron y Rane no pudo creer lo que veía. Era de noche pero la ciudad brillaba con luces de neón de distintos colores y tonos, los edificios tenían diferentes formas raras luciendo aún más hermosos y el cielo estaba siendo invadido por otras más naves de distintos tamaños y formas, muchas parecían insectos gigantes y brillantes, había una que parecía un ciempiés. En el suelo también había "autos" más raros en sus calles brillantes, en formas un poco más geométricas pero había muchos "insectos".
— Las rutas de las naves aéreas sin de viajes o naves que entran al planeta, las naves de uso cotidiano son las que están en la tierra.— Le explicó Rowen sonriendo al verla recorrer de acá para allá como una niña pequeña emocionada.
— Son muchos viajeros...— Murmuró Rane acercándose a una de las ventanas dónde estaba Lukkar y este la tomó para sentarla en sus piernas.
— Es época de turismo, estamos en el comienzo de lo que en tu planeta llamaría "verano".
A Rane le parecía una imagen hermosa con la mezcla de esos colores brillantes contrastando aún con su cielo con dos lunas... ¡Dos lunas! Al parecer esto no era nada parecido a la Tierra, por empezar por sus habitantes y terminando por el planeta en si.
— ¿T-te gusta?— Preguntó Lukkar con voz ronca que le hizo temblar a Rane.— Aún estás excitada...— Susurró el macho y a Rane le pareció extraño que él no tartamudeara, pero claro, estaba excitado por lo que no pensaba mucho en su timidez sino más bien en su necesidad y claro que lo hacía sin ser consciente de ello.
— ¿Hace cuanto que la follaron por última vez?— Preguntó Herian a los gemelos.
— Un par de horas.— Respondieron al unísono.
— Entonces su necesidad se está acelerando.— Concluyó Hexel.
— ¿Eso es malo?— Preguntó Rane preocupada.
— No, solo que tu cuerpo se está acomodando a nuestras necesidades.— Le respondió Rowen y Rane se sonrojó.
— Siento que me convertiré en un conejo... — Susurró Rane sin quitar la vista de la hermosa ciudad.
—¿Conejo?— Preguntó Helian.
— Son animales peludos y pequeños que follan todos los días y tienen muchas crías.— Le informó Rowen.
— No quiero embarazarte tanto y tan rápido.— Sonrió Lexer coqueto.— Pero podríamos "practicar" todos los días para cuando lo queremos realmente.
— No me estás ayudando.— Gimio Rane al sentir su coño humedecerse más.
— No podemos bajarla de la nave así, un montón de machos se van a querer tirarse sobre ella al oler su excitación.— Dijo Herian preocupado.
— Creí que al estar marcada por ustedes su olor me cubriría.— Dijo Rane recordando la explicación de Herian.
— Ya han pasado 2 horas y tu coño fue limpiado, además aún... No completamos el vínculo.—Explicó Rowen con cuidado mirando a Dravos .— Hasta que no hayas estado con todos, el aroma nuestro sobre ti es... Momentáneo.
— Entonces... ¿Debo follar ahora? ¿En este momento?— Preguntó entendiendo la situación.
— Si.— Respondió Hexel.
— En la Tierra le decimos "un rapidito".
— Bueno, entonces ¿Con quién quieres tú "rapidito"?
Rane miró a Lukkar y él lo entendió, estaba sorprendido de que Rane lo eligiera por lo que le hecho una mirada a Helian y este asintió con una clara felicidad en su mirada.
Estaba feliz por él.
—¿Vamos a otro lado?— Preguntó Rane sabiendo que sería un sufrimiento para Dravos, excitarla y no poder tocarla de esa forma. Cuando Dravos sea suyo ella podría tener sexo en frente de él sin ningún problema.
— Vamos.— Dijo Lukkar asintiendo.
Rane se bajó de él y lo tomó de la mano para guiarlo a la parte más alejada del puente, la cocina.
Lukkar estaba preocupado, era la primera vez que te fría sexo con Rane a solas y estaba sobrio, en ese momento le hubiera gustado estar ebrio y así poder sacar al Lukkar "rebelde" del que muchos le hablan.
Pero si soy solo yo...
Lukkar sabía que en realidad solo debía relajarse y liberarse, ser él realmente pero su mente hacia mucho ruido.
— ¿Luk?— Le llamo Rane.—¿Sucede algo?
— Es-e-esta e-es la-a pr-p-primera v-ve-veez que fol-folla-follare-remos y que es-est-oy s-sobrio.
— Tranquilo Lukkar. Solo relájate. Recuerdas que eres un macho hermoso y sexy... Y muy bueno en la cama.— Le sonrió mordiendo su labio inferior mientras se sentaba en la mesada de la cocina.— Recuerda que... — Rane abrió sus piernas descaradamente mostrando su bragas, bragas que él la hizo.— Puedes hacer conmigo lo que quieras, lo que desees.
Lukkar respiró fuerte viendo esta mancha en las bragas de encaje rosado. Rane lo estaba tentando y podía sentir el Lukkar rebelde comenzar a despertarse.
—¿Te gusta la vista, Luk?— Sonrió Rane y bajó el escote de su vestido revelando sus pechos desnudos.— ¿Y ahora que te parece?
— Creo que necesitas verga.— Dijo Lukkar con tanta seguridad que hasta él mismo se sorprendió.
—¿Y tú me la darás? Mí papi Rowen nos podría escuchar, mí papi me puede castigar si soy una niña traviesa.
— Pero me temo, muñeca, que eres una niña traviesa...— Le sonrió Lukkar siguiéndole el juego perverso.— Y tu hermano mayor Lukkar tendrá que castigarte por eso, tu papi puede esperar, tu hermano msyor no.
—¿Y como me castigarás... Hermanito?
— Metiendo algo muy grande...— Lukkar se acercó y puso su gran mano sobre las bragas de Rabe bajandolas por completo, exponiendo el coño húmedo de su princesa.— En este lindo coñito.
— No va a entrar.— Susurró Rane deseosa de sentirlo.
— Oh si que lo hará, confía en mí y se buena con tu hermano mayor.
— Está bien, me portaré bien con mí hermanito mayor.
— Entonces tomarás mí verga y la pondrás en tu coñito, con tus manitos de princesa que tienes.
Rane sonrió antes antes de ir a la bragueta de Lukkar y sacar el pene deseoso del macho, un pene gordo y pesado deseoso de recibir calor.
—¿Aquí, hermanito?— Preguntó con inocencia Rane poniendo la polla de Lukkar sobre sus labios vaginales.
— La quiero dentro de ti, princesa, pero ahora te quiero abajo y quiero que apoyes sobre la mesada. Te tomaré por detrás.
Rane sonrió y asintió antes de bajarse de la mesa y casi acostarse sobre esta para conducir ese grueso pedazo de carne brillante dentro de ella. Ambos gimieron cuando se encontraron. Lukkar la tomó de las caderas hundiendo aún más su polla y Rane agarró su vestido para evitar que sea una molestia.
Esta vez era diferente todo. Rane logró sacar el lado perverso y coqueto de Lukkar y lo estaba disfrutando, le encantaba como tomaba en dominio y le seguía su juego perverso.
Su Lukkar, su dulce y tierno Lukkar era un pervertido de primera si sabías como provocarlo.
—¿Esto era lo que deseabas princesa?— Dijo dándole una embestida sorprendiendo y excitando a Rane al tiempo, los movimientos peculiares de la pillar de Lukkar parecían más intenso cuando la embestida volviéndola casi loca.— Deseabas verga ¿Verdad cariño?
—¡Si!— Gimió Rane.
— Ese es un comportamiento de niña mala. Ahora recibirás tu castigo con gusto ¿Verdad princesa?— Gruñó Lukkar al se fue esas paredes apretar su polla.— Estás muy necesitada de disciplina y educación.
— ¡Si lo estoy!— Gimio Rane buscando el orgasmo.— ¡Enséñame hermanito!
—¡Recibe tu castigo!— Gruñó el macho dando una embestida profunda mientras sus manos aprietan con violencia los pechos de Rane.
— ¡Más de esa Luk!— Gimio Rane encantada de la sensación.
Las embestidas se intercalaban con el movimiento independiente de su propio pene aumentando un placer intolerable, uno que buscaba explotar.
La cocina se llenó de gemidos, gruñidos y de palabras sucias, el sonido obsceno del choque de ambos cuerpos era música para los oídos de Rane hasta que finalmente encontró la liberación.
—¡Lukkar!— Gimio Rane sintiendo las descargas azules del semen de Lukkar llenándola por completo.— ¡Oh si... Que delicioso!
Lukkar contuvo su gruñido mientras se avanzaba a Rave y escondía su rostro en el cuello de Rane, aspirando si dulce aroma que lo hizo venirse tan rápido y profundo.
Raje lo miró para luego besarlo, Lukkar no se opuso, es más, lo disfruto demasiado.
— Te dije que eres increíble en la cama.
Lukkar sonrió y le beso el hombro.
— Te amo Rane.