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—   Oye puedo hacerlo yo misma.— Dijo Rane cuando Rowen comenzó a lavarle el cabello y Herian le pasaba la esponja.

— Shhh, tuviste una hipotermia casi letal, Follaste desde que despertaste, comiste poco y dormiste poco. No está en discusión.— La regañó Rowen.

— Además ¿No sé siente bien cuando te bañan? — Pregunto Herian sonriendo.

— Luego te bañamos a ti.— Le sonrió Rane.

— Hecho.

— Uy. Ahí, si ahí.— Gimió Rane cuando Rowen le rasco en una parte de la cabeza. Realmente estaba disfrutando del baño, solo no quería parecer tan fácil.

— Pe-permiso.— Dijo Lukkar entrando al baño sonrojado con varias telas.

— Buenos días...creo.— Le sonrió Rane.

— B-bue-buenos días.— Dijo embobado mirando a Rane desnuda, especialmente los pechos, aunque ella no lo notó por tener los ojos cerrado. — Emmm t-tr-traje la r-ropa, p-pued-puedes el-elegir.

— Déjame ver.— Dijo Rane levantándose sin ninguna pizca de vergüenza y se acercó a mirar las prendas lo que puso a Lukkar como un tomate.

Herian lo miró burlón así como Rowen quien lo miraba curioso, el pequeño Lukkar lucía nervioso y trataba de no mirarla pero le era imposible no mirarla siendo ella la musa de sus creaciones.

— ¡Este!— Señaló el vestido y Lukkar asintió nervioso.

— Ahora ven.— La alzó Rowen devolviendola al baño.— No te irás de aquí hasta qué tus músculos se relajen, he visto como estás caminando y ahora desearia no haberte dado tan fuerte.

— Si hubieras hecho eso, hubiera pedido el divorcio.— Lo amenazó Rane y Harían sonrió.

— Contigo es todo o nada ¿Verdad nena?

— Así es.

— De todas formas, espera un poco más para tu próxima víctima, tu cuerpo no está completamente recuperado.— Negó Rowen.

— Ya estás hablado como Dravos.— carcajeò Rane.

— Tal vez deba llamarlo para que regañe.— Bromeó Rowen.

— Pero tu eres el de las nalgadas, eso es más serio que una regañada.

— Si pero tu disfrutas de las nalgadas.

— Tiene un punto válido.— Dijo Herian dándole la razón a Rowen.

— Traidor.— Dijo haciéndose de la ofendida.

— Listo.— Dijo Rowen enjuagando su cuerpo.— Herian, te toca.

— Okey.— Dijo entrando a la bañera.

— Ven aquí.— Dijo Rowen sacándola de la bañera y miró a Lukkar que no dejaba de mirarla.— ¿Puedes pasarme su toalla?

Lukkar tardo en reaccionar pero rápidamente la envolvió como si fuera un bebé lo que hizo que Rane sonría.

— Mejor vistela.— Sugirió Herian con malicia.

— Pero voy a ayudar a bañarte.— Replicó Rane.

— Puedes secarme pero es mejor que te vistas, tuviste una hipotermia...

— ¿Van a recordarme eso todo el tiempo?— Pregunto molesta.

— Las veces que sean necesarias.— Contestó Rowen secándole el cabello y miró a Lukkar.—¿Te encargas?

— Eh... Si, s-si.

Crónicas de Hyurilk: RaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora