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Rane despertó nuevamente y está vez se sintió muy cómoda y refugiada entre ¿Cuatro brazos? Miró hacia atrás, aún en la oscuridad, para ver a Rowen durmiendo plácidamente mientras la abrazaba.

Rowen era muy muy sexy y guapo, aún con su peculiaridad. Él era mucho más grande que ella, musculoso y tenía la impresión que estaba frente a un vikingo con su barba no tan larga pero si con su cabello. A su lado se sentía pequeña pero segura, se sentía muy femenina aunque tenía la impresión que se sentiría así con cualquiera de ellos porque todos eran más grande que ella.

Rane sonrió antes de comenzar a recorrer los dos brazos sobre su cintura y cadera mientras que otro hacia de almohada para ella y el otro brazo le abrazaba la cintura por debajo de su cuerpo.

Rowen estaba totalmente aferrado a ella como si temiera perderla.

El cabello de Rowen era tan negro como el carbón, el cual constrataba con su cabello blanco, y era tan  largo, muy largo,  que le tentaba a pasar sus dedos por él o hacerle trenzas ¿El gran macho se dejaría peinar por ella? Esa idea le parecía divertida.

Sus gruesos brazos que parecían las piernas rellenas de ella le brindaba mucho calor haciéndola sentirse tan cómoda con él, le gustaría que siempre la abrazara así. Su espalda estaba pegado a su duro pecho por lo que podía sentir su respiración y el latir de su corazón. 

Había algo extraño: Rowen le provocaba la misma sensación que Hexel, sentía que su cuerpo cosquilleaba y ardía por el tacto de él, su zona sur parecía palpitar por algo que ella desconocía peor que deseaba tocar. ¿Que era está sensación de necesidad?

— Mmm estás despierta, pequeña.— Escuchó la ronca voz de Rowen en su oido mientras esté iba despertando.—¿Hace cuanto estas despierta?

— Hace pocos minutos ¿Te desperté?

— Umm si, pero disfruté mucho de tu tacto que me encantaría despertar así todas las mañanas.

Rane se sonrojó ante esas palabras, a ella le encantaría tocarlo todas la mañanas por el resto de su vida.

Rane se dio vuelta entre los brazos de Rowen para mirarlo y lo descubrió sonriendo. Se veía tan guapo cuando sonreía que no se resistió a besarle la comisura de su labio inferior.

— Mmm me encantaría que me beses un poco más arriba, pequeña.— Dijo en tono coqueto.

—¿Aquí?— Preguntó besandole la frente jugando con él.

— Más abajo pequeña.

—¿Aquí?— Preguntó riendo mientras le besaba la nariz.

— Más abajo, nena.

— ¿Así?— Le besó el mentón mirándolo con burla.

— Un poquito más arriba.

— ¡Oh! Es aquí entonces.— Y ante esas palabras Rane le dio un casto beso en los labios.

— Si, mí pequeña ahí. Pero ahora yo te besaré como me gusta hacerlo.

Entonces Rowen con una de sus manos le tomó de la nuca antes de besarla con verdadero hambre y necesidad que no lo dejó dormir mucho. Su sherik se metía en sus sueños y lo atormentaba con imágenes tan eróticas que ya había perdido cuántas veces se masturbó gimiendo el nombre de su sherik, Rane. Maldijo a Lukkar por haberle dado un pijama tan sexy que lo volvió loco en el momento en que envolvio el pequeño y blanco cuerpo de su esposa haciéndola ver cómo el pecado mismo. Si Dravos y los gemelos la vieran... Se olvidarian de sus dramas y decidirían en follarsela sin pensarlo dos veces.

— Rowen.— Gimió Rane levemente haciendola mucho más caliente de lo que ya es.

No se había dado cuenta que, en medio de su fogoso y consumidor beso, la había puesto sobre él y sus dos manos inferiores la había estado acariciando su bellísimo cuerpo por debajo del pijama por lo que ahora su sherik olía a... Excitación.

— Oh cariño, eres tan hermosa ¿Cómo es que en el mundo humano no te descubrieron? ¿Cómo es que los machos de la Tierra no vieron lo hermosa y caliente que eres?

— No lo sé... Jamás me consideré así, más bien todo lo contrario por el hecho de que soy albina.

— Yo veo que eres tan hermosa que me postearla a tus pies solo para admirar tu belleza. Tú color te vuelve aún más exótica que siento que tendré que tener cuidado en Hyurilk.

— Eres muy sincero.— Sonrió Rane acariciando el pecho desnudo de él provocando que Rowen haga un sonido parecido a un gruñido y un ronroneó.—¿Que fue eso?— Preguntó retirando su mano de él pareciendo temerosa.

— Me haces feliz, muy feliz. Es mí sonido de felicidad.

— Oh.— Volvió a acariciando sintiendo el pecho del macho vibrar ante el sonido.— ¿Te gusta mi tacto?

— Nunca sentí algo tan suave en toda mí vida.

— Yo nunca antes me sentí tan segura en toda mí vida hasta que dormir con ustedes.

— Siempre dormirás con uno de nosotros, tal vez con dos a la vez. Así que de ahora en adelante siempre habrá alguien cuidandote mientras duermes.

Rane sonrió antes de besarlo profundamente y volvió a sentir la necesidad de ser tocada como él la había estado haciendo. Deseaba ser tocada más allá de las piernas por lo que movió su trasero para conseguir que él la acariciara allí haciéndola sentir muy bien.

— Vas a matarme cariño.

— Me gusta como me tocas.— Gimió casi tocando sus labios.

— Te gustará más lo que te haré cuando tengamos sexo.

Rane se sonrojó aún más ante esas palabras pero eso aumentó aún más su excitación por lo que Rowen gruñó.

— Estás muy húmeda cariño, necesitas placer.

—¿Y tú me lo darás? No sé cómo hacerlo... Yo...

— No te preocupes amor, sé que debo hacer. Confía en mí.

Rane sabía que ya no había vuelta atrás y deseaba explorar su vida y a ella misma con ellos.

Ya tomó una decisión y no se arrepentiria de hacerlo.

Crónicas de Hyurilk: RaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora