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—  Supongo que este es el momento en donde debo invitarlos a mí... Nido ¿Verdad?— Dijo Rane recordando que ningún macho entra al nido de una Sherik sin invitación previa de esta.

— ¿Lo harás, bebé?— Preguntó Herian acariciando esa zona íntima sobre las bragas.

— mmmm creo que necesito que me convenzan para que les dé permiso.— Rane les sonrió con malicia y sus machos entendieron.

— Oh... Así que necesitas un poco de convencimiento...— Sonrió Hexel.— Bueno, creo que entre los diez podemos darte motivos muy buenos.

— ¿De verdad? No lo creo.— Los provocó la humana.

— Me obligas a usar un arma muy fuerte.— Dijo Rowen.

—¿Cuál?

— Dravos.— Dijo el de cuatro brazos.— Creo que necesitas...preparar el terreno.

¡Oh joder!

Rane sabía que si Dravos la incentivaba no tardaría mucho en desear tener a alguien dentro de ella, pero se negaba a dejarles las cosas fáciles.

— Eso es jugar sucio...

—¿No es así como te gusta jugar, princesa?— Dravos la miró con lujuria cruda, una que con solo el poder de la mirada ya la podría llevar al borde de un orgasmo. Él se acercó y la enfrentó.

Todas las cosas que él reprimía por ella, todo lo que él sufría al no poder poseerla como él deseaba, todo el amor y la pasión así como el dolor que venía acarreando desde hace miles años... Todo eso y más, se reflejaba en esa cruda mirada.

Por un momento Rane pensó que tal vez esto no sea bueno para él, no quería lastimarlo. Él no podría follarla, él no podría descargar todos esos sentimientos que lleva dentro de él durante mileños en ella. ¿Sería lo correcto?

— Todo está bien, valkiria.— Dijo Dravos entendido los pensamientos de Rane al mirarla. Él le acarició la mejilla y se agachó hacia su oído para susurrarle.— Hay muchas formas de sentir placer, por ejemplo viendo la persona que más amas en el mundo recibir placer.

— Pero...

— Y yo te amo, te amo más de lo que puedes imaginar.

Rane contuvo la respiración ante esa confesión, ella también lo amaba más de lo que se podía imaginar.
En cierta manera él tenía razón, el placer de quien más amaba también era su placer por lo que cuando Dravos metió su tentaculo dentro de sus bragas y luego las arrancó, Rane ya no pudo contradecir nada.

Los tentaculos comenzaron a jugar su piel sensible tanto de su cabina como se su trasero y algunos comenzaron a meterse dentro de su vestido para acariciar sus pezones.
Dravos se colocó detrás de Rane y miró a Lukkar.

— Lo siento hermano, es un hermoso vestido y una bonita capa pero...— Dravos le quitó la capa y con su manos agarró el vestido.— Se ve mejor desnuda.

— Hazlo.— Dijo Lukkar totalmente serio y excitado.

Rane jadeo cuando Dravos rompió el vestido en dos pedazos dejandola completamente desnuda y expuesta a la jauría de lobos hambrientos que la miraban con deseo crudo.

— Supongo que esto es lo que desean comer.— Dijo Dravos abrazando por la cintura a Rane mientras que dos de sus tentaculos se enredaban en los muslos de está y la obligaban a abriste más para mostrar su sexo.— ¡Miren! Aún hay rastros de Lukkar aquí.

Lukkar miró las manchas azules de su semen aún marcar la blanca y en gran parte la rosada piel de Rane. Su orgullo creció a tal punto que se encontraba totalmente erecto, recordó que dejó esas manchas a propósito y al parecer Rane no pudo quitarlas.

— ¿Quieres lamerlas Helian?— Preguntó Dravos al macho que parecía sediento.— Creo que... No está realmente limpia ¿Quieres ocuparte de eso?

—¡Oh si, joder!— Exclamó Helian y se aproximó hacia Rane y le dio una mirada divertida antes de agacharse y comenzar a lamer esas manchas azules que le encantaban y que al parecer al estar en la piel de su sherik obtenían un sabor único.— Son deliciosas.

— Helian...— Jadeó Rane.

— ¿Dijiste que te duele los pechos?— preguntó Dravos con voz ronca mientras que sus tentaculos rodeaban ambos pechos y los apretaban fuerte.— Mmm me temo que seguramente están llenos de leche... Creo que los gemelos necesitan una mejor alimentación ¿No crees Herian?

— Yo también lo creo.— Sonrió Herian y miró a los gemelos.— ¿Tienen sed chicos?

— Si.— Dijeron ambos sin pensarlo mucho.

— ¿Ves Rane? ¿Cómo puedes negarle una alimentación tan básica como es la leche? ¿No crees que debes compartir un poco? — Susurró Dravos mientras le mordisqueaba el lóbulo de la oreja.—¿Compartirás con ellos?

Rane miró a los gemelos y vió en los ojos de ellos el anhelo de permitirles el placer. Sus gemelos han sido lastimados gravemente en sus corazones que les ha costado tanto en volver a confiar en una humana y ahora ella era la cura para esa herida. Debía salvarlos del dolor del rechazo femenino.

— Si, quiero compartir con ellos.— Susurró casi en un jadeo cuando Helian torturó aún más a su clítoris.

— Eres tan generosa sevgilim.— Dravos le besó el cuello para mirar a los gemelos con una sonrisa.— Vengan.

Ansiosamente los gemelos se acercaron a ella y rápidamente se prendieron por su pezones para chuparlo en búsqueda de su leche que sus hormonas alteradas producían, más esto no significaba embarazo.

— ¿Lo ves Valkiria? Ahora tienes a cuatro machos sobre ti. A Helian disfrutando tu coño, a los gemelos en tus pezones y a mis tentaculos jugando con tu agujero fruncido.— Dijo Dravos moviendo la punta de su tentaculo en su trasero.— Podrías tener más machos disfrutando de tu cuerpo si nos dejaras entrar en tu nido.  Por ejemplo: ¿Que te parece a Lukkar y a Helian disfrutar de tu coño mientras Rowen te da su verga en tu boquita viciosa? También podría ser Hexel y Raxhan ahí abajo mientras disfrutas de la verga de algún otro. O podrías ser follada por los gemelos tanto detrás como adelantes mientras lames todas esas vergas ansiosas por ti.— Rane se imaginaba cada uno de esos actos acercándola aún más a su orgasmo.— Y sé cuánto te gusta mirar cuando tus machos follan entre ellos así que ¿Que tal si mientras follas con alguno de los demás yo me follo a Lexer y te doy su semen caliente en tu boca y luego tomas el semen de Rowen para calmar el calor?

— ¡Si!— Gimio Rane sintiéndose sedienta.

— Todo eso y más si dejas a mis hermanos y a mí entrar a tu nido y follarte como se debe. Solo debes decirlo.

Rane sabía que ya no podía evitar más lo inevitable, ellos la follarian ya sea en el nido o en el baño.

— Los invito a mí nido.— Dijo finalmente Rane dejando un gemido escapar.

— ¡Si!— Exclamó Lexer.

Hexel sonrió a Dravos. Él sabía la verdad de Dravos y Rane por lo que a veces dejaba que Dravos tome el papel como líder y de alguna manera pueda disfrutar de su amor imposible.

Por Rane lo vale todo.

Crónicas de Hyurilk: RaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora