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Rane se veía asustada, Hexel y Raxhan estaban a su lado mientras que Herian y los gemelos se llevaron a Helian de inmediato, ella quería ir con él, todo su cuerpo deseaba correr hacia Helian y ver cómo estaba pero las instrucciones estaban clara y no quería hacer nada que provocara más daño para Lukkar.

Los extraterrestres amarillos eran muchos más grandes que él, mucho más pesados incluso detrás de ellos estaban todas una fila de machos a lo que Lukkar tendría que enfrentarse, machos amenazantes. Rane estaba perdiendo la paciencia y le encontrarán algo estupido todos esto, pero sabia que si abría la boca comenzaría a despotricar y vaya a saber cuáles serían las consecuencias.

Lukkar estaba en medio del cuatrilatero improvisado, los machos fueron rodeandole uno a uno con claro gestos de burlas en sus caras y era evidente el motivo: Lukkar era muy pequeño.

—  ¿Por qué no haces algo para terminar con esto? — Le preguntó a Hexel.

— Es derecho de honor. Es complicado pero Helian aceptó un reto que implicaba el honor suyo y de otros machos, para nosotros es importante mantener nuestro honor intacto sin eso no eres nada.

— Van a lastimar a Lukkar.— Susurró preocupada.— Parece más derecho de orgullo estúpido.

— Lukkar es algo difícil de vencer, no te preocupes, él lo tiene todo bajo control

— Pero son muchos. No creo que...

— Rane.— Dijo Dravos.— Lukkar es un macho.

Rane entendió lo que quiso decir, Lukkar era un macho por lo que realmente no era el tierno bebé que ella veía todos lo días sino un macho que podría ser salvaje.

Pero le costaba creer.

Entonces fue el sonido de algo metálico que llamó la atención de Rane y el primer golpe la sorprendió, un derechazo por parte de los machos amarillo pero Lukkar lo esquivó rápidamente y tomó el puño para luego acestarle una patada en el esternón tan fuerte que Rane escuchó como los huesos se rompían y sus pulmones se vaciaban de aire.

— ¿Ahora lo crees?— Preguntó Dravos.

El pobre macho necesitó de eso para quedar en el suelo. El otro machos, gemelo al parecer del caído, se abalanzó sobre Lukkar pero él rápidamente se agachó y lo alzó tomándolo de las piernas  para levantarlo y luego tirarlo sobre una mesa de madera dura no una vez, sino cuatro veces. El pobre macho intentó defenderse pero la fuerza de impacto era tan fuerte que el ancho quedó aturdido, Lukkar se alejó lo suficiente para dejarle que se recupere pero el macho amarillo apenas estaba lo suficiente bien como para mantenerse ese pie cuando intentó golpear a Lukkar pero este lo esquivó lo suficiente para insertar un gancho que lo dejó fuera de combate.

— Bueno, soy un tartamudo pero tengo más agilidad que ustedes al parecer. Deben ser por el uso de las tijeras o de tanto coser.

— ¡ESE ES MI MACHO SEÑORES!— Gritó Rane aplaudiendo y Lukkar le dio una sonrisa coqueta logrando sonrojarla.

Rane no es el momento para excitarte, recuerda que estamos en una pelea.

Rane volvió a mirarlo cuando uno de los rojos atacó a Lukkar y este le dio varios buenos golpeas que hizo al macho retroceder pero luego embistió a Lukkar y comenzó a tratar de arañarlo pero solo logró desgarrar la ropa superior de Lukkar antes que su macho le de una significativa patada en la rodilla con tanta fuerza para romperla y el macho amarillo callo chillando de dolor.
En ese momento Lukkar se quitó el resto de tela que le molestaba para moverse dejando ver su cuerpo musculoso.

¡Oh joder ya me excité!

Rane cerró las piernas y se acercó más a Dravos para que nadie la huela. Dravos no se perdió de eso pero entendia el infierno que Rane pasaba con su celo como para cuestionarla así que la rodeó con un brazo.

El siguiente movimiento fue más preocupante para Rane, cuatro machos decidieron atacar al mismo tiempo a Lukkar y por un momento Rane temió por su macho ya que no lo veía entre la montana de músculos que lo tapaban pero luego Lukkar salió de ellos golpeando y pateando a diestra y siniestra volviendo su mirada a Rane para hacerle saber que estaba bien.

— Me late y no es el corazón.— Le susurró Rane a Dravos.

— Lo sé, tu perfume me vuelve loco.

— Dravos, hago un esfuerzo por no pensar en eso así que trata de no pensarlo también. Estamos en medio de una pelea por Dios.

Uno a uno los machos cayeron, se notaba a Lukkar un poco cansado o con mucha adrenalina. No lo sabía pero las fosas nasales se Lukkar se abrían y luego la miró a ella y Rane se sintió avergonzada pero él solo le sonrió.

— Muy bien, mí turno. Solo tuviste suerte costurero.— Le dijo el árbitro y este si parecía están en forma, era tan grande como Rowen y parecía tener una la habilidad de Dravos para pelear, Rane sintió miedo.— Ese olor...— Gruñó el árbitro olfateando y miró a Rane.— al parecer a tu hembra le pone ver machos pelear, tal vez por eso envío a uno de sus machso a este matadero.

—¡Hey no sabes cómo fueron las cosas para opinar!

— Típico de las hembras, les gusta calentar las braguetas. Son todas una putas infieles y cobardes.

— Oh mierda no dijiste eso.— Susurró Rane y ninguno de sus machos tuvo tiempo para agarrarla cuando ya se había acercado al gran macho para patearle los testículos con tanta fuerza que hasta escucharon algo desgarrarse y el quiso doloroso del macho.— ¡ESTO ES PARA QUE APRENDAS A HABLAR BIEN A UNA MUJER MALDITO IMBÉCIL RESENTIDO! — Rane no se dejó alejarse cuando Hexel lo intentó, por el contrario solo usó toda su fuerza para darle un pueñtazo en el ojo sorprendiendo a muchos machos de allí.— ¡ESO ES POR METERTE EN LO QUE NO SABES! ¡¿SI SABIAS QUE HELIAN ESTA MAL PORQUE LO DEJASTE PELEAR MALDITO HIJO DE PUTA?!— Hexel y Dravos intentaron alejar a la pequeña furioso albina pero no pudieron era muy excurridiza y estaba furiosa, mala combinación.

Albina, pequeña, genes Hyurilkano, human y estaba furiosa.

— ¡Rane para!— Dijo Raxhan tratando de quitar a la pequeña cosita blanca sobre el macho ya que ella se prendió por él para cachetear lo sin parar.

—¡NO TODOS ESTOS HIJOS DE PUTA AQUI MERECEN UNA PATADA EN LAS BOLAS POR LASTIMAR A MIS MACHOS!

— ¿Una patada en donde?— Peguntó el macho amarillo que Lukkar le rompió la rodilla.

— Oh no joder.— Dijo Dravos.— Nunca debiste preguntar eso.

— ¿Por qué?

Dravos iba a impedir que Rane se acercara al macho muy convaleciente pero Hexel lo detuvo, él estaba mucho más enojado y Lukkar estaba al borde del autocontrol por lo que no la detuvieron cuando su pequeño pie fue directo a su testículos y el grito del macho se escuchó por todo Hyurilk.

Lukkar tomó en sus brazos a Rane y respiró su olor para calmarse, antes de sacarla de allí sin antes girarse.

— La deuda ya está pagada. Les aconsejo tener cuidado con sus palabras, nunca se sabe cuando encontrarán a una pequeña furia albina.

— ¡YA VAYANSE HIJOS DE PUTA!— Gritó el árbitro.

— ¡LO SIENTO NO SOMOS TUS HERMANOS!— Gritó Rane pero Hexel la cargó y le tapó la boca.

— Acabamos de salir de una pelea no nos metas en otra, cielo.

Hexel le destapó la boca cuando llegaron a la nave pequeña de afuera. Y Rane abrazó a Lukkar fuertemente.

— Gracias por encontrarlo y protegerlo.

— Es nuestro macho cariño, es mí deber cuidar de él y de ti.— Lukkar aún se sienta alterado y respiraba con dificultad así que la abrazó y hundió su nariz en su cuello.— Está es mí hembra, mí pequeña sherik.

Crónicas de Hyurilk: RaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora