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2 horas después

— ¡Lukkar, Lukkar, Lukkar!

Cantaban todos mientras el menor de todos los hermanos estaba en un reto de fuerza contra Rowen. Rane descubrió que luego de unos cuantos tragos, Lukkar dejaba de ser el dulce y tierno macho que ella conocía, quien tartamudeaba siempre, para convertirse en un macho fuerte, bromista y muy muy coqueto.

¡La magia de la pomba!

Luego de dos horas jugando a la ruleta con mucha pomba de por medio, las cosas ya estaban un poco descontrolada olvidándose del juego lo que los llevó a este momento.

Lukkar la miró y le guiñó un ojo antes de dar su esfuerzo final y mandar la mano de Rowen contra la mesa, ganando al macho más fuerte según ellos. Ahora Rane entendía porque Lexer le había dicho a Dravos que no le convenía pelear con Lukkar.

—¡Si!— Gritó Lexer.— ¡Ese es mí hermanito!

—¡Lukkar el campeón!— Exclamó Hexel, quien había dejado su faceta sería para dar paso a un macho muy divertido y relajado.

— Estoy seguro que hizo trampa.— Se masajeó la mano Rowen.

— Eres un mal perdedor.— Sonrió Lukkar y miró a Rane coqueto.— Quiero mí premio.

— ¿Y cual shería eshe?— Preguntó ella con mirada maliciosa.

— ¿Que tal un beso, en los labios?

—¡Uhhh!— Exclamaron los demás.

Rane se levantó del regazo de Dravos cuyos tentaculos la mimaban sin parar y caminó hacia Lukkar, este ni bien ella estuvo cerca la tomó de la cintura para obligarla a sentarse en sus piernas y la beso cruda y apadionalmente, recorriendo con su lengua toda la cavidad bucal de Rane mientras sus manos se centraron en los pechos de ella. Lukkar se había vuelto la perversión misma, con razón Helian lo quería tanto, hasta Rane sintió que su corazón comenzaba a interesarse por Lukkar de la misma forma que los demás, era imposible verlo como un amigo ahora.

En el momento en que Rane se alejó vio al peliazul sonriendo suficiencia haciendo que Rane se sonroje.

—¿Ves porque te digo que debes emborracharte más de seguido?— Dijo Lexer negando.

— Tu solo me quieres ver cómo me vuelvo mas atractivo que tu ¿No te dolería el ego?

— Cierto, cuando te emborrachas te vuelves un hijo de puta.— Dijo pensativo Lexer.

—¡Hey!—Exclamó Rane.— No le digash ashí a la suegrita, ella mereshe el premio a la mejor coshinera.

—¿Por qué?

— Porque hisho a los dosh mejoresh bombonesh del unilvesho.— Le sonrió coqueta a lo que los demás carcajearon.— Yo me pongo romántica y ustedesh pendejosh.— Dijo ofendida.

— ¡No bebé!— Exclamó Herian ya arrastrando las palabras.— Ven aquí, no te enojes bebé.

— Ya me enojé ¿Que hará para que she me pashe el enojo?— Dijo con los brazos cruzados volviendo con Dravos, le gustaba los mimos de sus tentaculos, incluso había descubierto que cambian de colores.

—¡Ya sé!—  Dijo Raxhan y bebió su vaso antes de hablar.— Lexer te cantará una canción.

—¡¿Que?!— Exclamó el pelirrojo y negó.— No, no, no.

— Es tu responsabilidad.— Dijo Dravos acariciando la cintura de Rane compitiendo con sus tentaculos para encontrar un pedazo de piel de ella disponible, sus 16 tentaculos eran celosos.— Tu la hiciste enojar, además ella quiere ¿Verdad mí valkiria?— Rane tembló cuando Dravos le besó el cuello, era raro y a la vez agradable sentir el cariño de Dravos en ella, claro que eso era gracias a que ni podía pensar claro  de lo borracho que estaba.

Crónicas de Hyurilk: RaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora