El Enmascarado.

By Gil_Torrealba

22K 2.2K 631

-Quiero verte el rostro- Las palabras salieron de mis labios sin pensarlo. Mi respiración estaba entrecortada... More

SIPNOSIS
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12.
Capitulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
EXTRA
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24

Capitulo 20

427 41 25
By Gil_Torrealba

He dormido de ratos, el amanecer me toma despierta y me siento como la primera vez que desperté en aquél cuarto extraño. No tengo ánimos ni de levantarme a lavarme los dientes, me siento decaída.

Ignoro cuando tocan la puerta y, minutos después, vuelven a aparecer abriendo con llave.

Mi piel se eriza haciéndome estremecer, y es que aún sin verlo mi cuerpo reacciona ante su presencia cuando el enmascarado entra con pasos precisos. Hoy más que nunca odio lo que causa en mí.

No me atrevo a voltear ni cuando siento que se aproxima para dejar algo en la mesita de noche. Siento su mirada clavada en la espalda y me mantengo en la misma posición. Sabe que estoy despierta pero no se atreve a decirme nada y sale de la habitación.

Visualizo la bandeja que contiene mi desayuno y, justo al lado, reposa la cámara que había olvidado traerme ayer.

Pasan las horas y sigo sin tener la más mínima intención de salir de la habitación. Sigo revisando las fotos por milésima vez durante el día y es lo único que puedo hacer.

Ruedo los ojos al escuchar nuevamente que tocan la puerta. Ésta vez me levanto arrastrando mis pies,.toco la manilla pero no abro.

-¿Qué quieres?- escucho mi voz rara, puesto que es la primera vez que hablo durante el día.

-Hablar contigo- dice el enmascarado al otro lado, escéptico- ¿Se puede?- pregunta cuando no respondo.

Silencio.

No soy capaz de responderle, ¿Eso quiero? ¿Hablar con él? Pero lo que dice a continuación me deja sin habla.

-Lo lamento.

Abro la puerta y al fin lo veo. Se apresura a enderezarse y me parece gracioso pero no me río.

-¿Qué lamentas exactamente?

-Lo de ayer. No quise realmente decir lo que dije, estaba furioso porque creí que..

-Bien-. Digo interrumpiéndolo.

-¿Bien? ¿Eso es todo?- sonaba realmente confuso- ¿Eso quiere decir que ya no estás enojada conmigo?

-Más conmigo misma-. Es lo último que estoy dispuesta a responde. La verdad, agradezco que nos hayamos detenido ayer, pero eso eso no se lo pienso decir.

Él parece entender lo que quise decir, puesto que se queda en silencio por un momento y sólo me mira.

-Déjame entrar- pide, firme.

-No-. Espeto.

Dejarlo pasar es rodear una soga alrededor de mi cuello y no pienso volver a caer.

-Ahora soy yo quien quiere besarte- dice con determinación y aprovechó mi espasmo para adentrarse a la habitación cerrando la puerta con pestillo.

-¿Q-qué?- tartamudeo reaccionando al fin pegando mi espalda a la puerta sintiéndome intimidada ante su cercanía, él lleva una mano justo al lado de mi cabeza para luego inclinarse más hacia mí.

-¿Toda esta pataleta es por no dejarte quitar la máscara para besarme?- pregunta directamente.

-Eres un idiota, claro que no- golpeo su pecho para apartarlo en vano, porque no se mueve ni un centímetro.

-No puedo dejarte ver mi rostro, Sarah- dice tomando con su otra mano.

-¿Tan feo eres?- y es que hacerme la chistosa es parte de mi nerviosismo.

Busca algo en su bolsillo trasero y me quedo viendo con determinación lo que ahora posee sus manos. Es una cinta. Y me quedo en silencio entendiéndolo todo.

-Te deseo tanto que soy capaz de llegar hasta ese extremo, pero si me dices que no lo entenderé y me iré. Es tu decisión- su aliento golpea mis labios, trata de persuadirme provocándome. Presiona su cuerpo con el mío y siento el material de su máscara en mi cuello llevando corrientes eléctricas en mi vientre.

Trango hondo.

¡Sí, sí!

-No- digo insegura, él suelta un leve suspiro antes de alejarse agarrando mi mano.

-Bien-. Es lo único que dice al estar completamente alejado de mí, luego da un paso hacia atrás soltándome y lléndose.

¿Bien? ¿Eso es todo?

Estúpido karma.

Bajo la mirada a la mano que sostuvo y es ahí cuando noto que me dejó la cinta y unas grandes sensaciones en mi interior.

Si pretendo que lo buscaré, está muy equivocado.

***

Polly.

He pasado la noche en casa de Boris hablando de cosas triviales, viendo películas y sintiéndome tan cómoda a su lado que no había tenido tiempo de pensar en lo que tanto me atormenta día a día. Su compañía es totalmente grata y mis sentimientos hacia él aumentaron en escala.

Cuando despertamos me propuso quedarme un rato más y eso hice. Ahora estamos en la plaza caminando sonrientes uno al lado del otro y se me ocurre la brillante idea de comprarnos un helado, por supuesto que él se negó mucho al principio pero terminé convenciéndolo diciendole que de verdad quería comprarle el bendito helado porque simplemente quería regalarle algo. Terminó resignándose ante mi terquedad y decidió esperarme en un sitio donde no estuviese en el alcance de la vista del heladero y las personas que le compraban.

-Eres un exagerado- digo llegando hacia él.

-Iban a pensar que era un chulo- dice frunciendo ligeramente el ceño. Acto que me hace reír.

-Que se jodan y te valga madres lo que piensen los demás- expreso deliberadamente sentándome en una banca.

-¿Ahora eres mexicana?- dice divertido imitando mi acción- aunque sólo entendí te valga madres. No sabía que hablabas español- dice entre el asombro y la fascinación.

-Mi abuela lo es- digo nerviosa. No acostumbro hablar de mi familia.

-Tengo que admitir que te ves muy atractiva hablando en español- me sonríe con coquetería pasando un brazo detrás de mí acercándose.

Mis orejas se calientan ante su atrevimiento, y es que cuando estábamos en su cuarto viendo películas se esmeró en ser un caballero y hacerme sentir a gusto. Me respetó tanto que no me insinuó nada pervertido y yo quedé encantada porque tampoco tenía pensado hacer nada, es decir, es muy pronto y no estoy segura si ya superó a Sarah por completo.

«-Adoro cuando te pones nerviosa- ríe antes de alejarse de mí y de inmediato extraño su cercanía.

-Creo que ya es hora de irme.

Él asiente y nos dirigimos a su auto.

-¿A tu casa o a Ricas Donas?- pregunta cuando ya estamos adentro.

-A Ricas Donas. No puedo dejar mi vehículo abandonado por más viejo que sea- por un momento había olvidado que lo había dejado en el trabajo por irme con él.

-Lo que ordene la señorita- dice pero antes de que encienda el motor alcanzo su mano. Sé que él no tomará la iniciativa porque es muy respetuoso, y amo eso de él.

Tomo su barbilla y le doy un beso lento que él no responde al principio por el asombro. Luego parece reaccionar correspondiendo de la misma forma, haciéndolo más intenso y duradero.

Siento un cosquilleo en el vientre cuando posiciona su mano en mi rodilla y lleva la otra a mi cadera apretándome más contra sí. Tomo su nuca profundizando el beso que me consume como llamas y me hace soltar un jadeo cuando aprieta por encima de mi rodilla.

Me alejo antes de perder mi autocontrol y no soy capaz de mirarlo. Sólo quería darle buen beso porque no sabía cómo agradecerle por ser un pequeño escape de mi realidad, pero no pensé que mi cuerpo reaccionaría de esa forma tan.. intensa.

-Yo.. lo.. lo siento- balbucea y siento su mirada en mí pero no soy capaz de mirarlo.

-Fuí yo quien te besó- le recuerdo tapándome el rostro con las manos avergonzada.

-Sí, pero no debí ponerme así, tuve que controlarme. ¿Te asusté? - agarra mis manos con delicadeza apartándolas de mi cara, y al fin tengo la valentía de verlo. Sus labios ahora están rojizos y ligeramente hinchados, los míos deben estar igual. Sus ojos verdes me miran con preocupación.

-Si lo permití fué porque así lo quería- me atrevo a decirle con seguridad siendo consiente de lo adictivo que son sus labios para mí.

Él no dice nada, sólo sonríe y recompone su compostura encendiendo el auto. Sin poder evitarlo, mi vista viaja hacia su pantalón y la aparto disimuladamente luego de ver lo que projudo nuestro fugaz momento de calentura.

Linda tentación.

Quince minutos después nos encontramos llegando a nuestro destino. Boris frunce el ceño con profundidad totalmente confundido, estoy a punto de preguntarle qué sucede, pero se me adelanta sin despegar la vista de enfrente.

-¿Conoces a ese sujeto que está apoyado en tu auto?

Mis sentidos de alarma se activan al escucharlo y pienso lo peor, me atrevo a voltear para confirmar lo que, por un momento, tuve la esperanza de que fuese lo contrario. Pero no, justo como lo predijo Boris ahí está el maldito sujeto apoyado en mi auto mirando fijamente hacia acá.

-No me da buena espina, Polly- añade a la defensiva y quisiera decirte que a mí tampoco, pero no puedo. Tendría que explicarle que sé lo que pasó con Sarah y me odiaría por ser, de alguna forma, cómplice de su secuestro. Me odiaría si se entera que por mi culpa se la llevaron y no hice por evitarlo.

El terror se apodera de mí y no puedo hacer otra cosa que estar petrificada en el asiento mirando a Howard que nos devuelve la mirada con esa sonrisa tan característica de él. La cicatriz de su rostro lo hace ver mucho más tenebroso.

Pienso a toda velocidad tratando de hallar un solución para que Boris se vaya sin preocuparse, no podría dejar que también se unte de esta mierda, tampoco me perdonaría si le llegase a pasar algo por mi culpa.

-Yo me encargo, vete tranquilo- me despido antes de bajarme del auto con fingida seguridad. Tengo que actuar rápido si quiero que todo salga bien.

Cada vez que me acerco a Howard ensancha más su sonrisa.

-¿Me extrañaste?- dice con aire peturbadormente divertido. Pero justo cuando le iba a preguntar que qué demonios hacía allí, su mirada se desvía a un lado y quiero gritarle a Boris con todas mis fuerzas por no hacerme caso y bajarse del vehículo. Siento su presencia cerca y no me atrevo a determinarlo, furiosa y asustada a la vez.

-¿Todo bien, Polly?- pregunta sin dejarse intimidar, pero hacerse el héroe no le servirá de nada si su contrincante es un maldito mafioso que puede asesinarlo en un abrir y cerrar de ojos.

-Perfectamente- le responde Howard con frescura. Lo odio, odio a ese maldito psicópata- ¿Y tú eres..?

-Nadie importante- me apresuro a decir antes de que Boris responda sin mirarle la cara, no soy capaz, lo último que quiero es ver su posible expresión decepcionada-. Él ya se iba- sin embargo, lo veo diciendo las últimas palabras con determinación para parecer más creíble. Mi corazón se rompe en pequeños fragmentos cuando me consigo su rostro dolido por mis palabras, verdaderamente le importo y no puedo hacer nada para cambiar su expresión.

Cierro los ojos por un momento de debilidad pero los vuelvo a abrir con firmeza siendo consiente que lo hago por su bienestar. Ya es demasiado con saber que en cualquier momento pueden atacar a mi hermano.

Howard toma mi cintura empeorando la situación, y por más que me repudie su tacto no puedo apartarlo. Necesito terminar de convencer a Boris de que se vaya de una buena vez. Él mira fijamente el agarre de Howard y como no hago absolutamente nada para apartarlo, ésta vez se muestra escéptico y con una última mirada directamente a mí, asiente y se da la vuelta dispuesto a irse.

Lucho contra las ganas de llorar que me embarcan cada vez que su figura se aleja y cuando su auto desaparece de nuestro campo de visión, me suelto con brusquedad de Howard y lo enfrento de una vez por todas haciendo que él se ría con ganas.

-¿Viste su cara? Que patético- se burla y me contengo de meterle un puñetazo, puesto que le demostraría que de verdad me importa. Sólo lo miro mientras ríe abiertamente sin pronunciar palabra alguna- No sabía esa parte de ti, Polly.

-¿Qué demonios haces aquí?- pregunto totalmente irritada. Él lame sus labios sin dejas de sonreír, lástima que su atractivo sea perjudicado por su maldita actitud psicópata y aquella cicatriz que adorna su rostro desde la punta de su ceja hasta su mejilla haciéndolo lucir peligroso.

-Sólo porque estoy de buen humor te dejaré pasar tu tonito de voz- sus ojos oscuros me miran sin escrúpulos de una manera perversa- sube al auto.

-¿Qué?- espeto ante su petición con cierto temor.

-No repito lo mismo dos veces-. Sin ganas de hacerlo molestar obedezco.

-¿Hiciste lo que te pedí?- pregunta en el asiento de copiloto.

-El encapuchado no ha venido a verme- miento sin saber porqué-. La mamá de Sarah no está en su casa, dicen que viajó pero nadie sabe a dónde- vuelvo a mentir porque siento que es lo que debo hacer, que es lo correcto. Aunque desconozco la razón por la cuál él esté detrás de Sarah y su mamá, Anna ha sufrido tanto que no podría ser responsable de otro sufrimiento al decirle a este psicópata cuál es su paradero, no sé qué vaya a hacerle y eso me aterra.

La expresión divertida de Howard se esfuma de inmediato al escucharme.

-Sabes lo que pasará si me mientes ¿No?- dice pasando un dedo por mi rostro completamente serio- y si descubro que lo haces, significa que no valoras la vida de tu hermano ni la tuya- me estremezco y él nota mi reacción. Quisiera retractarme pero ya no puedo, temo a lo que pueda hacerme si sabe que le acabo de mentir-. Tienes dos días para darme la identificación del maldito sujeto con máscara y el paradero de la mamá de Sarah, se acabaron las oportunidades y la paciencia, Polly.

-¿Luego me dejarás en paz?- pregunto dubitativa.

-Por supuesto-. Vuelve a sonreír, y por unos segundos me permito dudar de su palabra. En un rápido movimiento aprieta mi mandíbula y mis ojos se nublan ante la fuerza que ejerce.

-Por favor, no..- suplico con dificultad. Duele mucho.

Él ignora completamente mi pedido mientras pasea su nariz por mi mejilla.

-Eres hermosa- su aliento golpea mi piel y cierro los ojos tratando de soportar la asqueadad que me produce- muy hermosa, mi lady- repite antes de besarme con furia. Trato de apartarlo pero me suelta la quijada para retenerme por mis muñecas. Sollozo ante su comportamiento brusco.

Boris espera a que yo lo bese, Boris me respeta y no es un animal. Quisiera devolver el tiempo y quedarme con él.

Howard baja por mi cuello mordisqueando todo a su paso y quiero gritar pero no puedo, siento tantas cosas atoradas en mi garganta que no me lo permiten.

-¡Basta!- grito inmovilizada, haga lo que haga él me detendrá porque me gana en peso y estatura. Si pido ayuda nadie me escuchará porque el local se mantiene cerrado los fines de semana y no hay nadie cerca. El maldito sabe lo que hace. Vuelve a mi boca pero esta vez me muerde haciéndome brotar sangre. El dolor que siento físicamente cuando de separa no se compara al que siento internamente.

Howard pasa sus dedos por su boca limpiándose mi sangre para luego sonreír.

-Ésto es el comienzo de lo que te espera. Recuerda, mi lady, dos días- es lo último que dice antes de bajarse del auto.

Ni si quiero veo hacia donde se vá, quiero irme de ahí lo más pronto posible. Y pensar que mañana tengo que venir a trabajar a este lugar me aterra. Con las manos temblorosas enciendo el auto y al llegar a la casa, me encierro en el cuarto soltando todo lo que tenía reprimido.

Lloro, grito y golpeo la almohada con la furia recorriendo mis venas. La presión de mi pecho me hace jadear colocando mi mano en el área, estoy exhausta y harta de esta situación. Odio ser tan débil y no tener los ovarios suficientes para defenderme de los depredadores como Howard.

Me quedan dos días para acabar con esta pesadilla. Confesarle todo lo que sé a Howard sería mi pase a la libertad, pero temo lo que se pueda desatar cuando él consiga lo que quiere. No confío en su palabra, podría dejarme tranquila como también podría engañarme y asesinarme después de que ya no pueda utilizarme, algo me dice que es la segunda opción, que tengo que buscar un lugar seguro para esconderme con mi hermano porque no permitiré que le hagan daño.

Marco el número de Peter luego de calmarme.

-¡Pulga! Creí que te habías olvidado de tu hermano- es el primero en hablar sacándome una pequeña sonrisa. Lo echo de menos.

-¿Cómo estás?

-De maravilla, tenías toda la razón, me hacía falta el campo- habla entusiasmado y mis ojos se cristalizan- el abuelo compró una nueva escopeta y la abuela no deja de consentirme. ¡Y a que no adivinas! Lucero está embarazada- Lucero es mi yegua, el abuelo me la obsequió cuando cumplí los quince.

-Que bien- finjo emoción, en otras circunstancias claro que me alegraría tal noticia, pero ahora no puedo pensar en otra cosa que no sea en todo lo que me atormenta.

-¿Cómo estás tú?

-Bien, ayer salí con un chico..-

-¡Viejo, vieja! ¡Polly salió con un chico!- no me deja terminar.

-¡Por la sangre de Cristo!- escucho que dice la abuela- había creído que le gustaban las chicas y por eso nunca le había conocido un novio..

-¡Abuela!- me quejo.

-¡Dime dónde vive ese patán! Necesito estrenar mi nuevo juguetito- habla el abuelo queriendo parecer amenazante.

-¡Por Dios! No vas a usar tu escopeta contra Boris- digo horrorizada.

-Boris- saborea su nombre con desagrado- simple y aburrido. No me gusta.

-¡Ni siquiera lo conoces!

-Es un buen chico, abuelo, yo lo conocí- escucho a Peter hablar con orgullo.

-Dame ese aparato- escucho un breve forcejeo- ¿Cómo se usa esta cosa..?

-Hable y ya, abuela- puedo imaginar a Peter rodando los ojos.

-¿Aló? Probando, probando. ¡No la escucho!- se queja la abuela.

-La abuela cree que es un micrófono- se burla Peter. Luego se queja y supongo que el abuelo le dió un golpe en la nuca.

-Margaret, pégate el aparato en la oreja y ya. Le debiste quitar el altavoz- escucho decir al abuelo.

-A mí me alegra que al fin hayas conseguido a alguien, no esperes tanto para darme un bisnieto- sonrío irónica- tienes que traer a ese muchacho para acá, queremos conocerlo.

-¿Queremos?

-¡Sí, Robert! Queremos.

-Bien- farfulla el viejo fortachón. Será muy grandote y todo pero siempre termina dominado por mi pequeña abuela.

-Le haré unos tamales re buenos- dice en su idioma y sonrío.

-Me tengo que ir. Hablamos mañana, los quiero- me despido rápidamente antes de que empezaran a preguntar cuándo lo llevaré y esas cosas.

Peter no me dejó terminar de decirle que al final no funcionó, ahora mis abuelo quieren que lleve a Boris al campo para conocerlo y mi único objetivo es alejarme de él.

Ni aunque esta pesadilla termine no podré volver a su lado, ¿Qué excusa le podría dar ante lo que vió? Prefiero alejarme antes de ganarme su odio si le digo la verdad.

***

Capítulo dedicado a EmiliaPortugal.
Porque me hiciste reír con tus comentarios en el capítulo 18 jeje❤️

¿Quién quiere que Sarah se ponga esa cinta?

¿Qué les pareció el capítulo?

Me dijeron que quieren y merecen un maratón, palabras que me dejaron muy pensativa. En vista de que muy pronto me gradúo y estoy algo ocupada con otros asuntos personales, aún no podré dárselos, puesto que tendría que sentarme a escribir y enfocarme en la historia casi por completo si quiero que todo salga tal cual como lo imagino. Sin embargo, no descarté la idea.
¿Ustedes qué piensan?

Aunque no lo crean, sus comentarios realmente me animan e inspiran a seguir la historia. También los tomo mucho en cuenta así que denme sus opiniones y seguro no tardaré tanto en actualizar, jeje :)

Gracias por el apoyo,

Gil.

Continue Reading

You'll Also Like

1.5K 374 33
Anika lleva la descendencia de generaciones de diosas, pero aún en este año viven los demonios que han luchado por siglos contra la gran Diosa Anika;...
2.9M 365K 55
[SEGUNDO LIBRO] «Convertirme en un monstruo no me ha liberado del dolor de ser humano». Después de los crímenes cometidos por Victoria Massey, la jo...
25.7K 1.6K 25
Porque estaban hechos el uno para el otro, por más dificil que fuese el camino, siempre se encontraban de nuevo. No era su mejor amiga, era su verda...
51.3K 4.5K 27
Libro 1 de Maldiciones de Bosque Azul Sólo una gota de agua es suficiente. Summer ha tenido que lidiar con una cola de sirena cada vez que toca el a...