— ¡Tranquilas!— Dijo Lexer tratando de calmarlas.— Escuchen, cerraré las compuertas de seguridad, traten de no acercarse a las puertas y las ventanas. Rane.— Él la miró y Rane supo lo que diría.— Te quedas aquí.
—No, déjame ayudarte.
—Ayudas quedándote aquí.— Dijo Dravos antes de salir.
Entonces los gemelos salieron de vaya a saber dónde y pasaron por alado de Rabe y se dirigieron a la pelea, Helian salió y selló las puertas dejando a Rane con el corazón palpitando de miedo.
— ¡Rane, aquí!— Dijo una extraterrestre rojo señalando a una pantalla.
Rane se apresuró y vió una pelea brutal de sus diez extraterrestres contra los horbils y otros extraterrestres más grandes y terroríficos.
— ¡Son muchos! — Chilló una humana.— ¡Volveremos al burdel o moriremos!
—¡No, no entren en pánico!— Dijo Tay pero Rane también vio que estaba asustada.
Rane iba a decir algo cuando vio en la pantalla como lastimaban a Lexer muy seriamente y escuchó a Dravos y a otros gritar desesperados cuando Lexer cayó cerca de la nave y los enemigos avanzaban hacia ella.
—¡No!— Exclamó Rane sintiendo la ira recorrer por sus venas, el calor conocido de la furia recorrer su cuerpo dándole la adrenalina que necesitaba para tomar la decisión más loca de su vida: ir por ellos.
Rane miró cualquier cosa que pudiera ayudarla mientras las mujeres y hembras estaban asustadas. A lo lejos, como si brillara victoriosamente, estaba un hacha que parecía ser de emergencia.
Un hacha...
Sin pensarlo mucho lo tomó, era pesado pero ella ya estaba acostumbrada a las hachas.
—¿Rane?¡Ni lo pienses!— Dijo Tay al ver lo que Gane pensaba.— ¡No tienes abrigo y son más!
— No puedo dejar que lleguen a la nave y tampoco que lastimen a Lexer o otro, cierra las compuertas cuando salga.— Contestó Rane decidida recordando se que había mucho en juego.
—¡Rane!— Dijo una hembra azul y le dio un arma rara parecida a una pistola.— Lo encontré en el puente. Este es el gatillo, solo apunta y dispara. Hazlo a las cabezas.
— Lo haré, gracias.
Rane lo guardó entre su pantalón y cintura. Cuando salió de la primera compuerta aún estando dentro de la nave ya empezó a sentir el frío pero siguió adelante y ni bien puso un pie fuera de la nave vio a los enemigos acercarse y a Dravos intentando retenerlos así que de inmediato tomó el arma extraterrestre, apunto y disparó a la cabeza con éxito lo que llamó la atención a los extraterrestres.
El frío era demasiado pero ella resistió y disparó a muchos extraterrestres matándolos en el acto hasta que llegó a Lexer que estabas más o menos consciente.
— Rane...
— Shhh, ya estoy aqui.
Rane miró a su alrededor tratando de estar segura que podía llevar a Lexer a la nave sin problemas pero no contó con que un horbils estaba demasiado cerca de ella como para empujarla aún lado y tratar de golpearla con un objeto de metal que parecía pesado.
Rane lo esquivó varias veces hasta que por fin pudo estar detrás de él y con su hacha que lo levantó en alto y cayó con todas sus fuerzas sobre la cabeza del horbils partiendo la en dos.
Oh joder... estoy excitado.
Pensó Dravos quien no le quitó los ojos de encima tratando de llegar a ella pero más y más enemigos iban hacia él.
— ¡Lexer!— Dijo Rane agachándose al lado de él.— Escúchame, te llevaré adentro de la nave peor necesito tu ayuda. ¿Me escuchas? Necesito que me ayudes.
Lexer apenas asintió con la cabeza y Rane lo ayudó a levantarse, el macho estaba mareado y muy pesado para ella incluso si se recargaba por Rane no podían avanzar muy rápido por el su peso. Entonces, desde la nave, salió Tay y la ayudó a llevar a Lexer hacia la nave.
— Cuíddnlo— Dijo Rane cuando lo dejo en suelo entre todas las mujeres.
—No estarás pensando en volver ¿Verdad?— Dijo Lila preocupada.—¡Estás temblando de frío!
Rane se miró y si, estaba temblando pero no solo de frío, sino de enojo puro. Ella odiaba enojarse de verdad porque su juicio se nublaba y era capaz de hacer cualquier cosa, tal vez era la sangre de Dravos en ella hablando.
— Son mis machos, debí ir. Cuiden a Lexer.— Dijo Rane tomando las armas de su macho antes de darle un beso en los labios.— Escúchame, trata de resistir hasta que los gemelos te atiendan.
— No vayas Rane... Es... Peligroso.— Dijo apenas el gran macho.
— Estaré bien ¿Lo olvidas? Llevo sus genes en mí, los mejores genes del universo.— Le sonrió para besarle en la frente y luego se fue directo a la salida.
De nuevo a fuera con el peor de los peores fríos camino hacia su hacha y lo tomó, fue justo en ese momento cuando vio a Dravos peleando con un extraterrestre cuando otro se le acercaba por detrás con la clara intención de matarlo. Rane corrió con todo sus ser hacia ese extraterreste y saltó a la espalda de él trepandose al extraterreste y con el hacha le partió la cabeza matándolo y a la vez salvando a Dravos, quién al guardarse y verla se sorprendió y luego se enojo.
— Voy a castigarte luego por hacer desobedecer.— Gruñó el macho.
— De nada, vikingo.— Dijo Rane sonriendo.
— Estás loca, vas a morir de frío.— Dijo el macho extrechandola contra su cuerpo para protegerla del frío pero para Rane eso la ponía mucho más que caliente, su corazón latía emocionado ante la cercanía del macho.— Te llevaré adentro.
—¡No! Puedo ayudarlos y...
— ¡Mierda!— Dijo Dravos antes de que Rane se dé cuenta que un extraterrestre los apuntaba.
Fue en ese momento en que Gane iba a reaccionar pero de la espalda de Dravos salieron lo que parecía ser tentáculos negros de puntas filosas y atravesaron el cuerpo del enemigo como si fuera una estaca.
Rane sorprendida se alejó de Dravos y vió no a uno, sino a dieciséis tentáculos flotar en el aire desde la espalda de Dravos.
—¿Tu..?
— Si.— Dijo Dravos preocupado por la reacción de Rane, lo último que quería era que ella le tenga más miedo de lo que ya le tenía.
—¡¿Y NO PUDISTE USARLAS HACE UNOS MINUTOS CUANDO CASI TE MATAN TU GRANDISIMO CABEZA HUECA?! — Dijo muy molesta Rane sorprendidendolo.— ¡¿EN QUE ESTABAS PENSANDO?!
— En ti.
— No es el momento de confundirme más, Dravos, tenemos que ayudar a los demás.
— No, yo ayudo a los demás tu regresas con las hembras a la nave.
— Ni lo pienses.
Dravos se maldijo a si mismo y a su sangre que creo a esta pequeña guerrera tan testaruda.
—¡Oh joder!— Dijo Rane mirando hacia un lugar y Dravos girarse: Lukkar y Rowen estaban en problemas.
—¡LUKKAR!— Gritó Helian y Rane vio como su coqueto macho se transformó en un león enfurecido cuando a Lukkar lo tenían rodeado.
Fue en un abrir y cerrar de ojos cuando Helian los exterminó a todos dejando a Lukkar a salvo.
— Vamos Dravos, podemos estar peleando todo el momento o podemos ayudar, tu decides.
— Eres una humana difícil. Te voy a castigar por poner tu vida en riesgo.— Gruñó Dravos antes de tomarle la mano— Vamos.
Rane sonrió mientras corría a la par de Dravos y mataban a su paso a cada extraterrestre estupido que creía que podía meterse con los Dandrus.
— ¡Joder! ¡¿Que carajos haces aquí?!— Gruñó Rowen cuando la vio y miró a Dravos.
— Luego te explico.— Dijo Rane antes de tirar su hacha apuntando a la cabeza de un extraterrestre que tenía la intención de atacar a Herian, dando en el punto.
— Joder ¡¿Que fue eso?!— Exclamó Herian mirando a Rane y luego miró a dravos.—¡Salió igualita a ti!
— Por desgracia.— Dijo Dravos y Rane lo miró mal.—¿Faltan muchos?
— No, creo que ya vieron que no pueden con nosotros. Raxhan tendrá que arreglar esa nave lo más pronto posible.— Dijo Rowen y miró a Rane quien sentía su cuerpo pesado ahora.—¿Estás bien?
— S-si.— dijo apenas Rane y fue cuando se dio cuenta que la adrenalina ya había pasado su efecto y su cuerpo ya no podía más contra el frío.— Dravos...
Y eso fue lo último que pudo decir antes de ver todo negro y caer en un gran y pesado sueño.