James se encontraba tumbado en la escalera, a dos escalones del suelo con una brecha en la cabeza e inhalando con fuerza. No hubo indicios de forcejeo, tampoco balas ni nada que nos pudiera dar a entender que entraron en la casa sin permiso o preparados con armas.
Joet sube a la parte alta para comprobar a todos los empleados y las zonas seguras, Zayn escribe en un cuaderno y habla por teléfono con varias personas que puedan identificar a los intrusos, revisar cámaras de vigilancia y evitar que la policía interfiera. Harry revisa la parte baja, las zonas concurridas por James en las últimas veinticuatro horas e intenta sacar testimonios del servicio mientras que Robert palpa con su mano cada centímetro de la pared buscando alguna anomalía.
Me arrodillo frente a James que ya tiene un paño húmedo en la cabeza, sonríe al verme y coloca su mano sobre la mía ofreciendo un gran apretón.
- Te hemos fallado -Digo con un tono tan débil que se me atasca en la garganta-. Debimos dejar a alguno de nuestros chicos contigo.
- Nadie sabía lo que iba a pasar, Coeh.
- Nos pagas para adelantarnos a eso -Espeto furiosa conmigo misma-. ¿Puedes decirme qué ha pasado?
Se levanta del suelo con mucha dificultad agarrándose de mi brazo, le ayudo sin oponerme y nos acercamos poco a poco al salón, sin prestar atención a los gritos de Malik a nuestras espaldas y las conversaciones de Harry con varias señoras de la limpieza. Se sienta en el sofá dejando escapar un ligero quejido, me coloco a su lado aún sosteniéndole la mano. Un hombre de aspecto regio deja en la mesita diminuta dos tazas de café caliente con crema, se la acerco a James quien agradece en silencio y luego de un trago por fin decide hablar.
- Han entrado por abajo, por la cámara de vinos -Informe levantando una ceja tan tranquilo como si me contara una película y no los minutos antes de que fuera atacado-. Deberías decirle al insulso de tu jefe que empiece por mirar ahí y se deje de armar tanto jaleo en mi salón -Asiento, tomo nota mental de lo que debo hacer después-. No han venido buscando matarme, se han llevado un obsequio del otro ala de la mansión -Da un ligero sorbo-. Nadie se ha movido de su sitio cuando sabíamos a lo que venían, aún así parece que necesitaban dejar una prueba bruta de lo que son capaces -Señala la brecha de su cabeza.
- ¿Qué se han llevado?
- Una figura tallada en oro de una Idolomantis Diabólica -Suspira pesadamente-. Fue recibida desde Kenia, tiene un gran valor sentimental.
- Intuyo que no solo sentimental.
- Dentro hay un pendrive -Eleva los hombros despreocupado-. Contiene diversos archivos aburridos de algunos casos en los que trabajé, pero hay otras muchas cosas que demasiada gente querría tener en su poder.
- Te veo bastante tranquilo, James.
- Se que conseguirás recuperarlo -Asegura con una leve sonrisa-. Aunque tengas que arrancarle las manos.
Asiento dándole a entender que está en lo correcto aunque no le hace falta una afirmación. Dejo a James solo con su café recuperándose de la conmoción, me dirijo a Zayn quien deja todo lo que está haciendo para prestar atención a la información que el hombre me ha otorgado y con eso me encarga ir a revisar las bodegas. Se gira dando por finalizada la conversación y vuelven sus gritos ha inundar la sala.
El equipo ya está reunido de nuevo mientras me despido para bajar por unas escaleras sin decoración de puro cemento y con olor a humedad y tierra. Unas antorchas muy antiguas pero bien mantenidas iluminan el corto camino hasta el pasillo de ladrillos desnudos con dos puertas, una a la calle y otra hacia los vinos guardados. Palpo la parte superior de mi pantalón para darme cuenta de que no llevo arma, podría haber algún atracador escondido y lo único que tengo para atraparlo o defenderme son mis manos, tendrá que bastar.
Abro la puerta con la punta de mi pie, un chirrido hace eco en todo el lugar y me parece oír pasos. Quedó estática un minuto en espera de volver a escuchar alguna anomalía pero nada vuelve a llamar mi atención así que entro bajo la poca luz naranja que ilumina todo tipo de vinos. El olor es diferente, más seco, frutal y mohoso. Inspecciono los papeles que hay sobre una mesa amplia de madera, son diferentes combinaciones y diseños de botellas, nombres y variables de precios, todos con la firma de James.
La puerta vuelve a chirriar como cuando la abrí por primera vez, el sonido hace que me gire tan rápido como mis talones me permiten pero antes de poder captar algo con la mirada unas manos consiguen cubrirme la cabeza con algo que parece una gruesa tela negra, amarrarla a mi cuello y cargarme aprisionando mi cuerpo entre sus fuertes brazos. Con mis piernas al aire intento desequilibrarlo, pegar a algo o alguien, grito a todo pulmón para que dentro de la mansión me escuchen ya que soy consciente de que estoy fuera, en la fría nieve de la noche.
Mi culo toca una superficie acolchada, es el asiento de un coche. Mi brazo izquierdo toca a alguien que no se molesta en apartarse y pronto el derecho siente a la persona que sea que me ha metido y cierra la puerta a su paso.
- ¡Joder has tardado una puta eternidad! -Una gruesa voz proveniente de la parte delantera se hace presente.
Nadie contesta, el sonido del motor y luego del viento me hace saber que estamos en marcha. Unos largos momentos de silencio después abren la puerta de corredera, tiran de mis brazos obligándome a caminar y me sacan torpemente a lo que parece ser la calle. Con mucho cuidado intento seguir el ritmo de la persona que quiere indicarme el camino, una puerta gruesa y metálica me detiene, después entramos a una estancia cálida. Seguimos de paseo, recto, arriba tres escalones, derecha, recto, recto, izquierda, recto y paramos. Un pie golpea la parte trasera de mis rodillas quitándome toda la estabilidad y cayendo sobre mis rodillas. Amarran mis manos con una soga de barco, aspera y cortante y mis tobillos también.
En un lateral puedo diferenciar armas, las están cargando con mucha paciencia y hablan entre susurros leves dejando escapar alguna risa baja. Alguien ha puesto una pistola frente mi cara y le ha quitado el seguro dando la orden silenciosa de que me destapen. Tiran del horrible saco oscuro donde me ocultaban y entrecierro los ojos para adaptarme a la luz de un potente foco.
Mis ojos viajan por el lugar, colchones rotos, sábanas sucias, focos, maletines, armas, cables, ordenadores, teléfonos, cd's, bolsas llenas de sustancias, coches aparcados más atrás, era un inmenso garaje, una guarida encubierta. Poso los ojos sobre el arma, una Ruger MKIII 22 pero lo que me mantiene confusa con el ceño fruncido es el tatuaje de la mano que la sostiene, una cruz y más arriba un ancla en su muñeca.
- Harry... -Exhalo con sorpresa.
Mantiene un semblante neutro, sus ojos todavía tan azules como una piedra preciosa, los labios apretados en una fina línea mientras respira hondo por la nariz como si se contuviera a dar explicaciones. Detrás de mí el sonido de una silla arrastrándose hace que el moreno se fije en la persona que lo hace, luego de unos momentos de incertidumbre la persona misteriosa se digna a dar órdenes.
- Mátala -Dice sin gracia alguna-. Ya la tenemos, gracias a ti, Styles.
La manera de pronunciar su nombre me es familiar, sensual, distraída y totalmente manipuladora. Scarlett.
Intento encajar las piezas, el momento en que las cosas se torcieron tanto, cuándo ocurrió el cambio de roles que jamás lo vi venir, en qué ocasión Harry me mintió y Scarlett conspiró contra toda su única familia. Nada encaja, James, Marcus, el atentado en el restaurante, nada de esto es propio de una venganza ni digno de atraparme.
Los tacones resuenan en el lugar, cada vez más intensos y más cerca. Agarra un trozo de pelo tirando mi cabeza hacia atrás, la punta de su zapato se entierra en mi muslo con agresividad mientras aprieta los dientes cerca de mi cara para escupir con rabia.
- Sorpresa hermanita.
- ¿Esto es porque te dejé huérfana o porque te quité al único hombre que se fijaría en ti? -Digo riendo en su cara mientras veo como se pone colocara de ira, me pega una bofetada y vuelvo a sonreír.
- Tú no sabes nada.
- No es difícil adivinar.
- No sabes lo equivocada que estas Coeh, lo ciega que has estado todo este tiempo -Menea sus caderas hasta Harry, le rodea el pecho con una mano y me mira divertida-. Convencer a Harry de capturarte y matarte no fue difícil sabes, su único papel era engatusarte, confundirte y acercarte más a tu lado humano, pillarte con las defensas bajas. Hasta tal punto que has salido sin tus armas.
- No me espera menos de un traidor -Espeto mirando directamente al moreno-. Pero debo de darle mérito al esfuerzo. Si lo que queréis es estar juntos, yo no me voy a oponer, aunque deberías tratar el tema de los celos y no cargarse a la persona que los provoca.
- ¡A callar! -Grita irritada-. Todo esto viene desde aquel día Atenea ¿Te acuerdas?
- ¿De qué tengo que acordarme?
- Cuando conocí a Harry en aquella cafetería -Dice inocente tocando sus rulos despeinados-. Y luego tú lo llevaste a ver cómo matabas a un tipo cualquiera de oficina haciéndote pasar por mí.
- ¿Cuánto has tardado en adivinar que Scarlett jamás ha apretado un gatillo? -Digo burlona en dirección a Harry, este tensa la mandíbula y pone más fuerza en el arma.
- Sabías que mi vida se arruinó desde ese momento, quedé roto, otra persona, me traumatizó de por vida. Por eso es lo que soy, lo que hago.
- ¿Porqué crees que te saqué del psiquiátrico? Una disculpa bastante sutil -Sonrío sin mostrar los dientes-. ¿Me vas a matar por eso?
- Tu mataste a un hombre inocente -Posa la punta en mi frente-. Todo empezó ahí y acabará con quien lo inició.
- Estoy muy sorprendida de tu actuación Styles, si te soy sincera, te creí -Sonrío apenada-. Pensé que podríamos tener algo, tú y yo. Pero mírate, después de todo vas a dispararme, mi cuerpo quedará tendido en el suelo y después... Quién sabe, quizás la policía te lo agradezca en tu declaración.
- Hablas demasiado perra -Dice Scarlett.
- ¿Porqué te crees que puedes salir a la calle como una persona normal Harry? -Le dejo pensar sin desviar la mirada, caso omiso a la rubia-. Estoy haciendo todo lo posible porque tengas esa puñetera vida normal, en el momento en que yo desaparezca tendrás que huir por tu propio pie y ya hemos visto que eso te llevará de vuelta al psiquiátrico.
- Mientes, me has mentido todo este tiempo -El arma sobre mi cabeza tiembla con agresividad.
- ¿Estás detrás de los ataques de Marcus y del robo en la mansión?
- Sí.
- ¿Que contiene ese pendrive?
- Hay fotos y vídeos tuyos, James ha estado obsesionado con tu trabajo muchos años. Hay vídeos tuyos dentro del psiquiátrico pasando pruebas, llorando, golpeando, pegando a otros y fotos, muchas fotos de tus víctimas, todas con nombres y fechas. Personas que jamás fueron identificadas y cargos que nadie sabe que cometiste, James lo ha ocultado todo.
Aunque ahora si encajan las piezas y me sorprende por completo la actitud de James y sus razones más allá del fanatismo, no dejo que se me vea alucinada con la situación, solo asiento para que sepa que he escuchado y entendido todo. Alzo la cabeza tanto como puedo dejando el arma a toda disposición de mi cara, le miro directamente a los ojos cargados de todo aquello que jamás y nunca le diré mientras ignoro la presencia de mi hermana.
- Entonces, si crees que así lo merezco, dispara.