Destinados

By bar250

54.6K 5.4K 1.7K

Rin es una joven y brillante estudiante de negocios, que lleva una vida difícil y ocupada, sin ganas ni tiemp... More

Cap. 1: El amor no es lo mío
Cap. 2: Un rostro familiar
Cap. 3: Deudas saldadas
Cap. 4: Sesshomaru Taisho
Cap. 5: La pasantía
Cap. 6: Primer día
Cap. 7: A prueba
Cap. 8: Trato especial
Cap. 9: ¿Error?
Cap. 10: Sólo una noche
Cap. 11: En la boca del lobo
Cap. 12: Juntos
Cap. 13: La cita (Parte I)
Cap. 14: La cita (Parte II)
Cap. 15: El día siguiente
Cap. 16: La verdad de Rin (Parte I)
Cap. 17: La verdad de Rin (Parte II)
Cap. 18: La verdad de Rin (Parte III)
Cap. 19: Hechizado
Cap. 20: A su lado
Cap. 21: Contratiempos (Parte I)
Cap. 22: Contratiempos (Parte II)
Cap. 23: Enmendando errores
Cap. 24: Pequeña Borracha
Cap. 25: Viaje (Parte I)
Cap. 26: Viaje (Parte II)
Cap. 27: El regalo
Cap. 28: Cumpleaños de Rin
Cap. 29: La primera
Cap. 30: Resistencia
Cap. 32: Punto de quiebre (Parte II)
Cap. 33: Punto de quiebre (Parte III)
Cap. 34: Mentiras y verdades (Parte I)
Cap. 35: Mentiras y verdades (Parte II)
Cap. 36: Nuevo trabajo
Cap. 37: El reencuentro
Cap. 38: Negociaciones
Cap. 39: La boda
Cap. 40: Corazones rotos
Cap. 41: Decisiones
Cap. 42: Sin arrepentimientos (Parte I)
Cap. 43: Sin arrepentimientos (Parte II)
Cap. 44: Sorpresa
Cap. 45: Idiota enamorado
Cap. 46: Destinados

Cap. 31: Punto de quiebre (Parte I)

846 91 80
By bar250


- ¿Aló? ¡Señor Jaken! ¿Dónde está? ¡Ya es hora!

- Ay esta chiquilla impaciente... ¡Estoy llegando!

- Ya, que bueno, lo esperaré abajo.

La castaña revisó por última vez que todo estuviera en orden en el departamento del Taisho y salió emocionada a buscarlo.

- Tome señor Jaken, le traje un café.

- Gracias Rin.

- Ahora vamos rápido, ¡El avión de Sesshomaru ya debe estar por llegar!

- Ay chamaca irrespetuosa, ¡Señor Taisho! Y la boca te queda ahí mismo.

- No sea tan gruñón.

Viajaron hasta el aeropuerto mientras Rin le conversaba emocionada y aunque él la regañaba a cada segundo, tenía que admitir que viajar con ella era mucho más entretenido que hacerlo solo. Además, Rin siempre se preocupaba de llevarle café o alguno de los dulces que tanto le gustaban. 

Al llegar, Jaken salió a recibir a su jefe y lo ayudó a cargar sus maletas en el maletero. 

El peliblanco abrió la puerta trasera del auto y en ese momento se encontró con una castaña muy feliz esperando por él. Rin rodeó su cuello con sus brazos y antes de decir algo, lo besó.

- ¡Oye niña! ¡No te cuelgues así del señor Sesshomaru!

- Déjala Jaken. - Le dijo sin separarse por completo de ella, Rin no pudo evitar reír en medio de su beso.

Verla ahí, riendo y feliz lo hizo sentir inexplicablemente mejor. El viaje de regreso había sido una verdadera tortura, además de que todos los pensamientos de lo ocurrido la noche anterior lo tenían casi mareado, tenía una resaca terrible, como pocas veces en su vida. Quizás no sólo se debía a haber bebido de más, en el fondo sabía bien que, aunque no quisiera admitirlo y aunque las cosas no fueron más allá, se sentía culpable.

- ¡Hola!

- Hola pequeña, pensé que no te vería hasta más tarde.

- Espero que no se moleste señor Taisho, pero salí antes del trabajo para recibirlo como corresponde. 

Una leve sonrisa de lado se pudo ver en la cara del peliblanco al escucharla... Realmente, Rin era todo lo que necesitaba para sentirse bien.

- Tu jefe está muy complacido. 

La castaña soltó una risita feliz. 

- Te ves algo cansado, ¿Estás bien? 

- Si, sólo necesito darme un baño para recuperarme del viaje. 

Fueron hasta su departamento y Sesshomaru se encontró con la mesa puesta y todo listo para cenar.

- Qué rico huele eso pequeña, ¿cocinaste tú? - Preguntó divertido.

- Claro, aproveché estos días que estuviste de viaje para aprender a cocinar y poder sorprender a mi hombre... 

Él la miró incrédulo con sus ojos entrecerrados, sin poder borrar la sonrisa divertida de su cara. 

- ¿De verdad? 

Rin se carcajeó al ver su expresión.

- No, pero pedí comida de ese lugar que sé que te gusta mucho... Pensé que quizás vendrías con hambre.

Él la miró enternecido y se acercó a abrazarla. Rin se sorprendió un poco por ese gesto, pero no dudó en abrazarlo de vuelta y llenarlo de besos.

- La verdad es que sí tengo algo de hambre. - Le dijo aún sin separarse de ella. 

- Bueno, entonces anda a darte tu baño mientras yo caliento la comida.

- Gracias. - Besó su frente. 

En ese momento su celular comenzó a sonar, vio que era Koga quien lo llamaba y decidió cortar, no quería pensar en trabajo por ahora, lo único que quería en ese momento era poder disfrutar tranquilamente la compañía de su pequeña. Pero antes que todo, necesitaba agua fría sobre su cuerpo para sacarse esa desagradable sensación de resaca de encima. 

Dejó su celular sobre la mesa para tomar su maleta y llevarla hasta tu habitación, sacó ropa limpia del armario y entró al baño... 


Rin puso a calentar la comida en la cocina y llevó las últimas cosas a la mesa, mientras escuchaba el teléfono del Taisho vibrar insistentemente. Pensó que sería Koga nuevamente, pero cuando vio la pantalla notó que era alguien más... "Zero Fukuyama" 

Fukuyama... ¿De Fukuyama Corporation? ¿Será algo del señor Kirinmaru Fukuyama? Estaba casi segura de haber leído su nombre en alguno de los documentos de la alianza. 

Vio el celular y notó que ya tenía dos llamadas perdidas del mismo número... ¿Y si necesitaba algo urgente relacionado con el convenio? Quizás también estaría relacionado con el porqué Koga lo llamaba... ¿Debería contestar? 

Dejó que el celular sonara un par de veces más y finalmente lo tomó. Sesshomaru estaba cansado para lidiar con trabajo, quizás ella podría ayudarlo aunque sea un poco.

- Buenas tardes, habla con la asistente del señor Taisho, en este momento él se encuentra ocupado, pero si necesita algo del convenio yo puedo ayudarla. 

- Hola, hm... ¿Sesshomaru no está en la oficina? - Habló la mujer con un tono frío y seco.

- No, lo siento. 

- Qué raro, él nunca sale sin su celular... - Rin tragó saliva algo nerviosa al escuchar ese comentario. - ¿Cuál me dijiste que era tu nombre? 

- Mi nombre es Kimura Rin, señorita Zero. 

- Rin...

- ¿Si?...  ¿Entonces hay algo en lo que pueda ayudarla? ¿O prefiere dejarle un mensaje al señor Taisho?

- No te preocupes querida, lo que tengo que hablar con Sesshomaru es... "Personal" - Dijo con un risueño tono de voz que a Rin le causó extrañeza.- Yo misma le escribiré.

- Bueno, que esté bien, saludos. 

- Hasta pronto. 

Rin cortó la llamada con una extraña sensación después de esa conversación y cuando iba a dejar el celular sobre la mesa nuevamente, vibró en sus manos, mostrando un mensaje en pantalla. 

Zero:

Lo pasé increíble anoche, como siempre es contigo, querido... ¿Ya encontraste el regalito que dejé en tu maleta? Llámame cuando puedas, besos. 

Sus piernas comenzaron a temblar y sintió un profundo dolor en su estómago al leer ese mensaje... Quería convencerse a ella misma de que quizás lo estaba malinterpretando, de verdad quería no hacerle caso a ese mal presentimiento que comenzaba a crecer en su pecho... Se sentía ahogada.

"Espera a que salga del baño y le pides que te lo explique..." Se repetía a ella misma. Aunque sin darse cuenta, sus piernas traicionaron sus propios pensamientos y la llevaron directo a su habitación, mientras las palabras de esa mujer no dejaban de resonar en su cabeza... 

Se sentó en la cama, junto a la maleta y se quedó ahí, en silencio por algunos minutos esperando a Sesshomaru, mientras esa sensación de opresión en su pecho crecía cada vez más, hasta hacerse insoportable. Necesitaba saber...

Miró la maleta, respiró profundo y la abrió. 

Vio la ropa de su peliblanco, perfectamente ordenada como siempre, y nada más... Suspiró cansada antes de abrir el único bolsillo interno que tenía la maleta y en ese momento sintió como todo en su interior se revolvía.

¿Eso era...? No. No podía ser verdad... 

Quería vomitar.

Tenía tanto asco, pena y rabia... Pero más que todo eso, lo que más sentía en ese momento era dolor. Todo su pecho dolía como si lo estuvieran estrujando. Lo único que quería era llorar.

Llorar y salir corriendo de ahí.

- Ahora si me siento mucho mejor. - Dijo el peliblanco al salir del baño y ver de reojo a Rin sobre la cama, mientras se secaba su cabello mojado con la toalla.

Un escalofrío recorrió la espalda de la castaña al escuchar su voz, y entre todas esas desagradables sensaciones que la invadían, lo único que pudo pensar claramente en ese momento fue... "No llores frente a él."

Sesshomaru dejó la toalla a un lado y levantó su mirada hacia Rin. La encontró más pálida de lo normal, con sus ojos brillantes mirando fijamente algo en su maleta.

- ¿Qué haces pequeña? ¿Te sientes bien?

Ella no respondió y él comenzó a caminar hacia la cama, pudo ver que Rin tenía su celular entre sus manos y de pronto paró en seco cuando reconoció lo que ella miraba tan fijamente en su maleta.

Mierda.

Se maldijo una y mil veces por haber dejado entrar a Zero en su habitación ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué la había dejado?!

- Rin...

- Tengo que salir de aquí. - Dijo con su voz quebrada, parándose y caminando rápidamente hacia la salida.

- No es lo que te estás imaginando...

Ignorando completamente sus palabras tomó su bolso y su abrigo y caminó hasta la puerta, pero antes de poder abrirla, sintió como Sesshomaru la detuvo sosteniendo su muñeca.

- No me toques. - Fue lo único que pudo decir, sin verlo directamente, pero con tal firmeza que al peliblanco no le quedó otra opción que soltar su agarre.

- Rin... No te vayas, déjame explicarte.

En ese momento, con las pocas fuerzas que le quedaban, levantó su mirada para verlo fijamente a los ojos. 

- Sesshomaru... No vuelvas a buscarme. - Fue lo último que dijo antes de salir por la puerta.

Él se quedó ahí parado, con la puerta cerrada frente a su cara, sin saber qué hacer. Pensó en ir tras ella, pero en este momento definitivamente Rin no iba a escucharlo... Sólo le quedaba esperar, esperar a que se tranquilizara y rogar porque el lunes en la oficina ella aceptara hablar con él...


Rin salió del edificio con el corazón destrozado. Las palabras de Kagura, de Kohaku y de esa mujer no paraban de sonar en su cabeza como un mal disco rayado, hasta las palabras de Bankotsu el día de su cumpleaños ahora tenían sentido... Y lo único que podía pensar a esas alturas es que todo esto era su culpa. Ella había decidido involucrarse con él, ella había decidido confiar en él, sabiendo perfectamente en lo que se estaba metiendo... 

Lo supo desde el principio, Sesshomaru era la clase de hombres que llegan a desarmarte la vida y romperte el corazón. Un error. Siempre lo tuvo claro, pero aún así... No pudo evitar enamorarse de él. 

Ahora simplemente estaba pagando las consecuencias de no haber hecho caso a su conciencia.

Tomó un taxi hasta su casa, fue hasta su departamento y al entrar se encontró con Kagome. Sin poder decir palabra alguna, dejó caer su bolso al piso y caminó hasta sus brazos, rompiendo en llanto al fin, en la calidez del abrazo de su amiga.

Kagome no se atrevió a preguntarle qué le pasaba, nunca antes la había visto así, pero se hizo una idea al verla llorando de esa manera tan desconsolada. Decidió que sería mejor simplemente quedarse ahí a su lado en silencio, hasta que ella quisiera hablar.

Después de algunos minutos, la castaña se separó de su abrazo y se limpió la cara.

- Sesshomaru está con alguien más.

- Rin... Lo siento mucho... 

- Kagome... ¿Por qué siempre me pasa lo mismo? ¿Hay algo mal conmigo?

- ¡No digas eso! Eres una persona maravillosa y que se joda ese idiota si no lo supo valorar.

La castaña le sonrió débilmente y tomó nuevamente sus cosas.

- Iré a dormir un rato, después conversamos... Necesito descansar.

Kagome asintió sin saber qué más decir.

La castaña se pasó la mayor parte de ese fin de semana encerrada en su habitación y el resto del tiempo trabajando en el restaurante, sin poder dejar de pensar ni un solo minuto en todo lo que había ocurrido. 


Sesshomaru por su parte se daba vueltas en su departamento como un león enjaulado. Por un momento se le pasó por la cabeza la idea de que Rin decidiría no volver a la empresa y que el lunes por la mañana no la encontraría en la oficina. Había intentado llamarla un par de veces, pero en todas las ocasiones encontró su celular apagado y se estaba comenzando a desesperar.

No podía sacarse de la cabeza la mirada con asco y desprecio de Rin, esa imagen de sus preciosos ojos cafés mirándolo con decepción... Y no podía culparla, sólo necesitaba tener la oportunidad de poder explicarle las cosas y arreglar todo el maldito malentendido.

Ese lunes llegó a las oficinas más temprano de lo habitual a esperar por ella y sintió un alivio inexplicable al verla salir de ese ascensor.

- Rin, ¿Puedes ir a mi oficina? Necesito hablar contigo. - Le pidió frente a Kohaku. 

El moreno presentía que algo andaba mal, porque su amiga estaba seria como nunca y pudo notar como Rin ni siquiera le dirigió la mirada a Sesshomaru, simplemente asintió y comenzó a caminar tras él.


- Pensé que no vendrías... - Dijo el peliblanco una vez dentro de su oficina.

- No tenía otra opción.

- Rin, tienes que escucharme, no pasó nada entre Zero y yo, no sé por qué me mandó ese mensaje, supongo que fue porque sabía que tú lo leerías, pero no es verdad.

- ¿Entonces no te acostaste con ella?

- No.

- ¿Quién es ella? ¿Qué hay entre ustedes, Sesshomaru? Una vez te pregunté si habías tenido una relación y me dijiste que no, pero ella parecía conocerte bastante...

- Zero es hermana de Kirinmaru, los conozco desde siempre prácticamente. Nuestros padres eran cercanos, pero no tenemos una relación, nunca la hemos tenido, es sólo... 

- ¿Sexo? - Él asintió incómodo.

- Pero le dije que no volvería a ocurrir y no volverá a ocurrir, te lo prometo Rin.

- ¿Se besaron? - Él la miró fijamente sin decir nada. Rin comenzó a impacientarse ante su silencio. - Es una pregunta simple... ¿Se besaron, si o no?

- Si.

La castaña agachó su mirada sin saber qué pensar. Lo que Muso le había hecho, sin duda había sido mil veces peor, pero por alguna extraña razón que no lograba comprender del todo, esto dolía infinitas veces más.

- Rin, lo siento... Bebí de más y me dejé llevar por un momento, pero alcancé a reaccionar y no pasó nada más.

- ¿Qué es lo que sientes? ¿Lo que pasó? ¿O que me haya enterado? Porque no tenías ni una intención de contarme algo de esto, ¿O si? 

El peliblanco se quedó viéndola en silencio, mientras Rin luchaba con todas sus fuerzas por no ponerse a llorar.

- Sesshomaru... ¿Puedo preguntarte algo en lo que no he dejado de pensar? - Él asintió. - Tú no quisiste quedarte donde Kirinmaru y le pediste a Kagura que te reservara un hotel... ¿Fue porque sabías lo que iba a pasar si te quedabas allá? ¿Querías evitar a Zero?

- Si...

- ¿Entonces por qué igual terminaste en su casa?

Sesshomaru suspiró. Esa conversación definitivamente no estaba resultando como él esperaba, pero ya estaba ahí y no tenía más opción que decir la verdad...

- Zero fue a buscarme al hotel. Dijo que Kirinmaru quería celebrar el convenio y pasar más tiempo conmigo.

- Sabes Sesshomaru, quizás si hubieses confiado en mí y me hubieses contado todo esto desde un principio... Las cosas serían distintas ahora.

- Rin...

- Lo siento. No soy una persona celosa ni desconfiada, nunca lo fui. Y si decidiera seguir contigo, inevitablemente me convertiría en una. No podría vivir tranquila cada vez que salgas, pensando en si esta vez alcanzarás a reaccionar a tiempo o no, o si beberás de más y aparecerá alguna otra mujer con la que simplemente te dejes llevar... Y eso no es sano. Ni para ti, ni para mí. Será mejor que dejemos todo esto hasta aquí.

- No digas eso, Rin. Piensa las cosas, no dejes que Zero arruine lo que tenemos.

- Deberías dejar de culparla a ella Sesshomaru. Si, fue bastante mala clase lo que hizo, pero ella no estaba en una relación, tú si. Fuiste tú quien decidió quedarse en su casa teniendo perfectamente claro lo que podía ocurrir, fuiste tú quien la dejó entrar en tu habitación, la besaste y quizás qué más, y fuiste tú quien decidió quedarse callado y no decirme nada al respecto... -Bajó su mirada y cerró sus ojos con fuerza, intentando retener sus lágrimas. -  De verdad lo siento, pero te lo dije desde un principio... No tengo tiempo para este tipo de cosas.

Rin salió de la oficina, dejando a Sesshomaru adentro con un desagradable dolor en su pecho, que nunca antes había sentido...





Continue Reading

You'll Also Like

238K 16K 51
Sakura Haruno y Sasuke Uchiha. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la est...
176K 10.1K 25
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...
3.9M 520K 49
Kim TaeHyung le pide a Jeon JungKook que sea su novio. Aunque el pelinegro está catalogado como la peor pareja del Instituto, decide no rendirse. ...
4.5K 463 11
"Solté una risita dándole una palmadita en la cabeza. Sentí la calidez de sus labios chocar contra los míos pero se fue tan rápido como llego. Sin sa...