El Secreto de mi Vecina

By cha0tics0ul_

49.8K 6.7K 5.4K

Diego despertó con amnesia después de más de 10 años. Poco a poco, empieza a volver a su vida normal pero no... More

Resumen del primer libro: Prólogo
2. Despertar
3. Palomitas
4. Cementerio
5. Mentiras
6. Chantaje
7. Descubrimientos
8. Anillos
9. Lara
10. Y más mentiras
11. Sentimientos
12. Eres tú
13. La verdad
15.Falsa identidad
16. Deseo
17. Confesión
18. Amor
Final + Epílogo

14. Patineta

2.2K 359 248
By cha0tics0ul_


Laura

Estaba agotada, el día anterior había tenido demasiado trabajo y Omar no paraba de insistir en que quería salir, ese día Iker no estaba y sentí horrible decirle que no a mi hijo pero el cansancio me superaba, Omar hizo un berrinche y se encerró en su habitación y yo en la mía, cerré los ojos y quedé dormida unos minutos hasta que a las 12 de la mañana tocaron la puerta, algo malhumorada fui a abrir.

—¿Estás bien? —Diego estaba parado en la puerta y me miró con aspecto preocupado, sentí un poco de vergüenza, seguro tenía aspecto de zombie.

Intenté arreglar mi cabello pero posiblemente no lo logré —Si, es solo cansancio acumulado.

Y entonces me abrazó, desde la noche en la que nos emborrachamos no nos habíamos visto, lo dejé abrazarme porque amaba que lo hiciera, de alguna forma entre sus brazos era el único lugar en el que me sentía completamente feliz y segura.

Pasados unos segundos se separó de mí, tomó aire y noté que estaba ligeramente nervioso —Lau, tal vez esto te parezca raro y entendería perfectamente si me dijeras que no pero me gustaría saber si está Omar.

—¿Omar? —Pregunté algo sorprendida.

—¡Una patineta! —Exclamó Omar a mis espaldas, no fue hasta ese momento que me di cuenta de que Diego cargaba una patineta con un gran moño rojo.

Alterné la mirada entre los dos y Diego habló —Lo que te iba a decir era si confiarías en que Omar pase el día de hoy un tiempo conmigo, podría enseñarlo a usar la patineta, luego lo llevo a comer y a la hora que tú digas lo traigo de regreso.

Negarle a Diego pasar un tiempo con Omar era literalmente negarle estar con su hijo, no podía hacer eso —De acuerdo.

Ambos brincaron de emoción, —Eres la mejor —Me dijeron al unísono y luego rieron.

—Es alérgico a las almendras y no le gusta la pizza —Le dije a Diego volviendo el ambiente un poco serio, él sonrió traviesamente.

—Igual que yo —Dijo sin eliminar esa sonrisa, por unos segundos me pregunté si eso fue una indirecta y él tal vez ya sabía que Omar es su... pero no, no había forma de que se hubiera enterado así que descarté esa idea rápidamente.

Diego

—¿Una vez más? —Le pregunté a Omar después de que se cayó otra vez de la patineta.

Bufó y se tiró al suelo —No me va a salir —Hizo un puchero —Me rindo.

Me senté a su lado, no podía permitir que mi hijo se rindiera ante nada—¿De verdad estás dándote por vencido? —Asintió —Cuando quieras rendirte recuerda la meta que te motivó a comenzar lo que sea que estés haciendo.

—Aprender a andar en patineta —Dijo.

—Exacto— Me puse de pie —Si te rindes ahora, jamás sabrás si el próximo intento será el que funcionará.

Lo pensó un poco —¿Crees que me va a salir?

—Tal vez no en este intento o en el siguiente, pero estoy seguro de que siempre te va a salir lo que sea que te propongas, solo no te rindas nunca, ¿De acuerdo?

Lo pensó un poco y luego esbozó una sonrisa —De acuerdo.

Le ajusté las rodilleras y su casco —Recuerda, flexiona las rodillas y...

—Sí, ya sé —Dijo, entonces se impulsó un poco y cuando me di cuenta, ya era todo un experto.

—¡Cuidado! —Exclamé cuando se dirigía a un tope —¡Tienes que pisar la parte de atrás para saltar! —Sentí vértigo, corrí hacia él, y el mundo pareció ir en cámara lenta cuando Omar piso la parte de atrás de la patineta consiguiendo que esta se elevara antes del tope y saltó sobre ella una vez que el tope quedó atrás, quedé sorprendido.

—¡Viste eso!  —Exclamó mientras frenaba —Fue como si hubiera volado.

Entonces corrió hacia mí y me abrazó —Cuando pienso en cómo sería convivir con mi padre, esto es exactamente lo que imagino —Sentí un nudo en la garganta ante sus palabras, quería llorar de felicidad.

Lo cargué y estreché fuerte, no podía esperar el momento en el que por fin pudiera decirle que en realidad era su padre, pero antes habían algunas cosas que debía solucionar.

Después comimos algodón de azúcar, Omar me platicó que le gusta el fútbol americano y yo le conté que a mi también, le platiqué que gané diversos trofeos y me insistió en que quería verlos hasta que por fin me convenció, así que fuimos a mi casa.

—Tu cuarto es como los que salen en las películas —Dijo mientras observaba todo, mi habitación seguía igual que hace 15 años, la cama con un edredón oscuro, las paredes pintadas de azul y la repisa llena de los trofeos que gané, me sentí un poco nostálgico al verlos, recordaba haber ganado la mayoría, sin embargo había un par que no.

—¿Si ganaste tantos trofeos porque dejaste de jugar? —Preguntó —Pudiste haber sido famoso.

—Tal vez, pero de haber sido así no hubiera conocido a tu madre.

—¿Qué?

Me di cuenta de lo que acababa de decir, hablé sin pensar —Nada, mira este fue el primero que gané —Señalé un trofeo y por suerte logré distraer su atención.

Pasamos ahí el resto de la tarde hasta que mi madre entró sin pedir permiso en mi habitación, al ver a Omar ahí empalideció —Hola madre —Salude como si nada estuviera pasando.

—¿Qué hace el hijo de la vecina aquí? —Lo miró con cierto desprecio, por suerte Omar estaba ocupado revisando algunos de mis dibujos que colgaban de la pared.

La conduje fuera de la habitación, cerré la puerta dejando a Omar adentro para que no escuchara, sonreí cínicamente  —Resulta que el hijo de la vecina, en realidad es tu nieto, asumo que no lo sabías ¿Verdad?, ¿O serías capaz de ocultarme algo así?

—Hay Diego, como se te ocurre decir semejante barbaridad —Ella rió pero yo me quedé serio, entonces ya no hubo más risas —Ve a llevar a ese niño a su casa e inmediatamente regresas, tienes que arreglarte, invité a Lara a cenar.

—¡¿Qué hiciste qué?! —Estaba furioso.

—Mientras vivas aquí estás atado a mis reglas.

—Madre ya no tengo 15 años.

—Entonces compórtate como adulto, a las 10 te quiero arreglado y sin esa actitud.

Dicho eso se fue, me tomé unos segundos para tranquilizarme, luego esbocé una sonrisa y volví a entrar en mi habitación, Omar estaba parado con una hoja en su mano y la miraba fijamente —Es mamá.

Me acerqué, tenía entre sus manos un dibujo a lápiz de Lau, no recordaba haberlo hecho pero no tenía dudas de que fui yo —¿Se lo llevamos? —Le pregunté.

—¡Si!.

Omar tomó la patineta y el dibujo, al llegar a su casa ella no tardó nada en abrir —¡Mamá, Diego es genial! —Exclamó Omar mientras la abrazaba —Aprendí a andar en patineta, comí muchos dulces y ¿Sabías que Diego pudo haber sido campeón de fútbol americano?, mira también sabe dibujar —Le extendió a Lau el dibujo, ella lo miró e inmediatamente me miró a mí, le sostuve la mirada y sonreí ligeramente.

—Omar, ve a tu habitación ¿Si? —Dijo ella, él me abrazó rápidamente y subió alegremente las escaleras.

—Nunca lo había visto tan feliz —Me dijo.

—Tenía años que no la pasaba así de bien —Respondí sincero —Tal vez podríamos repetirlo luego, si estás de acuerdo.

—Claro.

Sonreí —Creo que me voy entonces.

Ella asintió, se puso de puntillas y dejó un beso en mi mejilla, no pude resistirme y la tomé por la cintura, di un paso dentro de la casa, cerrando la puerta a mis espaldas, aparté un mechón de su cabello descubriendo su cara, y sin darle tiempo a que se negara, la besé.

Esperé un tiempo para darle la oportunidad de que se alejara pero no lo hizo, cuando sus dedos se enredaron en mi cabello empecé a mover mis labios sobre los de ella disfrutando cada segundo porque no sabía cuando volvería a besarla, tracé con mi lengua su labio inferior, jadeó y entreabrió sus labios, enredé mi lengua con la de ella, definitivamente besarla era la mejor sensación del mundo.

Cuando ambos nos quedamos sin aire me separé un poco, dejando mi frente sobre la de ella —Esto está mal —Dijo.

—Lo sé —Respondí —Pero se siente bien.

Sonrió, besé la punta de su nariz —Ahora si ya me voy.

Asintió, abrí la puerta y con una felicidad inmensa volví a mi casa, le escribí a la única persona que se me ocurrió que podría ayudarme esa noche, no esperaba que lo hiciera pero llegó puntualmente y como se lo pedí, entró por la puerta trasera de la casa.

—Gracias por venir.

—Si, como sea —Respondió, se metió y esbozó una sonrisa de lado —Entonces ¿Cuál es el plan?





Nota de la autora: ¡Oigaaaan ustedes son lo máximo! Ayer me metí a ver los comentarios y opiniones de la historia y les juro que lloré de emoción y felicidad, las amooo, gracias por dejar tan lindos comentarios y espero nunca decepcionarlas con las historias :)

Continue Reading

You'll Also Like

2.7K 384 19
Llegué a Yale con la maleta cargada de ropa, de sueños por cumplir, de secretos que solo yo sabía, de objetivos por alcanzar y con un corazón roto po...
4.8K 669 48
Nueva casa, nuevo instituto y básicamente nueva vida. La vida de Rebecca Smith dio un giro de 180 grados en el momento que la junta directiva para el...
8.9K 501 39
Iguales y diferentes Una completa contradicción; pero si algo tenemos en común, es que lucharemos por conseguir lo que deseamos aunque en el camino...
2.1M 157K 36
Trevor se ha convertido en un verdadero empresario. Lleva el mando de la filial de la compañía de la familia en América, y como tal, es completamente...