11. Sentimientos

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Diego


Eran como las 11 de la mañana cuando llamaron a la puerta, la noche anterior me había desvelado, así que seguía en la cama, al ver que mi madre no atendía, me puse unos pants y bajé a abrir, para mi sorpresa ahí estaba Lara, solo que con un ojo morado y un rasguño en el pecho.

—¡¿Qué pasó?! —Exclamé al verla en ese estado.

Tembló su labio inferior —M-me atacaron —Empezó a llorar y se abalanzó sobre mí, enterró su cabeza en mi pecho, en un intento de reconfortarla, acaricie su cabeza mientras con mi otro brazo rodeé su cintura, así estuvimos hasta que se calmó un poco y me dio una explicación.

—Ayer que salí de tu casa, caminé unos cuantos pasos y después me agarraron y me estrellaron contra la pared, me golpearon y arrancaron la medallita que me regalaste, el tipo apretó uno de mis pechos y estaba empezando a meter su mano por debajo de mi falda pero gracias a Dios pude darle una patada en la entrepierna y salir huyendo, tuve suerte de que no me hubiera perseguido.

Me quedé sin palabras, la zona donde vivo está considerada una de las más seguras del país, por eso me sorprendió que alguien haya intentado violarla.

—¿Viste quién era o algún rasgo que pueda identificarlo?

Limpio una lagrima de su mejilla —De hecho si, fue el que vino ayer por la noche, supongo que esperó afuera a que yo saliera.

—¡¿Iker?! —Ella asintió. Estaba en shock, Iker no me caía del todo bien pero no lo consideraba mala persona, era muy difícil creer que él hubiera hecho eso, era arrogante, insoportable, engreído y tal vez un poco soberbio, pero violador definitivamente no.

Estaba digiriendo todo lo que ella acababa de decirme cuando el sonido de una patrulla se hizo presente, se estacionó frente a la casa de Lau y bajaron dos oficiales.

—Antes de venir aquí, fui a reportar mi agresión a la estación de policía.

Tocaron la puerta de la casa de Lau y segundos después abrió Iker, no alcancé a oír lo que decían pero lo esposaron y lo encaminaron a la patrulla, de reojo miré a Lara quien estaba sonriendo de forma maliciosa, y del otro lado de la calle estaba Laura, con una expresión de preocupación y shock, la verdad yo estaba igual que ella.

—¡El collar se lo diste a Laura! —Gritó Iker mirándome antes de que lo metieran en la patrulla.

La patrulla arrancó llevándoselo, se escucharon unos murmullos por parte de los vecinos y en unos minutos ya todos habían vuelto a entrar a sus casas, Lara sacudió sus manos y se metió a mi casa.

—¿Hacemos Waffles? —Preguntó empezando a abrir la alacena.

Yo seguía como en transe, aquello se sentía irreal, esa sensación es la que te entra cuando te enteras de algo muy malo o muy bueno que hace que sientas como si el mundo avanzara y tú estuvieras estancado, simplemente no podía creer que hubieran arrestado al prometido de Lau por intento de violación, no sabía como había afectado eso a Lau, posiblemente necesitaba alguien que la consolara o con quien hablar después de el arresto de Iker.

—¡¿Diego, estás escuchándome?! —Exclamó.

—No.

Rodó los ojos —Te decía, ¿Waffles con nutella o waffles con mermelada?

—Tengo que salir —Le dije, tomé mi chaqueta y fui a la casa de Lau, toqué la puerta, ella no abría, me desesperé, vi que la ventana de su habitación estaba abierta, no sabía si era una buena idea pero al notar que habían algunos ladrillos ligeramente salidos, decidí escalar y entrar por su habitación.

El Secreto de mi VecinaWhere stories live. Discover now