6. Chantaje

2.2K 323 229
                                    




Laura

Estaba viendo televisión cuando tocaron la puerta de mi casa —.Yo voy —Le dije a Iker, me levanté del sillón y abrí, me quedé atónita cuando vi a Diego parado bajo el marco de la puerta, llevaba una gorra, desde que despertó solo había hablado con él dos veces, cuando fue a mi casa y cuando lo encontré en el cementerio.

Me quedé inmóvil, definitivamente era la última persona que esperaba ver ahí —¿Puedo pasar?— Preguntó.

—No creo que sea buena idea.

Lo siguiente que dijo hizo que mi corazón se acelerara y me llenó de ilusiones tan solo unos segundos —Sé lo que pasó entre nosotros.

—¿T-todo?

Él asintió con la cabeza, en ese momento iba a lanzarme entre sus brazos, besarlo y explicarle por qué no se lo podía decir, sabía que él lo entendería, pero decidió seguir hablando y terminar con la chispa de esperanza que tenía de poder estar con él —.Por eso vengo a disculparme.

—¿Disculparte?

—Si, hablé con tu prometido y...

¡¿Diego e Iker habían hablado?!

—¿Hablaste con Iker?

—Si —Estaba confundida y desilusionada —Me contó que te hice daño y por eso vengo a disculparme por el mal momento que te hice pasar, me gustaría mostrarte que he cambiado pero entiendo si no quieres saber nada de mí —Era muy difícil para mi controlarme, quería gritarle que lo seguía amando y hacerlo recordar todo, pero no podía —.Eso es todo lo que venía a decir, buenas noches.

Se dio la media vuelta y empezó a alejarse, pero no podía dejarlo ir, no así, no podía dejar que creyera que me hizo daño —Diego espera —Giró hacia mí, recordé la sensación de tener sus labios sobre los míos, sonreí y mis ojos se nublaron —.Jamás me hiciste daño, de hecho me hiciste muy f... —Las palabras habían fluido por sí solas solas, por suerte pude detenerme a tiempo —Nada, buenas noches a ti también, Diego.

Cerré la puerta de la casa y me derrumbé, sentía dolor, no físico sino emocional, me sentía destrozada, no poder decirle nada estaba acabando conmigo, dolía tenerlo en mi corazón pero no entre mis brazos, cada día era más difícil fingir que éramos simplemente desconocidos.

—Te amo, Diego —Dije en voz baja, sabía que no podía escucharme pero deseaba que lo hiciera.

Cerré los ojos y recordé aquél momento, hace tan solo unos meses, cuando desconectarían a Diego:

Entré en el hospital, sentía como si todas las personas se estuvieran moviendo lento a mi alrededor mientras caminaba hacia la habitación de Diego, mi plan era dejar la carta que había escrito entre sus manos, pero llegué demasiado tarde, ahora la camilla que siempre ocupaba el cuerpo de Diego, estaba vacía.

Creí que había llegado demasiado tarde y que ya lo habían desconectado, sentí ganas de llorar, pero cada vez que sentía ese nudo en mi garganta recordaba cuando en uno de los vídeos dijo: Cuando sienta ganas de llorar por mi, piensa en un buen momento que hayamos tenido juntos y sonríe por eso.

Suspiré, creyendo que él ya se había ido de este mundo, después se abrieron las puertas del elevador y apareció su madre con una radiante sonrisa que al verme desapareció.

—¿Ya lo desconectaron? —Le pregunté.

—Laura, debo pedirte un favor.

—¿De qué se trata?

—Mi hijo fue sometido a un tratamiento que logró que él pudiera despertar —Una inmensa felicidad se apoderó de mí —Pero estos tratamientos dañaron una parte de su cerebro y no te recuerda.

—¿Q-qué? —Al principio creí que se trataba de una broma.

—No recuerda nada de los últimos años antes de quedar en coma.

—Estoy segura de que si le cuento lo que había entre nosotros, lo recordará.

—Yo también —Suspiró —Por eso vengo a pedirte que no lo hagas —Fruncí mi ceño —No me malinterpretes Laura, eres una buena chica, pero no lo suficientemente buena para él.

Me sentí impotente —Usted no me puede impedir que hable con Diego —Dije con furia, esa señora definitivamente ya no era la misma de hace años, había cambiado, para mal.

—¿Eso crees? —Se cruzó de brazos —Sé lo que pasó con tu padre, la verdadera razón de su muerte.

Sentí mi mundo derrumbarse, eso era algo que solo mi madre y yo sabíamos, no podía explicarme como ella sabía aquel secreto que fue enterrado hace años.

—Mantente lejos de él y tu secreto queda a salvo conmigo— Mis ojos se nublaron, entonces la señora me abrazó —.Tú ya tienes un hijo, así que deberías entenderme, lo único que quiero es lo mejor para el mío y sé que es esto, si aún quieres a Diego, te mantendrás al margen.

Me soltó y empezó a caminar a lo largo del pasillo entrando en la última habitación, caminé detrás de ella y me asomé por la ventana que había en la puerta, entonces lo vi, ahí estaba Diego, de pie, abrazando a su madre, volteó hacia la puerta y mi mirada se cruzó con la de él pero sus ojos ya no brillaron al verme como lo hacían antes, entonces supe que su madre decía la verdad, él me esbozó una sonrisa, en ese momento me fui.

Desde aquél día mi vida había sido una pesadilla y el imaginarme que Diego y yo seríamos "desconocidos" por el resto de nuestras vidas me aterraba.

—Laura — Iker bajó por las escaleras y me encontró sentada en el piso llorando —¿Qué pasó?, ¿Qué haces ahí?

Me puse de pie y lo enfrenté —No me dijiste que hablaste con Diego.

—Y tú no me dijiste que despertó —Contestó a la defensiva.

—No era mi obligación decírtelo —Aquella estaba siendo nuestra primera pelea desde que nos comprometimos.

—Tampoco era mi obligación decirte que hablé con él.

—¿Qué le dijiste exactamente? —Fui directa.

Pasó una mano por su cabello revolviéndolo —Lau...

—¡No me digas así! —Exclamé.

—Has estado distante desde un tiempo Laura, no sabía por qué hasta hoy que vi a Diego, es por él ¿No? —En eso tenía razón —Te quiero demasiado, perdón por haberle mentido a Diego pero sentí que necesitaba proteger nuestra relación, no quiero que él se interponga entre nosotros, por eso le dije algo para que no se acercara a ti... Perdón, ahora me doy cuenta de que fue un error, si quieres ir y contarle toda la verdad, no haré nada para impedirlo.

Una lágrima escurrió por mi mejilla, extendí los brazos y me abrazó, después de Diego y mi hijo, Iker era el chico al que más quería y aquello que le haya dicho a Diego con la intención de que no se acercara a mí, indirectamente podría ayudarme, ya que teniéndolo lejos, era más fácil ocultarle lo que aún sentía por él.

—¿Entonces estamos bien? —Preguntó sobre mi cabeza.

—Si —Respondí aunque tenía mis dudas.

Nota de la autora: ¿Qué opinan de Iker?, A mí en momentos me cae bien y en otros no.

Actualizo a más tardar el martes.

El Secreto de mi VecinaWhere stories live. Discover now