Jane
Cierro la puerta de mi habitación, sintiendo mis ojos humedecerse otra vez, mi corazón partido a la mitad mientras las palabras de Travis aún suenan en mi mente y se repiten una y otra vez.
Me paso las manos por mi cabello antes de despeinarlo y sentir mi respiración cada vez más entrecortada mientras los sollozos se hacen presentes, crudos, descuidados, como si me faltará el aire. Y lo hace. No puedo respirar. No puedo pensar con claridad.
Lo aburrí. Lo hice.
Finalmente lo alejé de mí.
¿Fui demasiado fácil? ¿Soy mala en la cama? ¿Soy mala novia? ¿Qué hice para aburrirlo?
Esa y muchas preguntas se reproducen en mi cabeza mientras me paseo de un lado al otro en mi habitación, todo viéndose borroso, tal vez porque no traigo mis lentes o no se qué mierda. Solo sé que estoy jodida. Qué no puedo fingir a ser la novia perfecta, a merecerme esto, no entiendo nada.
Solo sé que necesito…
Me muevo por la habitación buscando rápidamente un cúter, una tijera, algo con filo para que yo pueda… dejar de sentirme sucia, usada, aburrida. Para dejar de sentir recuerdos, para dejar de sentir esas palabras que me han roto el maldito corazón, que me han hecho retroceder todo el proceso que he tenido en este mes. Lanzo mis almohadas al suelo mientras busco en la cama, como si fuera a encontrar algo, pero de todas formas haciéndolo. Busco en mi escritorio, en mi armario, algo que pueda servirme.
Y esto es lo que pasa cuando buscas: no puedes encontrarlo aún así este frente a ti. Y la desesperación se apodera de ti, te hace débil, te ciega más. Te hace buscar y buscar, destruyendo todo a tu alrededor, con lágrimas en los ojos, sin aire en tus pulmones, sin fuerza. Y cuando reaccionas, es porque tú misma encuentras de la manera menos afortunada.
Y lo encontré, me pincho el dedo con un cúter que he dejado de forma descuidada hasta la mitad fuera. Parpadeo un par de veces, sentada en mi escritorio, varios golpes en mi puerta pero que suenan lejanos, no les presto atención mientras tomo el artefacto.
No me había cortado hace meses, tal vez solo lo hice unas cuatro o cinco veces cuando Travis o mi madre no estaban aquí, y sentía la necesidad de gritar. Cuando me sentía sola. Cuando recordaba lo sucia que me sentía. Cuando recordaba en aliento de Oliver en mi cara, cuando recordaba esa prueba de embarazo. Cuando recordaba… el aborto.
Presiono mi dedo en la filosa punta del cúter hasta que siento como perfora mi piel y doy un chillido. No necesito la medicación. No necesito la puta terapia que nunca quise. Necesito esto. Necesito sentir algo de dolor. La gente no se fijaba en la punta de los dedos, era un lugar que sanaba muy pronto, no dejaría marcas para llamar la atención. Pruebo con otro dedo y suspiro, contando del uno al diez lentamente.
Uno… dos… tres…
—Jane…
Suelto el artefacto de golpe y este cae sobre la mesa de mi escritorio, parpadeando un par de veces, mi cuerpo tensandose al escuchar la voz de Travis. Limpio mis lágrimas, evitando que las dos yemas de mis dedos sangrantes hagan contacto con mi piel. Y me volteo hacia Travis. Quien me mira con ojos verdes, muy abiertos y enrojecidos, lágrimas formándose rápidamente y deja caer una por su mejilla, misma que no se molesta en limpiar.
Me vio. Sé que me vio.
Y por alguna razón, eso me importa un carajo.
Quiero que se vaya de mi casa.
Quiero que se vaya de mi maldita vida.
Qué se vaya a la mierda. Lo odio.
—¿No sabes tocar? —pongo los ojos en blanco y me pongo de pie.
Camino en dirección al baño y golpeó su hombro al pasar. Prendo la luz y tomo papel higiénico, evitando que haga contacto con mis dedos. Siento la mirada asustada de Travis, pero me importa una mierda ahora. Sueno mi nariz mientras me veo en el espejo y miro a mis ojos enrojecidos, un hilo de sangre bajando por mi dedo índice, una gota formándose en mi dedo medio a punto de caer.
—Jane, ¿qué estabas haciendo? —pregunta la voz de Travis y voto el papel higiénico mientras abro el grifo.
—Me corté accidentalmente, estaba buscando algo.
Pongo mis dedos bajo el agua y veo como la corriente se lleva la sangre antes de subir mi mirada nuevamente a él.
Travis niega con su cabeza, observó como las lágrimas bajan por sus ojos y eso hace que las mías se detengan. No sé por qué siento la misma necesidad de herirlo. Pero está necesidad es más fuerte que mi sentido común.
—Te vi, joder —aparta la mirada mientras jadea y se pasa las manos por el pelo—. Mierda, Jane, ¿por qué?
Lanzo una pequeña risita y lo hago mirarme de nuevo. Me pongo frente a él, aunque varios metros de distancia nos separan. Yo estoy en el baño y el está en mi habitación, sin embargo es como si mi cuerpo lo conociera perfectamente, como si pudiera sentir su calor desde donde estoy. Y lo odio. Siempre odie la manera vulnerable en que me hacía sentir, y nunca debí dejarlo entrar.
Nunca debí abrirme a él.
—Vete a la mierda, Travis, en serio jódete —gruño y salgo del baño, apagando la luz y empujándolo con mi hombro mientras voy a mi armario y lo abro—. No tienes ningún derecho a preguntarme una mierda. Tu y yo hemos terminado aquí.
Veo como absorbe el golpe y miro lo destrozado que mis palabras lo hacen. Sin embargo, una parte jodidamente perversa de mí, sonríe ante su dolor. Es como la regla del ojo por ojo, quería lastimarlo porque el me lastimó y, justo ahora, parece destrozado. Acabado. Y eso… se siente bien.
Sin embargo, una parte de mí se retracta, siente la pena y arrepentimiento, y cuando miro su reacción me hace quebrar un poco. Sus labios se entreabren, sus ojos parpadean una y otra vez y saca una exhalación mientras da un paso atrás, como si lo hubiera golpeado en el estómago.
—¿A qué te refieres? —susurra, es como si se hubiera quedado sin aire.
Tomo una camiseta y unos shorts, todo es mío, no quiero usar nada suyo y tiro las prendas a la cama mientras me paró frente a él.
—Que terminamos —me encojo de hombros y cruzo los brazos sobre mi pecho—. Qué no quiero seguir aburriéndote y así puedes ir a conseguir a cualquier otra chica con la que si quieras tener sexo.
Limpio una lágrima con el dorso de mi mano mientras lo miro a los ojos.
»Fuera de mi maldita casa —vuelvo a repetir.
—¡No quería decirlo, ¿está bien? —grita, haciéndome pegar un brinco y mirarlo atónita, nunca me había gritado—. Yo… —hace una pausa, sollozando bajo, intentando respirar—. Yo no sé cómo manejar toda la mierda que me está pasando en este momento. Hay muchas cosas que quiero decir y no puedo porque tengo miedo que te hagan daño. No me aburres Jane, yo te amo. Solo que… en ese momento no sabía qué hacer, y algo dentro de mí quería herirte para que entendieras como me siento y…
—Y lo hiciste —lo interrumpo, terminando por él—. Me heriste. Lo lograste, Travis —me limpio otra lágrima, no dejan de caer—. ¿Fui demasiado fácil? ¿Por eso te aburrí? ¿Por eso ya no… me quieres?
El se acerca a mí y toma mi rostro entre sus manos.
—No, Jane, nunca podrás aburrirme, ni siquiera entiendo por qué carajos dije eso, te amo. En serio te amo —dice apresuradamente, cada palabra enredándose, pero no le creo. No creo nada de lo que sale de su boca.
Así que lo empujo y el me mira sorprendido cuando casi cae al suelo, pero se sostiene en la pared.
—Te odio, Travis —digo, cada palabra lo más claro que puedo—. Eres un imbecil y nunca debí hacerte caso —he desconectado mi cerebro con lo que mi boca dice—. Nunca debí coger contigo, nunca debí corresponderte —la puerta se abre, pero no me importa. Veo todo rojo y Travis es mi presa, a la que voy a destrozar—. Y jodidamente me arrepiento de eso. Y ahora te estoy dejando así como tu padre, como la egoísta de tu madre te dejó. Y no la culpo, yo igual me moriría para estar lejos de ti.
Reacciono cuando siento mi cara arder y mi cara volteada hacia un lado. Tomo mi mejilla y volteo mi rostro, solo para ver a mi madre parada entre Travis y yo, su mano suspendida en el aire, en la dirección en que recibí su bofetón.
—Ten jodido respeto por los muertos, Cassandra —dice mi mamá y limpio mis lágrimas con mis dedos ensangrentados y mamá me da una mirada fría—. Yo no crié a mi hija así. Respeta y pide perdón.
Miro a Travis y el me devuelve la mirada, mis palabras repitiéndose en mi mente y el entendimiento cruzándose.
No somos tan diferentes, después de todo.
—Travis… —murmuro y el solo me da una mirada decepcionada, sus mejillas llenas de lágrimas antes de salir de mi habitación e irse.
—¡Travis! —lo llama mamá, mirando en su dirección pero él no voltea.
Se escucha un golpazo de la puerta principal y como un motor es encendido. Voy corriendo a mi ventana y veo como el auto desaparece en la noche. Haciendo lo que tanto le pedí, pero que esta vez no quería.
Me sostengo la mejilla mientras sollozo y miro a mamá. Ella me da una mirada llena de decepción mientras niega con su cabeza.
—Lo que Travis dijo estuvo mal. Mierda, si que estuvo jodido —gruñe y me señala con su dedo, su manicura recién hecha—. Pero tú… Jeannine, ¿como te atreves a meter a su madre en esto? ¿Es esta la hija que yo crié? —se acerca un paso a mí.
—Yo… —empiezo a sollozar más fuerte—. No quería decirlo, yo no quería decirlo, ni siquiera sé por que pensé eso, yo…
—No querías decirlo, al igual que el tampoco quería hacerlo —me interrumpe—. ¿Si quiera sabes el por qué Travis estaba así toda la semana? —pregunta y niego—. El entrenador me llamó. Travis no tiene un tutor que se haga cargo y soy lo más cercano —mamá se sienta en mi cama y acaricia su vientre un poco más expuesto. Mira a la pared, ya no me mira y yo sigo llorando, sosteniendo mi mejilla que arde.
—¿Qué pasó, mamá? —pregunto, desesperación en mi voz.
Ella toma una respiración y veo como sus ojos se cristalizan.
—Se va. Travis se va a Australia este fin de semana —murmura y mi corazón se rompe. Me siento en el suelo, sosteniendo mi pecho mientras empiezo a llorar—. La madrugada después de su cumpleaños.
Sus palabras queman en mi pecho mientras las lágrimas salen de mis ojos y siento como mi corazón ya no solo está roto, sino pulverizado. Miro a mamá y lloro, sollozando fuerte, sin importar que nadie me escuche.
Mierda, ¿qué hice?
Cubro mi rostro con mis manos mientras mi cuerpo empieza a temblar con sollozos y las palabras que le dije a Travis se repiten en mi mente. No debí haberle dicho. No debió venir aquí. Esto no debió pasar.
Pero pasó.
Siento los brazos de mamá a mi alrededor y pone mi cabeza en su hombro mientras acaricia mi cabello y me deja llorar sobre ella, sintiendo mi corazón desbocado.
¿Qué nos pasó? ¿Somos tan malos el uno para el otro? Todo iba bien, todo estaba bien.
Pero no lo estaba si nos llevó a esto.
—La cagué —sollozo en el hombro de mamá.
—Lo mismo me dijo Travis —escucho la sonrisa en su tono—. Es increíble lo parecidos que son, incluso hasta para hacerse daño.
—Debo ir con él —levanto la cabeza de su hombro—. Yo… debo ir con él ahora.
—No.
Miro a mamá y ella niega con la cabeza mientras se pone de pie.
—¿No? —pregunto, indignada.
—Estás castigada —me dice y se encoge de hombros, me mira mientras camina de espaldas hacia la salida—. ¿Querías que sea una madre? Esta soy yo siento una madre.
—¡Pero no hay razón para que me castigues! —grito y ella toma el pomo de la puerta mientras sale y deja una pequeña abertura para que la vea.
—No permitiré que faltes el respeto a una persona muerta, tesoro —me lanza un beso—. Duerme bien, preciosa. Te amo.
Y cierra la puerta detrás de ella y yo miro con la boca abierta y el ceño fruncido por dónde salió. Me siento de nuevo en el suelo y tomo mi teléfono de mis pantalones antes de precionar en los contactos y marcar el número de Travis.
No contesta.
Vuelvo a marcar una y otra vez y nada. No hay respuesta. Gruño al teléfono antes de lanzarlo a la cama, pero me arrepiento enseguida y lo tomo de vuelta. Él puede llamar, o enviar un mensaje.
Y un foco se me prende.
¡Un mensaje!
Puedo bombardearlo con mensajes. Que sepa que estoy arrepentida y que quiero hablar con él. Que vea que no importa lo que pase, quiero que estemos juntos, que lo siento, que esto no debió pasar. Qué no quiero terminar con él.
Qué lamento mucho sacar lo de su madre, que me perdone por eso.
Escribo en el teléfono, mis codos contra el colchón de mi cama y mis rodillas en el suelo mientras escribo un mensaje con dedos temblorosos.
Bueno, escribo varios.
Yo: ¿Donde estás?
Necesito hablar contigo.
Xfa.
Responde, por favor.
Y envío emojis de la carita llorando para agregar dramatismo antes de hundir mi cara en el colchón y gritar, mis gritos siendo ahogados por el mismo. Mi teléfono suena y levanto mi rostro rápidamente antes de desbloquear el celular.
Solo que no es Travis.
Jessica Squad (grupo)
Jessica: Ya está todo listo para la fiesta. ;)
Sí, Jessica nos puso ese nombre.
Escribo un mensaje rápido antes de hundir mi cara en el colchón de nuevo y esperar por Travis.
Yo: La fiesta se cancela. Travis y yo terminamos.
Duele solo de escribirlo.
Kylie: ¿Nos necesitas ahora?
Sonrío al leer su mensaje, así que agrego.
Yo: Y también estoy castigada.
Bloqueo el celular, no sin antes silenciar todos mis contactos y mensajes excepto uno, esperando a que Travis me escriba, me contacte.
Sin embargo, su mensaje nunca llega.
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Antes de que digan algo de mis ositos, sé que sus actitudes y palabras fueron muy tóxicas y lo hicieron para herir el uno al otro. Hay que recordar que Jane y Travis no están en su mejor momento. Están muy mal psicológicamente, obviamente Jane por lo que le pasó, y Travis por la muerte de su madre, que literalmente lo dejo solo en el mundo. Ambos desarrollaron dependencia emocional el uno al otro, y por eso también buscan lastimarse. No estoy justificando y digo que esté bien, así como tampoco digo que no se amén porque lo hacen, ellos se aman, solo que están muy rotos en este momento. Hay que recordar también que SON ADOLESCENTES, y aunque si hay adolescentes que son muy maduros, otros no lo son. Y a Javis en definitiva le hace falta madurar.
También quería tocar otro punto importante como es el daño que se hace Jane cuando tiene ansiedad, sé que mucha gente pasa por esto y no debería ser así. No están solos, besties, busquen ayuda y quieran ser ayudados. Nada es para siempre, mucho menos el dolor 🥺
En fin, capítulo dedicado a AdelCc01 Muchas gracias por leer esta novela, espero que lo disfrutes y que te haya gustado y que hayas llorado como yo lo hice 🥺😭
Las dedicatorias son elegidas al azar, así que comenta para llamar mi atención y poder dedicarte un capítulo, y ser la envidia de millones que lo leerán :p
Besos, nos vemos mañana.