Medicine

By evabetancortg

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Después de tantas mentiras, es hora de contar la verdad aunque con ello le cueste vida. A cada paso suyo es u... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45

Capítulo 23

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By evabetancortg

Habíamos llegado al lugar hacía una hora, la música resuena de buena gana en nuestros tímpanos y la gente no deja de moverse en círculo cada vez más apretados en el centro de la pista. Atenea no ha mostrado interés por nadie, a penas se ha alejado de mí viendo cómo algunas chicas se me acercan para hablar o intentar llevarme a la bailar con ellas. No parece molestarse al respecto cuando acepto la mano de una damisela de vestido blanco, al contrario que mi acompañante la cual se negó a venir sin un arma entre el liguero bajo su corta falda.

La chica mueve sus caderas casi sobre mí, de un lado a otro al ritmo de la canción desenfrenada, se gira para agarrarme del cuello e incitarme a continuar sus pasos. Sin alternativa la tomo por la cintura sintiendo el movimiento y viajo por encima de su cabeza para vigilar el lugar donde dejé a la morena hace unos minutos. No está.

Me separo drásticamente de la chica que bufa y se queja detrás de mí mientras me alejo buscando a Atenea en todos los rincones, me subo a una mesa privada para ver el panorama desde otro ángulo y por fin la detecto, bailando con un moreno de pelo ondulado, más alto que ella, sonrisa coqueta y ojos avellana, bailando juntos, ¿Riendo?

Intento acercarme disimuladamente sin quedar pegado a ellos, me sumo a un grupo vecino que no parece percatarse de mi presencia mientras intento prestar atención a la conversación que tengo a mis espaldas.

- ¡Cuánto tiempo! -Asegura el chico bastante contento-. ¡No he sabido nada de ti desde que te fuiste del pueblo!

- ¡Estuve en un psiquiátrico! -Abro los ojos quedando perplejo en el lugar sin apenas atreverme a girar para ver la reacción del moreno, este ríe sin darle importancia.

- ¿Y a qué te dedicas ahora? -Grita por efecto del sonido entre ambos.

- ¡A lo que me gusta!

- ¿Al final te hiciste pintora?

¿Pintora? ¿Quién es este chico y porqué sabe cosas de Atenea? ¿Atenea quería ser pintora? Muevo mis pies arrítmicamente con torpeza mientras una chica bajita se acerca para bailar conmigo, me toma de las manos y gira sobre sí mientras solo sonrío y mis sentidos están puestos en otra zona concreta.

- Mmm -Un sonido acompañado de un asentimiento de cabeza, ni ella es capaz de decirlo en voz alta o simplemente recordar que quiso ser pintora y terminó siendo una asesina no le agrada.

- ¿Vamos fuera? -Propone el moreno ofreciendo su brazo el cual ella coge con encanto y una dulce sonrisa.

Siento el calor subir hasta mis mejillas, me suelto del agarre de la chica de baja altura con brusquedad y comienzo a caminar asegurándome de no ser visto. Salen por la puerta trasera, donde no hay seguridad, espero a que este se cierre para abrirla unos segundos más tarde como si fuera casualidad. Fuera el aire es fresco, se oyen los sonidos de la ciudad pero ninguna voz lejana a la que poder acudir. Un grupo de chicas borrachas pasan frente a mí riendo y dedicándome unas miradas devoradoras, ignoro todo esto cuando a las afueras en la esquina que gira hacia la calle principal se escuchan risas y una voz conocida.

Antes de poder visualizarlos por completo me paro en una escalera oculta entre las sombras de la noche, el desconocido está sobre Atenea, acorralándola contra la pared, ella sigue riendo y sonriendo para mi sorpresa. Él juega con el escote de la morena, toca la tela del top viajando hasta los bordes más insinuantes, sus miradas se cruzan y ambos esbozan una sonrisa maliciosa, demasiado compinche para ser un don nadie.

- Tenía muchas ganas de verte -Asegura este pasando su mano por el brazo desnudo de ella-. Me preguntaba cuándo volveríamos a estar así de pegados.

- Yo no te he echado tanto de menos -No es borde, ni fría y mucho menos cortante o sarcástica, es sincera y delicada, dulce e incluso apenada-. He estado muy... Ocupada para poder pensar.

- Ya sé -Entierra su cabeza agotado entre el hueco del hombro y el cuello de Atenea, esta reclina su cabeza hacia atrás apoyándola por completo en la pared-. Tú siempre tan tuya.

- Y de nadie más.

- Lo sé -Suena triste pero consciente de lo que dice-. Al menos hoy, por hoy -Recalca-. Deja que te tenga para mí.

Su mano viaja hasta la cintura de ella, la aprieta tanto que es visible los nudillos blancos pero la morena no se queja cuando lo hace para acercarla más a su cuerpo, al contrario, deja salir un gemido apenas audible que provoca que el chico ronronee en su oído y gruña de satisfacción. Aprieto mis puños dejándolos incoloros, tomando aire fresco y contando números inexistentes y desordenados para poder contener la rabia, los impulsos de ir de decir "Basta" ¿Pero porqué? ¿Porqué debería? Yo la metí en esto, ella ya ha demostrado que no necesita a Malik comiendo de su mano, aunque ya lo sabía. Sabía que todo hombre que la vea querría estar con ella, cerca, oliendo su aroma, inhalando su peligro, entre sus fuertes piernas, tocando el plano de su abdomen, pasando la lengua por cada rincón...

Basta Styles.

Sus bocas están en un duelo entre lanzarse o quedarse ahí contemplándose la una a la otra, él da el primer paso de inclinarse cuando carraspeo entre la penumbra tan alto que los obligo a girar para ver qué ocurre. La cara de él es un cuadro pálido cuando me ve salir pero ella está igual, con una mirada indiferente.

- ¿Te has divertido? -Dice con calma mientras me acerco pateando una piedra del camino.

- ¿Os conocéis? -Pregunta confuso señalándome.

- ¿Tú lo conoces? -Ahora su tono si es diferente, más calculador.

- Harry Styles -Asegura-. El perturbado más buscado de Colorado.

- ¿Por qué sabes quién es?

- Su cara está empapelada por toda la ciudad.

- ¿Y no has visto la mía? -Una mirada rápida de alerta que a ella la hace sonreír como si fuera un vampiro apunto de arrancarle el cuello.

- Zayn se encargo de eso -Aclaro una vez estoy a su lado-. Su protegida ¿Recuerdas?

- ¿Ustedes dos...?

- Ugh no -Eleva una ceja como si fuera un insulto-. Estaba pasando una absurda prueba. Por cierto, superada.

- Ya hablaremos de eso -Mascullo por lo bajo algo irritado-. Y respecto a ti -Señalo al moreno que empieza a dar pasos hacia atrás-. ¿Qué hacemos contigo?

- No contaré nada, lo juro.

- ¿Nada de qué? -Amenaza Atenea a mis espaldas-. No sabes nada.

- Se el paradero de Harry Styles y de una posible asesina más con él.

- ¿Asesina? -Se hace la ofendida llevándose una mano al pecho para cambiar el semblante a algo más perturbado, una mirada de locura y brillo-. Has estado a punto de rogarme de rodillas de que te bese.

- Sí, no, no no no -Se apresura a decir, elevo una ceja insinuante en su dirección-. Quiero decir...

Antes de que pudiera terminar de articular alguna palabra un disparo suena tan cerca que me obligo a taparme los oídos, el chico frente a mí ha quedado blanco, con un agujero en la garganta que me permite ver la pared tras él. Giro hacia la morena que no me dedica ninguna mirada y se acerca al cuerpo derribado en el suelo, recoge un poco de sangre en su dedo, levanta la camiseta negra del chico y escribe en el vientre con su sangre "Pintora".

Se limpia en su vestido sin darle importancia a la mancha, guarda el arma de nuevo y comienza a correr fuera de la estrecha calle hasta el coche cuando se comienzan a escuchar gritos y barrullo en la zona del cadáver. Arranca tan rápido que mi cuerpo se golpea con el asiento en un intento de estabilidad. Va enfocada en la carretera, se desvía para pedir comida en un local abierto veinticuatro horas y me ofrece mi menú cuando vuelve a entrar. Comemos allí, en silencio, mirando las luces del lugar y la gente que entra.

- ¿Qué es lo que querías hablar? -Dice desinteresada mientras se lleva una papa frita a la boca.

- Tú ganas, tenías razón -Suspiro pesado-. No volveré a tocar el tema de Zayn.

- Pues al final va a ser un buen día y todo -El sarcasmo rechina en mis oídos pero esbozo una sonrisa-. ¿Por qué apareciste?

- Ya había visto suficiente -Espeto sin la mayor gana.

- Cualquiera diría que estás celoso Styles, será mejor que controles esas emociones antes de que las use en tu contra.

Elevo una ceja en su dirección a lo que ella corresponde con un guiño atrevido y sigue comiendo. Sale del coche para tirar los restos en una basura cercana y cuando vuelve abre mi puerta, se queda apoyada en ella mirándome desafiante, otro duelo de miradas. Asegura que solo está cogiendo aire y que quiere que conduzca yo así que antes de salir del otro agarro su cuerpo por la cintura y la consigo atrapar sobre mi asiento, debajo de mí. Inclino el asiento hacia atrás quedando totalmente recostado, intenta zafarse pero no puedo conmigo totalmente encima y sabe que no es momento de proporcionarme una llave estratega que me deje noqueado. Recorro con mi mano el abdomen visible entre la falda y el top, bajo a sus muslos inclinándolos un poco para llegar a una zona caliente bajo ellos, tentando sus reacciones que se mantienen maldiciendo en voz baja. Presiono más mi cuerpo entre el suyo, apoyo mi nariz en la suya dando caricias leves vacilando con el calor de nuestras respiraciones cercanas, su mirada viaja de mi boca a mis ojos simultáneamente y sonrío sobre el roce de sus labios.

- Hoy no me has elegido a mí -Ronroneo en un susurro.

- Una pena -Ruedo los ojos ante su descaro.

- ¿Me dirás por qué?

- ¿Quieres que te vuele los sesos Styles? -Posa su mano sobre el arma bajo su liguero que con un rápido movimientos de dedos he conseguido quitársela sin que lo note y la he tirado fuera del coche-. Serás...

- Precavido -Interrumpo-. Esa es la palabra que buscas -Sonrío ante la satisfacción.

- ¿Qué quieres? -Espeta.

- Dime porqué no me has elegido.

- Tú me dijiste que ligara, ligar contigo no tiene sentido.

- ¿Ah no? -Separo mi cara para poder ver la suya al completo-. ¿Y por qué?

- Porque a ti ya te tengo comiendo de mi mano.

Por primera vez muestra una sonrisa de satisfacción igual que la mía, un golpe bajo pero ha atinado en el blanco para que me aleje y tome el asiento del piloto. El ambiente ha quedado neutro, las calles vacías, las luces llenando los lugares y por fin nuestra casa, todavía no me acostumbro a verla vacía sin una visita acaparadora de Liam o Zayn. Entramos en silencio depositando las cosas en la entrada, se va desnudado por el camino debido al cansancio que siente y yo no puedo hacer otra cosa que observar, observar la falda que cae en la escalera mientras se descalza, sus muslos entrenados, el tanga tan provocador que lleva junto al liguero que atrapa su pierna, el top cae un poco más arriba dejando a la vista su espalda rota, cicatrizada, llena de mil colores diferentes y finalmente desaparece en la puerta de su habitación dedicándome un "Dulces sueños Styles" percatada de que la miraba muy atento.

Maldigo mientras recojo sus pertenencias, cuando estoy por tirarlas al cubo de lavado de una de las telas cae un papel doblado, dejo estas en la cesta y me agacho para recoger el misterioso trozo blanco. Está escrito con tinta verde y con rayones que parecen ser hechos a la prisa, frunzo el ceño intentando averiguar si conozco la letra, pero no. La leo una y otra vez, ¿Quién se la ha dado? ¿Cuándo? ¿En qué momento se alejó lo suficiente para no verla? El chico muerto imposible, no necesita escribirle nada si pensaba terminar la noche con ella. Me muevo inquieto buscando a la morena por el pasillo, parece que descansa lo suficiente para haberse olvidado de que tenía algo en los bolsillos.

"Encuéntrate conmigo en los aparcamientos, tenemos que hablar, la vida de alguien que quieres está en mi manos, tú decides ¿Dejarás que corra sangre hoy?"

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