Destinados

Da bar250

54.7K 5.4K 1.7K

Rin es una joven y brillante estudiante de negocios, que lleva una vida difícil y ocupada, sin ganas ni tiemp... Altro

Cap. 1: El amor no es lo mío
Cap. 2: Un rostro familiar
Cap. 3: Deudas saldadas
Cap. 4: Sesshomaru Taisho
Cap. 5: La pasantía
Cap. 6: Primer día
Cap. 7: A prueba
Cap. 8: Trato especial
Cap. 9: ¿Error?
Cap. 11: En la boca del lobo
Cap. 12: Juntos
Cap. 13: La cita (Parte I)
Cap. 14: La cita (Parte II)
Cap. 15: El día siguiente
Cap. 16: La verdad de Rin (Parte I)
Cap. 17: La verdad de Rin (Parte II)
Cap. 18: La verdad de Rin (Parte III)
Cap. 19: Hechizado
Cap. 20: A su lado
Cap. 21: Contratiempos (Parte I)
Cap. 22: Contratiempos (Parte II)
Cap. 23: Enmendando errores
Cap. 24: Pequeña Borracha
Cap. 25: Viaje (Parte I)
Cap. 26: Viaje (Parte II)
Cap. 27: El regalo
Cap. 28: Cumpleaños de Rin
Cap. 29: La primera
Cap. 30: Resistencia
Cap. 31: Punto de quiebre (Parte I)
Cap. 32: Punto de quiebre (Parte II)
Cap. 33: Punto de quiebre (Parte III)
Cap. 34: Mentiras y verdades (Parte I)
Cap. 35: Mentiras y verdades (Parte II)
Cap. 36: Nuevo trabajo
Cap. 37: El reencuentro
Cap. 38: Negociaciones
Cap. 39: La boda
Cap. 40: Corazones rotos
Cap. 41: Decisiones
Cap. 42: Sin arrepentimientos (Parte I)
Cap. 43: Sin arrepentimientos (Parte II)
Cap. 44: Sorpresa
Cap. 45: Idiota enamorado
Cap. 46: Destinados

Cap. 10: Sólo una noche

1.6K 148 43
Da bar250


- ¡Rin!

- ¡Hola Koga! - Lo saludó alegre la castaña, entrando al edificio. - ¿Cómo estás?

- Bien, oye... Necesito preguntarte algo.

- Si, claro, dime.

- Ayer te vino a buscar una mujer, de pelo oscuro... necesito que me digas su nombre por favor, creo que es la mujer más hermosa que he visto en mi vida. 

- Jajaja si, es mi amiga Kagome... 

- Dios, Kagome, hasta su nombre es hermoso. - Rin no pudo evitar reír al ver su expresión. - Dime... ¿Está saliendo con alguien?

- Creo que no, por el momento... 

- ¿Qué te parece si salimos todos a beber algo y la invitas?

- Mmmh, no lo sé, quizás... Tendría que hablarlo con ella... 

- Vamos Rin, es viernes... será divertido, Kohaku y Ken ya se sumaron. Además, no puedes negarme la posibilidad de conocer al que podría ser el amor de mi vida...

- Está bien... Si tanto lo pides. - Le contestó riendo. - Hablaré con Kagome.

- ¡Eso es! ¿Y tú qué dices, Sesshomaru? - Le habló al hombre que venía entrando en ese momento. Rin se giró a verlo al oír su nombre. - Hace días no nos acompañas, con todo lo de China no has salido a ni un lado, te haría bien un descanso... 

Sesshomaru miró a Rin de reojo. Ella estaba evidentemente nerviosa, eso le causó algo de gracia.

- Bueno. - Dijo sin ninguna emoción en particular y siguió su camino hasta su oficina. Rin sintió que le temblaron las piernas al escucharlo.

- Rin... me has hecho un hombre muy feliz. - Le dijo Koga sonriendo. La castaña no pudo evitar reír nuevamente, pensó que seguramente a Kagome le agradaría.

- Oye Koga...

- Dime.

- ¿El señor Sesshomaru sale seguido con ustedes?

- Mmmh, no, no seguido. Sólo algunas veces, y no es como que pase mucho tiempo con nosotros, ya sabes... - Le dijo riendo y guiñándole un ojo.

***

El día se le hizo eterno a la castaña y ya no sabía si prefería que terminara luego o que no acabara nunca, porque realmente no quería ni imaginar que le esperaba esa tarde. ¿Por qué Sesshomaru había aceptado salir con ellos? No es como que fuera la clase de personas que le guste estar rodeado de gente... todo lo contrario en realidad.

Finalmente dieron las 6 y llegó el término de su jornada y con eso, también de su sufrimiento. Caminó con Kohaku y Ken hasta la salida, donde los esperaba su amiga Kagome y se quedaron conversando con ella algunos minutos, hasta que salieron del edificio Koga, Bankotsu y Sesshomaru.

Presentó a su amiga a sus nuevos colegas, Koga y Bankotsu la saludaron amablemente y Sesshomaru sólo asintió levemente con la mirada, serio como siempre, incluso algo descortés. Caminaron hasta entrar en un bar, muy cerca de sus oficinas y ahí se sentó entre Kagome y Kohaku.

Pese al nerviosismo de sentir esos intimidantes ojos dorados sobre ella, no podía negar que se estaba divirtiendo. Quizás tanto, que perdió la cuenta de cuantos tragos llevaba... Y no es que estuviera borracha, pero si bastante desinhibida, tanto como para comenzar a darse cuenta de lo mucho que deseaba a ese hombre que no apartaba sus ojos de ella.

- Creo que es mi turno de ir a buscar más cerveza - Le dijo a su amiga mientras tomaba sus vasos y se acercaba a la barra.

Mientras esperaba por sus vasos, sintió una intimidante presencia acercarse a su lado. No pudo evitar sonreír.

- Sabe señor Sesshomaru, si me sigue viendo de esa forma voy a comenzar a pensar que quiere meterse en problemas conmigo.

- No me provoques Kimura, que esta vez no pienso tener piedad si me pides que me detenga. - Le dijo con su grave y seductora voz al oído, logrando que a Rin le temblaran las piernas y él como si nada siguió su camino.

Rin tomó sus vasos y volvió a sentarse junto a Kagome.

- Ya llévatelo de aquí de una vez. - Le dijo su amiga discretamente al oído.

- ¿De qué estás hablando Kagome? - Le preguntó la castaña.

- Te conozco hace años y reconozco perfectamente esa mirada... quieres comerte a ese hombre.

- ¡Shhhhhh!

- Es verdad, ya deja de negarlo. - Le dijo riendo. - Además no soy tonta, puedo ver como se han estado mirando toda la noche, puedo cortar la tensión sexual que hay aquí con una tijera.

- Te estás imaginando cosas.

- Si no te apuras te lo van a robar. - Le dijo señalandolo con la mirada. 

Rin se giró para ver como la mujer que le llevaba los tragos le dejó un papel con su número escrito en la mesa. No pudo evitar rodar sus ojos disimuladamente, haciendo reír a su amiga.

- ¿Por qué a mi no me pasan esas cosas? - Dijo Ken en un suspiro frustrado, haciendo estallar en risas al resto de la mesa. Excepto a uno, que mantenía su rostro serio como siempre.

Quizás en otra ocasión se hubiera ido con esa mujer sin pensarlo dos veces, pero ahora ni siquiera podía apartar su mirada de una, mucho menos irse con otra.

- Toma. - Le dijo Sesshomaru a Ken de forma indiferente, pasándole el papel con el número de teléfono. El joven lo vio con una sonrisa de oreja a oreja y Sesshomaru sólo negó con su cabeza.

Kagome miró a Rin de forma insinuante, levantando una ceja y Rin no pudo evitar reír disimuladamente ante su gesto. 

- Creo que por esta vez... te haré caso. - Le dijo la castaña a su amiga, tomando sus cosas y saliendo calmadamente de ahí, no sin antes mirar coqueta y discretamente por el hombro al peliplata.

Esa mirada hizo que todo su cuerpo reaccionara por sí solo y no tuviera más opción que seguirla hasta afuera. 

- ¿Vamos? - Le preguntó la castaña al verlo llegar a su lado.

- ¿A dónde quieres ir?

- A donde me quieras llevar. - Dijo agradeciendo en su mente por esos tragos de más, con una sonrisa provocadora que lo hizo abrir sus ojos levemente por la sorpresa. 

La verdad es que ya no quería seguir resistiéndose al deseo que sentía por él. Necesitaba sacarlo de su sistema y al parecer esta era la única forma de hacerlo. Sería sólo esta vez, sólo por esta noche y después podría volver a la normalidad y problema solucionado, ¿No? 

Sesshomaru hizo parar un taxi y sin hacer más preguntas se subió con ella adentro, fueron hasta su lujoso departamento en la zona más exclusiva de la ciudad y apenas pusieron un pie en el ascensor, no tardaron en aparecer los besos y demandantes caricias, cargadas del deseo que sentían el uno por el otro. 

Subieron hasta el último piso del precioso edificio, en el que quedaba su gran departamento, que al igual que su oficina, tenía una hermosa vista hacia prácticamente toda la ciudad. Sin embargo, Rin estaba más ocupada en otras cosas como para poder notar algo de eso.

Caminaron hasta la habitación principal mientras sus ropas caían al piso por los pasillos, Sesshomaru se dio el tiempo de sacarle todas y cada una de sus prendas, deslizó sus bragas por sus piernas, que para su sorpresa y tortura, resultaron ser aún más suaves de lo que imaginaba. La recorrió con besos y caricias de principio a fin, especialmente entre sus piernas, donde fue realmente minucioso, logrando que los gemidos de la castaña resonaran en la habitación, como música para sus oídos.

Rin se encargó de saborearlo por completo, sin perder ni una parte de su musculoso y firme cuerpo, haciendo maravillas con su boca y con su lengua, que lo tenían al borde de la locura. Lo montó con deseo y necesidad, adueñándose de él y de esa habitación por completo. Para su grata sorpresa, al parecer Kimura Rin sabía lo que hacía. Sesshomaru jamás hubiera imaginado que esa joven y hermosa mujer con ese rostro tan perfectamente tierno sería capaz de hacerle sentir todo eso...

- Mierda, Rin - Lo escuchó llamar su nombre entre graves y viriles gruñidos que la inundaban en placer.

- ¡Aaaahhhh dios! - Gritaba la castaña moviendo sus caderas al llegar al orgasmo y sentir su miembro palpitante dentro de ella.

Sin mucho tiempo más para recomponerse, Sesshomaru la recostó sobre la cama y se abrió paso nuevamente entre sus piernas. Se veía perfecta, con su pecho que subía y bajaba a causa de su respiración agitada, sus exquisitos labios entreabiertos y su rostro perlado en sudor. Por alguna razón, no podía tener suficiente de esa mujer, quería hacerla suya hasta que su cuerpo ya no resistiera y ella al parecer tampoco tenía intenciones de detenerse. 

- ¡Dioses, Sesshomaru! - Gritó con dificultad y su voz entrecortada al sentirlo entrar cada vez más profundo en ella, con exquisitos movimientos que la iban a hacer desfallecer y perder la consciencia en cualquier momento.

Él pensó que su nombre nunca antes había sonado tan bien, como cuando lo pronunciaba ella entre gemidos.

- ¡¡Ahhh!!, ¡Sesshomaru, no te detengas, dios, no pares por favor! - Pedía aferrándose con sus últimas fuerzas a él, enterrando levemente sus uñas en su gran espalda, mientras él la embestía cada vez más duro y cada vez más profundo, apretando sus muslos con fuerza y descontrol, haciéndola gemir hasta terminar de nuevo esa noche.

Finalmente Rin cayó rendida en la cama y él le dio una última mirada embelesado, antes de pararse e ir al baño a asearse y botar el condón usado. Caminó con su cuerpo débil y tembloroso, como si hubiera corrido una maratón y volvió a la cama para encontrarse a la castaña envuelta en una sábana recolectando su ropa por los pasillos.

- ¿Qué haces?

- Me visto... - Le respondió con una sonrisa coqueta. 

- ¿Te irás? - Preguntó serio.

- No pensé que fueras de los que prefieren dormir abrazados... - Le dijo riendo. Él frunció el ceño.

- No es eso. Quédate, te iré a dejar mañana.

- No es necesario, puedo tomar un taxi, además, mañana tengo que trabajar en el restaurante. 

Sesshomaru comenzó a pensar en que Rin trabajaba toda la semana con él y el fin de semana tenía que trabajar en ese restaurante, sin embargo, nunca la notó cansada o agotada... Quizás estaba acostumbrada a hacerlo. Ahora que se ponía a pensarlo, no sabía mucho sobre ella... Le había dicho que tenía un hermano en coma, ¿Qué le habrá pasado? En ese momento prefirió no preguntar más. Hmph. Tampoco entendía desde cuando sentía interés por saber algo sobre las mujeres con las que se relacionaba. ¿Por qué ella despertaba esa curiosidad en él? Quería conocerla aún más, quería volver a tenerla y quería volver a escucharla gemir su nombre. ¿Por qué?

- ¿Cuándo podré verte?

Rin arqueó una ceja ante su pregunta. ¿Qué significaba todo eso?

- El lunes, en la oficina...

- Sabes a qué me refiero.

- No, no lo sé... - Respondió sonrojada haciéndose la desentendida. No le gustaba para nada el rumbo que estaba tomando su conversación y una vocecita en su cabeza le decía que saliera rápido de ahí o no habría vuelta atrás. 

Suspiró frustrado. En realidad ni él sabía a qué quería llegar. 

  - Ahora que nos sacamos esa ridícula tensión sexual de encima, podemos volver a la normalidad. - Dijo terminando de vestirse.- Tengo que decirlo... estuvo increíble. - Le sonrió aún sonrojada. - Pero... fue algo de una sola vez, es mejor así. Adiós señor Sesshomaru, nos vemos el lunes. - Le dijo besando tiernamente su mejilla y dejando a un descolocado peliplata sentado en su cama.

Finalmente obtuvo lo que quería, debería sentirse bien y satisfecho, ¿No es así? 

¿Entonces por qué se sentía molesto de que se fuera? si hubiese sido cualquier otra, él mismo hubiese terminado echándola o hubiese salido él de ahí para no tener que soportarla...

Qué idiotez.

Se supone que era un simple capricho, ¿Por qué no podía saciarse de esa mujer? Aún después de cogerla hasta el cansancio la seguía encontrando jodidamente perfecta...

Continua a leggere

Ti piacerà anche

156K 4.2K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
23.8K 2.2K 37
Mi vida sexual, es siempre activa y deliciosa....eso hasta hace dos meses. Dos malditos meses que me encuentro en abstinencia total ¡JODER! ¿Todo po...
149K 20.8K 21
Viajar al Amazonas a pesar de su disgusto le abrió los ojos para darse cuenta que al final... Todavía no era verdaderamente libre. . . . No. 1 en #t...
238K 16K 51
Sakura Haruno y Sasuke Uchiha. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la est...