Prof. Baekie vs Mr. Park

De jessinegas

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Longfic. Romance, Comedia, Drama, Acción. Extensión: 21 Capítulos + Epílogo + Especiales. Advertencia: Viole... Mais

Preludio
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6
Parte 7
Parte 8
Parte 9
Parte 10
Parte 11
Parte 12
Parte 13
Parte 14
Parte 15
Parte 16
Parte 17
Parte 18
Parte 19
Parte 20
Parte 21
Epílogo.
Especial I : Andy adolescente (hormonas al ataque).
Especial II: Kyungsoo organizador de bodas (Dolor al ataque).
Especial III: Un poco de todo (familia al ataque).
✰A cuatro años del BOOM✰
Especial IV: De regreso al mundo real (Junghoon al ataque).
Especial VI: Manos a la obra (Andy al ataque)

Especial V: Bajo en la mira (Peligro al ataque).

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De jessinegas




Andy era comúnmente bastante bueno con los niños, tal vez no tan pegajoso como lo era Baekhyun en sus tiempos de profesor, pero podía entender el lenguaje de los mini adultos lo suficiente como para hacer que confiaran en él. Moon, una pequeña niña de no más de cinco años era pan comido para un chico como él, sin embargo, después de esa terrible escena con Junghoon, su mente seguía dando vueltas y poco podía comprender lo que estaba sucediendo en ese momento.

—Vuelve.

Tampoco le ayudaba mucho que Junghoon —igual de incómodo y nervioso que él aunque trataba de no parecerlo— estuviera todavía a poca distancia e intentando también seguirle el juego a Moon quien, al paso de los minutos, ya estaba harta de ellos dos ya que no la atendían como era debido.

Pero, ¿cómo podría hacer? Lo único en la cabeza de Andy era que se había vuelto absolutamente loco.

—La voz del tío Sehun se ha vuelto mucho más... rasposa.

Junghoon, sentado en la alfombra con una muñeca en sus manos, levantó los ojos hacia él. Quién diría que ese chico serio quien trataba de seguirle el juego a Moon casi una hora atrás le había hecho pasar una tortura lujuriosa tan intensa que su cuerpo todavía ardía. Encogiéndose en hombros, Junghoon simplemente murmuró algo como que los cigarrillos habían hecho ese efecto y que unos años atrás había tenido un altercado en donde su garganta había terminado bastante dañada.

Para ese punto, ni Andy ni Junghoon estaban al cien por ciento mentalmente en el juego, así que Moon se levantó de su lugar, lanzándoles un par de miradas a los dos con los labios fruncidos.

—¡Quiero al tío Kyungsoo!

—¿Por qué? —preguntó Junghoon, bastante desinteresado.

La pequeña niña volvió a morderse los labios y lo miró furiosa.

—¡Ustedes son muy aburridos!

—Bueno —continuó Junghoon—, el tío Kyungsoo no puede venir. Así que tendrás que lidiar con nosotros.

Una pequeña sonrisa apareció en los labios de Andy cuando la niña hizo otra rabieta. Entendía ese sentimiento, a fin de cuentas jugar con Kyungsoo siempre fue muy divertido. No obstante, esta se vino abajo cuando volvió a cruzar miradas con Junghoon.

Oh dios, era tan incómodo.

—Moon —Bien, ya era suficiente de estar en el espacio, tenía que llenar su cabeza con otra cosa—. Perdona, Junghoon es un tonto, ¿no es así?

—Tú también lo eres.

Una pequeña grieta surcó en la sonrisa de Andy y apenas pudo mantenerla al ver por detrás el rostro satisfecho de Junghoon al ver que Moon no cedía con ninguno de los dos. La niña solamente les gritó un par de cosas más, terminando con un "Iré a la habitación de juego, no los necesito" y entonces volvieron a quedarse con el puro silencio.

—¿De quién sacó ese carácter? —preguntó, dirigiéndose a la cocina para tomar una bebida.

—Excelente pregunta. Fue debate hace algunos años, tanto Sehun como Irene son bastante pacientes y tranquilos. Los rumores dicen que fue el pasar tanto tiempo con Alice.

Al dar un sorbo, Andy miró por encima directo hacia una de las cámaras. Seguían sin ser lo suficientemente perceptibles, pero una vez supieras que había una, no había manera de no pensar en eso. Su rostro volvió a ponerse rojo y ya casi había metido su cabeza dentro del congelador cuando el timbre sonó. De inmediato buscó a Junghoon, pero éste había desaparecido de la sala sin que se diera cuenta.

Sonó una vez más y, con pasos lentos, Andy miró directo a la puerta.

—¿Junghoon? —Lo llamó por su nombre cuando finalmente lo vio pegado a la entrada, pero no hizo ningún otro movimiento—. ¿Quién es?

Con un simple movimiento, la mano de Junghoon se dirigió hacia él, deteniéndolo a acercarse más. Algo asustado, Andy se quedó quieto en su lugar. Esa señal la había aprendido hace mucho, un lenguaje implícito para situaciones como esas eran básicas para una vida en la mafia. Dentro de la peligrosidad de cada una, del uno al cinco, Junghoon le había señalado un tres.

Luego, la electricidad se fue.

Tanto Andy como Junghoon miraron hacia el techo, todavía era temprano por lo que la luz del sol no faltaba, pero la falta de electricidad solo entorpecía todo, principalmente porque para esa época todo estaba prácticamente ligado a eso. Un segundo después, Junghoon tenía el arma en sus manos y Andy tembló cuando lo vio bastante tenso.

—Ve con Moon y enciérrate en la habitación de juegos.

—Pero...¡Ah!

Una fuerte explosión vino desde las cuatro paredes. Todas, absolutamente todas las ventanas habían explotado, soltando vidrios por todo el primer piso. Andy se había tirado al suelo para protegerse, tenía una pequeña herida en la muñeca y podía sentir algo cayendo desde su frente, pero poco le importó cuando vio a Junghoon. Había caído un metro hacia atrás, la explosión le había dado casi en todo el cuerpo al estar cerca de una de las ventanas. Su camiseta blanca estaba roja y podía ver un vidrio enterrado justo por encima de su hombro.

—¡Junghoon! —gritó Andy, tratando de arrastrarse hacia él.

—¡Haz lo que te dije!

Se escucharon un montón de pasos fuera de la casa, eran por lo menos cinco personas alrededor de ellos. No los veía, pero podía escucharlos y estaban aglomerándose en la entrada. Como si no estuviera con un hombro lastimado, Junghoon se levantó como un resorte para volver a tomar su arma y miró a Andy, una vez más, con los ojos bien abiertos.

—Conoces el protocolo, ¡muévete!

Andy se mordió los labios cuando vio otro vidrio en el muslo del chico, pero sabía que en ese momento no podía hacer nada. Pronto reaccionó y corrió hacia donde estaba Moon, no sin antes darle una última mirada a Junghoon quien ya había activado la alarma de emergencia en la casa, tirando la mesita de café para sacar otras dos armas que tenían escondidas debajo de ella.

Subió las escaleras lo más rápido que pudo. La casa tenía muchas modificaciones por lo que confundió pasillos, pero con el tiempo pudo ver los carteles en cada una de las puertas. Podría no ser capaz de usar dos armas a la vez como lo hacía Junghoon o Alice, pero era un experto en esconderse sin dejar rastro. Al encontrar la puerta con el emblema de la sala de juegos, la abrió de inmediato y se metió dentro.

Su corazón latió un poco más lento al ver que la sala estaba intacta y esa ventana estaba reforzada, pero no vio a Moon en ningún lugar, por lo menos no tan fácilmente.

—¿Moon? —susurró, dando un paso al frente, tratando de ver lo mejor posible aunque no estuviera tan alumbrado el lugar—. Moon, soy Andy, puedes salir.

El silencio fue brutal, pero no lo suficiente como para que Andy temiera. Si lo pensaba bien, Moon tal vez no era tan diferente a él a su misma edad y posiblemente fue educada de manera similar, cuanto menos en lo que se refiere a defenderse. Andy cerró la puerta con pestillo y en ese momento se activó otro sensor, en donde bajaba una compuerta de acero bastante gruesa, cubriendo por completo la madera, mientras que otra caía en la ventana.

Al no ver otra respuesta de su parte, Andy suspiró.

—Sé que da miedo —mordió sus labios—. Pero... está bien, estoy aquí. Tu padre vendrá a salvarte, te lo prometo.

—¿Por qué estás tan seguro de eso?

Andy se volteó inmediatamente cuando una voz vino desde la derecha, y casi se le va el corazón a la boca cuando vio a una mujer sosteniendo a Moon, desde el cuello. No podía ver su rostro, pero su acento era algo extraño, y lucía de mediana edad. Protegía su identidad con una máscara partida a la mitad y tenía una cicatriz que parecía extenderse por todo su rostro, hasta ocultarlo. Moon lucía tranquila, pero podía ver su pequeño cuerpo temblar.

—Déjala ir.

La mujer pareció sorprendida con su demanda y soltó una carcajada.

—¿Quién crees que eres para darme órdenes?

—¿Quién eres tú?

—Tsk tsk —La mujer chistó, y Andy dio un brinco cuando sacó un cuchillo de entre su ropa—. ¿Así es como te ha enseñado tu padre a tratar a tus mayores? Tuteándome así.

El filo del cuchillo se acercó peligrosamente a Moon, quien ya tenía los ojos cerrados. Otro gran estruendo se escuchó en la planta baja, varias voces se perdían entre las paredes y Andy estaban tan impactado como para saber qué hacer. Jamás luchó cuerpo a cuerpo, no tenía ni idea de cómo salir de esa y, sinceramente, estaba aterrado.

—Déjela ir, por favor. —Lo único que pudo hacer, sin embargo, fue velar por la seguridad de Moon.

—Mhm, eso sí me gusta. Un chico educado y con modales.

La mujer jugó con el cuchillo, tentando a Andy sobre la posibilidad de lastimar a Moon. Ella no decía más, solo lo miraba como si tratase de descifrar algo de él. Pasó un minuto entero, en donde prácticamente él se quedó tieso, Moon no fue muy diferente y la otra mujer solo lo miraba. Poco después, una alarma vino desde el bolsillo de su enemigo, su reloj sonó y fue entonces cuando otra sonrisa creció en su boca. Con un simple empujón, tiró a Moon hacia su dirección, haciendo que la pequeña niña tambaleara, pero pudo sostenerla antes de que cayera.

Moon se aferró a él de inmediato, escondiendo su rostro en su pecho mientras que sus brazos lo rodeaban.

—Ya que aceptaste tus errores y fuiste amable, no te mataré. Pero podría apostar que lo mereces, tu padre no te educó como lo creí. —La mujer le soltó un fuerte golpe en las costillas por el costado, Andy cayó al suelo con Moon entre sus brazos. Se las arregló para colocarla debajo de él, protegiéndola con todo su cuerpo mientras que la otra lo seguía pateando—. Estoy sinceramente decepcionada, que el hijo del jefe sea tan inútil. Tanto tiempo para encontrarte y resultaste ser un bueno para nada, es tan irritante.

Al recibir el último golpe en su espalda, la mujer lo tomó por el cabello, obligándolo a mirarla. Sus ojos estaban vacíos y eran aterradores, pero lucían tan conocidos.

—Que esto quede como una advertencia, entonces. No se metan con nosotros, si tan solo tu padre o ese policía vuelven a tratar de asesinar a nuestro rey, yo me encargaré de que estén en primera fila cuanto te tomé a ti y a esta niña para verlos sufrir hasta el punto de desear no haber nacido.

Hubo un par de golpes detrás de la puerta de acero. Andy ya escuchaba todo demasiado lejos.

—Un gusto hablar contigo, Park Andy.

--


—¿Estás despierto?

Tener un punzante dolor en todo el cuerpo no era algo con lo que estuviera acostumbrado, tampoco que le hablaran de esa manera y a quien menos esperaba ver después de despertar era a ese rojo irrespetuoso acompañado de su usual tono despectivo.

El cuerpo le dolía como si lo hubiera atropellado un camión y posiblemente no estaba muy lejos de eso porque el simple hecho de recordar las patadas de esa extraña mujer le hacían estremecerse. Gimió en el momento que quiso enderezarse, solo para ver cómo el rojo lo miraba desde una camilla a un lado de la suya. Tenía una venda en la cabeza y el labio roto, no parecía mucho mejor de lo que él debería verse.

—Tú... —Andy tosió varias veces y el otro le tendió una botella de agua de mala manera. Después de un sorbo, continuó—. ¿Cómo están todos?

Jaehyun una vez más se limitó a mirarlo. Andy logró sentarse y pudo darse cuenta que se encontraba sin camiseta y con el pecho y espalda lleno de gasas y vendas. Abrió los ojos al recordar prácticamente todo y casi se cae de la cama al intentar un movimiento brusco, pero el rojo lo tomó por el hombro, devolviéndole a la cama.

—La situación está controlada. Nuestros padres están más molestos que nunca, pero qué esperaban, obviamente esto iba a suceder. Y —Jaehyun señaló con la cabeza una camilla más, justo en frente de él— Moon está bien. Sehun vino hace dos horas, la niña se tiene que quedar para un par de estudios más, pero está fuera de peligro.

Levantando la cabeza, vio perfectamente a Moon dormida. Su cuerpo se relajó un poco, pero una vez más miró a Jaehyun totalmente confundido.

—¿Nuestros padres?

Jaehyun ladeó la cabeza totalmente desinteresado y se encogió en hombros.

—Sí.

—Eh, ¿eres hijo de alguno de los tíos? ¿Otro embarazo no deseado?

—Yo fui perfectamente deseado, gracias —gruñó el otro—. Mírame bien, ¿de quién crees que saqué lo genial?

Andy levantó una ceja. Bueno, el chico era atractivo y poco más alto que él. Se veía sofisticado y, dejando de lado su rostro de oler mierda, cuando estaba completamente serio podía verse totalmente como...

—¡El tío Junmyeon!

Jaehyun hizo una mueca por el grito, pero asintió.

—¡¿Cómo?! ¿Por qué nunca supe de tu existencia?

—Obviamente mi padre no me iba a presentar frente a todos ustedes. Me tenía bien oculto.

—¡Eso quiere decir que... somos prácticamente primos!

—No. —Jaehyun cortó su afirmación de una manera bastante cortante—. No somos familia. Para nada. En absoluto. Ni lo sueñes.

Andy ladeó la cabeza. Por una parte, no entendía cómo eso era posible, después de tanto tiempo conviviendo con Yixing en su propia casa, ¿cómo era que nunca lo supo? Ni siquiera había una sola pista que diera pie a su existencia y, por otro lado, ¿por qué rayos le rechazaba tan abiertamente? Perdido en sus pensamientos, terminó por negar un momento y traer a coalición el tema principal.

—Bueno, eso lo veré después con él...y, ¿qué tal está Junghoon?

Jaehyun rodó los ojos, levantándose de la cama totalmente dispuesto a ignorar su pregunta e irse de allí, sin embargo, el chico se detuvo en la puerta apretando el marco con los dedos y se volteó una vez más.

—Fuera de peligro. No tienes que preocuparte por él.

De alguna manera Andy sintió esa frase más como una orden que cualquier otra cosa, el tono de Jaehyun por lo poco que le conocía era despectivo, pero ahora se lo dijo como si realmente le importara, cosa que lo preocupó extrañamente. El rojo se excusó diciendo que iría al baño, dejándolo solo.

Sin duda no podía evitar pensar en él, una vez más.

—¡Kim Jaehyun!

Andy saltó de la cama cuando la puerta de la habitación volvió a abrirse unos minutos después, con un Junmyeon colérico entrando por ella al punto que podía ver sus venas expuestas en el cuello. Levantó un poco la manta sobre su pecho porque verlo así de enojado era raro pero bastante malo.

Junmyeon miró a los alrededores y bajó la voz al darse cuenta de que Moon dormía, pero sus movimientos seguían completamente acelerados.

—Andy, ¿dónde está Jaehyun?

—¿Tenías un hijo y yo no lo sabía?

Con los ojos entreabiertos, Junmyeon levantó una ceja y luego suspiró.

—No es momento para reprochar eso, Andy. ¿A dónde fue? —preguntó, abriendo un armario detrás de su cabeza y casi literalmente revisando debajo de las camas—. ¡Ese niño!

Limitándose a solo observarlo, Junmyeon literalmente buscó en cada uno de los rincones y compuertas de la habitación. Era una sala no tan grande parecida a lo que sería una enfermería, así que en menos de dos minutos su tío terminó de buscar solo para despeinarse desesperadamente. Tomó dos respiración largas, sentándose entonces en la camilla donde su hijo estuvo momentos atrás y finalmente volvió a mirar a Andy con una expresión afligida.

—¿Cómo te sientes? —preguntó, volviendo segundo a segundo a su estado natural.

Andy entrecerró los ojos.

—Podría estar mejor si no estuviera tan confundido —se quejó.

Junmyeon soltó otro suspiro bastante profundo y tomó su celular del bolsillo. Hizo un par de movimientos en él para luego mostrarle la pantalla. En ella había una foto de sus dos tíos junto con un pequeño niño, quien viéndolo de cerca, era ese tal Jaehyun.

—Era nuestro gran secreto, lamento haberlo ocultado. Yixing y yo lo adoptamos hace unos años, no fue hace tanto, él tenía ocho. —Junmyeon miró hacia un punto vacío en la habitación—. No queríamos que supiera nada sobre... nuestra relación con la mafia. Para un niño sería muy confuso saber que su padre es un policía que caza mafiosos, pero que también tiene vínculo con ellos... Lo descubrió hace un par de años y quiso ser parte de esto aunque yo estuviera completamente en contra.

Andy se sintió mal cuando la mirada en Junmyeon cambió a una de preocupación, aunque intentaba sonreír.

—Tu padre nos ayudó a convencerlo de que no lo aceptaría en la mafia roja hiciera lo que hiciera, pero entonces amenazó diciendo que si no lo dejaban entrar, buscaría otra. Accedimos bajo ciertas reglas, pero desde ese día su actitud ha sido un poco... realmente ha cambiado, creo que nos odia hasta cierto punto.

Cuando Junmyeon simplemente terminó con una mueca, Andy colocó una mano en su hombro. Pocas veces había visto a su tío de esa manera, realmente no convivian demasiado ya que era más apegado al tío Yixing, pero la manera en que hablaba de Jaehyun realmente era especial.

—No creo que los odie —aseguró Andy, recordando la pequeña conversación que tuvo con él minutos atrás.

Junmyeon lo miró de vuelta y apretó los labios terminando con una sonrisa.

—Bien —Su tío asintió—. Es hora de que te vistas, hay ropa en el mueble. Te llevaré a casa, tus padres están histéricos porque no han podido llegar hasta acá y verte.

--


Mejor atendido no pudo haber estado.

Si bien Chanyeol estaba más que furioso por lo sucedido, frente a él pudo sacar totalmente su lado paternal. No dejaba de lado la última vez que los verdes lo habían secuestrado, así que esto siendo lo más parecido al pasado, todos los rojos estaban alerta de lo que sucedería después. Por otro lado, Baekhyun había estado listo para atacar en caso de ser necesario cuando escuchó que su ex-casa había sido emboscada, pero por la rápida respuesta de Junghoon, los refuerzos pudieron movilizarse y el enemigo huyó, claro, no sin dejarle un mensaje también a él.

La mafia rusa carmesí fueron los causante de todo aquello. No bastaba con que tuvieran un color casi exactamente igual al suyo, sino que se habían estado expandiendo por todo el mundo, convirtiéndose en los principales rivales de la mafia roja.

Después de un par de días en reposo total y recuperado de los golpes, Andy pudo finalmente salir de su habitación y escuchó eso justo en la sala. Parecía una reunión de los altos mandos, vio de reojo tanto a Kyungsoo como a Jongin por un lado, Yifan en una esquina, su padre justo en medio y, sentado en el sillón, Junghoon. Lucía como si no le hubieran dado una paliza días atrás, solo tenía un vendaje en la mano derecha.

¿Por qué ahora? —Esa fue la voz de Sehun, a quien no alcanzaba a ver—. No ha habido malos entendidos desde hace más de sesenta años.

Andy se acercó lo más que pudo para escuchar mejor y se sentó en el primer escalón de las escaleras.

No es que hubiera malos entendidos, descubrieron que tenemos relación con la policía, ¿crees que eso los tranquiliza?

No es motivo suficiente —Chanyeol elevó la voz, mientras tomaba un sorbo de la copa de vino que tenía en sus manos—. Es algo personal. Si fuera contra la mafia no se habrían molestado en tan siquiera intentar entrar en una de nuestras guaridas más fuertes y arriesgarse a perder a cinco hombres como lo hicieron. Sabían que allí se encontraban nuestros hijos... o lo más importante, descubrieron quienes son nuestros hijos.

Hubo un silencio sepulcral en toda la habitación. Andy se mordió los labios, eso no sonaba para nada bien.

—No te acerques demasiado, te verán y se burlarán de ti.

Antes de que Andy pudiera gritar del susto, Baekhyun le puso una mano en la boca ahogando el gritillo. Su padre lo miró con una sonrisa, haciendo un ademán para que bajara la voz. Se encontraba perfectamente sentado a un lado suyo con un plato de cereal en mano, como si hubiera estado allí desde hace mucho tiempo y, al parecer, así había sido.

—Tengo experiencia en eso, no es bonito que te expongan frente a todos —susurró.

Andy soltó un bufido.

—Parece que también tienes experiencia en matarme de un susto.

—Cuando estás casado con un mafioso, creeme que es lo básico. ¿Les has preguntado a Chanyeol cuántas veces le hice eso en el pasado?

Ambos se sonrieron y devolvieron su atención a lo que sucedía escaleras abajo.

Si el objetivo hubiéramos sido nosotros, ¿por qué no nos mataron y ya? —preguntó Junghoon, sonaba molesto—. Tenían el tiempo y caímos en su trampa, me apuntaron con un arma solo para pasar un mensaje, Andy también... ¿Por qué no matarnos? ¡Ou!

Andy se aguantó la risa cuando Kyungsoo le dio tremendo golpe detrás de la cabeza.

Ni siquiera lo repitas —sentenció Kyungsoo.

Enojado, Junghoon se levantó y para sorpresa de Andy encaró a su tío. Claramente Kyungsoo no le tenía ni un poco de miedo, así que solo se le quedó mirando fijamente.

¿Qué? Es la verdad, estuvimos a punto de morir. No —Junghoon soltó una risa— estamos vivos solo porque ellos decidieron no matarnos. Es una realidad, así que dejen de ignorarlo, estamos en peligro, siempre lo estaremos no importa a dónde vayamos. Así que es mejor que eviten omitir detalles y me expliquen quién mierda es la mafia carmesí.

Jongin dio un paso al frente.

Cuida el lenguaje con Kyungsoo.

Junghoon miró a Jongin con una ceja levantada.

¿Y si no?

—¡Uy! No debió haber dicho eso —comentó Baekhyun.

En menos de un segundo, Jongin había derribado a Junghoon al suelo, terminando él sentado arriba de su espalda mientras retorcía la mano lastimada. Nadie se movió en lo absoluto, solo se escucharon los pequeños quejidos de Junghoon sobre el suelo. Andy estaba enteramente confundido.

Dando dos pasos alrededor, Kyungsoo se inclinó sobre el suelo para mirar Junghoon directamente una vez más. Le pidió a Jongin que soltara su muñeca tan siquiera.

Cuando somos jóvenes cometemos muchos errores —Kyungsoo sonaba bastante normal, como si ese tipo de situaciones no fueran raras. De hecho, todos los rojos tenían una cara como si ya lo hubieran presenciado millones de veces—. Errores como llegar a un lugar y no revisar cada rincón, por si algo está fuera de lugar. Los Carmesí son rápidos, pero no lo suficientemente inteligentes, por toda la casa había pistas de sus movimientos pero no las viste porque estabas lo suficientemente ocupado haciendo otras... cosas.

Andy sintió cómo su cuerpo entero comenzaba a arder. Oh no.

Con ese último comentario, Junghoon dejó de luchar bajo el cuerpo de Jongin. Al ver esto, así como lo tumbó, el tío Jongin lo volvió a levantar.

Error de principiante —le dijo Jongin, con una sonrisa ladina mientras le limpiaba la ropa a Junghoon—. Ya aprenderás a hacer ambas cosas sin dejar una por la otra.

Y por eso —secundó Kyungsoo— no estás enojado precisamente porque no sepas la información, así que... ¿por qué mejor no vas arriba y compruebas que esté bien lo que te tiene tan enojado?

—¿Mhm? —A su lado, Baekhyun ladeó la cabeza—. ¿A qué se refieren esos dos?

Andy trató de mantener la compostura lo más que pudo, pero no podía dar una respuesta sin exponerse a sí mismo. Claro. Era inevitable que los altos mandos tuvieran que ver las cámaras de seguridad en un antes y después del altercado, lo cual significaba que todos los líderes incluyendo su padre posiblemente presenciaron su escena lasciva en medio de la sala a plena luz.

Dios, ¿por qué esa mujer rusa no lo asesinó cuando pudo?

—Me voy a mi habitación —susurró Andy, huyendo casi inmediatamente, dejando a su padre allí, confundido.

--


En un segundo intento de salir de su habitación, tuvo que esperar hasta la madrugada para que todos se fueran. No eran más de las dos, lo que implicaba que tanto Chanyeol como Baekhyun se habían ido a dormir, Alice estaba con una amiga y por fin podía explorar la casa y comer algo. Pero por supuesto, su pesadilla no terminaba allí, ya que así como lo habían sido sus casas anteriores, parecía que esta casa de igual manera era otro cuartel de los rojos.

Con o sin intención, al bajar el último escalón no pudo evitar cruzar miradas con Junghoon.

Estaba en la barra de la cocina, sentado en un taburete con una bebida en sus manos, posiblemente la misma que estaba tomando su padre horas atrás. No se veía de tan buen humor, al parecer tomó una ducha recientemente por la humedad en su cabello, no estaba peinado y usaba ropa deportiva. Por su lado, él solo estaban con un pantalón holgado en pijama y una sudadera.

Junghoon fue el primero en desviar la mirada a su bebida para posteriormente frotarse el cuello. Tomando una fuerte respiración y posicionando su bienestar antes que la vergüenza, se dignó a acercarse a la cocina para comer algo. Por suerte había restos de comida china en el refrigerador que inmediatamente metió al microondas.

Tal vez debería preguntarle si está bien, pensó, mientras esperaba pacientemente a que el minuto pasara. Esto ya no sería tan incómodo y podría respirar tranquilamente a su alrededor. O tal vez... podría decir que fue un malentendido y eso que sucedió ni siquiera... Maldita sea, no tenía una excusa para eso.

—Apágalo.

Volviendo en sí, Andy parpadeó.

—¿Eh?

—Está listo, ¿acaso quieres despertar a la casa entera?

Mirando el microondas, el tiempo había llegado a su fin hace quién sabe cuánto. Inmediatamente lo abrió para que el ruido dejara de sonar. Junghoon volvió a mirar hacia el frente mientras Andy se las arreglaba para no quemarse y obtener unos palillos en alguno de los múltiples cajones. Por Dios, había un cajón para cada cosa, ¿por qué rayos guardaban tantos guantes para hornear en uno?

—De la primera fila, el segundo cajón —Junghoon volvió a interrumpir sus pensamientos, gruñendo.

De acuerdo, ya tenía su comida y los palillos, ahora solo faltaba obtener servilletas las cuales estaban justo a un lado de Junghoon. Dio dos pasos hacia él solo para ver cómo el propio Junghoon se levantaba, intimidándolo un poco por la repentina diferencia de estatura y por su rostro para nada amigable.

—Estoy tratando de tener silencio aquí.

Con el ceño fruncido, Andy resopló. ¿Que no estaba exagerando demasiado?

—Bueno, esta es una cocina. Si quiere tranquilidad puedes irte a otro lado o, tal vez, a tu propia casa para que no te molesten.

De acuerdo, debió cerrar la boca. Sus palabras tal vez no fueron las indicadas en ese preciso momento, por lo que inmediatamente prefirió dejar morir las servilletas y salir expulsado por un lado, corriendo a las escaleras. Por detrás escuchó cómo Junghoon lo llamaba y comenzaba a seguirlo, cosa que solamente le hizo ser más veloz para resguardarse en su habitación.

Maniobró con las cosas que tenía en las manos y dio un brinco al ver que Junghoon lo estaba siguiendo no realmente feliz. Al llegar a su habitación pudo entrar con éxito, pero sus manos estaban muy ocupadas, así que no logró cerrar la puerta hasta que Junghoon se dio entrada en la habitación y él mismo la cerró.

—¡Ten cuidado! ¡Tengo comida ardiendo en mis manos! —gritó Andy, evidenciando su arma.

Para su suerte —o tal vez no— la expresión de Junghoon se relajó, simplemente pasó por su lado para dirigirse directo a la cama de Andy, dejándose caer en ella. Sorprendido, se le quedó mirando unos segundos, pero literalmente Junghoon estaba boca abajo sobre su cama sin moverse, por lo que lentamente se acercó a su escritorio y dejó la comida allí. Se sentó en su silla y todavía tenía un ojo en el otro.

Si tuviera que entender la razón, no tendría que pensarlo mucho. Junghoon al parecer no había cambiado mucho cuando hacía una rabieta.

—¿Estás enojad...?

—¿Qué te parece? —Se pudo escuchar perfectamente aún con la boca sobre el colchón.

Rodando los ojos, Andy se tranquilizó un poco y tomó la comida para darle un par de bocados. Si sus cálculos no mentían, Junghoon se quedaría en esa posición por los próximos minutos y entonces haría dos cosas: quedarse dormido o irse de allí. Hacía eso desde los nueve años, cada vez que los regañaban por algo hacía exactamente lo mismo.

Después de esa tarde donde el tío Kyungsoo lo regañó, posiblemente seguía bastante alterado por eso.

El tiempo que le tomó a Andy terminar su comida fue suficiente para pensar que Junghoon se había quedado dormido. Tiró a la basura el contenedor vacío y volteó una vez más hacia su cama para cerciorarse de ese pensamiento, pero entonces vio a Junghoon sentado en la orilla de su cama con los brazos cruzados y los ojos cerrados. Posiblemente sintió su mirada porque un segundo después los abrió.

—Lo siento.

Sorprendido, Andy enarcó las cejas al escuchar eso. El rostro de Junghoon era una mezcla extraña entre enojo y cansancio, pero sus ojos siempre eran bastante expresivos. Al ser tan claros, podía verlos tan brillantes al punto de descifrar lo que querían transmitir por parte de ellos. Con una mueca, Andy se deslizó en su silla un poco más cerca del otro, todavía viéndolo extrañamente.

—¿Sobre qué? —preguntó, aunque realmente Junghoon sí tenía muchas cosas de las cuales disculparse. Sin embargo, en ese momento, no estaba seguro de cuál era.

—Debí protegerte.

Andy suspiró, dando una vuelta en su silla para luego detenerse con la punta de sus pies.

—Nos apegamos al protocolo.

—Te golpearon.

—He recibido palizas peores.

—No se supone que deberías recibir ninguna. Nunca —Pudo ver cómo Junghoon apretaba sus brazos sobre su pecho.

—¿Y qué hay de ti? Tenías vidrios por todo el cuerpo, me sorprende tan siquiera que hayas podido moverte una vez que explotaron sobre nosotros.

Para ese punto, Junghoon volvió a relajar su cuerpo y ahora extendió sus brazos sobre sus muslos, mirando su mano vendada.

—No soy tan delicado.

—¡Yo tampoco! —gritó Andy, levemente ofendido.

Junghoon lo miró durante unos segundos y luego soltó una risa. Andy pudo entonces sentirse un poco mejor, no obstante, el silencio nunca era suficiente y, siempre que terminaban en eso los dos, la tensión solía reemplazar el lugar de las palabras, cosa que siempre le provocaba a Andy el querer llenarlo con ellas. Intentó sacar a coalición el gran descubrimiento de Jaehyun, pero al parecer Junghoon ya lo sabía, cosa que hizo que la conversación muriera en menos de un minuto, luego trató con el tema de Moon, pero no tenía suficiente información sobre ella como para seguir insistiendo.

Las palabras se le estaban acabando, Junghoon no cooperaba con eso tampoco, se había limitado a mirarlo, más de lo normal, cuando evidentemente el aire de la habitación cambió Andy procuró dar dos pasos hacia atrás en la silla, pero Junghoon terminó por tomarla y acercarlo a él.

Tuvo algo de suerte al tener el respaldo de la silla entre los dos, pero Junghoon no tardó en voltearlo y acorralarlo en ella. Pareciera que hacer eso se había convertido en su hobby.

Tragando saliva, Andy solo podía sentirse mareado por el movimiento, además de que se le vinieron a la cabeza los recuerdos de su encuentro de hace días, cosa que no ayudaban en lo absoluto. Junghoon se había movido a la orilla de la cama para estar lo más cerca de él. Sus piernas se habían apegado a su pecho lo más posible.

—Sabes, descubrí algo realmente peligroso el otro día —comenzó Junghoon, cuando levantaba su mano izquierda y tocaba los labios de Andy con la punta de sus dedos—, creo que por tu culpa, ahora tengo una fijación con esto.

Al sentir su toque, Andy desvió la cabeza.

—¿Qué dices?

—Los degustaste bien el otro día, solo me preguntaba si querías hacerlo de nuevo.

Junghoon se alejó su mano sin presionar más en ese asunto, pero no se movió en absoluto después de eso.

Estaba, totalmente, esperando algo de Andy. A merced de él, como si bastara una palabra para cruzar la línea, cosa que no estaba demasiado alejada de la realidad. Tal vez Junghoon había envejecido para convertirse en un idiota, pero de igual manera aprendió a ponerse límites, no solo a sí mismo, sino a los demás también. Todo esto lo tenía a su favor, haciendo que Andy tuviera presente las palabras de hace días en donde todo lo que sucediera dependería de qué tanto él mismo accediera. Sin embargo, todavía algo que no cuadraba en su forma de actuar.

—Aquí no hay cámaras, ni niños, ni peligro. Solo quería asegurarme, ¿no quieres continuar lo que dejamos pendiente?

Desde el fondo, esa había sido una pregunta sincera.

—Pensé que querías que yo iniciara esto.

—Exactamente.

—¿Y por qué me preguntas?

—Para guiar tu pequeña y confundida cabeza. Hay demasiada tensión aquí, ¿no lo crees?

Entrecerrando los ojos, Andy suspiró. Junghoon podría parecer estar en el modo, pero la verdad era que no lo sentía tan parecido, e incluso, lucía algo forzado.

—Los Carmesí —Tan pronto Andy los mencionó, el intento de sonrisa de Junghoon desapareció. Había dado en el blanco—. ¿Cuál es tu problema con ellos?

Se le quedó mirando durante unos segundos.

—¿Qué?

—Los Carmesí. Sé que no eres especialmente amigo con ninguna otra mafia, pero pareciera que con ellos tienes algo en especial, ¿no es así? Incluso ahora, puedo notar como te estás molestando —dijo Andy sin parar—. ¿Cuál es el asunto con ellos?

Como si hubiera roto un muro, Junghoon empujó la silla de Andy lejos de él y se levantó de la cama.

—Trataron de matarnos.

—Sí, así como las otras veinte mafias alrededor —Andy se deslizó hacia él una vez más con un pie—, pero, ¿por qué tanto alboroto? ¿Qué tienen de nuevo?

Junghoon se mordió los labios, empujando una vez más a Andy.

—Vete a dormir.

—¡Oh! Con que hay algo allí.

—Para alguien que no quiere estar relacionado con la mafia, pareces muy interesado en ella —gruñó Junghoon, cuando Andy volvió a acercarse.

—Es divertido que lo pongas así, tú eres parte de la mafia, ¿no es eso una contradicción?

Pasaron un par de segundos y Junghoon se volteó para mirarlo.

—¿Acabas de confesar que estás interesado en mí?

Sin palabras, Andy negó furiosamente con la cabeza y se levantó. Bueno, eso podría ser cierto, pero ese no era el punto allí.

—¿Cuál es tu problema con ellos? —preguntó una vez más.

Junghoon no parecía nada divertido con su interrogatorio, podía ver que estaba sacándolo de quicio mucho más rápido de lo normal. Le dio una patada a la puerta cuando el más alto intentó abrirla, encargándose ahora él de acorralarlo. No le quedó de otra más que girar una vez más y encarar a Andy.

—Park Andy.

—Sí. Ese es mi nombre —Ahora finalmente podía sentir que tenía el sartén agarrado por el mango—. ¿Qué estás ocultando?

No dijo nada.

—Ah. Antes para callarme solías besarme —señaló Andy—, pero ahora no puedes. Tu orgullo no te lo va a permitir y yo no lo voy a hacer, así que por eso me da más curiosidad. ¿Cuál es tu relación con los Carmesí?

Junghoon lo tomó de su muñeca libre, acercándose un poco más. Entre jugueteo y seriedad, la mirada de Junghoon cambiaba de segundo a segundo.

—Si te lo digo... no te va a gustar. Así que tienes la oportunidad de rendirte en tus preguntas e irte a dormir.

—Dime.

Suspirando, Junghoon soltó a Andy y caminó hacia la silla en donde estaba sentado antes. Tomó lugar para luego mirarlo fijamente una vez más, ahora con plena atención.

—Años atrás cuando mis padres murieron en un accidente... No fue un accidente. —El estómago de Andy se revolvió al escuchar eso—. Los Carmesí están tan involucrados en eso, que es más que obvio que ellos hicieron algo. Ellos no atacan o matan a su presa directamente, siempre aniquilan a las personas de su alrededor, para que, cuando finalmente hayan terminado con todos y su presa esté en la miseria, dejen que solo termine con su propia vida.

—¿Pero no eran una mafia nueva?

—Es lo que nos quieren hacer creer. Llevan mucho tiempo, incluso puede que más que la propia mafia roja.

Con los ojos bien abiertos a Andy se le resecó la boca. Eso no se lo esperaba, en absoluto. Nunca conoció a los padres de Junghoon, pero no podía negar que, como fue el único sobreviviente, no quisiera hasta este momento descubrir la verdad detrás de todo eso. Por supuesto, así es Junghoon.

—Pero, ¿cómo sabes todo eso?

—El tío Kyungsoo nunca quiso decírmelo, así que tuve que esperar para tener el suficiente poder como para no necesitar primero preguntarle. Los archivos están todos en la nube, pude leerlos detalladamente —se cruzó de brazos—. Sin embargo, hay algo que todavía no cuadra y que no entiendo.

Andy ladeó la cabeza.

—¿Quién es su presa?, ¿Qué es lo que hizo para hacerlo enojar tanto? Y, ¿por qué se han tardado tanto años en seguir con su ataque?

Sin duda era extraño. El modus operandi de las mafias, cuanto menos las de su conocimiento, se basaban en negocios puros. No se metían con civiles ni en temas sociales, mientras los negocios fueran limpios entre ellos no habría por qué haber problema. Por supuesto, siempre existían las rivalidades, lo que les llevaba a luchar entre ellos para coronar a la mafia más poderosa y, cuanto menos hasta esa fecha, los rojos lo habían logrado ya hace mucho. Por otro lado, los Carmesí parecía que evolucioban no solo a una mafia cualquiera, sino que estaban cruzando la línea terrorista. Por eso no le sorprendía que el tío Junmyeon estuviera tan involucrado en esta ocasión.

Junghoon le compartió toda la información que había encontrado hasta el momento. En su rostro, no había más que curiosidad y algo de molestia, incluso hablando de sus difuntos padres no parecía ser el punto inicial, parecía estar más preocupado por lo que podría llegar a pasar.

—¿Y esto lo saben los demás?

Había pasado ya una hora, Andy estaba tirado en su cama con la cabeza echa un lío. Junghoon no estaba tan diferente, a un lado de él, ladeado y con una almohada entre sus brazos. Finalmente se había dignado a descansar.

—Claro que no. Si se enteran que estoy investigando esto, van a suspenderme.

—Bueno, cuántas cosas peores no has hecho ya...

Andy inmediatamente se defendió con otra almohada que había cerca cuando vio peligrosamente cómo se acercaba la mano de Junghoon, pero le entró una llamada al móvil, haciendo que se salvara. Con pereza, Junghoon apenas sacó un ojo de entre las sábanas y miró el remitente, con un suspiro atendió la llamada con un simple saludo.

Se quedó escuchando la otra parte por unos segundos y Andy no entendía por qué le entraría una llamada a mitad de la noche.

—¿Dónde? —Junghoon preguntó y, por más que Andy quisiera lucir desinteresado, sinceramente trataba de escuchar lo que decía la otra persona detrás de la línea, pero era muy sutil—. Bien, voy para allá. Veinte minutos, sí, lo compraré en el camino.

Dándose un fuerte empujón, Junghoon se disparó fuera de la cama y colgó la llamada. Se arregló la ropa así como su cabello.

—¿Vas a casa? —Fue lo único que se le ocurrió preguntar. Creyó que se quedaría a dormir con él.

—No —respondió simple.

—Oh.

Pasaron otros segundos donde ninguno se movió.

—¿A dónde...? —La curiosidad le ganó.

Junghoon soltó una risa.

—¿Quieres la verdad o una dulce mentira?

—La verdad, por supuesto.

—Con un amigo. —Por la mirada que le dio, el término amigo parecía ser todo menos eso—. ¿Cosa de una noche?

¿Qué?

—¿Qué de qué? Querías la verdad.

De acuerdo, no debería estar sintiéndose tan incómodo como lo estaba haciendo. Podía sentir su estómago en mal estado. ¿Junghoon realmente estaba diciendo lo que le estaba diciendo?

—Así que, nos vemos por la mañana, Andy —dijo Junghoon, finalmente abriendo la puerta y con medio cuerpo afuera. Claro, eso solo duró un segundo, porque pronto volvió—. A menos que... ¿No quieras que vaya?

Andy apretó los dientes.

—¿Por qué tu pregunta suena como si quisieras que dijera que no?

—Porque, obviamente, sería muy bueno que lo dijeras. —Se recargó en el marco de la puerta.

—¿No ves que lo estás intentando demasiado? —Sus propias orejas podía sentirlas rojas.

Con un largo suspiro, Junghoon intentó sonreír.

—Al menos yo lo estoy intentando, ¿no lo crees? No quisiera hacer nada que no te guste, pero no me estás ayudando en lo absoluto.

Andy desvió la mirada. No quería pensar más en eso.

—Ve.

—¿Estás seguro?

Andy, molesto, tomó la almohada de antes y se la aventó. Claro que el otro logró capturarla en el aire.

—Me la llevo como recuerdo. Entonces... nos vemos. No te quedes tan noche imaginando muchas cosas.

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¡Milagro, gracias por leer! ;;

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