INEFABLE

By raixaatomica

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"La única manera de librarse de la tentación es caer en ella." - Oscar Wilde Maisie Wilde, una chica que des... More

Nota
⚠️¡ADVERTENCIA!⚠️
Personajes🎬
Prólogo🍷
Inefable (Nueva edición)
Capítulo 1🍷
Capítulo 2🍷
Capítulo 3🍷
Capítulo 4🍷
Capítulo 5🍷
Capítulo 6🍷
Capítulo 7🍷
Capítulo 8🍷
Capítulo 9🍷
Capítulo 10🍷
Capítulo 11🍷
Capítulo 12 🍷
Capítulo 13🍷
Capítulo 14🍷
Capítulo 15🍷
Capítulo 16🍷
Capítulo 17🍷
Capítulo 18🍷
Capítulo 19🍷
Capítulo 20🍷
Capítulo 21🍷
Capítulo 22🍷
Capítulo 23🍷
Capítulo 24🍷
Capítulo 25🍷
Capítulo 26🍷
Nota de Autor
Especial de Navidad🎄
Capítulo 27🍷
Capítulo 28🍷
Capítulo 29🍷
Capítulo 31🍷
Capítulo 32🍷
Capítulo 33🍷
Capítulo 34🍷
Capítulo 35🍷
Capítulo 36🍷
Capítulo 37🍷
Capítulo 38🍷
Capítulo 39🍷
Capítulo 40🍷
Capítulo 41🍷
Capítulo 42🍷
Capítulo 43🍷
Capítulo 44🍷
Capítulo 45🍷
Capítulo 46 🍷
Capítulo 47🍷
Feliz Año 2022🎆
Inefable🍷
Anuncio: volví.
ANUNCIO: VOLVÍ

Capítulo 30🍷

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By raixaatomica

BLACK

Despierto y la imagen que logran ver mis ojos es las más hermosa, la de una diosa de cabellos negros y piel como el oro. Sí, ella me encanta a tal punto que siento que me voy a volver loco. Sus párpados cerrados están adornados que unas largas y espesas pestañas, sus labios gruesos son el pecado puro de cualquier hombre.

Ella está completamente desnuda, la sabana solo cubre las partes que yo pude probar con mi boca

Comienzo acariciar su espalda, es una caricia suave, pero con el deseo que tengo por ella, en algún momento u otro esa caricia puede cargar toda la lujuria en cada toque.

Si pudiera decirle quién soy, quizás todo fuera diferente, si pudiera decirle la verdad, pero todo sucedió tan rápido. Maisie estaba en peligro y la única opción era esta, la conozco, y sé que si le hubiese acercado como una persona normal a decirle que la vida de ella y su hermana están en peligro, Maisie hubiera reaccionado muy mal y lo pero de todo es que no me hubiese creído.

No sé si quiero que ella descubra todos los secretos que rodean a su familia por ella misma, o se los digo yo, aunque respeto que es su familia, lo más sensato es que ellos se lo dijeran o que ella por iniciativa propia los fuera descubriendo uno a uno.

《Sensato: Una palabra que ni siquiera pueda estar en mi vocabulario después de tener cautiva a Maisie.》

Admito que lo que hice está mal, de hecho no tiene descripción alguna, es inefable, pero su vida estaba en peligro gracias al apellido que porta, aunque ni siquiera se tenga del todo seguro si realmente los Wilde son Wilde.

Es como un dilema o esa encrucijada que es muy difícil de resolver.

《Dulce Maisie, te condenaron desde que estabas en el vientre de tu madre, incluso antes de que planearan tu nacimiento.》

Ni siquiera yo sabía todo lo que se ocultaba detrás de los Wilde, ni cuando tuve la oportunidad de poder hablar con ellos, ni cuando mi padre lo hizo igual que sus socios o compañeros.

Maisie era ese tentador enigma que tenía que resolver.

Me encantó desde que la vi la primera vez, desde que una vez en jardín de niños me defendió de unos idiotas.

Y sí, quién iba a pensar que el grandioso Black iba a estar en problemas en la escuela.

Desde que la vi, yo sabía que ella iba a estar condenada por mí. Ella debía ser mía.

Pensar en esto me hace darme cuenta que lo que estoy haciendo está mal, muy mal. Necesito dejarla ir porque no se lo merece, no se merece ni mi condena ni la de su familia.

Yo puedo llevarla al cielo y luego bajarla al infierno para cometer todo tipo de pecados.

Ella es el tipo de misterio que todo hombre quiere resolver.

Antes de que ella despierte, me doy una ducha.

Supongo que ella tardará en buen rato en despertar, ya que ayer la dejé muy exhausta. De solo recordar sus gemidos siento como mi deseo sexual vuelve a aparecer, necesito calmarme antes de que haga algo de lo que pueda arrepentirme.

Salgo de la ducha y me visto para ir a traerla el desayuno mi dulce Maisie.

Camino por los pasillos hasta llegar a la cocina.

—Black—escucho la voz de Mary, la persona que me ha cuidado desde que era muy pequeño—, no crees que deberías de decirle a la joven Maisie toda la verdad.

Por su tono de voz, creo que me está regañando, y tiene razón al hacerlo.

—No es tan fácil, Mary, no desde aquel momento, si le digo todo jamás querrá volver a verme—le explico, algo decepcionado por la situación.

—Maisie no es mala persona, quizás hubiera entendido todo—dice, mientras hace el desayuno pacientemente.

—No es tan fácil decirle que su vida está en peligro por mi culpa y quizás por ellos.

—Pero lo que estás haciendo está muy mal, Black—agarra una paleta de madera y me da en el brazo haciendo que de un respingo—, eso te lo mereces por insensato y no pensar en las consecuencias. Agradece que Maisie no ha llamado a la policía o alguien porque sino estarías metido en grandes problemas.

—Yo te apoyo, Mary—dice una voz femenina desde el marco de la puerta.

Odeth está pulcramente vestida, su cabello castaño en un moño bien arreglado y como siempre, con un bolso que puede esconder cualquier arma letal.

—Cállate, Odeth, porque reñirme no ayudará en nada—le digo molesto.

Odeth abraza a Mary en modo de saludo y deja un beso en ambas mejillas.

—Tienes que tener límites con ella, Black, ella aún es inocente y lo que hiciste anoche no fue nada agradable—Mary sigue regañándome.

Mi mente está muy perdida que obvia lo que ella dijo.

—¿A qué te refieres con lo de anoche, Mary?—pregunta Odeth, obviamente muy curiosa por saber la situación.

En este momento me doy cuenta que Mary quizás pudo escuchar los gritos de Maisie.

Mierda, creo que me pasé un poco con ella. Hacerla tener muchos orgasmos dio como resultado gritos y gemidos que hizo que todo las personas que habitan en la casa, escucharan. Igual, no importa, yo soy el que manda aquí y no tienen por qué decir algo.

Aunque a Mary le debo respeto, ella me crio y estuvo cuando más lo necesité, incluso cuando mis padres estuvieron haciendo sus negocios, ella me cuidó, ella sabe muy bien todo lo que pasa alrededor de la familia Black, y aceptó quedarse. A pesar que al principio mi madre la vivía amenazando todo el tiempo con su vida, después de que yo defendí a Mary ya no lo volvió hacer.

Creo que le tengo mucho cariño, incluso mis hermanos, porque también los cuidó y les dio el amor de una madre.        

—¿Hay algo que me tengas que decir, Black?—insiste Odeth. No le diría a mi propia hermana que le hice sexo oral a la chica que tengo aquí, probablemente saca la pistola que tiene en ese bolso y me da un tiro de gracia.

Odeth es muy feminista y de carácter fuerte, no está a favor de lo que hago y tiene razón, a pesar de que ella hace sus negocios por cuenta propia y no deja que los demás se entrometan en lo que hace. Actúe de una manera muy impulsiva, pero tenía que hacerlo, sino Maisie ya estuviera tres metros bajo tierra al igual que su pequeña hermana.

Maisie y su familia son un misterio que algunos queremos resolver, incluso, hasta la persona más perversa querría poder resolverlo.

Lo bueno es que yo llegué antes, tengo una ventaja, pero eso no implica que pueda perderla.

Veo como una chica y un chico caminan a cuatro patas hacia donde está ella. Ambas personas llevan ropa hecha de cuero y cadenas en el cuello.

Mis hermanos y yo pertenecemos al mundo del sadomasoquismo, no le dije a Maisie por miedo a saber su reacción, qué iba a pensar de mí, pero admito que hay veces en las que mi mente vuela con la imagen de ella en una posición que para ella seria algo vulgar pero para mí no. Por eso la amarre el primer día que su sexo estuvo en mi boca. Esa imagen de ella en camisón de seda y atada de pies y manos hace que mi miembro cobre vida otra vez, se endurezca al pensarla a ella y al imaginarla.

Incluso Mary, en sus mejores años, compartió esa parte de nosotros con los demás, pero ahora ya solo se enfoca en regañarnos cada que hacemos algo que no le parezca. Por eso traer a Maisie a Mónaco me fue de muchos problemas y no solo para mí, sino para mi familia.

Tenemos prohibido la entrada a esta ciudad por parte de otras personas, pero mi padre y yo, fuimos muy listos y logramos arreglarlo. 

Los sumisos de Odeth al parecer notan mi erección, porque la chica se acerca a mí y roza sus manos por encima de ella. Mi hermana a una velocidad que jamás pensé que tenía, saca el látigo y le da un azote en su trasero, haciendo que la sumisa suelte un grito de placer.

—Yo no te he dicho que toques a mi hermano, cuidado, o no querrás un buen castigo de mi parte—advierte mi hermana, con un tono de voz que impone dominio y carácter fuerte.

Por mi dulce Maisie me alejé del mundo del sadomasoquismo, porque Maisie carece de pericia en ciertas cosas y mis intenciones con ella eran algo más dulces, más vainillas. Quiero seducirla y hacer que me ruegue por hacerle el amor mientras la follo tan duro que hasta gritará mi nombre una y otra vez.

Combinar sentimientos mientras pueda tener sexo, creo que podrá ser una de las mejores sensaciones de la vida.

Mi dulce Maisie podría hacerme tocar las estrellas como yo lo hago con ella.

Carece de pericia y de cualquier deseo perverso, pero dentro de nosotros siempre estará esa parte oscura, perversa que nos hará desear lo malo.   

—Odeth, yo no pregunto que es lo que vives haciendo con tus sumisos y esclavos—hago una mueca de desagrado al ver lo que quería hacer la sumisa—, yo que tú las azotaría hasta que aprendan a que no tienen que tocar lo que no les pertenece.

El día que Maisie supuestamente iba a ser salvada por mis hermanos, yo les pedí a ellos que por favor ocultaran su lado perverso, ese lado que te hace salir corriendo de allí cuando vez algo malo.

Por suerte sus sumisos estaban recibiendo su castigo y uno de los mejores, ya que estar siendo un mueble más en su casa no iba a ser nada agradable, más si tenían que conservar la posición por muchas horas.

—Que vainilla te pusiste—dice Odeth, mientras se sienta sobre la espalda de su sumiso—, ¿ya pensaste en lo que harás con Maisie?

Quizás mis hermanos y yo éramos unos hijos de puta, unos hipócritas, ya que queríamos que Maisie estuviera bien, pero nuestro lado oscuro y perverso siempre está en lo más profundo de nuestro ser y algunas veces lo sacamos a relucir bastante.

No quiero dilucidar sobre lo que está bien o no para Maisie, porque simplemente quiero que esté aquí, porque yo sé que en el momento que ella salga de esta casa, la van a cazar y probablemente la torturen antes de matarla.

Solo esa información he tenido a mi disposición, y tengo ganas de saber más.

Pero su familia ha desaparecido es como si se la hubiese tragado la tierra, creo que los Wilde son imanes de problemas y a mí me encantan loa problemas.

—Si la dejo ir, tú sabes lo que puede pasar—digo, mientras ella me ofrece su sumisa para que me siente en su espalda.

—Lo sé, pero en serio, si la sigues teniendo encerrada probablemente se vuelva loca o que sé yo—se acomoda un mechón de cabello castaño—, la cosa es que la estás privando de conseguir respuestas, de saber la verdad. Tú no la sabes, ni ella tampoco, pero ella está más cerca de la verdad que tú, Black.

Mi hermana tiene razón, su familia confía más en ella que en mí, además es una Wilde, o al menos es lo que tengo entendido.

Su pasado, su familia, pronto serán una carga para sus hombros y quizás su peor pesadilla.

—Quizás tengas razón, Odeth, pero...

—Déjala y cuídala desde lejos, puedes protegerla con algunos guardias, pero déjala—insiste Odeth.

Esto es lo más hipócrita que yo podría hacer, hasta Odeth sabe que hay algo de hipocresía. Nosotros no actuamos de esa manera, pero necesitamos información, necesitamos la verdad, mi familia lo necesita, Maisie lo necesita, y especialmente yo.

Una venganza se tiene que llevar a cabo, los Wilde lo sabían, y sólo dejaron a su hija como un peón del juego, pero algo ocultan.

Protegieron tanto a Maisie que ahora duda mucho de ella misma, tiene muchas inseguridades, no sé si lo hicieron con tal de que sea una presa fácil o un peón en su tablero. No tengo ni idea, ésta familia está llena de secretos y engaños, solo sé muy poco pero eso me da una idea de quienes pueden ser.

Marco tuvo algunos tratos con ellos,  que sin duda, mucho después mi familia se terminó por enterar y otros socios también.

Los movimientos que ellos tenían con los Vis Belli y los integrantes del CEPS, fueron descubiertos por pocos de mis socios e incluso por mi familia.

Lo peor de todo es que no sabemos si los Wilde son los buenos o son los malos.

Mi padre logró encarar a Henry Wilde, hermano de Greg Wilde, no solo lo encaró, lo torturó hasta que por fin dijera la verdad, y es que solo sé que los Wilde necesitaban a alguien infiltrado en los Vis Bellis y en el CEPS.

Mi padre nunca le creyó, por eso dijo que mantuviera vigilados a los Wilde, hasta que un día se perdió su rastro, y dejaron a Maisie y a Mía a la deriva, o quizás no fue eso, quizás fue cosa del destino el haberla encontrado.

Toda su familia desapareció y ellos solo se contactaban cada que querían. Lograron hacer algo para mantener feliz a mi padre y otros, y desde ese entonces ellos se alejaron sin pensar que falta algo que cumplirle a alguien, cosa que no se llevara a cabo si yo hago algo al respecto.   

La historia es demasiado compleja, algo que a mí todavía me cuesta entender, es como un rompecabezas que hay que armar muy cuidadosamente, pieza por pieza.

Y es que los Wilde, en conclusión, son un misterio.

—Quizás hasta la debas proteger de nuestro padre y hasta de ti mismo—concluye.

—Odeth, ya sabes que ellos tienen un acuerdo, dudo que lo rompan, saben las consecuencias de ello.

—Con nuestro padre nunca nada está seguro—cruza su pierna y apoya sus manos en ella—, además, no sé si ya tienen a alguien dentro de los Vis Belli , porque para tu información los colombianos ya tienen a dos de ellos dentro, así que podría decirse que los Vis Belli no son tan invencibles como ellos creen y tú no eres tan inteligente como pareces.

Mi rostro ha de expresar pura consternación y rabia.

—Deja decir puras estupideces, Odeth, tú lo único que haces es conseguirme esclavos y sumisos—le recuerdo. Aunque a veces si colabora con algunas cosas, pero que me dijera que los colombianos se pusieron más listos que nosotros al ingresar a alguien a dos personas al Vis Belli me saca de quicio.

Al menos tenemos libre el CEPS, aunque ambas organizaciones están aliadas.

—Y por favor, decide de que vas a hablar, si de Maisie o de los colombianos—me paro, y la sumisa sigue en su lugar, supongo que está castigada.

—Pues ambos temas están relacionados, al parecer los colombianos andan detrás de ciertas familias, y no solo eso, en seis días vienen a hablar contigo, así que lo mejor que te puedo sugerir es que Maisie desaparezca de aquí y ya—dice, y ella también se pone de pie.

Quizás Odeth tenga un poco de razón, por el momento es mejor mantener a Maisie alejada de mí, conmigo a su lado corre más peligro pero a la vez puedo protegerla.

—Black—una dulce voz llega a mis oídos, su voz es como terciopelo.

Le hago una mirada a Odeth y ella sabe que tiene que hacer.

Saca una venda de sus bolso y se encamina a su encuentro.

Espero pacientemente unos dos minutos hasta que Odeth viene con Maisie, sus ojos como siempre están vendados.

—Creo que es mejor que vayas a desayunar, Odeth—le digo, y le doy una mirada cargada de rabia.

Tomo a Maisie entre mis brazos, el hecho que mi hermana tan ni siquiera la toque, no me agrada, ella es mía y de nadie más.

Tiene el cabello húmedo y solo una bata de color blanco puesta.

Más dulce e irresistible no se puede ver.

—Dulce Maisie—digo contra su mejilla y dejo un beso en ella.

Veo como su piel se eriza ante mi tacto y eso hace que mi erección crezca.

Lo único que pasa por mi mente ahorita es quitarle la bata y hacerle el amor tan fuerte que lo único que salga de sus labios sea mi nombre y sus gemidos.

—Black—me coloco frente a ella, sus manos tocan mi torso y eso hace que mi mesura sea mínima.

—¿Quieres comer, dulce Maisie?—tomo su mano y la coloco en mi mejilla, su piel es cálida y suave como ella—. Porque yo sí quiero comer.

—Sí, quiero comer—su inocencia es tan malditamente atrayente.

La llevo hasta el comedor, Odeth y Mary, no están.

Tomo el tazón con fruta rebanada que  Mary dejó en la mesa.

Obviamente no quiero a Maisie en otro lugar que no sea conmigo, así que me siento en la silla para después sentarla en mis piernas.

—Black...

—Te daré de comer, mi pequeña.

Tomo algunas trocitos de fruta y los meto a su boca, en el proceso acaricio sus labios y sus mejillas.

Le doy de comer hasta que ya no queda nada. Me surge el hambre y es obvio lo que quiero comer.

—Ahora voy a comer yo—digo. Le quito la bata y sus preciosos senos quedan a mi vista. Son de un tamaño perfecto, tomo uno entre mis manos y me llevo su otro seno a la boca.

Su sabor, su piel, toda ella es deliciosa. Su piel es exquisita como ella.

Muerdo su pezón mientras ella comienza a arquearse sobre mí. Mi miembro palpita cada vez más fuerte, pero por el momento mi único deseo es darle placer.

No lleva nada de ropa interior y eso me da ventaja.

—¿Quieres que te toque, Maisie?—digo, con la esperanza que salga un sí de sus labios.

Ella solo asiente tímidamente y mis dedos rozan sus pliegues, un gemido sale de su preciosa boca.

No me resisto y la beso, mi mano se atrapa su nuca y la acerco más, mientras mi otra mano le da placer.

Siento como mi mano comienza a llenarse con sus jugos y acelero el ritmo.

No la dejo gemir, porque no suelto su boca en ningún momento. Sus piernas se comienzan a tensar hasta que ella se viene en mi mano.

—Creo que tendremos que repetir lo de anoche—le digo.

En un movimiento rápido la coloco sobre la mesa y separo sus piernas, dejando a mi vista su sexo que brilla por su humedad. Es precioso y es solo mío.

Me coloco en posición para poder lamerla, dejo un beso a en cada uno de sus muslos y mi boca avasalla su sexo.

Su sexo es tan adictivo, es como ambrosia combinada con el vino más dulce. Mi lengua da hace círculos en su clítoris haciendo que Maisie suelte pequeños gemidos.

Muerdo sus pliegues y su cuerpo comienza a tener algunos espasmos, lamo toda su humedad, para que no quede rastro de nada.

Comienzo a dejar besos en su vientre, disfrutando del placer que le doy.

Pero no me quedo satisfecho, así que acomodo sus piernas en mis hombros para tener más acceso a su sexo.

Saboreo cada parte de su pequeña vulva que esta tan suave. El olor de su excitación me enloquece.

Hasta que otra vez no puede más y se viene en mi boca. Todos sus jugos los tomo como si fueran el mejor vino del mundo.

—Quiero que me enseñes—me pide entre jadeos.

—¿El qué?

Se baja de la mesa y busca mi cuerpo, acaricia cada parte de mí hasta roza mi miembro.

—Quiero tenerte en mi boca—dice, sus mejillas se sonrojan y eso es lo que hace que mi miembro derrame una gota.

—¿Estás segura, dulce Maisie?

Ella asiente y sin esperarlo más la pongo de rodillas y me acerco a ella.

Es tan pequeña, tan dulce, tan mía. 

Me saco mi miembro y lo dejo a centímetros de su pequeña boca.

—Solo imagina que es un helado—le digo—. Abre la boca.

Ella la abre y poco a poco voy introduciendo mi miembro en su boca.

¡Maldita sea!

Su boca es cálida, y su saliva humedece mi miembro.

Ella lame poco a poco, se nota que no tiene pericia, pero es ella y es la única que puede volverme loco.

Lame mi capullo poco a poco, y da succiones suaves que hacen que entierre las manos en su cabello.

Tengo ganas de quitarle la venda y ver como esos ojos me ven fijamente desde abajo.

Pero no puedo.

Solo me concentro en su boca y en su lengua.

—Voy a moverme, lo haré suave—le aviso.

Tomo su cabello entre mis manos y comienzo a moverme, despacio, disfrutando el toque de su lengua en mi falo.

Su boca queda muy abierta ante el grosor de mi miembro.

No puedo llegar hasta su garganta, aún es inexperta, le falta un poco de práctica.

Sigo moviendo mis caderas, hasta que lo saco de su boca. No quiero derramarme en su boca, no está acostumbrada a ese tipo de cosas.

Así que la pongo de pie y coloco su pecho sobre la mesa, le quito la bata y dejo su trasero al descubierto.

Dejo salir todo en su precioso trasero.

Y estando ella en esa posición me provoca follarla, pero me contengo.

La vuelvo a sentar sobre mí, desnuda.

—Eres muy bella, dulce Maisie—la beso para que su sabor mi sabor se mezclen.

La dejo de besar hasta que ambos necesitamos respirar. 

—Eso ha sido muy intenso—dice, mientras no dejo de admirar como sus perfectos senos suben y bajan al respirar erráticamente.

—Pero era lo que querías—digo en su oído—, querías que te lamiera hasta hacerte venir, querías sentir mi boca en tu parte más sensible, querías que te hiciera gemir, mi dulce Maisie.

—Sí—dice, pego su frente a la mía. Nuestras respiraciones se mezclan y lo único que pienso en este momento es en protegerla—, ¿y qué tal lo hice?

Me encanta el rubor de sus mejillas.

Su pregunta me causa ternura y gracia al mismo tiempo, y no puedo evitar soltar una risa.

—No te rías—me da un suave golpe en el pecho.

—¿Quieres saber la respuesta?—ella asiente—, tu boquita a pesar se carecer de pericia, me encanta y amo ver como te metes algo tan grande a tu boquita—dejo un beso en su frente—, en pocas palabras, no me gustó—veo como baja su cabeza y rápidamente mis manos elevan su mentón—, me encantó, mi amor.

Una sonrisa se le dibuja en el rostro, y me doy cuenta que hacerla sonreír es algo tan satisfactorio, verla sonreír me hace feliz.

Y ahora tengo que protegerla mucho más si quiero ver esa hermosa sonrisa en su rostro.

Sé que se vienen cosas horribles, así que verla sonreir me dará fuerza para enfrentarme ante cualquier cosa, ante cualquier enemigo.

Le doy un casto beso en sus labios.

—Eres mía, solo mía, mi amor.








Aquí un nuevo capítulo, espero les esté gustando la historia. Supongo que este capítulo hará explotar su cabeza.

Espero sus teorías y comentarios. 

No se olviden de darle una estrellita a la historia.

Pueden leer mi otra historia: Desastre Colateral.

Grupo de FB: Lectores del Pandemonium.

Muchas gracias por leerme.

Booknet: Dinah Lu
Instagram: itspandemonium
Twitter: dgldeleon

Besos derivados e integrados.

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