Sarah.
En ese cuarto solo se sentía nuestras respiraciones. Ninguno de los dos nos atrevíamos a decir algo, para él fue una sorpresa que saliera en ropa interior.
Era muy obvio que no se lo esperaba así como yo tampoco esperaba hacer algo así.
Mi secuestrador se encontraba prácticamente rígido en frente de mí. En sus manos traía una bandeja de comida pero eso era lo que menos me importaba.
Trato de analizarlo con profundidad sin levantar sospechas y, en el bolsillo del lado derecho de sus jeans negros visualicé un pequeño bulto, supongo que ahí se encuentra el objeto que me sacará de este infierno.
—¿Sorprendido?— pregunto levantando una ceja ocultando las náuseas que me produce. Mi secuestrador proporciona la bandeja a un lado de la cama sin apartar la vista de mí.
—Vístete— Dice esa simple palabra tan frívolo y calculador. Se dá la vuelta dispuesto irse.
Oh no, señor.
Me acerco a él tan rápido como puedo halando con fuerza su muñeca encima de la tela del suéter para detenerlo, se zafa fácilmente pero se detiene en seco y se voltea quedando a pocos centímetros de mí, se me había olvidado lo alto e intimidador que era así que, por instinto, retrocedo.
—Espera un momento— hablo no tan segura y comienzo a sentirme nerviosa. Por un momento me quedo en blanco y se me olvida cuál era mi objetivo.
Flaqueo.
Mi respiración comienza agitarse y cierro los ojos en busca de mi autocontrol.
—No tienes que hacer esto— Vuelvo a abrir los ojos perpleja ante sus palabras—. No eres esa clase de mujer— se acerca y se me forma un nudo en la garganta.
—¿Te conozco?— mi voz sale apagada y confusa.
El bicho raro vuelve a alejarse.
—No.
—Yo creo que sí, dijiste «No eres esa clase de mujer» como si me conocieras.
—Porque es obvio.
Trato de recordar si su voz la había escuchado anteriormente pero es inútil. Ya lo hubiera reconocido debido a que son muy pocas las personas con las que socializo.
—¿Por qué no me dices de una vez lo que quieres de mí?
—Lo sabrás, pero aún no.
—¿Por qué?
—Es muy pronto.
«Es muy pronto» ¿Qué quiere decir con eso?
Pero cuando estoy apunto de hacerle otra pregunta, un portazo me interrumpe.
¡Se fué!
Y me dejó mucho más confusa y aturdida que antes.
Mamá de Sarah.
Un mes..
Un mes ha pasado desde que no veo a Sarah.
Succiono nuevamente la botella de ron y se me salen las lágrimas. ¿Por qué a mí? Siento que en ningún momento de mi vida podría llegar a ser feliz. No sé a quién llamar, siempre hemos sido solo Sarah y yo. Así que me hundo en la depresión y en la soledad.
Primero fué el amor de mi vida. Ahora es mi hija.
Vuelvo a succionar la botella haciendo que el líquido recorra mi garganta y arrugo el rostro.
El sonido del timbre me pone alerta y, como puedo, me levanto del sofá con un poco de mareo. Al fin llego y abro lo más rápido que puedo con la ilusión de que fuese..
—Lionel— pronuncio su nombre atropelladamente y con cierta desilusión, tenía la esperanza de que fuese Sarah.
En su rostro se refleja la angustia y preocupación. Lo invito a que entre y nos sentamos en el sofá, solo siento un pequeño mareo pero aún puedo caminar sin tambalearme.
—Basta, Anna—. Me quita la botella con sutileza al ver mis intenciones de seguir bebiendo— A Sarah no le gustaría que hicieras eso.
—No hables de mi hija como si estuviese muerta— se me empañan los ojos de lágrimas.
—Lo siento, esa no fue mi intención. Sólo quiero cuidarte.
—¿Dónde podría estar?
Lionel al ver que estoy apunto de derrumbarme, me abraza y besa mi coronilla.
—Todo estará bien.
Lionel no deja de darme apoyo y no me ha dejado sola, sin él no sé qué hubiera hecho, me siento muy agradecida y.. querida.
Ahora que lo pienso, ahora sí tengo a quién llamar.
Me alejo al ya sentirme un poco calmada.
—¿Ninguna novedad?
—No. Siempre dicen lo mismo, alguien se la llevó del dormitorio y, al parecer, el sujeto sabía bien lo que hacía porque no pudieron encontrar algún rastro de su ADN. Todos son de Sarah.
—¿No tienes idea de quién puedo haber sido?
—He durado un mes entero pensando en eso y no logro encontrar algún sospechoso. Todo ésto es raro, Lionel. Fué como que si de pronto un extraño entrase a secuestrarla y ya está.
—Tiene que haber una razón.
Ya no aguanto. Estoy cansada de siempre hablar de lo mismo y no hayar una pista o algo.
Sus compañeros de trabajo y yo hemos colgado carteles por toda la ciudad, Lionel habló con un amigo periodista y hasta en los periódicos publicaron fotos de mi hija, y todo sigue igual. Es como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra.
Boris.
Estaciono el auto aunque no esté muy seguro de lo que esté haciendo. Toco la puerta repetidamente y nadie abre.
«Vamos, tienes que estar aquí»
Sigo intentando y nada, pero cuando estaba por darme la vuelta y largarme..
—¡Ya voy!— escucho su voz en el interior y sonrío. Sí está.
—¿Boris?— pregunta notoriamente confundida— ¿Cómo conseguiste mi dirección?
—Hola, Polly.
—Aún no has respondido mi pregunta.
—Sí, yo estoy muy bien, gracias por preguntar— Ironizo divertido— disculpa que no te avisé, sólo quería sosprenderte.
—Y vaya que lo hiciste, pero no has respondido mi pregunta; ¿Cómo conseguiste mi dirección?— vuelve a preguntar, la noto un poco nerviosa.
—Eso es lo de menos. Quería saber cómo estás— me pongo ya serio.
—Bi-bien, gracias— balbucea y alzo una ceja. Es muy obvio que está nerviosa.
—Oye, si quieres que me vaya, no hay problema. Podemos hablar otro dí..
—Polly ¿Qué sucede?— otra voz en el interior me interrumpe. El rostro de Polly se torna tan blanco que temo que se pueda desmayar.
Un chico en sillas de ruedas se proporciona justo al lado de Polly, me sorprende mucho más sus parecidos.
—¿Todo bien?— vuelve a hablar confuso, pero al verme su semblante cambia— ah, hola. Mucho gusto, soy Peter, el hermano de Polly— me tiende su mano y sin duda alguna la acepto con un fuerte apretón.
—El gusto es mío. Mi nombre es..
—Boris, su nombre es Boris— me interrumpe Polly— somos compañeros de trabajo y justo estaba por irse.
—Pero.. ¿Te tienes que ir? Íbamos a cenar, puedes acompañarnos— ahora mira a Polly— nadie nos visita, dile que entre. Recuerda que yo soy el hermano mayor.
Y lo único que me queda claro es que a Polly no le agrada la idea.
—De todas formas yo ya me tengo que ir, gracias por la invitación, Peter. Otro día vengo. Adiós.
Me despido de los dos y siento aquella nostalgia porque, aún, Polly sigue molesta conmigo. Aunque en ese momento parecía que estuviese más bien.. nerviosa y no lo entiendo. Llevo una mano al rostro cuando entro al auto.
Mujeres.
Ella nunca me ha hablado de su vida, sólo sabía que tenía un hermano pero no en esas condiciones.
Respecto a su hermano, me parece un muy buen chico, es muy agradable y lamento que personas como él tengan que vivir de ese modo.
Ahora no quiero llegar a mi apartamento, estar sólo me hace pensar mucho en Sarah y, pensar en ella me deprime aún. Así que llamo a Ralph.
—¿Ya me extrañas?— dice al contestar.
—Algo así, necesito ir a tu casa.
—Entiendo. Aquí te espero— él más que nadie sabe mis razones.
—Llego en diez— y finalizo la llamada.
Nota de la autora:
Sé que muchos de ustedes deben hasta pensar que la historia no la iba a terminar, debido al larguísimo tiempo que duré sin actualizar. Y la verdad es que, lo pensé y acertadamente no pensaba escribirla más.
Pero no pude, a últimos del mes del año pasado tomé la decisión de terminar el capítulo que me faltaba y seguirla, porque de algún modo me sentía muy comprometida con ustedes. Hace poco me emocionó ver que aún hay personas que la guardan en sus bibliotecas, votan y me piden actualización porque ya aman El Chico Enmascarado.
¿Cómo podría dejar de escribir si aún hay personas que me apoyan? A través de comentarios y votos. Simplemente no puedo.
En éste año decidí enterrar aquellos problemas que, aparte de ser los causantes de querer borrar la historia, tampoco me dejan seguir viviendo con la paz necesaria.
Quisiera platicarles de ello para que me comprendan mejor, pero estoy muy segura de que hay conocidos leyéndome y no quisiera alarmarlos. Pero sí les puedo decir que fueron muchos hechos que afectaron mi estabilidad emocional y confianza.
Gracias por la paciencia, gracias por ahorrarse sus insultos y gracias por el apoyo. Prometo recompensarles alborotando sus emociones.
Y sin más que agregar, les deseo un hermoso feliz año nuevo, tarde pero seguro♥️
PD: como se podrán dar cuenta, también la estoy editando.
-G.T