Tres días pasaron desde que Shanks había tenido su primer encuentro con Kaido. Poco a poco, notaba como la euforia del reencuentro se esfumaba, y ya comenzaba a notar esa conducta violenta que caracterizaba al mafioso.
Se encontraba ahora sentado en una enorme cama, en una de las bases de Kaido. Estaba fumando un cigarrillo, el día anterior había vuelto a varios viejos hábitos, entre ellos, el tabaco.
-Kaido... - llamó en un tono bajo el forense.
-¿Qué quieres? Estoy ocupado.. ¿Podrías creer que ese... Agente 0 o como se llame va a abrir un casino? He tenido por meses la idea de abrir uno, y va este desgraciado y lo abre? Si tan sólo supiera cuál es su rostro... Oh, le haría unas cuántas modificaciones.
El pelirrojo tragó saliva, y llevó si mano al corte que tenía en el labio, si así trataba a la gente que "quería", no quería ni imaginarse el destino del pobre tipo que se ganara su odio.
-Te pregunté qué querías, ¿No vas a responderme?
-Oh, cierto. Quería una copa de bourbon, si no es molestia. O sea, si no quieres no pasa nada, sólo decía que.. Eso, que quería.
-Claro que te la traigo, no hay problemas, ¿Por qué no lo haría? - le sonrió el magnate.
-Uhh... Y si puedes un kit de primeros auxilios, ya sabes, alcohol, gasas... - le sonrió de vuelta el médico.
-¿Te lastimé?
-No, no te preocupes - rió brevemente - ya sabes cómo somos los médicos... Muy detallistas con todo y eso.
-Oh, así que no te hice daño - y caminó hacia Shanks - si quieres puedo hacerlo ahora - mencionó con voz seria mientras se tronaba los dedos. Luego de eso, hubo un silencio incómodo, hasta que el mafioso agregó - Es una broma, debiste ver tu cara - y comenzó a reírse a carcajadas.
Y Kaido dejó la habitación, por lo que el pelirrojo aprovechó rápidamente para ir al enorme espejo a verse. Al fijar su vista en el reflejo, quiso morir por vez número 1000 en los últimos días.
Las mordidas y chupetones ya no le preocupaban, ya tenía en mente el decirle a sus amigos que tenía una pareja. El problema era cómo explicar los moratones, pequeñas laceraciones y arañazos que tenía por todo el cuerpo. Y como si no fuera suficiente, tenía un corte en el labio y la mejilla algo enrojecida.
Su problema era Mihawk por sobre todos. Sabía que no lo convencería una explicación como "me caí" o "tenía los labios resecos por el frío". Era tan molesto... Todo eso abandonó su mente cuando sintió unos pasos lejanos. Se acercó procurando hacer el mínimo ruido posible y se sentó en la cama.
La puerta se abrió y apareció Kaido con todo lo solicitado. Shanks dejó la copa sobre la mesita de noche y comenzó a desinfectar los cortecitos que tenía. Eran muy superficiales, pero nunca estaba de más. A parte, le ayudaba a distraerse.
-Perdón por no prestarte atención, ahora sí, estoy para ti. Es que ese casino... Me enferma. Por otro lado, ¿Qué me dices de ese chico, Law? ¿Eres cercano, verdad?
-Sí. Es como un sobrino para mí... Lo ha pasado muy mal desde que murió su hermanita, ¿Sabes?
-Oh, bueno, estoy trabajando con su otro tío, Vergo. Por cierto, si me entero que le contaste algo a ojos de halcón... - y dejó el final a la imaginación - a lo que voy, este tipo, Vergo, está muy interesado en este... Sobrino tuyo, si sabes a lo que me refiero.
-¿Qué? Mira, tú le llegas a poner un dedo encima a Law y... - y se frenó, con un suspiro.
-¿Y qué? Me encantaría saber la continuación de eso... - sonrió Kaido.
-Nada, sólo... Por favor, y de verdad, te pido, por favor, no le hagan nada. Él está muy vulnerable y lo aprecio mucho. Por favor.
-Parecías bastante valiente hace unos segundos - rió el gran hombre. - No sé, me lo voy a pensar. Pero quiero dejar en claro algo, así, entre nosotros. Yo soy el que tiene el poder aquí.
-Sí, está bien... Lo siento. - suspiró Shanks.
-Me siento tan bien, ¿Recuerdas esa escena en el bar? Donde me dijiste que dejara en paz a tu sobrino y todo eso. Porque claro, eres muy valiente, rodeado de gente. He deseado verte así cada día y cada noche desde que pasó eso.
Shanks lo miró en silencio. La inestabilidad de ese hombre era motivo de estudio, estaba convencido.
-Con respecto a Law... Mi joker... Lo extraño a veces. Y se acercó al forense hasta quedar sentado a su lado. - era muy divertido cómo gritaba cuando yo... - y fue cortado por Shanks.
-Por favor, para. ¿Por qué no bebemos el bourbon?
-En realidad... - y depositó un beso en sus labios - tengo ganas de otra cosa.
Y en otra parte de la ciudad, Crocodile llegaba a su casa. Ya eran las dos y media de la mañana, y estaba exhausto. Había sido una larga jornada para el hombre de la cicatriz.
Se sorprendió al notar que las luces de su casa estaban prendidas, y aún más al darse cuenta de que la puerta estaba sin llave. Sacó su arma y abrió la puerta, apuntando a un hombre directamente.
Rápidamente, bajó la pistola al notar que aquél hombre era su novio. Suspiró y se sacó en abrigo mientras lo saludaba.
-Croco-chan, ¿Qué te pasa? ¿Es eso sangre? - preguntó Doflamingo preocupado al ver la camisa de su amante.
-No es mía, tranquilo. ¿Recuerdas sobre esos mercenarios que habían matado a mis hombres? He decidido encargarme personalmente.
-¿Tuvieron el placer de saber tu identidad antes de morir? - sonrió el rubio.
-Supongo... Agh, son simple basura. Pero necesitaba liberar toda la tensión en mi cuerpo.
-Bueno, ve a cambiarte si quieres. No podía dormir, necesitaba verte.
-Oye, vamos a la cama. Estoy de humor para contar algunas historias. Tengo recuerdos que no me permiten... Descansar en paz últimamente.
-Claro, me encantaría - sonrió Doflamingo.
En no más de quince minutos, estaban los dos en la enorme cama del azabache. Estaban cubiertos con una manta de plumas, y la única iluminación era la proveniente de la ventana, cuyas cortinas estaban recogidas, permitiendo así el paso de la luz de luna.
-Bueno, pues básicamente... Estoy listo para que me conozcas un poco más. Cuando era un niño, fui exiliado del pueblo donde vivía... Estaba desolado, pasé muy mal, caminando días y noches por zonas desérticas.
-¿Ibas tú solo? ¿Qué edad tenías? - replicó asombrado el rubio.
-Al rededor de siete o así. Me acompañaba Gizmo. Me pasaron muchas cosas en el trayecto, pero la que más me marcó fue esta - y señaló la cicatriz de su rostro. - un hombre se asustó de Gizmo, y sacó un machete. Yo me avalancé sobre él cuando vi que iba a hacerle daño y el corte impactó en mi cara. De todos modos, el corte no era como el de ahora. Estaba sólo en algunos lados. Yo mismo le di esta forma, uniendo las zonas donde había impactado el machete, todo esto una vez recibí atención médica, claro.
-¿Y por qué lo hiciste?
-No lo sé, fue tiempo después de ese incidente. Un día me vi al espejo y me odié. Me parecía muy desagradable, todos esos cortes. Ni siquiera sé cuál fue mi razonamiento al hacer eso - río el pelinegro, pero con los años me fue agradando más y ahora no me imagino sin ella. Esta cicatriz es parte de mi cuerpo y me encanta.
-A mí también me gusta mucho, es muy atractiva. Por cierto, ¿Por qué te exiliaron?
-No lo sé, sólo recuerdo a mi madre gritándome, diciendo que era un imbécil, que no me perdonaría nunca lo que hice, y que me fuera, porque si los vecinos me veían me iban a cortar la cabeza. Pero yo... No sé lo que hice, nunca lo supe. Me llevaba bien con todos, y de un día para el otro quieren matarme... Ni siquiera pude verlos para pedir explicaciones.
-Todo esto es... Muy fuerte. No sabía nada de esto...
-Es normal, eres la primer persona con la que me sincero así.
-Me alegro entonces. Yo... También tengo unos secretos, ¿Sabes? Algún día te los contaré, pero ahora quiero dormir contigo, no necesito más.
-Claro, ¿Pero qué tal un vino antes de eso? - invitó Crocodile sentándose en la cama.
-A veces siento que nos conocemos de toda la vida - sonrió Doflamingo.
A la mañana siguiente, al rededor de las 11, Law, quien tenía una taza de café en la mano, vio llegar a su novio.
-¿Tan temprano llegas?
-Faltó la profesora Hancock y el profesor Brook.
-¿Y qué tal estuvo ese instituto sin mí? - río el pelirrojo.
-Bueno, bien, hablé con Zoro y esa tal Vivi. Esa chica es rara.
-¿De verdad? A mí me parece muy agradable.
-Es que siento que la vi en otro lado, no sé.
-Igualmente... De todos modos, es muy amigable.
-Supongo... Por cierto, tengo noticias - sonrió el pelirrojo.
-Sorpréndeme - rió Law.
-¡Estoy oficialmente contratado por tu tío!
-¿Qué tío?
-Franky, el mecánico.
-¿De verdad? - sonrió Law - Felicidades entonces. Y se puso de pie para depositar un beso en la mejilla de su pareja. - ya eres parte de la familia básicamente
-Eso parece. Por cierto, cambiando algo de tema... - y se frenó. Tenía en mente preguntarle por ese asunto de "joker" pero una vez comenzó a hablar, sintió que no era el momento.
-¿Qué pasa?
-Oh, no mucho, es sólo que... ¿Estamos viviendo juntos?
-Bueno... - el azabache soltó una pequeña risita. - No quería decírtelo, pero... Podrías comenzar a considerar esto como... Nuestro hogar.
-Lo intuía desde hace un tiempo - rió el pelirrojo. - ¿Comemos algo? Muero de hambre.
-Claro, podemos empezar a preparar algo supongo.
Él teléfono de Law comenzó a sonar minutos después de que comenzaran a preparar todo para la comida del día.
-¿Hola? ¿Papá? Claro, ven. Estamos por cocinar, puedes comer con nosotros. - y luego de esa breve charla, colgó.
-¿Viene tu padre? - preguntó el pelirrojo.
-Eso parece, hagamos comida para tres entonces. Dice que tiene que hablar de un tema con nosotros.
Media hora más tarde, los tres se encontraban degustando la comida preparada por la pareja: spaghetti a la carbonara. Fue cuando todos acabaron de comer, que Corazón comenzó a platicarles sobre lo que comentó al teléfono.
-Verás, Law. Con Mihawk hemos llevado a cabo una investigación que cambia por completo el rumbo de las cosas. Verás... Lami fue voluntariamente hacia la escena del crímen.
-¿De qué hablas? Papá, razona un poco. ¿Que haría Lami en el hospital abandonado?
-Verás... Ojos de Halcón tiene una teoría. No sé si estás preparado para oírlo, yo aún no lo acepto pero... Él dice que Lami vendía... Drogas. - Corazón finalizó con un intenso dolor en el pecho.
-Esos hijos de puta... Voy a matar a el imbécil que hizo esas acusaciones, y dile a tu hermano que si esto llega a ser cierto, voy a hacerlo sufrir por no hacer su trabajo.
Los dos restantes en la habitación quedaron atónitos ante la situación. Kid quiso decir algo, pero Law le respondió con un grito lleno de frustración antes de irse al cuarto que compartían.
-Bueno, me toca el sofá - suspiró el pelirrojo.
-Nunca había visto a Law así - dijo asustado Corazón.
-Ni yo, aunque, lo de Lami lo afectó mucho. Está bastante sensible con el tema. Aunque hasta ahora no había reaccionado de forma agresiva...
-Seguro estará bien. Es un chico fuerte, y nos tiene a todos aquí para él - sonrió el rubio. - Por cierto, Kid, ¿Quieres salir a dar un paseo? Creo que a Law le gustaría tener su espacio, yo también me enojé con Mihawk cuando me lo dijo.
-Claro. Vamos andando si quieres, quizá podamos hablar un poco de todo.
Los dos hombres salieron y los recibió una agradable brisa. El otoño estaba por terminar, dentro de poco sería invierno, por lo que era agradable disfrutar de las últimas brisas no congelantes del año.
-Por cierto, ¿Te importa si te hablo de algunas cuestiones que me tienen agobiado? Sé que no tenemos mucho trato, pero no tengo con quién hablar realmente.
-No te preocupes, soy todo oídos. También tengo preguntas que hacerte.
-Bueno, pues... Los tres colegas más cercanos en el trabajo ahora mismo son Doffy, Mihawk y Shanks. El problema es que, los tres están muy raros...
-¿Por quién quieres empezar?
-Supongo que Doffy. Por cierto, deberíamos sentarnos en algún lado. ¿Qué tal ese banco? - señaló uno que se encontraba a unos 10 metros.
Caminaron hasta él y se acomodaron, algo les decía que iba a ser una extensa plática cuanto menos.
-Bueno, Doffy. Él está fuera de casa mucho tiempo. Yo estoy muy metido en el caso de Lami todo el día, es todo lo que hago. Aún así, noto que hay muchas noches donde no duerme en casa, eso es raro.
-¿No crees que tendrá una pareja?
-Eso creo. Pero se ve como algo bastante serio para ser él. Aún así, no lo ha traído a casa ni mucho menos, es raro...
-No lo sé, quizá con el tiempo lo hace. Yo nunca he llevado a Law a casa, por ejemplo. Pero si es algo estable y serio quizá lo haga.
-Entiendo... Luego está Mihawk, que hace unos días entro eufórico preguntando por Shanks. Literalmente viven juntos, y es muy raro.
-No sé qué decirte en esta... Es un tipo raro. Y ese Shanks... Se lo ve muy amable, es como que no pega mucho con alguien como Mihawk. Aunque parecen llevarse bien.
-Sí, y hablando de Shanks... Me preocupa mucho. No sé qué le pasa. Ha actuado raro bastante seguido, no sé. Por cierto, el martes pasado no enviaron ningún cuerpo... Rompieron la racha. Veremos si este martes pasa algo.
-Esperemos que no. - suspiró Kid. - Por cierto, Corazón, ¿Sabes algo de "joker"? ¿Tienes idea de qué es?
-Hmm... Creo que se lo he oído mencionar a Doffy. Cuando comenzó a investigar a Kaido. Ya que él tiene gente en sus filas como "Page one", "Who's Who", "Holdem", "Black Maria"...
-Entiendo. Muchas gracias entonces.
Siguieron hablando de diversos temas hasta que comenzó a anochecer. Fue ahí cuando decidieron regresar a casa, y ver si Law estaba mejor, aunque ambos pronosticaban que no.
Al otro lado de la ciudad, Zoro se encontraba leyendo una carta anónima que había aparecido en su puerta. Más que una carta, era una nota, y decía "Este fin de semana, ve a la fiesta de aniversario del pueblo, quédate al lado de la salida de emergencia. No te alejes de ahí".
Estaba algo confundido al terminar de leerlo, aún así, lo había dejado bastante intrigado.