Un Crimen Perfecto (libro 1)

By gendrailybrito1

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Sed de sangre, cuerpos inertes por la ciudad, ellos son el caos tormentoso de Europa, la incapacidad de senti... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29 (final)

Capítulo 15

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By gendrailybrito1

Sara

24/12/2020


Estaba en la sala de estar viendo "El Conjuro", considero que es mi saga de terror favorita, llevaba desde la mañana ahí sin hacer nada, hoy es noche buena y Robert anda como loco diciendo que debemos hacer una gran cena, a lo cual no le encontró mucho sentido porque solo seríamos cuatro con Alan y él. Iba a buscar otro bol de palomitas porque el que había hecho ya se me había terminado antes de tiempo y justo en ese momento la puerta principal se abrió y me detuve al escuchar voces que reconozco solo al escucharlas.

—¡Llegamos! –Klaus sonríe de oreja a oreja, Athan venía con ellos.

—¿Qué hacen aquí? –les pregunto con asombro, volví a dejar el bol en la mesa de centro donde había estado antes.

—¿Pensabas qué te abandonaríamos en navidad? –dice Nadia tirándose a mis brazos.

—Suéltame –le digo, pero no me hace caso –no me lo esperaba, ¿por eso Robert anda desesperado por la cena? –la pregunta fue dirigida a Athan y él asiente.

Klaus, Nadia y Mauro estaban aquí en Berlín, mis padres me habían llamado el día anterior que no podrían venir por asuntos pendientes, ayude a Athan a llevar maletas y a mostrarles dónde se quedarían a dormir, Nadia optó por dormir conmigo y por mí no había problema alguno con eso.

Me cambié de ropa por la insistencia de los chicos por salir a comprar regalos de última hora, mi emoción por la festividad estaba nula, siempre he escuchado la pequeña frase de "un milagro navideño" y eso era justo lo que espero recibir este día, aunque ya ha empezado, arregle mi pelo en una coleta y busque un bolso para irme, mi teléfono sonó dándome la señal de que un nuevo mensaje había llegado.

Desconocido
Espero que te guste la cena de esta noche, solo te escribo para un recado especial; tú y tus amigos deben regresar a Manchester lo antes posible, para ayer ya es tarde.

Yo
Felices fiestas para ti (nota el gran sarcasmo), te aguantas.

Guardé el teléfono en el bolso y salí de la habitación hasta la sala de estar donde estaban todos esperándome, está de más decir que duramos unas cuántas horas en las tiendas, Athan se había desaparecido y no había llegado con nosotros a la casa, por suerte llevábamos dos autos y nos regresamos con el que conducía Mauro.

Gracias a que todo estaba arreglado solo debíamos poner los regalos envueltos debajo del árbol, Nadia se quedó con Robert haciendo galletas navideñas en la cocina así que me toco irme sola a elegir algo que ponerme, apenas abrí la puerta de la habitación me quedé paralizada en el marco de la puerta mirando directo a mi cama, sobre la cama reposaba una caja medianamente grande de color blanco con unos listones negros.

Entre a la habitación y cerré la puerta detrás de mí con seguro, sí es algo malo nadie debe saberlo, me acerqué a la cama con cuidado, mientras más me acercaba podía visualizar una tarjeta sobre esta, tomé en mis manos la tarjeta, la aprecio unos segundos antes de empezarla a leerla.

"Quizás la navidad no sea de tu agrado, pero quiero demostrarte que puede ser de cierta forma alegre en distintas perspectivas, quiero verte sonreír esta noche y es la primera noche buena que pasamos juntos, no suelo hacer este tipo de cosas, tampoco sé elegir el regalo adecuado para las chicas, espero que te guste y deseo con ansias que te sorprendas con lo que prepare para esta noche, es cierto lo que dicen sobre que el dinero mueve montañas.

Athan Fischer."

Sonreí, dejé a un lado la tarjeta y deshice el lazo, no podía esperar ver el contenido de la caja, la abrí y lo primero que vi me ensanchó más la sonrisa, lencería elegante, de encaje se llamativo y me lanzaría a decir que fina se posó en mis ojos, me encantó el detalle del color blanco que hará resaltar mi piel, la tomé en mis manos y la aprecié, "adoro la lencería".




***


Bajé los últimos escalones con Nadia, los chicos tomaban una copa de vino mientras nos esperaban, Athan nos apuró a que nos cambiáramos porque nos tenía una sorpresa de la cual no teníamos ninguna idea de que era, me vestí con un pantalón Palazzo rosa pastel, una blusa blanca de tirantes y de seda, para el calzado opté por unos zapatitos color blancos.

—¿Entonces cuál es la sorpresa? –digo llamado la atención de los chicos.

—Debemos ir hasta ella –me responde Athan dejando su copa de vino en la mesa de centro.

—¿En serio? –digo, pero él me ignora tomando paso a la entrada principal de la casa.

—Andando, no sabemos si encontramos algo interesante –dice Klaus pasando una de sus manos por mis hombros.

No le respondí, antes de salir tome una gabardina que estaba en los ganchos del pasillo de entrada y salimos, emprendimos un viaje en auto de unos 10 minutos, al final llegamos a un edificio del cual solo podía opinar sobre su fachada evidentemente remodelada reciente, apenas nos acercamos al edificio pude escuchar música navideña que se reproducía desde su interior, instantáneamente mire a Athan con mala cara.

Él nos insisto a que entráramos, mi corazón se llenó de alegría cuando entramos. Niños corrían por todas partes y el interior era cálido, al parecer si se encontró un milagro navideño, en mi campo de visión pude ver una gran barra tipo bufete con una gran variedad de comida, un árbol de navidad delicadamente decorado, sonreí y juro que en mis ojos se había instalado un brillo indudable.

—Tarde comprando regalos, debía terminar de comprar las cosas para ellos –dice Athan mientras se acercaba a mí, mientras los demás miraban el lugar –¿te gusta el milagro navideño? –susurra solo para mí.

—Me encanta, ¿Robert cocinaba para ellos? –le pregunto mirándolo a los ojos.

—Algunas cosas, otras están preparadas en la casa para cuando terminemos aquí.

Asiento con la cabeza, Athan me explico que serviríamos comida, como también socializaríamos un rato con los niños, no se me hizo difícil jugar y hablar con los pequeños ya que me llevo bien con los niños. Cuando servíamos la comida no paraba de mirar de reojo a Athan, se veía súper tierno siendo amable con los pequeños, para ser sincera no me esperaba este grato detalle de su parte.

Al terminar de servir seguí jugando con algunos de los pequeños, principalmente con una pequeña que llamó mucho mi atención, por un momento se desapareció de mi campo de visión pero poco después de buscarla la encontré sentada como indio frente al árbol de navidad, me acerqué a ella, la tome de los hombros para sorprenderla.

—Así que aquí estás, estuve buscándote –le digo sentándome igual que ella a su lado.

—Apreciaba las luces –sus palabras tenían un tono tierno que me derretía de amor, quitó su vista de las luces y me miró a mí –¿te gusta navidad? –su sonrisa era cálida.

—¿A quién no?, mira cuanta alegría hay –le digo hipócritamente, a fin de cuentas, es solo una niña.

—A mí no me gusta –sus palabras quitaron mi sonrisa de la cara.

—¿Por qué, pequeña? –le pregunto confundida.

—Porque no tengo papás que me quieran, dicen que la navidad es para pasarla en familia –sus palabras chocaron con mi corazón, sin pensarlo la atraje a mí, envolviéndola entre mis brazos.

—Hey, no es así, tienes una gran familia aquí y a lo que puedo ver le agradas a todos –ella no me respondió.


***


No paraba de dar vueltas en la cama, mi cabeza no deja de generar ideas y de atraer los recuerdos de Athan y míos en la noche después del club, desde que llegamos del orfanato me duché y me metí a la cama, llevaba lencería desde entonces, la que me regaló Athan para ser exactos, mire a Nadia que estaba plácidamente dormida a mi lado, me quite las sábanas con cuidado y salí de la cómoda cama a buscar algo que no debo.

Salí de la habitación con dirección a la que me queda al lado, no toque y simplemente entré, sobre la oscuridad de la habitación lo pude ver acostado en su cama gracias a la iluminación que da la luna a través del gran ventanal de su habitación, pude notar que estaba despierto y sus ojos me miraban a mí, "joder", me acerqué a la cama y me quede parada en el borde.

—¿Necesitas algo? –su voz salió más grave de lo normal y solo con ese tono una ola de calor recorrió mi cuerpo.

—Quiero preguntarte cuándo estrenamos tus regalos –le digo quitándome el camisón que llevaba como pijama, quedando solo con la lencería.

Athan me recorrió con la mirada, se levantó de la cama y se dirigió a la puerta, cuando pienso que la abrirá para echarme él le coloca el seguro y regresa a mí, se sentó en el borde de la cama, me tomó de la cintura y besó mi vientre.

—Supongo que estrenaremos uno justo ahora –me sentó en sus piernas, me agarro de la nuca y empezó a besarme, le correspondí el beso gustosa.

Con un movimiento rápido quede tendida en la cama, él hizo un camino de besos desde mi parte baja hasta mi clavícula, ya que no tenía camiseta pude tocar todo su torso sin impedimentos, él besaba mi cuello, acción que hacía que mi cuerpo entrara en calor, me elevó solo uno poco para quitarme el sostén. Se siente extraño desear a una persona que no conoces del todo, y lo peor es que su tacto te enloquezca en segundos, desconecte mi mente de la situación solo para disfrutarla.

Athan jugaba con mis pechos, justo cuando iba a bajar a quitar mis bragas recordé lo que hizo la noche de la discoteca, con fuerza lo tumbé en la cama quedando yo encima de él, sonreí de lado y me acerqué a su oído.

—Hoy no jugarás conmigo –me aleje después de escuchar un gruñido salir de sus labios.

Me deshice del pantalón de pijama que traía puesto, en su bóxer se reflejaba una muy notable erección, trepe lento su cuerpo hasta llegar al nivel de su cara, sus labios son exquisitos no puedo evitar besarlos, me tomó de la cintura pegando nuestras pelvis, sentí como tu erección se endurecía aún más.

Me separé de sus labios y empecé a dejar un camino de besos por todo su abdomen hasta el borde de su bóxer, no necesitaba esperar o siquiera analizar lo que haría, se lo quite liberando su pene, por Dios este hombre debe estar orgulloso de la semejante pieza que posee, lo acaricie con delicadeza para después introducirlo en mi boca, empecé a hacerle el mejor trabajo que podía en su miembro.





Athan


La pelinegra hace un buen trabajo con su mamada, me atrevería a decir que es una de las mejores que me han hecho, desde que entró a mi habitación me entraron ganas de arrancarle todo y penetrarla, mi mano acarició su cabello y lo sujetó en una coleta, me gusta tener el control de todo, pero esta chica también es dominante, la aparte y la sujete del cuello haciendo que ella quedara en la posición que yo estaba.

Es excitante el solo verla, tiene una simpleza que no todo mundo posee y que atrae a quien ella quisiera, la lencería que había escogido para ella le quedaba espectacular, le resaltaba el color de su piel y me daban ganas de marcársela.

Prácticamente le arranqué la braga haciendo que se sobresaltara, no tengo intención de hacerle un oral porque solo pienso en penetrarla en estos momentos, mojé dos de mis dedos en su humedad, masajee un poco su clítoris para darle placer, dejé de hacerlo y coloqué mi pene en su entrada.

—Espera –ella colocó una de sus delicadas manos en la mía que sujetaba mi miembro –¿no usaremos protección? –mire sus ojos cafés buscando una pizca de chiste.

—Conmigo no tienes que preocuparte, aparte me molesta utilizarlo –ella se quedó mirándome fijamente –solo confía, por favor –no dijo nada solo apartó la mano y dejó que siguiera mi trabajo.

Finalmente la penetré, se sintió tan jodidamente bien entrar en su interior, ella soltó un leve gemido acompañado de un apretón en mis antebrazos que solo consiguió que me prendió un poco más, comencé lento, pues no tenía prisa en la situación y ella necesita adaptarse a mí, poco después me desesperé de mi propio ritmo, sin previo aviso tomé una de sus piernas y la llevé hasta mi hombro, la tomó de sorpresa y aceleré la velocidad.

No sé qué me pasa con ella, desde que chocamos en la noche de la recaudación me atrajo, no es de mi tipo soy más de pieles morenas, ella no es de las que llama la atención con solo verla, pero juro que tiene un mecanismo en la manera en la que habla que atrapa a cualquiera, la noche del club me encantó como bailaba, en aquel momento no quería que ningún imbécil la tocara.

Baje su pierna y acerqué mi torso más al de ella, su respiración estaba agitada, es silenciosa supongo que es por sus amigos, empezó a soltar leves gemidos audibles para ambos, "es una perra inteligente", aumente más la velocidad cuando sentí que venía el clímax, ella clavó sus uñas en mi espalda indicándome que ella estaba por llegar también, por otro lado, su vagina me lo indicó, sin más nada que esperar llegó su orgasmo, la embestí un poco más hasta que me vine.

—Al final sí me hiciste sentir a flor de piel cada embestida –sonreí en mi interior.

No le dije nada porque no me apetecía, soy de los que prefieren el silencio después del sexo, la atraje hasta mi pecho y nos cubrí con unas sábanas, no creo que le apetezca dormir en su cama hoy aparte de que no la quiero dejar ir, intencionalmente le acaricie la espalda hasta que se quedó profundamente dormida.

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