C a p 10

79 4 2
                                    

¿Qué? Estoy hecha un mar de confusiones.
—¿Qué? —repetí en voz alta.
—Es una larga historia... ¿Quieres ir a tomar algo? Así te despejas un rato.
Ya había tomado un frappuccino hace unos cuarenta minutos, pero no me importaba tomar otro... todo sea por saber la verdad.
—Para empezar, ¿qué hacías en el Florence Park y por qué no estabas haciendo tu examen?
¿Cómo sabía eso? En vez de responder a su mini interrogatorio, decidí defenderme:
—Para empezar, ¿cómo sabías que hoy tenía un examen? No recuerdo habértelo contado hace tres semanas atrás.
Su mirada de obviedad me cohibió un poco.
—Se supone que ya te conté que te estaba siguiendo hace tres semanas atrás?
—Sí, eso lo sé. Pero eso significa... ¿que durante estas semanas estuviste detrás mío aún sin habernos visto?
—Bueno, no hay mucho que pueda hacer estando en libertad condicional... además, me despidieron de mi trabajo, ¿recuerdas?
Le di la razón, aunque ahora mis pensamientos dispararon hacia otro lado: Matt siguiéndome. A una velocidad récord, los recuerdos de estas últimas tres semanas bombardearon mi mente. He cambiado bastante, mi concentración ha disminuido y admito que me encontré pensando, distraída la mayor parte del tiempo, a veces observando mi celular, sopesando la idea de enviar un mensaje o quedarme con las ganas. ¿Se habrá dado cuenta de todo este nuevo comportamiento? ¿Sabrá que él lo ocasionó?
—¿Y bien? —su inquietud invadió mis pensamientos.
—¿Vas a contarme esa historia o no?
—¿Vas a contestarme lo que te pregunté? —contraatacó.

¿Es que nuestro juego no se iba a terminar?
—Bueno... no he querido presentarme, punto.
—¿Por qué no?
—¿Importa?
—Sí, es un tema importante.
—No viene al caso.
—Valeria, por favor. No la hagas difícil.
—No me sentía segura, de acuerdo? No le dediqué el tiempo suficiente al estudio.
—¿Pero sucede algo si no te presentas?
—No estoy segura. Pero no será algo grave.
—¿Y si pierdes el año?
—¿Por qué esa preocupación por mis estudios tan repentina? De verdad que no pasa nada. Sólo quería hacer algo por mí en vez de cumplir con una obligación.
—Pero han tratado de asaltarte. Quién sabe qué hubiera pasado si yo no aparecía.
—No contaba con ello, bien? No tenía idea de lo que podría ocurrir. De verdad que no contaba con ello —me defendí. —Ahora, ¿piensas contarme o no? Llevamos media hora discutiendo sin llegar a ninguna parte.
—Bueno, está bien. Tienes razón. Mark… es un amigo mío.
—Creo haber escuchado la palabra "amigo" por parte de él. ¿Qué es lo nuevo?
—Más bien era.
Mi mirada confundida lo debió haber dicho todo.
—Las cosas con él habían dejado de funcionar progresivamente a lo largo de todos nuestros “trabajos” juntos. Ya en el último habían empeorado.
—¿Trabajos? —pregunté un tanto desorientada.
—Bueno, sí. Por algo estuve preso y ahora estoy en libertad convencional, no? Él y yo hacíamos ciertos encargos que nos pedían. Lográbamos terminarlos en seguida y con éxito. Casi nunca nos fue mal con un pedido.
—Hasta que...?
—Hasta que comenzó a centrarse más en el dinero que recibía por ello. Comenzó a aceptar encargos mucho más... delicados, de los cuales yo no era muy partidario para ser sincero. A partir de ahí las cosas comenzaron a ponerse feas.
— ¿A qué te refieres con “delicados”?
—Ya sabes... —parecía frustrado al tener que decir la palabra, ya que yo no me daba una idea de ello—asesinatos.
Me invadió un miedo del cual no tenía noción de su existencia hasta ahora.
—Tranquila, nunca maté a nadie. Como dije, yo no era partidario de ello. —se explicó y decidió proseguir una vez que corroboró que le creía—. Ese día habíamos acordado trabajar por última vez juntos. Que si esto funcionaba y nos pagaban, yo me iba por un lado y él por el suyo y ya no tendría que lidiar con estos temas. Hasta que llegó la policía...
—¿Los habían descubierto de antemano?
—Alguien había llamado informando que notó cierta situación sospechosa, pero ellos solo habían parado para preguntarnos si sabíamos algo de aquello. Mark se hizo el desentendido pero yo no pude abstenerme y me entregué... con lo cual Mark también cayó en prisión conmigo. Yo lo traje a esto conmigo. Y el juró vengarse.
—¿Pero ya habían cometido el crimen?
—No, nunca asesinamos a esa persona.
—¿Y entonces por qué te sigue? ¿Por qué tu estas en libertad condicional y él es libre?
—Alguien pagó su fianza, dejándolo en libertad. Pero prometió vengarse de aquello. A eso voy con que tu "asalto" no fue una simple coincidencia.
—¿A qué te refieres?
—Debe haber estado siguiéndome todo este tiempo. Y debe haberme visto contigo. Lo que significa que... —dejó la frase incompleta, parecía completamente sumido en sus pensamientos. Aquello que estaría por decir lo tendría muy preocupado—: no sólo me está siguiendo a mi, si no ahora también a ti.

+ + +

Primera parte de la maratón ya que llegamos a las 1.000 LECTURAS! No se imaginan lo feliz que soy, en serio. Para cualquiera debe ser una pavada y que mil no es nada pero para mí es un montón! Y cuando empecé a publicarla no creí llegar a este número ni de lejos. Así que gracias, gracias, gracias, millones de gracias por darle una oportunidad a esta novela.

Si les gustó haganmelo saber con un voto o comentario! Gracias de nuevo ♥

Recuerdos de un crimen © [PAUSADA]Where stories live. Discover now