C a p 12

95 2 1
                                    

Hoy ya es Viernes y se cumplió una semana. Y con total certeza puedo decir: Valeria tenía razón.

Estuve tranquila toda la semana, no pasó nada de lo que me tenía que preocupar. Incluso, a pesar de mis continuas ganas de querer enviarle un mensaje para entablar una conversación, pude autocontrolarme.

«En tu cara, Matt», pensé con autosuficiencia mientras me dirigía a la clase de Biotecnología que empezaba en cinco minutos. Phoebe me interceptó en el pasillo. «Oh no, llegaré tarde de nuevo...». Una vez que empezaba a hablar, ya no paraba.

—Con vos quería hablar, querida amiga —dijo al parecer aliviada de haberme encontrado—. ¿Dónde diablos te metiste? No te vi más en mi vida.

—Yo eh... lo siento, es que... —«es que un tipo me estuvo acosando un año entero, se presentó con un secuestro hace un mes y ahora otro tipo ex amigo de él también me está acosando. Oh, y el primero quiere que viva con él»— estaba preparando los finales —logré decir.

—¿Los finales? ¡Pero si son recién en Diciembre! —no parecía bastante convencida.

—Es que quería adelantar un poco. Ya sabes... Biotecnología es complicada y me cuesta.

—Oh por favor Valeria, a mi no me engañas. ¿Qué te está pasando? Te noté bastante rara desde hace como tres semanas.

«Qué maldita, cómo te odio», pensé. «¡No se te pasa nada!».

—Qué maldita eres —le largué. Eso pareció hacerla sonreír. Al parecer algunas cosas en nuestra relación no cambiaban nunca.

—Lo sé —dijo poniendo cara angelical—. ¿Vas a decirme qué te pasa o no?

—Bueno, ya sabes... He conocido un chico, y...

—¡Lo sabía! Era eso o entraste en tus crisis de extrañitis de hogar de nuevo.

—¿Lo sabías? —pregunte incrédula—. ¿Desde cuándo?

—Valeria por favor, he notado lo distraída que estabas. Incluso en las materias donde no te veía, te cruzaba en los pasillos y estabas en otra. Pero bueno, no quiero entrar en detalle de señales. Cuéntame, ¿es guapo? ¿Soltero? ¿Engaña a alguien contigo?

No tuve que regañarla, simplemente mi cara lo dijo todo.

—Obviamente ninguna de las tres. Bueno, la primera sí... Sobre las otras no sé nada. La verdad es que sé poco y nada de él. La forma en la que empezaron las cosas...

—Oh no, no quiero que me cuentes la historia ahora. ¿Sabes? Podríamos volver a quedar en algún lado así hablamos. Yo también tengo que contarte cosas.

—Déjame ver, un tema que empieza con ‘J’ y termina con ‘osh’? —pregunté pícara.

—Más directa no puedes, cierto? —respondió un tanto cohibida.

—Sabes que no puedo, perdona. Ahora, debería haber entrado hace diez minutos. ¿Te importa si dejamos todo esto para otro día?

—Claro, ¿cuándo puedes?

—Debería fijarme en mi agenda, a ver si no anoté un compromiso y se me olvidó. ¿Te digo luego? Te mandaré un mensaje.

—Me gusta la idea. Que te vaya bien con El Misterioso! Fue lindo verte de nuevo.

—Digo lo mismo.

Le dediqué una de mis más amigables sonrisas y me dirigí hasta mi clase. Sólo debo aguantar cuatro horas y volveré a encontrarme con el misterio en persona.

Salí lo más apresurada que pude. No me reconozco en absoluto, lo admito. Guardé todo a una velocidad récord y ni siquiera me despedí del profesor, como suelo hacer siempre. Ni siquiera reparé en fijarme si me había olvidado algo en mi asiento.

Cuando atravesé la enorme puerta de salida, él fue lo primero que vi. Estaba vestido de la misma forma que la otra vez cuando me había invitado a un café, el primer día que lo "conocí". Se había dejado crecer la barba un poco. «Guau, pasan las semanas y se pone más lindo», pensé. Me observaba dirigirme hacia él con una sonrisa pero ésta no llegaba a sus ojos. Es más, mostraban un tono de preocupación, quizá mucho más que eso. ¿Qué estaría pasando?

Cuando llegué donde estaba, esa sonrisa se había borrado.

—Hola —dije amigablemente.

—Hola —respondió cortante—. ¿Me quieres decir por qué diablos no me enviaste un mensaje en cuanto lo viste? —me preguntó medio enojado.

—¿De qué estás hablando?

—Sabes muy bien de qué estoy hablando.

—Matt, estoy bien. De hecho nunca estuve tan tranquila. Toda la semana ha sido así. No me crees, ¿verdad?

No, era obvio que no lo hacía. Y me gustaría saber qué era lo que lo tenía tan enojado.

Casi en sintonía con mis pensamientos, respondió a mi pregunta:

—Valeria, tu semana no fue tan tranquila como crees. —dijo advirtiéndome. —Lo vi. Mark te estuvo siguiendo.

+ + +

Ya volvimos a las actualizaciones de antes. A partir de este capítulo las cosas van a dar un giro radical, espero que les haya gustado! Gracias por leer ♥

Recuerdos de un crimen © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora