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Fue uno de los viajes más incómodos de mi vida.

El silencio reinó todo el tiempo y sólo se rompía cuando pasaba algún imprevisto, como que un auto iba a velocidad muy reducida o que justo cuando iba a cruzar el semáforo marcaba en rojo y lo obligaba a frenar de golpe. Lo notaba tenso, muy concentrado, como si yo no estuviera ahí presente.

Manejaba a una velocidad muy alta e increíblemente bien, podría esquivar cualquier cosa que se le presente. Parecía un profesional en escapar.

Cuando llegamos al instituto, se detuvo y finalmente me miró.

—   ¿Y bien? —preguntó expectante.

—   ¿Y bien qué?

Esa pregunta, ¿o respuesta? pareció hacerle sonreír.

—Nada, olvídalo… ¿Vas a estar en la cafetería cuando salgas, verdad?

—Eh… sí, voy a estar ahí —dije confundida—. ¿Cómo…?

Pero no pude decir nada más porque estaba haciéndose la hora y debía apurarme, así que sólo salí del auto. Cuando lo estaba rodeando por delante, bajó la ventanilla y me llamó.

—Una cosa más: trata de no quedarte hablando con Phoebe. A veces te distrae mucho.

Asentí y le di la espalda, apurándome a llegar antes de que cierren la puerta. ¿Cómo diablos sabe de Phoebe? Cada vez entendía menos.

El profesor estaba compartiéndome sus correcciones a mi último trabajo, pero no parecía importarme demasiado. De todas formas tenía un 9. Durante toda la hora estuve pensando en lo acontecido en las últimas 24 horas y haciéndome preguntas.

Agradecí que era sábado y ese día sólo cursaba Biología, por lo que ya era hora de irme. Phoebe me llamó por lo lejos; imaginé que quería contarme los planes que tenía con su novio para este fin de semana pero yo no quería saber nada de eso hoy. Además, yo ya tenía planes…

Le dije que me sentía un poco estresada y quería ir por un café, pero en cuanto se ofreció a acompañarme le contesté que sólo iba a comprarlo y me iría, no me quedaría a tomarlo en el local. Pareció no creerme y pensé que iba a empezar a interrogarme, pero en vez de eso me saludó y se fue. «Bueno, eso ha ido más fácil de lo que pensé».

Apurando el paso, me dirigí hasta la cafetería. Me preguntaba si él estaría esperándome o si sólo fue un secuestro “express” para sacarme algún tipo de información, ya que yo hablaba dormida y vivía confesando cosas. Gran defecto mío.

No necesité dar la vuelta para llegar al lugar donde yo siempre me sentaba. Ni siquiera tuve la necesidad de entrar. Él ya se encontraba ahí afuera.

Estaba apoyado contra la pared, con los brazos cruzados y un pie ligeramente levantado contra ésta. Se había cambiado la ropa y a juzgar por su apariencia, también bañado. Llevaba una remera blanca holgada, unos jeans gastados y llevaba el pelo revuelto, todavía un poco mojado. Parecía de película. Se quedó en esa posición hasta que los dos estuvimos a unos centímetros de distancia. ¿Me había dado cuenta antes de lo guapo que era?

—   ¿No quieres tomar un frappuccino? —me preguntó.

—No… pensé que tenías apuro.

—No, está bien. Vamos a tomar algo, yo invito.

+ + +

¡Hola! Espero que les haya gustado el capítulo, y también el hecho de que tenga una foto para todos jajaja Decidí publicar una imagen con cada capítulo a modo de "ilustración" y que creo que resume la idea de cada uno. 
Si les gustó no se olviden de dejar un voto/comentario. Cualquiera de las dos que elijan, me haría feliz :) Hasta el próximo! Gracias por leer
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Recuerdos de un crimen © [PAUSADA]Where stories live. Discover now