♡CAPITULO 26♡

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*ADVERTENCIA*: Éste capítulo contiene narrativa explicita. No me hago responsable de futuros traumas.

—Oh, mierda —dijo Jean entre dientes mientras sus manos elevaban mi cuerpo con cuidado. 

Me sentí vacío cuando su miembro abandonó mi interior y me depositó con cuidado sobre la cama.

—Ahora vuelvo, ¿de acuerdo?, no vayas a moverte ni un centímetro —dijo caminando hacia la puerta de la habitación, abriéndola de golpe, asomándose hacia afuera.

Mostrándome una breve vista de su trasero antes de desaparecer desnudo por el pasillo. 

¿Qué diablos estaba haciendo?... 

Cuando volvió, llevaba una pequeña caja bailando entre sus manos. Sus ojos encontraron los míos, al tiempo que una sonrisa coqueta se deslizaba por sus labios.

Cerró la puerta cuidadosamente y lo vi echar el seguro antes de abrir la caja y sacar un pequeño envoltorio de aluminio. Eran los condones.

Acaso el los habia guardado para usarlos conmigo?...

Sentí mis mejillas calentarse cuando lo vi rasgar el material con los dientes, sin despegar sus ojos de los míos.

Trabajó colocando el condón en su miembro antes de acercar su rostro al mío y besarme con fuerza, haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera en respuesta.

—Así está mejor —ronroneó contra mi boca mientras se sentaba sobre la cama, y haciendo que yo me sentára a horcadas sobre él. 

Su mano viajó a mi miembro, deslizando pequeñas y cadenciosas caricias mientras yo gemía suavemente bajo su toque experto.

Sin previo aviso, se colocó en mi entrada y tragué duro. 

Nuestros alientos se mezclaron mientras el, lentamente, se hundia en mi, abri la boca en una exclamación silenciosa.

Sintiéndolo profundamente. Mi cabeza cayó hacia atrás y una estela de besos fue dibujada en mi cuello y mi mandíbula mientras las manos de Jean se aferraban a mis caderas, guiándome hacia arriba y después hacia abajo, en un ritmo lento y pausado. 

Yo estaba montando a Jean, era la primera vez que lo haciamos en esta posición.

Comenzamos a movernos suavemente, con torpeza, mientras yo experimentaba la sensación de estar al mando. Llevando el ritmo. No era algo sencillo de hacer. 

Jean guió mis caderas besando mi hombro y mi cuello desenfrenadamente sin cesar mientras yo me aferraba a sus hombros con fuerza. La sensación de él debajo de mí era abrumadora. 

—Te amo —susurró deslizando sus manos en caricias suaves sobre mi cintura. 

Yo no pude responder, estaba demasiado conmocionado por la oleada placentera que me estaba elevando. Pronto, una fina capa de sudor cubrió mi cuerpo y el suyo, mientras nos balanceábamos a un ritmo lento, dulce y pausado.

Lo unico que se escuchaba en la habitación era el sonido de nuetras pieles chocando, el sonido de la cama rechinando por nuestros movimientos, y el sonido de nuestros gemidos.

Su mano encontró mi miembro en caricias suaves, y mis piernas temblaron ante lo que estaba construyéndose dentro de mí. 

Pequeños gemidos provenientes de mis labios entreabiertos irrumpían la quietud de la habitación, y pronto, me encontré aferrándome a Jean en un abrazo intenso y fuerte. 

Un gruñido proveniente de su garganta hizo que me estremeciera, entonces, nuestro ritmo se aceleró sólo un poco. De pronto, Jean detuvo mis movimientos, mientras se levantaba de la cama, conmigo sobre él, con él dentro mio...

Mis piernas se enredaron en sus caderas y chillé de sorpresa. Me depositó suavemente sobre la cama, mientras una risa ronca brotaba de sus labios. 

—Tan hermoso... —murmuró antes de unir sus labios a los míos en un beso dulce. 

Nuestros cuerpos estaban unidos, pero no se movía. Comenzó a dibujar besos suaves por la piel de mi cuello, mis clavículas y mis hombros.

—¿Estás listo? Voy a hacerte sentir tan bien.. —espetó Jean.

Pero no tuve oportunidad de responder. 

Los movimientos volvieron de forma un poco más intensa y profunda que antes y gemí ante la profundidad que estaba tomando.

El sonidos de nuestros cuerpos chocando se volvió más fuerte.

Ahora Jean estaba al mando, estaba sobre mí, entrando y saliendo de dentro mio.

Mis caderas chocaban con las suyas. 

—J-jean—resollé en un susurro incoherente. 

Mis uñas se clavaron en la piel de su espalda, mientras me preparaba para lo que estaba a punto de suceder.

Todo mi cuerpo temblaba y zumbaba de deseo y placer. Definitivamente cada vez que pasaba, era mejor. 

Entonces, sucedió. Todo mi cuerpo se tensó, mis uñas se clavaron en su piel con más profundidad, mis piernas se tensaron enredadas en sus caderas y todo mi cuerpo convulsionó debido al placer abrasador que me estaba consumiendo. 

Jean gimió roncamente, atrapando un grito proveniente de mis labios, tensándose sobre mí, para luego desplomarse sobre mi cuerpo. 

Nuestras respiraciones entrecortadas eran lo único que irrumpía el silencio de la habitación. 

—¿Estás bien? —preguntó, tras un silencio cómodo y cálido. 

—Mejor que nunca —susurré suavemente, acariciando su cabello. 

—Dime, por favor, que esto quiere decir que tú y yo estamos juntos otra vez. —dijo Jean, haciéndome sonreír por el tono preocupado y desesperado de su voz. 

—¿Crees que haría esto contigo sin esperar que estemos juntos de nuevo?, la noche que te emborrachaste, pensaba que todo se había solucionado entre nosotros —dije, suavemente, acariciando su espalda con pequeños círculos. 

—Soy un idiota... —masculló—, discúlpame, Libardo. Nunca quise herirte como esa vez. 

—¿Realmente no ibas a hacer nada con Brianda? —pregunté, porque tenía que saberlo. 

—Por supuesto que no. Iba a entregarle su ropa interior. Ya te lo había dicho, aproveché el momento para librarme de beber todo lo que querían darme. Nunca ha pasado nada entre ella y yo. Nunca nada como esto —afirmó y su mirada se alzó para encontrar la mía, buscando confianza. 

Yo acaricié su mejilla con las yemas de mis dedos

—Te creo. Confío en ti. —susurré. 

—¿Me amas? —preguntó. 

—Te amo como jamás he amado a nadie en ésta vida, Jean Carlo León. Nunca, escúchame bien: NUNCA voy a amar a nadie como te amo a ti. —afirmé, sintiendo las emociones revoloteando dentro de mi pecho. 

Sus labios encontraron los míos en un cálido y tierno beso, y me permití absorber todo el amor que él me ofrecía.

Teníamos que hacer que esto funcionara. Y yo iba a poner absolutamente todo de mi parte...

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Okey, Aqui tienen la segunda parte de la noche apasionada jajaa

Ya vayanse a dormir 👉👈

Dejen en los comentarios que les parecio el capitulo♡

Voten si les gusto♡

AUNQUE PUEDAS VERME -LIEAN #2 (TERMINADA)Where stories live. Discover now