AUNQUE PUEDAS VERME -LIEAN #2 (TERMINADA)

♡CAPITULO 18♡ MARATÓN 6/7

MARATÓN 6/7...

Orson aferró sus manos a mis mejillas suavemente  intentando que yo correspondiera a su beso.

Se apartó de mí un segundo antes de volver a besarme.

Algo en su mirada había cambiado por completo. Algo estaba cambiando entre nosotros y el miedo se instaló en mi pecho al darme cuenta de que no iba a volver a ser lo mismo nunca más. 

Sin decir una palabra, besó mis labios una vez más. Tampoco pude corresponder su gesto, pero él ni siquiera pudo notarlo porque se apartó en un segundo. 

Yo estaba sudoroso, abrumado, aterrorizado y avergonzado de mí mismo.

Esto no tenía que ser de ésta forma. Esto no podía estar pasando así. Él merecía una persona que pudiera entregarse al cien por ciento y yo, en ese momento, no podía. 

Orson deslizó su mano por mi mejilla de forma cariñosa y mi corazón se estrujó dentro de mi pecho. Era un chico realmente dulce. No podía hacerle esto. 

Tomo mi cintura y me levanto en el aire. Yo solo queria salir de ahí y nunca volver.

De pronto, me vi arrancado de sus brazos y jadeé al sentir el suelo firme bajo mis pies. Todo pasó tan rápido que ni siquiera tuve tiempo para reaccionar. 

Jean golpeando a Orson a puño limpio, Orson cayendo al suelo estrepitosamente, gritos ahogados por la música,

Darian mirando, horrorizada, cómo Orson caía al suelo; Naim corriendo para detener a Jean y yo, en medio de todo ese desastre. 

Me quedé paralizado. Mirando, casi en cámara lenta, cómo Orson se limpiaba la sangre proveniente de su boca, cómo Jean se sacudía del agarre de Naim con mucha fuerza, cómo Brianda me miraba como si fuera el peor ser humano de la existencia, cómo Darian corría a auxiliar a Orson... 

No podía moverme. No podía hacer nada que no fuera observar el maldito lío en el que se había convertido mi vida. 

Jean se liberó del agarre de Naim de un tirón y se abalanzó hacia Orson nuevamente, pero ésta vez, me interpuse en su camino. 

Jean se detuvo en seco y me miró fijamente a los ojos. Había ira pura y cruda en su mirada; había coraje, frustración y dolor en ella, y yo no podía dejar de sentirme enfermo por todo lo que estaba provocando.

¿Acaso yo era así de mierda?, me sentía la persona más horrible del planeta. Yo había provocado todo esto. Ahora tenía que arreglarlo. 

—¡JEAN, BASTA! —dije y me sorprendió descubrir la forma en la que mi voz temblaba. No era de coraje, era de tristeza. Estaba destrozado y estaba destrozando todo a mi paso. 

Él me miró, jadeando, mientras su ceño se fruncía.

— Por favor, no hagas esto. Detente. No te hagas más daño. No me lo hagas a mí. Eres más que esto... Fuimos más que esto. —dije, intentando hacerme sonar por encima de la música. 

Jean me miró con aprehensión y sentí las lágrimas resbalar por mis mejillas mientras parpadeaba.

— No quiero esto para ti. No lo quiero para mí. ¿No puedes entender que nos hacemos más un daño que un bien? - le dije.

—Eso no es cierto —replicó Jean con la voz enronquecida. 

—¡Lo es, Jean!, ¡Lo es!, ¡Lo único que hacemos es destruir todo a nuestro paso!, ¡Ya me cansé de destruir todo lo que toco!... —sollocé.—, paremos esto. Por favor. 

—No quiero perderte —escuché cómo su voz se quebraba y cómo sus ojos se volvían fuego mientras me miraba con angustia. 

—¿No te das cuenta de que nos hemos perdido hace mucho tiempo? —dije, sintiendo dolor con mis propias palabras, porque eran ciertas. Hacía mucho tiempo que él me había perdido y que yo lo había perdido a él. 

—¿Estás con él? —inquirió, haciendo una seña tosca en dirección a Orson, quien estaba poniéndose de pie. 

Yo miré a Jean fijamente y me sinceré

—: No....no lo sé —me encogí de hombros.—, supongo que lo iré descubriendo poco a poco. No estoy listo para una relación. 

—Lo besaste. —me recriminó. 

Una risa irónica salió de mis labios.

—¿Quieres tocar ese punto? —pregunté, comenzando a molestarme.—, Jean, no se trata de quién ha dañado más a quién. Se trata de seguir. Se trata de... De detener esto. Se trata de superar y olvidar. 

—No quiero olvidar. 

—Yo tampoco... —me sinceré. —, pero es necesario. 

—Joven, voy a pedirle que me acompañe a la puerta —dijo el hombre de seguridad que se encontraba en la entrada. 
Jean hizo una mueca de inconformidad, pero me dedicó una mirada aprehensiva antes de seguir al hombre hacia afuera del establecimiento. 

Era momento de poner orden en mi vida. Era momento de olvidar y superar.

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Sexto capitulo del Maratón♡

Ya casi acaba el maratón♡

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Voten si les gusto♡