♡CAPITULO 14♡ MARATÓN 2/7

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MARATON 2/7...

No pude cerrar los ojos en toda la noche.  

Los recuerdos pasaban por mi cabeza una y otra vez, como una película sádica, masoquista y dolorosa que no cesaba.

Jean pidiéndome hablar,

Jean a punto de beber quince vasitos de alcohol,

Brianda poniendo su horriblemente asquerosa ropa interior en las manos de él, él caminando hacia ella...

¿Qué podía justificar Jean?, ¿Qué tenía que defender cuando todo estaba claro para mí?... 

Los ojos me ardían por las lágrimas derramadas y todos los músculos de mi pecho dolían por los sollozos reprimidos.

Después de la fiesta, Darian me trajo a casa sin decir una sola palabra, lo cual agradecí infinitamente. No estaba listo para hablar de eso. No estaba listo para afrontar nada. 

Cuando miré el reloj y me di cuenta de que eran las doce del día, me obligué a ponerme de pie y desperezarme.

Me metí en la ducha y ahí lloré una vez más. Era como si mi cuerpo no se cansara de arrojar llanto. Como si no hubiera sido suficiente haber llorado una noche entera por él... 

Había apagado el móvil. Si había llamado, no me había enterado. Si me había escrito, no quería leerlo.

No podía creer lo mucho que podía llegar a lastimar una sola persona. ¿Cuánto daño era capaz de hacerme?, ¿Cuánto daño era capaz de soportar yo?... 

Al salir de la ducha, ni siquiera me molesté en mirarme en el espejo. Me daba miedo lo que iba a encontrar en el reflejo, pero casi podía imaginarlo: alguien completamente diferente a mi me estaría mirando fijamente y la frustración volvería. 

Cuando bajé a la sala, me encontré con la solitaria estancia de la sala y una nota en braille en la mesa. 

"Salimos a casa de tu tía Agnes. Llegaremos tarde. Te amo."Decía.

Suspiré pesadamente y me tiré en el sillón de la sala, mirando un punto fijo en el techo. No puedo decir cuánto tiempo pasó mientras yo dejaba mi mente en blanco, intentando ir a mi propio universo, pero el timbre de la entrada me desperezó por completo.
 
—¡Voy! —grité, a desgana. 

Cuando me puse de pie, me congelé en mi lugar. ¿Y si se trataba de Jean?, no estaba listo para verlo. Mucho menos estaba listo para afrontar la realidad.

Tragué duramente mientras caminaba hacia la puerta. 

—¿Quién es? —dije, con un hilo de voz. 

—¡Oh, vamos, Libi, ábreme! —la voz ronca y alegre de Orson me hizo suspirar aliviado, mientras una parte de mí, sentía una punzada de decepción. 

Sin decir una palabra, abrí la puerta. 

Orson vestía unos pantalones claros y una playera de mangas largas de color negro. Su cabello lucía más alborotado que de costumbre y llevaba una bolsa de supermercado entre los brazos. 

—¡Dios mío!, ¿te has visto en un espejo? —dijo, abriendo los ojos como platos. 

Yo lo miré con cara de pocos amigos mientras me disponía a cerrar la puerta. Él puso el pie para impedir que se cerrara por completo y sonrió diciendo

—: Sólo bromeo. Lo lamento. ¿Puedo pasar? 

—: No creo que sea buena idea. No quiero hablar ahora. 

—¿Quién ha dicho que he venido a hacerte hablar? —inquirió, alzando una ceja mientras una sonrisa bailaba entre sus labios. 

Mi ceño se frunció ligeramente. Y él rodó los ojos mientras sacaba de la bolsa un par de películas de comedia romántica.

AUNQUE PUEDAS VERME -LIEAN #2 (TERMINADA)Where stories live. Discover now