AUNQUE PUEDAS VERME -LIEAN #2 (TERMINADA)

♡CAPITULO 20♡

Mi corazón comenzó a latir a una velocidad inhumana e irregular, pero me obligué a tragar duro e inhalar lentamente.

-¿I-Iremos por él a su casa? -tartamudeé y me maldije en silencio por sentirme nervioso.

Darian hizo otra mueca de nerviosismo y disculpa y masculló

-: Jean está dentro del auto. Pasamos primero por él porque quedaba de paso.- dijo mi mejor amiga.

Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho y, por un momento, me sentí perdido. Abrí la boca para responder, pero no supe qué decir, así que volví a cerrarla.

-Si no quieres ir, lo entiendo... -masculló mi amiga, con la mirada entristecida.

Yo tragué saliva, intentando decidir qué sería lo mejor que podría hacer. Tenía tantas ganas de ir a aquella cabaña. Tenía tantas ganas de pasear y despejarme. ¿Realmente iba a dejar que Jean Carlo León arruinara mis vacaciones?...

-Iré -dije, en un segundo de valentía.

-¿De verdad? -noté la incredulidad y felicidad en el tono de su voz, pero me obligué a sonreír.

-Sí. Hace más de seis meses que Jean y yo no somos nada. Tengo novio, él tiene novia. Ya lo hemos superado. -dije, intentando convencerme a mi mismo de mis palabras.

Pude notar cómo Darian me miraba con comprensión.

-¿Estás seguro de ésto? -volvió a preguntar.

-Completamente -dije, y puse mi mejor sonrisa.

Un suspiro aliviado salió de los labios de mi amiga y yo sonreí suavemente antes de dirigirme al auto.

Naim me miró como si me hubiera vuelto loco, pero no dijo nada mientras abría la puerta trasera para que entrara.

Darian y Naim irian en los asientos delanteros y a mi me tocaba ir atras junto a Jean.

Ni siquiera me digné a mirarlo mientras subía al auto. Sabía que si lo miraba, me acobardaría y saldría corriendo.

Me tomé todo el tiempo del mundo abrochando el cinturón de seguridad y acomodando mi mochila y mi chaqueta gruesa en el suelo del auto antes de suspirar y mirar, de reojo, en dirección a Jean, quien se encontraba sentado justo a mi lado en el reducido espacio del asiento trasero del Jeep.

Llevaba los auriculares puestos y tenía la mirada perdida en un punto en la ventana. Pude observarlo cerrar los ojos con fuerza y tragar saliva antes de dirigir su mirada hacia mí.

Sus ojos cafés se clavaron en mí durante un momento eterno antes de sonreírme y quitarse un audífono.

-Hola. -saludó con aquella voz ronca que tanto me gustaba.

Pude sentir como un escalofrío me recorría la espina dorsal pero me limité a sonreírle de vuelta y decir

-:Hola

-¿Cómo estás? -preguntó.

Darian y Naim subieron al auto, cerrando sus respectivas puertas.

-Bien -respondí, porque era cierto. -. ¿Y tú?

-Bien, también. -asintió.

Darian y Naim nos miraban con cautela y nerviosismo, pero yo le sonreí a Naim y bromeé

-: Más te vale que ese lugar sea tan espectacular como lo describen o voy a hacer que me traigas de regreso.

Pude notar cómo la tensión del auto disminuía notablemente y Naim me sonrió de vuelta mientras encendía el auto.