♡CAPITULO 3♡

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Una semana después de haber entrado a la escuela, tenía a Darian rogándome al teléfono que fuéramos juntos a la fiesta de bienvenida de la fraternidad a la que Naim pertenecía.

Yo sabía que, donde estaba Naim, estaba Jean, así que estaba bastante renuente a ir. 

Sobre todo cuando había oído mil y un comentarios acerca de "Jean Carlo León: la nueva conquista de Brianda Deyanara ." Había intentado hacer oídos sordos con el tema, pero era casi imposible cuando se escuchaban rumores en cada pasillo del campus.

Jean no había intentado comunicarse conmigo después de que le dije que no debía explicarme nada. 

Yo tampoco había intentado enviarle ningún texto o llamarle. Una parte de mí, esperaba que decidiera buscarme él. Que llamara, que me enviara un texto o preguntara por mí, pero no lo hacía. Cada día que pasaba me convencía a mi mismo que todo había terminado y que, por más que intentara, nada nunca volvería a ser como antes. 

-¡No puedes pasarte la vida entera encerrado en tu casa por miedo a encontrarte a Jean en la calle, Libi! -me regañó Darian por teléfono.
 
Yo rodé los ojos al cielo mientras tecleaba el nombre de una de mis viejas canciones favoritas en el buscador de "YouTube".

-No pienso pasarme la vida entera encerrado en mi casa ocultándome de él. Será sólo hasta que la universidad termine. -bromeé. 

-En una hora paso por ti, Libardo. Iremos a esa fiesta, y no voy a discutirlo más contigo. -espetó.

Antes de que yo pudiera replicar nada, Darian me colgó el teléfono.

Por un momento, la idea de pedirle a mi madre que le dijera a mi amiga que me había quedado dormido rondó por mi cabeza, pero entonces, una voz dentro de mi cabeza me gritó: "¡No puedes hacerte eso a ti mismo!, ¡Supéralo, tu nunca huyes de tus problemas!, ¿Qué te pasa ahora?" 

Fue entonces cuando me decidí a asistir a esa dichosa bienvenida, y me metí a la ducha rápidamente. 

Me puse una camiseta ajustada color
negro.. Mi lapso de valor había comenzado e iba a aprovecharlo al máximo. Me puse mis jeans blanco, unos botines negros y me sequé el cabello.

-¡Santo Dios!, ¡Tu camiseta está super entallada , Libi! Resalta mucho tu pequeña cintura, estoy orgullosa de ti -me alagó mi amiga cuando llegó, mientras se sentaba en mi cama. 

Ella vestía unos bonitos shorts de talle alto con un blusón de transparencias. Darian solía lucir como una diosa sin que se lo propusiera. Yo sólo la miré malhumorado por el reflejo del espejo antes de girarme sobre mis talones y encararla. 

-¿Me veo bien?, ¿Luzco vulgar?, ¿Crees que deba cambiar mi camiseta?, ¿No es muy ajustada? -solté rápidamente, angustiado. 

-¡Tranquilo!, es ajustada, pero es sexy, no luces vulgar, no te cambies y te ves precioso, Libi. ¡Vámonos! -dijo, tomando su bolso. 

Yo tomé el mío y una chaqueta para el frío antes de salir, besar a mis padres en la mejilla y subirme al viejo chevy de mi amiga.  

Cuando llegamos a la enorme residencia, la música electrónica ya retumbaba en todo el perímetro.

Caminamos por el pasto hasta la entrada principal y, al entrar, nos topamos de frente con una turba de personas apretujadas, con bebidas en sus manos. 

La música se hizo más intensa mientras nos abríamos paso entre la gente hasta que llegamos a donde un DJ mezclaba canciones de moda. Una improvisada pista de baile estaba abarrotada y Darian brincó, emocionada, mientras buscaba con la mirada a Naim. 

AUNQUE PUEDAS VERME -LIEAN #2 (TERMINADA)Where stories live. Discover now