♡CAPITULO 23♡

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Esperaba que la cena fuera incómoda. Esperaba sentirme tenso y nervioso, pero era todo lo contrario. Naim y Darian reían y tonteaban contagiándonos a Jean y a mí con su buen humor.

Cuando me di cuenta, yo estaba riendo de los comentarios bobos y sin sentido que Jean y Naim se dedicaban.

A veces, me sorprendía a mí mismo mirando a Jean fijamente, observando su manera de sonreír, su manera de arrastrar las palabras al hablar, su manía de agarrarse el cabello y pasar sus dedos pulgar e índice por su labio inferior. Cómo se sentaba con el cuerpo encorvado hacia adelante, con los codos sobre la mesa, poniéndole toda la atención posible a mis comentarios...

Me sorprendí cuando me di cuenta de que estábamos tan cerca en la mesa, que podía sentir su rodilla rozando la mía suavemente por debajo de la mesa.

Nos encontrabamos en un bar del pequeño pueblo. Era un lugar acogedor, alumbrado con pequeñas velas, haciéndolo romántico y rústico al mismo tiempo.

Al fondo de la habitación, se encontraba un chico tocando la guitarra, cantando canciones románticas de moda. Pude reconocer la melodía de una canción que Darian solía escuchar e inmediatamente me enamoré del lugar.

No era del tipo de chico que salía a bares, pero definitivamente éste me hacía querer volver.

—Te toca —dijo Naim a Jean, entregándole las llaves de su Jeep. Él le guiñó un ojo y sonrió.

—Descuida. Lo tengo cubierto. —dijo Jean guardando las llaves dentro del bolsillo de su gabardina.

Darian y Naim se sentaron en una pequeña mesa para dos y mis cejas se alzaron con incredulidad. Nos dejaron solos, a mi y a Jean, yo los mire con indignación y capricho. Cruzandome de brazos.

—Si esos son nuestros amigos, no quiero imaginar lo que son nuestros enemigos —dije siendo drmatico, caprichoso y negando con la cabeza al ver cómo mi amiga y su novio se sumergían en su propio mundo de besos y arrumacos.

Una risita ronca brotó de la garganta de Jean y yo le lancé una mirada molesta y caprichosa.

—Déjalos. ¿Tú no harías lo mismo si estuvieras en su lugar? —dijo Jean encogiéndose de hombros mientras nos dirigíamos a la barra. —. Quiero decir, estar en medio de la nada, con el amor de tu vida... Suena como a muchos cariños y besos para mí.- continuó Jean.

Una sonrisa se deslizó por mis labios y asentí lentamente.

—Supongo que tienes razón. —dije, sentándome en uno de los banquillos altos.

Él se sentó a mi lado y le hizo una seña al cantinero.

—Yo quiero una cerveza —dijo y su mirada se clavó en mí —, ¿tú?

Lo miré y entrecerré los ojos.

—Vas a conducir, Jean Carlo León, no se supone que debas beber. —solté, ignorando al cantinero.

—Será una cerveza —dijo, rodando los ojos—, una cerveza no le hace absolutamente nada a tu sistema.

Yo lo miré, dudoso.

—Confía en mí, Libi. —dijo, sonriendo,

Yo le devolví la sonrisa y miré al cantinero diciendo

—: Yo quiero un jugo por favor.

El cantinero trajo la botella de vidrio de cerveza para Jean y el jugo para mi, di un trago largo antes de hacer un gesto de satisfacción al probar la rica bebida.

Jean miraba atentamente al chico que cantaba y podía ver cómo sus dedos marcaban el ritmo de la melodía suave que estaba sonando.

—Es bueno —dijo, antes de dar un trago a su bebida.

AUNQUE PUEDAS VERME -LIEAN #2 (TERMINADA)On viuen les histories. Descobreix ara