♡CAPITULO 21♡

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No podía moverme. Sentía todo el cuerpo adolorido y entumecido. Era como si miles de cuchillas afiladas se hubieran clavado en todos y cada uno de los rincones de mi cuerpo.

Estaba completamente paralizado por el dolor punzante y la sensación de quemazón en todo el cuerpo.

No estaba respirando. No estaba nadando, no estaba haciendo absolutamente nada para salir del agua helada y en lo único que podía pensar era en el dolor.

Era vagamente consciente de las burbujas que emanaban de mi boca y entonces, un dolor más penetrante se apoderó de mis pulmones.

No podía ver nada que no fuera agua y trozos de hielo, no podía respirar, no podía pensar, no podía moverme...

Fue entonces cuando, los vi. Un par de ojos color cafe justo frente a mi debajo del agua, conmigo. ¿Estaba alucinando?, ¿Estaba muriendo?... Era consciente de que todo iba perdiendo nitidez y de que mi visión se estaba oscureciendo por los bordes. Esto era todo. Iba a morir. Iba a perder la vida en un lago congelado.

❀❀❀❀❀

Me sentí despertar y sentia el agua brotar de mi boca y casi me atraganto con ella. Me giré sobre mi cuerpo y comencé a toser violentamente mientras las arcadas me invadían.

Agua salió de mi boca y jadeé fuertemente en busca de aire. El aire no estaba entrando a mis pulmones y comencé a jadear con más fuerza. ¿Dónde demonios había dejado mi inhalador?

Estaba a punto de congelarme, tenía todo el cuerpo entumecido, temblaba de pies a cabeza y no podía respirar aún fuera del agua.

Unas manos grandes se apoderaron de mi rostro posandose en mis mejillas y luché contra ellas, en vano.

De pronto, mi vista se llenó de Jean. Empapado, tan tembloroso como yo, con el cabello pegado a la cara y los labios amoratados por el frío.

—Tranquilo, respira —jadeó con la voz enronquecida.

Yo jalé aire con todas mis fuerzas y Jean comenzó a inspirar y exhalar aire a un ritmo acompasado, guiando mi respiración. Seguí su ejemplo y, poco a poco, la sensación de falta de aire se fue desvaneciendo.

El peso de los hechos cayó sobre mí como balde de agua helada y sentí un nudo en mi garganta. Estuve a punto de morir ahogado.

Jean me atrajo con fuerza hacia él en un abrazo y jadeé al sentir su ropa mojada y helada contra mi cuerpo.

—¡Maldita sea!, ¡Maldita sea, Libardo!, ¡Casi me muero del jodido susto! —gruñó con la voz temblorosa.

Yo me aferré a su cuerpo. Temblando de miedo y de frío. Sus brazos se apretaron a mí alrededor y yo absorbí su cálido gesto.

A pesar de todo, me sentía seguro entre sus brazos. Jean era la única persona que me hacía sentir seguro en cualquier lugar y en cualquier momento.

Sin decir una palabra, me ayudó a ponerme de pie y caminamos de vuelta a la cabaña, completamente empapados, con los patines de hielo en las manos.

Jean me miraba de hito en hito, acercándome a su cuerpo, susurrándome que pronto estaríamos en la cabaña, calentándonos. Yo me dejé llevar por sus suaves murmullos, permitiéndome sentir a salvo.

Cuando llegamos a la cabaña enredó mis dedos helados  con los suyos y me condujo escaleras arriba hacia una habitación vacía.

No había rastros de Naim y Darian por ningún lado. Seguramente seguían encerrados en la habitación principal.

Jean me condujo al baño de la habitación y abrió el grifo del agua caliente, llenando la tina de baño.

El vapor invadió toda la habitación en cuestión de segundos y pude observar cómo él templaba el agua caliente con un poco de agua fría.

AUNQUE PUEDAS VERME -LIEAN #2 (TERMINADA)Where stories live. Discover now