Capítulo 9

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Adrien

Acarició lentamente la línea invisible desde su monte hasta su ombligo y la veo moverse. Siento su mirada sobre mí y sigo acariciándola. Subo lentamente mis dedos por su suave piel y me detengo antes de llegar al valle entre sus pechos.

La piel comienza a estar de un tono rojizo y la acarició con cuidado siguiendo la figura de tinta. La figura alargada se extiende por su piel con delicadeza... con elegancia, los detalles en tinta negra son bastante perfectos y es como si la figura alargada realmente estuviera sobre su piel. Sigo con mi índice y sonrió ligeramente viendo la cabeza del animal.

— ¿Por qué una serpiente?

— Representa poder, superioridad y energía sexual.

Subo mi mirada a su rostro y sonrió viendo su hermosa mirada celeste. Amo el color de sus ojos, pero amo mucho más que sea lo último que veo al dormir y lo primero que veo al despertar.

— ¿Me estás diciendo que este tatuaje estaba destinado a ser tuyo?

— Mmm, No. Te estoy diciendo que a nadie le quedara tan bien como a mí.

Rio un poco y tiro de ella abrazándola contra mi cuerpo. Frota su mejilla contra la mía quejándose de que debo afeitarme y nos quedamos mirando el techo negro aburrido que tenemos.

— ¿Tienes alguna idea?

Su respuesta tarda en salir de sus labios.

— No, pero el otro día estuve pensando en el qué estaba en mi cuarto. Tenías razón, es la historia de un enamorado, uno destinado a estar solo, porque ha pasado por mucho y cuando encuentra a su amada atrapada en el espejo, no la saca por qué vaya a morir al otro lado, sino porque las cosas por donde ha pasado el amante son tan peligrosas que a él lo volvieron un pájaro duro.

»— De hacer pasar a su amada por todos esos lugares, probablemente no lo soporte como él, y el enamorado lo sabe, por eso decide apreciarla a través del espejo siendo consciente de que lo suyo es imposible.

Frunzo ligeramente el ceño.

— Ese final es mucho más triste del que yo dije... — Asiente y la miro de reojo. — Pero ¿Ambos se aman?

— Son el amado y el amante, ¿No?

Nos quedamos en silencio y las palabras de Thomas diciendo que pronto se aburrirá de mí, me aprietan el pecho en angustia.

— ¿Me amas Hanna?

Sus ojos se cruzan con los míos y acaricia mi mejilla con lentitud.

— Te deseo, te deseo demasiado... te deseo tanto que me da miedo hacerlo, no hay un solo segundo qué no lo haga. Te deseo aun después de que tengamos sexo, te deseo cuando dormimos juntos y abrazados aun cuando es incómodo. Te deseo cuando me besas y cuando más te deseo... es cuando pienso qué lo hago, porque créeme, que mi deseo por ti no tiene límites...

Se inclina hacia mi rozando mis labios y siento su sonrisa.

»— Y para mí, el deseo le gana al amor.

Me besa con lentitud y giro con ella abrazándola bajo mi cuerpo. Acomodo sus piernas a la altura de mis caderas y la embisto enterrando mi rostro en su cuello. Su olor a rosa negra me embriaga, pero no es nada comparado con sus deliciosos gemidos.

Sus uñas rasguñan mi espalda mientras me hundo en ella diciéndole al oído lo mucho que la deseo. La cama se sacude con nuestros movimientos y todo desaparece cuando busca mi boca jadeando por más.

Buscando el Paraiso (+21)Where stories live. Discover now